From: gabinete@presidenci a.gob.es, gabinete@presidenci a.gob.es
Date: 21-jun-2007
To: EDUARDO VIVES TERUEL
Contesto al escrito que ha dirigido al Presidente del Gobierno, en el que denuncia el maltrato infantil y hace diversas sugerencias.
En relación con este tema, quiero precisarle que, uno de los compromisos políticos en esta legislatura fue precisamente la modificaciónde la Ley 30/1981, de 7 de julio, así las Cortes Generales aprobaron la Ley15/2005, de 8 de julio, por la que se modifica el Código Civil y la Ley deEnjuiciamiento Civil en materia de separación y divorcio, pretendiéndose reforzar con esta Ley la libertad de decisión de los padres respecto delejercicio de la patria potestad.
Dicha Ley nació de un Proyecto que fue sometido a un largo periodo de consultas en las que se escuchó la voz de las instituciones del Estado y de las organizaciones más representativas de los distintos colectivos, respondiendo al mandato constitucional de garantizar el interés del menor, como valor superior especialmente protegido.
Por ello, la expresa mención en la ley de la posibilidad de la guardia y custodia compartida pretende beneficiar la mejor relación de los hijos con sus padres y madres, siempre en interés de los menores, y desde la perspectiva de la corresponsabilidad de los padres para con sus hijos.
La custodia compartida se podrá dar sólo si beneficia al menor cuando los padres estén de acuerdo o si al menos lo pide uno y el juez justifica que es lo mejor para la educación y el desarrollo del menor.
Asimismo, se establecen más garantías que en la regulación anterior, para que en todo caso, la guardia y custodia compartida no se pueda aplicarcuando existan indicios de ser contraproducente para los hijos, o se pueda convertir en un instrumento de conflicto añadido al proceso.
Para concederla deberá obtener previamente informe del Ministerio Fiscal, deberá oír a los mayores de 12 años y, si lo considera preciso, a los menores que tengan suficiente juicio.
No se concederá la guarda conjunta cuando se valore que la relación de los padres no es buena, cuando cualquiera de los padres esté incurso en un proceso penal por atentar contra la vida, la integridad física, la libertad, la integridad moral o libertad e indemnidad sexual del otro cónyuge o de los hijos que convivan con ambos. Ni cuando existan indicios fundados de violencia doméstica.
Además cuando el Juez acuerde la guarda conjunta, deberá explicar y motivar por qué lo considera lo más adecuado para el niño y adoptará garantías para asegurar su eficaz cumplimiento.
También se podrá recabar dictamen de un facultativo sobre la idoneidad del modelo de ejercicio de la patria potestad y del régimen de custodia de los menores.
Por lo tanto, esta Ley pretende una reforma que resuelva los problemas aparejados a la ruptura matrimonial, permitiendo a los ciudadanos gestionar lo más razonablemente el posible conflicto.
Atentamente.
José Enrique serrano Martínez.
Director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno.
Este Blog de un Padre Divorciado, con Custodia Compartida pero producto de la injusta normativa vigente: Aquí Encontrarás información sobre lo que sufren los Padres, Madres y sus Hijos;Sobre Actividades: Conferencias, Jornadas,... Se clasifican por ETIQUETAS o TEMAS. Contacta con el grupo de Padres y Madres por la CUSTODIA COMPARTIDA de los hijos en el Foro ó en usedimad@gmail.com ó www.padresdivorciados.es Unete a PAMAC (649 116 241)
viernes, 29 de junio de 2007
miércoles, 27 de junio de 2007
Sustracción de Menores y Maltrato Infantil en España, 2007
From: "APIF-CADIZ Asociacion por la proteccion integral de la familia"
apif-cadiz@hotmail.
España tiene unos 200 expedientes sin cerrar de denuncias de sustracción de menores, según un experto. http://www.europapress.es/noticiasocial.aspx?cod=20070626203433&ch=313
Un estudio revela que el principal tipo de sustracción de menores en nuestro país es de "carácter interparental"
MADRID, 26 Jun.2007 (EUROPA PRESS).
En España hay en la actualidad unos 200 expedientes sin cerrar de denuncias de sustracción de menores, según precisa el psicólogo de la Fiscalía de Menores de Madrid, Javier Urra, en el estudio Iº Sondeo a la Población y Expertos sobre Maltrato Infantil y Sustracción de Menores, presentado hoy por la Fundación Pfizer, que indica que dicha cifra ha sido facilitada por el Ministerio del Interior.
"Hay unos 200 expedientes sin cerrar en la Policía", asegura el especialista, quien, además, añade que en España se producen "unas 8.000 denuncias por desapariciones de niños", sin embargo "pocas son reales", ya que, "muchas de esas denuncias se ocasionan porque un menor desaparece y luego resulta que está en el pueblo de al lado tomando algo con una amiga".
"Si aparece al día siguiente los padres, a veces, se olvidan de retirar la denuncia", señala.
Según el estudio, que tiene por objetivo conocer de "forma fiel" la percepción que tienen los españoles sobre el maltrato infantil y la sustracción de menores, el principal tipo de sustracción de menores en España es de carácter interparental, es decir, es el padre o la madre el que, según expertos, se lleva al menor normalmente para hacer daño a su pareja.
Sin embargo, 4 de cada 10 españoles creen que los ejecutores son personas ajenas al entorno del niño.
Durante la presentación del sondeo, el jefe de Unidad de Psiquiatría de Niños y Adolescentes del Hospital Ramón y Cajal, Javier San Sebastián, explicó que la sustracción de menores por parte de alguno de sus padres "es un hecho creciente" en España sobre todo en parejas donde uno de sus miembros es extranjero.
"Se ven muchos casos de padres que privados de la guarda y custodia de su hijo acaban llevándoselos", afirmó el especialista, quien advirtió "de las graves secuelas para el menor, sobre todo si existe el síndrome de alienación parental en el que uno de los progenitores lava el cerebro al menor creando situaciones violentas y de angustia para el niño".
El estudio también revela que el 55,8 % de la población considera "insuficiente" la legislación actual en estos casos, ya que "en raras ocasiones" se resuelven estas situaciones de manera "satisfactoria para el menor".
UN AZOTE: UNA FORMA DE EDUCAR.
Con respecto al maltrato infantil, el informe refleja también que la mitad de los españoles considera que dar un azote es una forma de educar a los niños, sin embargo, los expertos consultados por el estudio, creen que esta actitud depende de "su reiteración e intensidad" y que recurrir a este extremo "implica que los padres desconocen otra forma de educar".
En cuanto a la persona que ejerce el maltrato, para el 50,5 % de la población consultada, el padre es el responsable del maltrato, seguido de la madre. Los especialistas coinciden parcialmente, y van más allá y amplían la responsabilidad a los más relacionados con el niño dentro del ámbito familiar, y, además, se destaca a la escuela como otro "espacio frecuente" de malos tratos a menores.
Según el estudio, el 70 % de los expedientes de protección al menor se deben a casos de negligencia --por encima del maltrato físico o abuso sexual--. Sin embargo, sólo el 17 % de la población reconoce este tipo como el más habitual, mientras que el 34% piensa que el maltrato psicológico es el "más común".
En relación al abuso sexual, los especialistas consideran que es el "menos frecuente" pero también "el más difícil" de detectar --supone un 5 % de los casos registrados-- aunque el 96 % de los encuestados afirma que denunciaría un caso de maltrato.
Respecto al estrato social, uno de cada tres españoles considera que el maltrato sucede con "más frecuencia" en los estratos sociales más bajos pero los expertos advierten que estas situaciones se registran "en todos las condiciones sociales" pero son las clases más altas las que tienen "más recursos para ocultarlos".
El director de la Fundación Pfizer, Francisco García Pascual, concluyó que "hay más maltrato infantil que maltrato a mujeres". Frente a esta situación, el ex defensor del Menor y patrono de la Fundación Pfizer, Pedro Núñez Morgades, hizo un llamamiento a la sociedad para que "el silencio no sea cómplice del sufrimiento del menor".
Para ello, animó a los ciudadanos a denunciar las situaciones de maltrato, ya que, según apuntó, los servicios de seguridad y los servicios sociales "están preparados" para atender estos casos.
Asimismo, abogó por que los servicios sanitarios usen "cada vez más" los protocolos de maltrato, al asegurar que "hay menos experiencia" sobre estas situaciones en este sector.
apif-cadiz@hotmail.
España tiene unos 200 expedientes sin cerrar de denuncias de sustracción de menores, según un experto. http://www.europapress.es/noticiasocial.aspx?cod=20070626203433&ch=313
Un estudio revela que el principal tipo de sustracción de menores en nuestro país es de "carácter interparental"
MADRID, 26 Jun.2007 (EUROPA PRESS).
