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Viviendas económicas para solteros
17 December, 2005
¿Qué sucede cuando una persona no se puede permitir un desembolso de 200.000 euros en la compra de un piso?
Las respuestas pueden ser variadas pero la que nunca esperaríamos es que esa persona decidiese no tener una casa donde vivir.
La necesidad de una vivienda es algo tan evidente y básico que en los últimos años debido al incremento tan desmesurado de precios han comenzado a aparecer nuevas opciones más económicas aunque muy poco generosas en cuanto al espacio vital.
Si partimos de la realidad de que las cifras que se manejan actualmente en muchas ciudades, en el precio del m2, no entran dentro de la posibilidad de endeudamiento de un gran grupo de personas y que la solicitud de una hipoteca, incluso en el caso de que la concediesen, no sería una solución ya que no habría manera de pagarla, no queda más remedio que reducir los m2 de esas viviendas.
Aunque no hace demasiados meses fueron muy polémicos los pisos que desde el Gobierno se propusieron como solución para este sector de la población con menos medios económicos, pisos de 30 m2, lo cierto es que desde hace más tiempo ya se estaban ofertado viviendas con un espacio más reducido.
Desde las buhardillas a los trasteros han llegado a convertirse en viviendas lugares muy poco frecuentes para colocar la alfombrilla de “Bienvenido a nuestro hogar” y que casi siempre han sido utilizadas por su reducido espacio por solteros, divorciados o personas que tenían que dar una solución rápida a la cuestión de alojamiento sin tener disponible el dinero para espacios más deshogados.
Está claro que hay personas que pueden adaptarse mejor que otras a estos sitios tan reducidos pero en cualquier caso no son lugares donde realmente se pueda vivir, es decir, no se puede desarrollar una vida en esas viviendas que sea muy diferente a la de sentarse, quedarse de pie o acostarse y dejar volar la imaginación.
Los pocos m2 no dan para más.
Sin embargo cuando no queda más remedio esos 10 o 20 m2 hay que transformarlos en el lugar más agradable posible jugando siempre en la dirección de “aumentar” el espacio disponible:
1.- colocando espejos,
2.- utilizando colores claros para las paredes o
3.- manejando con mucho cuidado la asignación de espacio vital a muebles.
En estas pequeñas viviendas asistimos a una lucha por el espacio como la que podemos ver en muchas selvas tropicales: la cama en lucha directa con la silla que impide el paso cuando intentas llegar al lavabo.
Otras opciones con más amplitud de espacio que las buhardillas o trasteros son los pequeños locales comerciales que pueden ser trasnsformados en viviendas.
Casi en el 100% de los casos estamos hablando de lugares que no pueden alojar a una familia sino a personas que sólo buscan tener una vivienda que les permita seguir en esa ciudad que eligieron.
¿Merece la pena vivir así? ¿No han pensado estas personas que en multitud de pequeños pueblos de nuestro país pueden conseguir casas de hasta 150 – 200 m2 por ese mismo precio que pagaron por sus 10 m2?
¿Es tan difícil cambiar de vida, cambiar de lugar y conseguir un nuevo trabajo?
Sin ninguna duda debe de ser más fácil vivir en esos pequeños nichos que marcharse a otros lugares y comenzar una vida desde cero
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