En España hay en la actualidad unos 200 expedientes sin cerrar de denuncias de sustracción de menores, según precisa el psicólogo de la Fiscalía de Menores de Madrid, Javier Urra, en el estudio Iº Sondeo a la Población y Expertos sobre Maltrato Infantil y Sustracción de Menores, presentado hoy por la Fundación Pfizer, que indica que dicha cifra ha sido facilitada por el Ministerio del Interior.
"Hay unos 200 expedientes sin cerrar en la Policía", asegura el especialista, quien, además, añade que en España se producen "unas 8.000 denuncias por desapariciones de niños", sin embargo "pocas son reales", ya que, "muchas de esas denuncias se ocasionan porque un menor desaparece y luego resulta que está en el pueblo de al lado tomando algo con una amiga".
"Si aparece al día siguiente los padres, a veces, se olvidan de retirar la denuncia", señala.
Según el estudio, que tiene por objetivo conocer de "forma fiel" la percepción que tienen los españoles sobre el maltrato infantil y la sustracción de menores, el principal tipo de sustracción de menores en España es de carácter interparental, es decir, es el padre o la madre el que, según expertos, se lleva al menor normalmente para hacer daño a su pareja.
Sin embargo, 4 de cada 10 españoles creen que los ejecutores son personas ajenas al entorno del niño.
Durante la presentación del sondeo, el jefe de Unidad de Psiquiatría de Niños y Adolescentes del Hospital Ramón y Cajal, Javier San Sebastián, explicó que la sustracción de menores por parte de alguno de sus padres "es un hecho creciente" en España sobre todo en parejas donde uno de sus miembros es extranjero.
"Se ven muchos casos de padres que privados de la guarda y custodia de su hijo acaban llevándoselos", afirmó el especialista, quien advirtió "de las graves secuelas para el menor, sobre todo si existe el síndrome de alienación parental en el que uno de los progenitores lava el cerebro al menor creando situaciones violentas y de angustia para el niño".
El estudio también revela que el 55,8 % de la población considera "insuficiente" la legislación actual en estos casos, ya que "en raras ocasiones" se resuelven estas situaciones de manera "satisfactoria para el menor".
UN AZOTE: UNA FORMA DE EDUCAR.
Con respecto al maltrato infantil, el informe refleja también que la mitad de los españoles considera que dar un azote es una forma de educar a los niños, sin embargo, los expertos consultados por el estudio, creen que esta actitud depende de "su reiteración e intensidad" y que recurrir a este extremo "implica que los padres desconocen otra forma de educar".
En cuanto a la persona que ejerce el maltrato, para el 50,5 % de la población consultada, el padre es el responsable del maltrato, seguido de la madre. Los especialistas coinciden parcialmente, y van más allá y amplían la responsabilidad a los más relacionados con el niño dentro del ámbito familiar, y, además, se destaca a la escuela como otro "espacio frecuente" de malos tratos a menores.
Según el estudio, el 70 % de los expedientes de protección al menor se deben a casos de negligencia --por encima del maltrato físico o abuso sexual--. Sin embargo, sólo el 17 % de la población reconoce este tipo como el más habitual, mientras que el 34% piensa que el maltrato psicológico es el "más común".
En relación al abuso sexual, los especialistas consideran que es el "menos frecuente" pero también "el más difícil" de detectar --supone un 5 % de los casos registrados-- aunque el 96 % de los encuestados afirma que denunciaría un caso de maltrato.
Respecto al estrato social, uno de cada tres españoles considera que el maltrato sucede con "más frecuencia" en los estratos sociales más bajos pero los expertos advierten que estas situaciones se registran "en todos las condiciones sociales" pero son las clases más altas las que tienen "más recursos para ocultarlos".
El director de la Fundación Pfizer, Francisco García Pascual, concluyó que "hay más maltrato infantil que maltrato a mujeres". Frente a esta situación, el ex defensor del Menor y patrono de la Fundación Pfizer, Pedro Núñez Morgades, hizo un llamamiento a la sociedad para que "el silencio no sea cómplice del sufrimiento del menor".
Para ello, animó a los ciudadanos a denunciar las situaciones de maltrato, ya que, según apuntó, los servicios de seguridad y los servicios sociales "están preparados" para atender estos casos.
Asimismo, abogó por que los servicios sanitarios usen "cada vez más" los protocolos de maltrato, al asegurar que "hay menos experiencia" sobre estas situaciones en este sector.
Caso Manresa:Custodia de Menores y SAP
From: "APIF-CADIZ Asociacion por la proteccion integral de la familia"
apif-cadiz@hotmail.com: Noticias custodia de menores y Sindrome Alienacion Parental
Wed, 27 Jun 2007
1. Educar el miedo>>Diariodecadiz.es / http://www.diariodecadiz.com/119823_ESN_HTML.htm
Jose Manuel Aguilar Cuenca, psicologo forense y escritor.
En estos últimos días han podido ustedes escuchar un nuevo asunto judicial que ha llenado decenas de páginas de periódicos y horas de televisión. Los medios se han hecho eco de la sentencia del Juzgado de Primera Instancia nº4 de Manresa, Barcelona, por la cual la titular del juzgado retiraba la custodia de una niña a su madre, entregándosela a su padre.
El motivo de semejante decisión ha sido el hecho de que la madre ha educado a la niña en el odio y el rechazo a su padre.El proceso judicial se inició en el año 2004, cuando la niña contaba con cuatro años de edad, y desde el principio de la separación, como así ha dejado recogido la juzgadora en la sentencia, la madre ha interferido en la sana e imprescindible relación entre el padre y la niña.
Debido a la actitud de la progenitora, la menor ha pasado por diversos profesionales de la salud mental, sin que ninguno pudiera ayudarla en su mal. El padre, un médico barcelonés que no ha cejado en su empeño por reclamar los derechos de su hija en los tribunales, aun cuando llevara años sin verla, ha pedido a los medios respeto para la madre de su hija. Aún recuerdo con tristeza cómo me relataba la escena en la que, cuando se cruzaba con su hija en los juzgados, la niña se escondía al verle.
Es interesante detenerse un instante para aclarar varios puntos sobre este tema. Muchos de los periodistas y arriboperiodístas –conocidos por tertulianos– han simplificado el asunto, diciendo que la niña no quiere ir con su padre. Esta explicación, toda vez que demuestra que ni tan siquiera han leído la sentencia, nos ofrece una vez más cómo algo tan serio como el superior interés del menor es tomado a la ligera por gente que, desafortunadamente, crea opinión. La realidad es que la niña ha sido educada por su madre para que odiara a su padre.
Les propongo que imaginen por un momento que uno de sus hijos fuera educado para odiar a los musulmanes. Todos nos llevaríamos las manos a la cabeza. Sin embargo, no han faltado quienes han criticado esta sentencia, argumentando que debería respetarse el deseo –adoctrinado– de la niña, oponiéndose a la decisión judicial, que ha considerado que semejante educación, semejante entorno familiar, es pernicioso para el desarrollo de la menor.
Todo ello porque siempre estará mejor con su madre, que con un padre al que no ve desde hace años, por deseo de esa mujer. Asunto distinto es el hecho, obviado por casi todos los medios –vuelvo a insistir, debido al sencillo descuido de no haber reparado en leerse la sentencia– de que la madre ha permanecido ilocalizable durante meses, sin que su padre ni el juzgado conocieran su paradero, ni tan siquiera estuviera escolarizada.
El maltrato, sea físico, sexual o emocional, es maltrato. No puede ser calificado de distinta forma si lo realizan los padres u otra persona. Mucho menos si lo realiza la madre que si lo realiza el padre. ¿Tendría la misma cobertura mediática y desacuerdo si al que le hubieran prohibido acercarse a la hija hubiera sido el padre? Lo dudo.
El problema es mucho más serio de lo que estas pobres líneas pueden reflejar. Las acciones de una madre son valoradas como sagradas, buenas por el mero hecho de venir de ella. La crítica justificada a sus actos, como lo está la sentencia judicial, es vista por todos desde ese mito de la bondad maternal que todo lo puede.
Sin embargo, día a día somos testigos de que el mal, la violencia, el origen del dolor de los más débiles, no tiene sexo. Existen hombre buenos y malos, de la misma manera que existen madres amantes y negligentes. Si nos ponemos la venda, negando que esto es así, estaremos permitiendo que los niños, aquellos a los que debemos proteger, estén en manos de sujetos que los eduquen en los más miserables métodos, con las peores intenciones.
Por el único hecho de que “como el amor de una madre no hay nada”.¿Alguno de ustedes se imaginan algo peor que ser adoctrinado por tu madre en el odio al otro ser que te dio la vida? Si no se lo imaginan les invito a conocer a los niños, hoy adultos, que pasan por mi consulta recordando lo que sufrieron en su infancia, sin que nadie les hiciera caso.
Todo porque el responsable de su sufrimiento era ese mito santo y arcano que a ellos les quebró el espíritu. Al final la realidad siempre te salta a la cara. Por más que no encaje con tus prejuicios o en lo políticamente correcto.
2. Fiscalía recurre la sentencia que da a un padre la custodia de su hija. ABC.es / 27.06.2007
http://www.abc.es/20070627/catalunya-catalunya/fiscalia-recurre-sentencia-padre_200706270248.html
BARCELONA.
La Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) recurrirá la sentencia que otorga la custodia de una niña de 8 años a su padre para que supere la fobia que le tiene a éste y que, según la juez que dictó la medida, le infunden la madre y su familia. El fiscal portavoz, Emilio Sánchez, anunció ayer el recurso, que se interpone al entender que para resolver el problema deberían tomarse medidas «menos gravosas» y «un poco más proporcionadas».
La sentencia dictada el pasado día 14 por la titular del Juzgado de Instrucción 4 de Manresa retira la custodia de la menor a la madre, Adriana L. A., y se la concede al padre, Jesús D. R.
La niña tiene que vivir un mes en casa de los abuelos paternos, donde el padre podrá visitarla, aunque no pernoctar. Pasado ese tiempo, y tras valorar los informes de los psicólogos, la menor puede ir a vivir con su padre.
En cuanto a la madre y su familia, no podrán ver a la niña durante seis meses y, después, irán recuperando gradualmente la relación con ella, siempre y cuando los informes de los médicos que hacen el seguimiento así lo aconsejen.
El fiscal portavoz reconoció que la sentencia «es ciertamente detallada y ha sido muy razonada», pero cree que se «ha valorado erróneamente la prueba de contrario».Emilio Sánchez se refirió a que la magistrada no ha tenido en cuenta suficientemente el dictamen del Servicio de Asesoramiento Técnico y de Atención a la Víctima (Satav), dependiente de la Generalitat, contrario a que se privara a la madre de la custodia de su hija.
«Medida radical»
Este informe, según dijo Sánchez, reconoce la gravedad del problema relacionado con el padre, pero considera que «la medida radical que se ha adoptado no es quizás, desde el punto de vista técnico y psicológico, la más adecuada».
De entre los diferentes informes médicos del caso, a la hora de tomar su decisión la juez se basó en el criterio del perito presentado por Jesús D. R. La magistrada entiende que la menor «padece cuanto menos una fobia severa al padre, si no el denominado síndrome de alienación parental», y que los temores «sólo pueden ser inducidos desde el ámbito familiar que ejerce la custodia».
El fiscal portavoz precisó que en el primer procedimiento por este caso, el de la separación de la pareja, la Fiscalía se manifestó a favor de que se retirara la custodia a la madre.Sin embargo, en el procedimiendo posterior de divorcio, el Ministerio Fiscal, conocedor ya del informe del Satav, tomó postura a favor de que la niña continuara con su madre, con un régimen de visitas muy controlado y adaptado «a la situación de conflicto que está viviendo».
Esta es la postura que mantiene en su recurso. La menor sigue viviendo con su madre porque la juez no ha ordenado aún la ejecución de la sentencia, dado que hasta ayer ninguna de las dos partes personadas en la causa lo había solicitado.
El padre de la niña presentó ayer mismo ante el juzgado un escrito en el que reclama que la menor pase a vivir de forma inmediata con su familia paterna, a la espera de que se resuelvan los recursos que han interpuesto la Fiscalía y la madre contra la sentencia de la juez.
La representación letrada del padre de la pequeña considera urgente que se ejecute la sentencia, teniendo en cuenta que la menor está sin escolarizar desde el pasado mes de diciembre, cuando su madre dejó de llevarla al colegio con el argumento de que no quería ir por temor a que su padre fuera a buscarla a la salida de clase y se la llevara con él.
La madre compareció ayer por la mañana en el juzgado de Manresa para asegurar que no había huido con su hija, como decía el padre, y que no la entregará hasta que se resuelva el recurso que ha presentado.
El padre había acudido el lunes a casa de su ex mujer en busca de la hija, al considerar que era el día que debía cumplirse la sentencia judicial, y no encontró a nadie.
Según Jesús D. R., la madre utiliza «artimañas» legales para no hacer con lo establecido.Sin embargo, el TSJC informó de que ayer acababa el plazo para la ejecución provisional de una medidas cautelares, dictadas previamente a la sentencia del 14 de junio y que quedaron sin efecto porque son de aplicación las medidas dictadas por la juez de Manresa.
El Tribunal Superior afirmaba que nadie había pedido la ejecución de la sentencia, algo que no puede hacerse de oficio.
3. La madre que perdió la custodia no entregará a su hija "hasta que no se resuelva el recurso"
La mujer incumple el plazo fijado para entregar a la niña, después de que la Justicia considerara que alentaba fobias a la menor contra su progenitor. ELPAIS.com/EFE - Barcelona - 26/06/2007
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/madre/perdio/custodia/entregara/hija/resuelva/recurso/elpepusoc/20070626elpepusoc_2/Tes
Judit no volvió ayer con su padre, Jesús D. R., pese a que así lo había ordenado el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Manresa (Barcelona), que consideró probado que la madre alentaba fobias a la menor contra su progenitor. Cuando la familia paterna fue a buscarla al domicilio materno no encontraron a nadie.
La madre, Adriana L. A., justifica el incumplimiento de la sentencia al considerar que "hasta que no se resuelva el recurso (la sentencia) no debe hacerse efectiva".
El juzgado otorgó al padre la custodia de su hija por un período de seis meses, para intentar remediar la aversión que la niña siente hacia él y que, según la sentencia, ha sido inculcada por la madre, al haber impedido que le viera desde su separación. El juzgado envió entonces una comunicación a la madre en la que le instaba a entregar a la niña en un plazo que expiró ayer.
"Igual que ante una sentencia para demoler una casa ésta no se hace efectiva hasta que se resuelven todos los recursos", dice la madre de Yudit para justificar su actuación. Adriana entiende que la niña debe seguir con ella hasta que se resuelva el recurso que han presentado sus abogados.
Además, ha negado que la familia haya abandonado el domicilio familiar, y ha puntualizado que desconoce si ayer los abuelos paternos de la niña asistieron a recogerla, porque estaban todos fuera de casa, remarcando que "la niña fue a la piscina y que por la noche todos hemos dormido en casa".
No es la primera vez que esta mujer desoye un requerimiento judicial para entregar a la niña. El pasado diciembre la justicia ya le reconoció al padre la guardia y custodia en un auto de medidas provisionales dictado en el proceso de separación de la pareja. La respuesta de la madre, con la ayuda de su familia, fue desaparecer con Judit.
Por ese motivo la fiscalía reclamó, y el juez lo aceptó, la apertura de diligencias penales contra la progenitora y los abuelos maternos por los supuestos delitos de sustracción de menores y abandono de menores.
El padre, por su parte, no entiende que su ex mujer haya podido "llegar tan lejos". "Si realmente quisiera a nuestra hija debería evitar que intervenga la policía", se lamentaba ayer.
Decisión judicial pionera.
En la sentencia, pionera en Cataluña, el juzgado no sólo concedió la custodia al padre, sino que también acordó suspender cualquier contacto de la niña, de 8 años, con su madre y con su familia materna durante esos seis meses, hasta que esté acreditado que la menor haya superado el "síndrome de alienación parental" o la aversión que siente hacia su progenitor.
Durante el primer mes la pequeña debe pasar a residir al domicilio de los abuelos paternos en donde podrá ser visitada por su padre, pero sin que éste pueda pernoctar en esa casa. Posteriormente, si los especialistas lo consideran oportuno, pasará a vivir con su progenitor.
apif-cadiz@hotmail.com: Noticias custodia de menores y Sindrome Alienacion Parental
Wed, 27 Jun 2007
1. Educar el miedo>>Diariodecadiz.es / http://www.diariodecadiz.com/119823_ESN_HTML.htm
Jose Manuel Aguilar Cuenca, psicologo forense y escritor.
En estos últimos días han podido ustedes escuchar un nuevo asunto judicial que ha llenado decenas de páginas de periódicos y horas de televisión. Los medios se han hecho eco de la sentencia del Juzgado de Primera Instancia nº4 de Manresa, Barcelona, por la cual la titular del juzgado retiraba la custodia de una niña a su madre, entregándosela a su padre.
El motivo de semejante decisión ha sido el hecho de que la madre ha educado a la niña en el odio y el rechazo a su padre.El proceso judicial se inició en el año 2004, cuando la niña contaba con cuatro años de edad, y desde el principio de la separación, como así ha dejado recogido la juzgadora en la sentencia, la madre ha interferido en la sana e imprescindible relación entre el padre y la niña.
Debido a la actitud de la progenitora, la menor ha pasado por diversos profesionales de la salud mental, sin que ninguno pudiera ayudarla en su mal. El padre, un médico barcelonés que no ha cejado en su empeño por reclamar los derechos de su hija en los tribunales, aun cuando llevara años sin verla, ha pedido a los medios respeto para la madre de su hija. Aún recuerdo con tristeza cómo me relataba la escena en la que, cuando se cruzaba con su hija en los juzgados, la niña se escondía al verle.
Es interesante detenerse un instante para aclarar varios puntos sobre este tema. Muchos de los periodistas y arriboperiodístas –conocidos por tertulianos– han simplificado el asunto, diciendo que la niña no quiere ir con su padre. Esta explicación, toda vez que demuestra que ni tan siquiera han leído la sentencia, nos ofrece una vez más cómo algo tan serio como el superior interés del menor es tomado a la ligera por gente que, desafortunadamente, crea opinión. La realidad es que la niña ha sido educada por su madre para que odiara a su padre.
Les propongo que imaginen por un momento que uno de sus hijos fuera educado para odiar a los musulmanes. Todos nos llevaríamos las manos a la cabeza. Sin embargo, no han faltado quienes han criticado esta sentencia, argumentando que debería respetarse el deseo –adoctrinado– de la niña, oponiéndose a la decisión judicial, que ha considerado que semejante educación, semejante entorno familiar, es pernicioso para el desarrollo de la menor.
Todo ello porque siempre estará mejor con su madre, que con un padre al que no ve desde hace años, por deseo de esa mujer. Asunto distinto es el hecho, obviado por casi todos los medios –vuelvo a insistir, debido al sencillo descuido de no haber reparado en leerse la sentencia– de que la madre ha permanecido ilocalizable durante meses, sin que su padre ni el juzgado conocieran su paradero, ni tan siquiera estuviera escolarizada.
El maltrato, sea físico, sexual o emocional, es maltrato. No puede ser calificado de distinta forma si lo realizan los padres u otra persona. Mucho menos si lo realiza la madre que si lo realiza el padre. ¿Tendría la misma cobertura mediática y desacuerdo si al que le hubieran prohibido acercarse a la hija hubiera sido el padre? Lo dudo.
El problema es mucho más serio de lo que estas pobres líneas pueden reflejar. Las acciones de una madre son valoradas como sagradas, buenas por el mero hecho de venir de ella. La crítica justificada a sus actos, como lo está la sentencia judicial, es vista por todos desde ese mito de la bondad maternal que todo lo puede.
Sin embargo, día a día somos testigos de que el mal, la violencia, el origen del dolor de los más débiles, no tiene sexo. Existen hombre buenos y malos, de la misma manera que existen madres amantes y negligentes. Si nos ponemos la venda, negando que esto es así, estaremos permitiendo que los niños, aquellos a los que debemos proteger, estén en manos de sujetos que los eduquen en los más miserables métodos, con las peores intenciones.
Por el único hecho de que “como el amor de una madre no hay nada”.¿Alguno de ustedes se imaginan algo peor que ser adoctrinado por tu madre en el odio al otro ser que te dio la vida? Si no se lo imaginan les invito a conocer a los niños, hoy adultos, que pasan por mi consulta recordando lo que sufrieron en su infancia, sin que nadie les hiciera caso.
Todo porque el responsable de su sufrimiento era ese mito santo y arcano que a ellos les quebró el espíritu. Al final la realidad siempre te salta a la cara. Por más que no encaje con tus prejuicios o en lo políticamente correcto.
2. Fiscalía recurre la sentencia que da a un padre la custodia de su hija. ABC.es / 27.06.2007
http://www.abc.es/20070627/catalunya-catalunya/fiscalia-recurre-sentencia-padre_200706270248.html
BARCELONA.
La Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) recurrirá la sentencia que otorga la custodia de una niña de 8 años a su padre para que supere la fobia que le tiene a éste y que, según la juez que dictó la medida, le infunden la madre y su familia. El fiscal portavoz, Emilio Sánchez, anunció ayer el recurso, que se interpone al entender que para resolver el problema deberían tomarse medidas «menos gravosas» y «un poco más proporcionadas».
La sentencia dictada el pasado día 14 por la titular del Juzgado de Instrucción 4 de Manresa retira la custodia de la menor a la madre, Adriana L. A., y se la concede al padre, Jesús D. R.
La niña tiene que vivir un mes en casa de los abuelos paternos, donde el padre podrá visitarla, aunque no pernoctar. Pasado ese tiempo, y tras valorar los informes de los psicólogos, la menor puede ir a vivir con su padre.
En cuanto a la madre y su familia, no podrán ver a la niña durante seis meses y, después, irán recuperando gradualmente la relación con ella, siempre y cuando los informes de los médicos que hacen el seguimiento así lo aconsejen.
El fiscal portavoz reconoció que la sentencia «es ciertamente detallada y ha sido muy razonada», pero cree que se «ha valorado erróneamente la prueba de contrario».Emilio Sánchez se refirió a que la magistrada no ha tenido en cuenta suficientemente el dictamen del Servicio de Asesoramiento Técnico y de Atención a la Víctima (Satav), dependiente de la Generalitat, contrario a que se privara a la madre de la custodia de su hija.
«Medida radical»
Este informe, según dijo Sánchez, reconoce la gravedad del problema relacionado con el padre, pero considera que «la medida radical que se ha adoptado no es quizás, desde el punto de vista técnico y psicológico, la más adecuada».
De entre los diferentes informes médicos del caso, a la hora de tomar su decisión la juez se basó en el criterio del perito presentado por Jesús D. R. La magistrada entiende que la menor «padece cuanto menos una fobia severa al padre, si no el denominado síndrome de alienación parental», y que los temores «sólo pueden ser inducidos desde el ámbito familiar que ejerce la custodia».
El fiscal portavoz precisó que en el primer procedimiento por este caso, el de la separación de la pareja, la Fiscalía se manifestó a favor de que se retirara la custodia a la madre.Sin embargo, en el procedimiendo posterior de divorcio, el Ministerio Fiscal, conocedor ya del informe del Satav, tomó postura a favor de que la niña continuara con su madre, con un régimen de visitas muy controlado y adaptado «a la situación de conflicto que está viviendo».
Esta es la postura que mantiene en su recurso. La menor sigue viviendo con su madre porque la juez no ha ordenado aún la ejecución de la sentencia, dado que hasta ayer ninguna de las dos partes personadas en la causa lo había solicitado.
El padre de la niña presentó ayer mismo ante el juzgado un escrito en el que reclama que la menor pase a vivir de forma inmediata con su familia paterna, a la espera de que se resuelvan los recursos que han interpuesto la Fiscalía y la madre contra la sentencia de la juez.
La representación letrada del padre de la pequeña considera urgente que se ejecute la sentencia, teniendo en cuenta que la menor está sin escolarizar desde el pasado mes de diciembre, cuando su madre dejó de llevarla al colegio con el argumento de que no quería ir por temor a que su padre fuera a buscarla a la salida de clase y se la llevara con él.
La madre compareció ayer por la mañana en el juzgado de Manresa para asegurar que no había huido con su hija, como decía el padre, y que no la entregará hasta que se resuelva el recurso que ha presentado.
El padre había acudido el lunes a casa de su ex mujer en busca de la hija, al considerar que era el día que debía cumplirse la sentencia judicial, y no encontró a nadie.
Según Jesús D. R., la madre utiliza «artimañas» legales para no hacer con lo establecido.Sin embargo, el TSJC informó de que ayer acababa el plazo para la ejecución provisional de una medidas cautelares, dictadas previamente a la sentencia del 14 de junio y que quedaron sin efecto porque son de aplicación las medidas dictadas por la juez de Manresa.
El Tribunal Superior afirmaba que nadie había pedido la ejecución de la sentencia, algo que no puede hacerse de oficio.
3. La madre que perdió la custodia no entregará a su hija "hasta que no se resuelva el recurso"
La mujer incumple el plazo fijado para entregar a la niña, después de que la Justicia considerara que alentaba fobias a la menor contra su progenitor. ELPAIS.com/EFE - Barcelona - 26/06/2007
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/madre/perdio/custodia/entregara/hija/resuelva/recurso/elpepusoc/20070626elpepusoc_2/Tes
Judit no volvió ayer con su padre, Jesús D. R., pese a que así lo había ordenado el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Manresa (Barcelona), que consideró probado que la madre alentaba fobias a la menor contra su progenitor. Cuando la familia paterna fue a buscarla al domicilio materno no encontraron a nadie.
La madre, Adriana L. A., justifica el incumplimiento de la sentencia al considerar que "hasta que no se resuelva el recurso (la sentencia) no debe hacerse efectiva".
El juzgado otorgó al padre la custodia de su hija por un período de seis meses, para intentar remediar la aversión que la niña siente hacia él y que, según la sentencia, ha sido inculcada por la madre, al haber impedido que le viera desde su separación. El juzgado envió entonces una comunicación a la madre en la que le instaba a entregar a la niña en un plazo que expiró ayer.
"Igual que ante una sentencia para demoler una casa ésta no se hace efectiva hasta que se resuelven todos los recursos", dice la madre de Yudit para justificar su actuación. Adriana entiende que la niña debe seguir con ella hasta que se resuelva el recurso que han presentado sus abogados.
Además, ha negado que la familia haya abandonado el domicilio familiar, y ha puntualizado que desconoce si ayer los abuelos paternos de la niña asistieron a recogerla, porque estaban todos fuera de casa, remarcando que "la niña fue a la piscina y que por la noche todos hemos dormido en casa".
No es la primera vez que esta mujer desoye un requerimiento judicial para entregar a la niña. El pasado diciembre la justicia ya le reconoció al padre la guardia y custodia en un auto de medidas provisionales dictado en el proceso de separación de la pareja. La respuesta de la madre, con la ayuda de su familia, fue desaparecer con Judit.
Por ese motivo la fiscalía reclamó, y el juez lo aceptó, la apertura de diligencias penales contra la progenitora y los abuelos maternos por los supuestos delitos de sustracción de menores y abandono de menores.
El padre, por su parte, no entiende que su ex mujer haya podido "llegar tan lejos". "Si realmente quisiera a nuestra hija debería evitar que intervenga la policía", se lamentaba ayer.
Decisión judicial pionera.
En la sentencia, pionera en Cataluña, el juzgado no sólo concedió la custodia al padre, sino que también acordó suspender cualquier contacto de la niña, de 8 años, con su madre y con su familia materna durante esos seis meses, hasta que esté acreditado que la menor haya superado el "síndrome de alienación parental" o la aversión que siente hacia su progenitor.
Durante el primer mes la pequeña debe pasar a residir al domicilio de los abuelos paternos en donde podrá ser visitada por su padre, pero sin que éste pueda pernoctar en esa casa. Posteriormente, si los especialistas lo consideran oportuno, pasará a vivir con su progenitor.
martes, 26 de junio de 2007
Diario El País: ¿ A Favor de la Custodia Compartida ?
Insólito: El diario El País, cambia poco a poco, a Favor de la Custodia Compartida. Los tiempos están cambiando.
http://www.elpais. com/articulo/ opinion/Custodia /interrumpida/ elpepuopi/ 20070626elpepiop i_1/Tes
EDITORIAL
Custodia interrumpida
26/06/2007
Los recientes casos de retirada judicial de la guarda y custodia por lo que se ha venido en llamar manipulación parental -maltrato emocional que ejerce sobre el hijo el progenitor que lo tiene bajo su custodia en contra del otro- se explican, sin duda, tanto por la creciente mentalización de la justicia de familia sobre los intereses del niño como por la cada vez mayor igualdad sociológica de ambos progenitores ante los deberes de atención de los hijos.
No hace mucho habría sido poco menos que impensable una decisión como la adoptada por una juez de Manresa de retirar la guarda y custodia de una niña de ocho años a su madre por crearle fobia hacia su padre, interfiriendo gravemente en el régimen legal de visitas. Pero ahora no es la primera que se produce en un juzgado de familia, tomando en serio algo que no es desgraciadamente nuevo: la utilización del hijo como arma arrojadiza en la guerra que no pocas veces mantienen entre sí los padres separados o divorciados.
La juez de Manresa ha considerado que el interés de la niña exigía liberarla de esa guerra, poniéndola además a buen recaudo de su madre, que manipulaba sus sentimientos en contra del padre. Sea cual sea el nombre que se le dé a esa violencia emocional ejercida sobre el menor, su existencia, una vez comprobada, obliga al juez a tomar las medidas pertinentes para salvaguardar sus intereses.
Pues si bien es cierto que la violencia emocional es menos visible que la física y, por tanto, más difícil de comprobar, no es menos dañina, debiendo ser combatida con igual firmeza.
La justicia deberá disponer de mayores medios de prueba y de informes periciales que le ayuden a discernir lo mejor para el niño pero, en ningún caso, podrá dejarle desamparado.
La patria potestad y la guarda y custodia de los hijos no son derechos exclusivos y mucho menos excluyentes de ninguno de los padres, por lo que, en principio, deben ser compartidos y, en todo caso, cuidadosamente administrados por la justicia.
No pueden desconocerse los avances producidos en la igualdad entre hombres y mujeres, con un mayor protagonismo de los primeros en las tareas del hogar y en la atención de los hijos, aunque el desequilibrio sea todavía manifiesto a pesar de los impulsos legales a la conciliación de la vida familiar y laboral.
La última reforma de la ley del divorcio, por la que se reguló por primera vez la custodia compartida, no sólo ha favorecido los casos pactados de este tipo de custodia, sino también un régimen de visitas más atento al interés del niño que al de los padres.
La decisión de la juez de Manresa es una muestra del cambio de mentalidad, lento pero constatable, que se está produciendo en los asuntos de familia y que afecta no sólo a los jueces sino a los padres enfrentados a la responsabilidad de cuidar de sus hijos en situaciones de separación o divorcio.
http://www.elpais. com/articulo/ opinion/Custodia /interrumpida/ elpepuopi/ 20070626elpepiop i_1/Tes
EDITORIAL
Custodia interrumpida
26/06/2007
Los recientes casos de retirada judicial de la guarda y custodia por lo que se ha venido en llamar manipulación parental -maltrato emocional que ejerce sobre el hijo el progenitor que lo tiene bajo su custodia en contra del otro- se explican, sin duda, tanto por la creciente mentalización de la justicia de familia sobre los intereses del niño como por la cada vez mayor igualdad sociológica de ambos progenitores ante los deberes de atención de los hijos.
No hace mucho habría sido poco menos que impensable una decisión como la adoptada por una juez de Manresa de retirar la guarda y custodia de una niña de ocho años a su madre por crearle fobia hacia su padre, interfiriendo gravemente en el régimen legal de visitas. Pero ahora no es la primera que se produce en un juzgado de familia, tomando en serio algo que no es desgraciadamente nuevo: la utilización del hijo como arma arrojadiza en la guerra que no pocas veces mantienen entre sí los padres separados o divorciados.
La juez de Manresa ha considerado que el interés de la niña exigía liberarla de esa guerra, poniéndola además a buen recaudo de su madre, que manipulaba sus sentimientos en contra del padre. Sea cual sea el nombre que se le dé a esa violencia emocional ejercida sobre el menor, su existencia, una vez comprobada, obliga al juez a tomar las medidas pertinentes para salvaguardar sus intereses.
Pues si bien es cierto que la violencia emocional es menos visible que la física y, por tanto, más difícil de comprobar, no es menos dañina, debiendo ser combatida con igual firmeza.
La justicia deberá disponer de mayores medios de prueba y de informes periciales que le ayuden a discernir lo mejor para el niño pero, en ningún caso, podrá dejarle desamparado.
La patria potestad y la guarda y custodia de los hijos no son derechos exclusivos y mucho menos excluyentes de ninguno de los padres, por lo que, en principio, deben ser compartidos y, en todo caso, cuidadosamente administrados por la justicia.
No pueden desconocerse los avances producidos en la igualdad entre hombres y mujeres, con un mayor protagonismo de los primeros en las tareas del hogar y en la atención de los hijos, aunque el desequilibrio sea todavía manifiesto a pesar de los impulsos legales a la conciliación de la vida familiar y laboral.
La última reforma de la ley del divorcio, por la que se reguló por primera vez la custodia compartida, no sólo ha favorecido los casos pactados de este tipo de custodia, sino también un régimen de visitas más atento al interés del niño que al de los padres.
La decisión de la juez de Manresa es una muestra del cambio de mentalidad, lento pero constatable, que se está produciendo en los asuntos de familia y que afecta no sólo a los jueces sino a los padres enfrentados a la responsabilidad de cuidar de sus hijos en situaciones de separación o divorcio.
lunes, 25 de junio de 2007
Erin Pizzey (Feminista Inglesa,años 70)
No más guerra
Erin Pizzey
Otros textos de Erin Pizzey:
De lo personal a lo político
Prone to violence
Más sobre Erin Pizzey
He leído el artículo 'El rostro de la desesperación' de Nuala Fennell con profunda nostalgia. Recuerdo bien mi primera visita a Harcourt Terrace, en Dublín.
La enorme casa, al igual que mi propio albergue de Chiswick, rebosaba de madres desesperadas, acompañadas de sus hijos.
Me gustó mucho que el comité de Women’s Aid de Dublín estuviese integrado por hombres y mujeres.
La experiencia personal me había enseñado que mi madre era tan violenta como mi padre. Siempre pensé que era una terrorista doméstica.
En mis recuerdos, aún puedo verme a la edad de seis años tratando de convencer a mi profesor de la escuela de Toronto (Canadá) de que los enormes moratones de mis piernas los había causado mi madre al azotarme con el cable de la plancha.
El profesor se negaba a creerme.
Mis padres trabajaban en el Foreign Office, por lo que la idea de la violencia doméstica era impensable. Sin embargo, mis dos padres eran violentos, y ambos tenían antecedentes familiares de violencia y trastornos. El comportamiento excéntrico y disfuncional de mi padre era conocido entre las personas que trabajaban con él. Perdía con facilidad los estribos y se enfurecía e insultaba a la gente.
Al igual que muchos niños de hogares violentos, no teníamos amigos. Sin embargo, mi madre gozaba de gran estima, ya que se comportaba como un ángel en la calle y como el mismo demonio apenas traspasaba el umbral de su casa. Pero no había testigos de su comportamiento violento.
En aquellos primeros tiempos no había albergues en Irlanda, por lo que muchas de las mujeres que huían de la violencia en Dublín acudieron al albergue de Chiswick.
Nuala menciona en su artículo mi película 'GRITAD SIN HACER RUIDO, O LOS VECINOS LO OIRÁN'. Cuando la película se exhibió, la historia narrada en ella por una sollozante mujer irlandesa conmovió a la audiencia del país.
Esa mujer había huido de su casa en Irlanda temiendo por su vida y dejando tras ella tres niños. Era una auténtica víctima de la violencia de su marido. Necesitaba un albergue, un buen abogado que lograse que sus hijos se reuniesen con ella y un lugar seguro para vivir lejos de su marido psicópata.
Rose también llegó de Irlanda con siete niños y, al igual que ellos, había sido golpeada salvajemente. Su violento marido, que era un conocido delincuente, había abusado también sexualmente de los niños. Pronto se puso de manifiesto que Rose también maltrataba a sus hijos y seguía ejerciendo su oficio de prostituta en las calles de Chiswick.
Rose no sólo era víctima de la violencia de su marido, sino también víctima de la violencia y los abusos sexuales sufridos en su propia infancia. Sin nuestra ayuda y nuestro asesoramiento constante, las perspectivas de sacar a Rose y a sus hijos de ese círculo de interminable violencia no parecían muy halagüeñas.
Los hijos varones de Rose seguían el ejemplo de su padre. Montaban en cólera cuando se sentían frustrados y se pegaban entre ellos o sacudían a otros. Ambos padres imponían su autoridad a patadas y puñetazos y los chicos habían aprendido esas primeras lecciones demasiado bien. Las niñas volvían contra sí mismas su rabia y su cólera, se automutilaban y provocaban peleas entre los demás niños.
Las tiendas locales pronto se quejaron de que las niñas robaban y merodeaban alrededor de los lavabos de caballeros pidiendo dinero a cambio de mostrar sus incipientes pechos. Nunca pude entender cómo los llamados 'expertos' imaginan que sólo los niños se contagian de la violencia familiar y que las niñas gozan de algún tipo de inmunidad. Rose y sus hijos necesitaban nuestra ayuda y, de hecho, vivieron a nuestro cargo durante varios años. Rose, al igual que mi madre, era una mujer proclive a la violencia y no sólo necesitaba un albergue, sino también una terapia.
A finales de 1974 ya me había dado cuenta de que no se podía prestar apoyo general al movimiento feminista inglés por su radical odio a la vida familiar y a los hombres. Sabía que buscaban una causa legítima para justificar su odio a los varones y obtener ayuda económica. Pronto inventaron lemas tales como 'todas las mujeres son víctimas inocentes de la violencia de los hombres' y difundieron cifras falsas para dar legitimidad a su intento, coronado por el éxito, de adueñarse del movimiento contra la violencia doméstica.
Sólo ahora, 30 años más tarde, empezamos a descorrer las cortinas políticas que impedían ver la causa de la violencia existente en la intimidad del hogar. Con frecuencia, los hombres son los peores enemigos de sí mismos cuando se trata de identificar el comportamiento violento de las mujeres.
La mayoría de ellos son renuentes a reconocer la violencia de su pareja, y tratan de excusar el comportamiento violento de la mujer atribuyéndolo a un estado de nerviosismo o a la tensión premenstrual.
Además, los hombres saben que admitir que las mujeres los maltratan da pie al ridículo y a la incredulidad. Mi padre, con una estatura de 1’85 m, vivía atemorizado ante mi madre. Ella era una mujer menuda, de 1’44 m, pero sus accesos de cólera eran aterradores. Cualquier intento de investigar el comportamiento violento de las mujeres trae consigo amenazas de violencia.
Susan Steinmetz, que escribió el primer libro sobre mujeres maltratadas, recibió amenazas de muerte, no sólo dirigidas a ella, sino también a sus hijos. Yo también fui perseguida y, finalmente, opté por el exilio político.
Por entonces, la violencia doméstica era ya una industria de un millón de dólares y la negativa a tener en cuenta los problemas de los hombres obedecía en parte al deseo de no compartir ese filón.
Durante mi estancia en los Estados Unidos atendí casos de pedofilia en los que eran tantas las mujeres como los hombres que habían abusado de niños. Ahora sabemos que las relaciones entre mujeres son las más violentas de todas, lo que quita todo sentido al lema 'todos los hombres son maltratadores' .
Todavía en la última conferencia de AMEN, celebrada en Dublín con asistentes de ambos sexos, fuí acusada de 'echar la culpa a la víctima' cuando hablé acerca del comportamiento violento de las mujeres. ¿Por qué debe haber conferencias, programas de televisión y periódicos dedicados a examinar la violencia de los hombres y una censura estricta de esas fuentes de información cuando se refieren a la violencia de las mujeres?
Cuando abrí el primer albergue que existió en el mundo para víctimas de la violencia, creía que los hombres y las mujeres trabajarían juntos en el intento de erradicar la violencia en la familia. Entonces creía, al igual que ahora, que la violencia es un modelo de comportamiento aprendido en los años de la infancia.
En mi trabajo, enseño que todos nosotros interiorizamos la personalidad de nuestros padres, y que el bien que ellos siembran al comienzo de nuestras vidas nos ayuda a ser personas afectuosas y generosas. Si lo que interiorizamos es la violencia de nuestros padres y carecemos de ayuda para extirpar lo que hemos asimilado, es probable que acabemos repitiendo sus trágicas tendencias.
Creo que, sólo con que Women’s Aid de Dublin uniese sus fuerzas con AMEN, el más importante grupo del mundo de ayuda a los hombres maltratados, podrían lograrse grandes avances. La violencia es parte de la condición humana, y siempre necesitaremos albergues para las víctimas que huyen de ella.
Si los dos brazos de las soluciones a la violencia familiar pudiesen unir sus fuerzas, el mensaje resultante sería muy positivo para otros albergues en todo el mundo. El mensaje sería que, en este nuevo milenio, los hombres y las mujeres pueden deponer sus armas y forjar con ellas rejas para arar y plantar la herencia de las generaciones futuras. Esas generaciones serán nuestro legado a un mundo en paz.
Erin Pizzey
Otros textos de Erin Pizzey:
De lo personal a lo político
Prone to violence
Más sobre Erin Pizzey
He leído el artículo 'El rostro de la desesperación' de Nuala Fennell con profunda nostalgia. Recuerdo bien mi primera visita a Harcourt Terrace, en Dublín.
La enorme casa, al igual que mi propio albergue de Chiswick, rebosaba de madres desesperadas, acompañadas de sus hijos.
Me gustó mucho que el comité de Women’s Aid de Dublín estuviese integrado por hombres y mujeres.
La experiencia personal me había enseñado que mi madre era tan violenta como mi padre. Siempre pensé que era una terrorista doméstica.
En mis recuerdos, aún puedo verme a la edad de seis años tratando de convencer a mi profesor de la escuela de Toronto (Canadá) de que los enormes moratones de mis piernas los había causado mi madre al azotarme con el cable de la plancha.
El profesor se negaba a creerme.
Mis padres trabajaban en el Foreign Office, por lo que la idea de la violencia doméstica era impensable. Sin embargo, mis dos padres eran violentos, y ambos tenían antecedentes familiares de violencia y trastornos. El comportamiento excéntrico y disfuncional de mi padre era conocido entre las personas que trabajaban con él. Perdía con facilidad los estribos y se enfurecía e insultaba a la gente.
Al igual que muchos niños de hogares violentos, no teníamos amigos. Sin embargo, mi madre gozaba de gran estima, ya que se comportaba como un ángel en la calle y como el mismo demonio apenas traspasaba el umbral de su casa. Pero no había testigos de su comportamiento violento.
En aquellos primeros tiempos no había albergues en Irlanda, por lo que muchas de las mujeres que huían de la violencia en Dublín acudieron al albergue de Chiswick.
Nuala menciona en su artículo mi película 'GRITAD SIN HACER RUIDO, O LOS VECINOS LO OIRÁN'. Cuando la película se exhibió, la historia narrada en ella por una sollozante mujer irlandesa conmovió a la audiencia del país.
Esa mujer había huido de su casa en Irlanda temiendo por su vida y dejando tras ella tres niños. Era una auténtica víctima de la violencia de su marido. Necesitaba un albergue, un buen abogado que lograse que sus hijos se reuniesen con ella y un lugar seguro para vivir lejos de su marido psicópata.
Rose también llegó de Irlanda con siete niños y, al igual que ellos, había sido golpeada salvajemente. Su violento marido, que era un conocido delincuente, había abusado también sexualmente de los niños. Pronto se puso de manifiesto que Rose también maltrataba a sus hijos y seguía ejerciendo su oficio de prostituta en las calles de Chiswick.
Rose no sólo era víctima de la violencia de su marido, sino también víctima de la violencia y los abusos sexuales sufridos en su propia infancia. Sin nuestra ayuda y nuestro asesoramiento constante, las perspectivas de sacar a Rose y a sus hijos de ese círculo de interminable violencia no parecían muy halagüeñas.
Los hijos varones de Rose seguían el ejemplo de su padre. Montaban en cólera cuando se sentían frustrados y se pegaban entre ellos o sacudían a otros. Ambos padres imponían su autoridad a patadas y puñetazos y los chicos habían aprendido esas primeras lecciones demasiado bien. Las niñas volvían contra sí mismas su rabia y su cólera, se automutilaban y provocaban peleas entre los demás niños.
Las tiendas locales pronto se quejaron de que las niñas robaban y merodeaban alrededor de los lavabos de caballeros pidiendo dinero a cambio de mostrar sus incipientes pechos. Nunca pude entender cómo los llamados 'expertos' imaginan que sólo los niños se contagian de la violencia familiar y que las niñas gozan de algún tipo de inmunidad. Rose y sus hijos necesitaban nuestra ayuda y, de hecho, vivieron a nuestro cargo durante varios años. Rose, al igual que mi madre, era una mujer proclive a la violencia y no sólo necesitaba un albergue, sino también una terapia.
A finales de 1974 ya me había dado cuenta de que no se podía prestar apoyo general al movimiento feminista inglés por su radical odio a la vida familiar y a los hombres. Sabía que buscaban una causa legítima para justificar su odio a los varones y obtener ayuda económica. Pronto inventaron lemas tales como 'todas las mujeres son víctimas inocentes de la violencia de los hombres' y difundieron cifras falsas para dar legitimidad a su intento, coronado por el éxito, de adueñarse del movimiento contra la violencia doméstica.
Sólo ahora, 30 años más tarde, empezamos a descorrer las cortinas políticas que impedían ver la causa de la violencia existente en la intimidad del hogar. Con frecuencia, los hombres son los peores enemigos de sí mismos cuando se trata de identificar el comportamiento violento de las mujeres.
La mayoría de ellos son renuentes a reconocer la violencia de su pareja, y tratan de excusar el comportamiento violento de la mujer atribuyéndolo a un estado de nerviosismo o a la tensión premenstrual.
Además, los hombres saben que admitir que las mujeres los maltratan da pie al ridículo y a la incredulidad. Mi padre, con una estatura de 1’85 m, vivía atemorizado ante mi madre. Ella era una mujer menuda, de 1’44 m, pero sus accesos de cólera eran aterradores. Cualquier intento de investigar el comportamiento violento de las mujeres trae consigo amenazas de violencia.
Susan Steinmetz, que escribió el primer libro sobre mujeres maltratadas, recibió amenazas de muerte, no sólo dirigidas a ella, sino también a sus hijos. Yo también fui perseguida y, finalmente, opté por el exilio político.
Por entonces, la violencia doméstica era ya una industria de un millón de dólares y la negativa a tener en cuenta los problemas de los hombres obedecía en parte al deseo de no compartir ese filón.
Durante mi estancia en los Estados Unidos atendí casos de pedofilia en los que eran tantas las mujeres como los hombres que habían abusado de niños. Ahora sabemos que las relaciones entre mujeres son las más violentas de todas, lo que quita todo sentido al lema 'todos los hombres son maltratadores' .
Todavía en la última conferencia de AMEN, celebrada en Dublín con asistentes de ambos sexos, fuí acusada de 'echar la culpa a la víctima' cuando hablé acerca del comportamiento violento de las mujeres. ¿Por qué debe haber conferencias, programas de televisión y periódicos dedicados a examinar la violencia de los hombres y una censura estricta de esas fuentes de información cuando se refieren a la violencia de las mujeres?
Cuando abrí el primer albergue que existió en el mundo para víctimas de la violencia, creía que los hombres y las mujeres trabajarían juntos en el intento de erradicar la violencia en la familia. Entonces creía, al igual que ahora, que la violencia es un modelo de comportamiento aprendido en los años de la infancia.
En mi trabajo, enseño que todos nosotros interiorizamos la personalidad de nuestros padres, y que el bien que ellos siembran al comienzo de nuestras vidas nos ayuda a ser personas afectuosas y generosas. Si lo que interiorizamos es la violencia de nuestros padres y carecemos de ayuda para extirpar lo que hemos asimilado, es probable que acabemos repitiendo sus trágicas tendencias.
Creo que, sólo con que Women’s Aid de Dublin uniese sus fuerzas con AMEN, el más importante grupo del mundo de ayuda a los hombres maltratados, podrían lograrse grandes avances. La violencia es parte de la condición humana, y siempre necesitaremos albergues para las víctimas que huyen de ella.
Si los dos brazos de las soluciones a la violencia familiar pudiesen unir sus fuerzas, el mensaje resultante sería muy positivo para otros albergues en todo el mundo. El mensaje sería que, en este nuevo milenio, los hombres y las mujeres pueden deponer sus armas y forjar con ellas rejas para arar y plantar la herencia de las generaciones futuras. Esas generaciones serán nuestro legado a un mundo en paz.
Denuncias Falsas en el Divorcio
TRIBUNALES
Una juez acusa a una mujer por una denuncia falsa de malos tratos contra su pareja.
La titular del juzgado de lo Penal nº1 de Alicante .
La denunciante formuló la acusación cuando su marido le pidió el divorcio y reconoció a la Policía, entre risas, que quería «el coche, la niña y el piso»
http://www.diarioinformacion.com/secciones/noticia.jsp?pNumEjemplar=2063&pIdSeccion=12&pIdNoticia=637290
Ya era Hora: Más vale tarde que nunca.
Una juez acusa a una mujer por una denuncia falsa de malos tratos contra su pareja.
La titular del juzgado de lo Penal nº1 de Alicante .
La denunciante formuló la acusación cuando su marido le pidió el divorcio y reconoció a la Policía, entre risas, que quería «el coche, la niña y el piso»
http://www.diarioinformacion.com/secciones/noticia.jsp?pNumEjemplar=2063&pIdSeccion=12&pIdNoticia=637290
Ya era Hora: Más vale tarde que nunca.
Divorcio: Sufrimiento de los Hijos
1. «Los que sufren son los hijos», sostienen los expertos
http://www.abc.es/20070624/sociedad-sociedad/sufren-hijos-sostienen-expertos_200706240301.html
PILAR QUIJADA
MADRID. I
Independientemente del sexo, los chavales con edades comprendidas entre los seis y doce años son los más susceptibles de sufrir el Síndrome de Alienación Parental (SAP).
Un término relativamente novedoso que aún no se recoge en los manuales de diagnóstico, y que fue propuesto por el psicólogo americano Richard Gardner en 1985 para referirse a la alteración que surge en las relaciones paterno-filiales tras las separaciones conyugales altamente conflictivas.
El motivo de que se pueda influir más en esta franja de edad es que los niños aún no han adquirido su propio juicio moral y aceptan las opiniones de los adultos de referencia con los que conviven sin cuestionarlas. Y la situación se agrava si el progenitor que se va rehace su vida y convive con otra pareja y con los hijos de ésta.
Miedo e inseguridad
A esto hay que añadir que los niños pueden sentir miedo e inseguridad después de la separación, y pensar que si uno de sus padres se ha ido -a veces lo viven como un abandono-, ahora que están con el otro, si no hace lo que le pide puede abandonarle también.
«Y por ese miedo al rechazo y a ser abandonados por los dos se involucran en la campaña», explica Asunción Tejedor, coordinadora de Psicología Jurídica del Colegio Oficial de Psicólogos del Principado de Asturias y autora del libro «El síndrome de alienación parental: una forma de maltrato».
Maltrato psicológico
No obstante Tejedor señala que muchos niños que han sufrido este tipo de maltrato psicológico, cuando crecen se vuelven contra el progenitor que ha inducido las manipulaciones, porque se dan cuenta de que han sido utilizados para hacer daño al otro.
Para Tejedor el SAP es el resultado de una «programación o lavado de cerebro que hace un progenitor contra el otro y en la que el niño va a contribuir en cierta medida con sus propias aportaciones, según va avanzando el proceso».
Aunque en un principio la fobia se centra en el progenitor que no tiene la custodia, pronto se extiende al resto de la familia de éste.
El objetivo es destruir el vínculo afectivo del niño con la ex pareja como venganza por la separación.Lo importante en estos casos es descartar que las acusaciones estén fundadas. «Podríamos hablar de un «menor programado», que no ha vivido realmente lo que el progenitor alienador -que propicia el rechazo- afirma.
En las entrevistas que he mantenido con estos niños llama la atención que necesitan de la ayuda del adulto instigador para recordar los acontecimientos. Cuando son entrevistados por separn su actitud parental». ado, los menores suelen dar testimonios diferentes», señala María Luisa Pérez Caballero, vocal de la sección de Psicología Jurídica del Colegio oficial de Psicólogos de Madrid.
Para Caballero «el progenitor que instiga el rechazo no se da cuenta de los efectos que la destrucción del vínculo paterno-filial provoca en los hijos. Se trata de adultos aparentemente sanos en otros ámbitos de su vida, pero que en lo que se refiere al afrontamiento de la separación muestran una severa alteración en su actitud parental.
En este sentido, Tejedor resalta que «no hay que olvidar que esta manipulación es un maltrato hacia los hijos. Aparte de que los progenitores sufren mucho, los que pagan realmente las consecuencias son los hijos».
Respecto a si hay más mujeres que recurren a estas manipulaciones para vengarse de su ex marido, Tejedor opina que «el problema es que ahora hay más igualdad entre los dos cónyuges a la hora de optar por la custodia de los hijos, cosa que hace unos años no ocurría. Y cuando el padre ha empezado a tener la posibilidad de lograr la custodia, empiezan a aparecer estas manipulaciones. Empezaron quizás las mujeres ejerciéndola, pero esto también está cambiando. He visto muchos casos en los que son los padres los alienadores».
Mediación familiar.
Para Pérez Caballero, «no es una cuestión de sexo. Está más unido a una actitud en el ejercicio de la parentalidad y de la resolución del conflicto de pareja (ruptura), a lo que cabría añadir otros factores personales. Se produce tanto en varones como en mujeres. Aunque si estadísticamente se da más en mujeres es porque hasta ahora es mayor el porcentaje que ejerce la custodia de los hijos frente a los varones».
Caballero se muestra partidaria de resolver estas separaciones conflictivas vía mediación familiar, en un contexto de actuación psicológico y judicial, de a una transformación del proceso conflictivo.
2. Síndrome de alienación parental y custodia
http://www.elpais.com/articulo/opinion/Sindrome/alienacion/parental/custodia/elpepuopi/20070624elpepiopi_6/TesMª Teresa Junco López - Oviedo - 24/06/2007
Como psicóloga forense desde hace 18 años, siempre en juzgados de familia, estoy habituada a ver casos de alienación parental. La resolución judicial de Manresa que apareció en los medios de comunicación no es pionera, como se comentaba en el programa de Carles Francino.
En Asturias hace tiempo que se recoge dicho síndrome en las resoluciones judiciales para privar de la custodia al progenitor que aliena, que no siempre es la madre.
Que el síndrome de alienación parental no esté reconocido por la OMS no niega su existencia, de la cual tenemos constancia a diario en los juzgados de familia, por desgracia para los menores implicados.
Además, la bibliografía e investigación sobre el tema corroboran que se trata de algo más que la invención de un síndrome por parte de R. Gardner con el propósito de perjudicar a las madres.El cambio de custodia pretende proteger al menor del maltrato emocional que le ocasiona el progenitor que lo manipula.
La decisión la toma un juez, basándose en informes periciales, por tanto, en condiciones de evaluar cuál es el mejor interés de un niño. Pretender que la opinión manipulada de un menor de edad sirva para sustentar dónde y con quién debe vivir es, además de un error, una colaboración con el maltrato emocional que está sufriendo.
Cuando un niño es protegido de la violencia física que pueda estar recibiendo de sus progenitores, no se cuestiona dicha intervención. Es más, si no se lleva a cabo, se investiga si ha habido mala praxis por parte de las instituciones responsables de ejercerla.
Por ello, no entiendo que genere tanta polémica que un niño sea protegido de la violencia emocional que ejerce un progenitor sobre él, sea el padre o la madre.
Hacer de esto un campo de batalla para la guerra de géneros no ayuda a los niños y sólo sirve para enmascarar lo que hay de fondo, un maltrato hacia un menor de edad.
Atentamente,
APIF-CADIZ
Puede visitar nuestra pàgina web en:http://apif-cadiz.iespana.es
O mandarnos un correo electronico a la siguiente direccion:apif-cadiz@hotmail.com
http://www.abc.es/20070624/sociedad-sociedad/sufren-hijos-sostienen-expertos_200706240301.html
PILAR QUIJADA
MADRID. I
Independientemente del sexo, los chavales con edades comprendidas entre los seis y doce años son los más susceptibles de sufrir el Síndrome de Alienación Parental (SAP).
Un término relativamente novedoso que aún no se recoge en los manuales de diagnóstico, y que fue propuesto por el psicólogo americano Richard Gardner en 1985 para referirse a la alteración que surge en las relaciones paterno-filiales tras las separaciones conyugales altamente conflictivas.
El motivo de que se pueda influir más en esta franja de edad es que los niños aún no han adquirido su propio juicio moral y aceptan las opiniones de los adultos de referencia con los que conviven sin cuestionarlas. Y la situación se agrava si el progenitor que se va rehace su vida y convive con otra pareja y con los hijos de ésta.
Miedo e inseguridad
A esto hay que añadir que los niños pueden sentir miedo e inseguridad después de la separación, y pensar que si uno de sus padres se ha ido -a veces lo viven como un abandono-, ahora que están con el otro, si no hace lo que le pide puede abandonarle también.
«Y por ese miedo al rechazo y a ser abandonados por los dos se involucran en la campaña», explica Asunción Tejedor, coordinadora de Psicología Jurídica del Colegio Oficial de Psicólogos del Principado de Asturias y autora del libro «El síndrome de alienación parental: una forma de maltrato».
Maltrato psicológico
No obstante Tejedor señala que muchos niños que han sufrido este tipo de maltrato psicológico, cuando crecen se vuelven contra el progenitor que ha inducido las manipulaciones, porque se dan cuenta de que han sido utilizados para hacer daño al otro.
Para Tejedor el SAP es el resultado de una «programación o lavado de cerebro que hace un progenitor contra el otro y en la que el niño va a contribuir en cierta medida con sus propias aportaciones, según va avanzando el proceso».
Aunque en un principio la fobia se centra en el progenitor que no tiene la custodia, pronto se extiende al resto de la familia de éste.
El objetivo es destruir el vínculo afectivo del niño con la ex pareja como venganza por la separación.Lo importante en estos casos es descartar que las acusaciones estén fundadas. «Podríamos hablar de un «menor programado», que no ha vivido realmente lo que el progenitor alienador -que propicia el rechazo- afirma.
En las entrevistas que he mantenido con estos niños llama la atención que necesitan de la ayuda del adulto instigador para recordar los acontecimientos. Cuando son entrevistados por separn su actitud parental». ado, los menores suelen dar testimonios diferentes», señala María Luisa Pérez Caballero, vocal de la sección de Psicología Jurídica del Colegio oficial de Psicólogos de Madrid.
Para Caballero «el progenitor que instiga el rechazo no se da cuenta de los efectos que la destrucción del vínculo paterno-filial provoca en los hijos. Se trata de adultos aparentemente sanos en otros ámbitos de su vida, pero que en lo que se refiere al afrontamiento de la separación muestran una severa alteración en su actitud parental.
En este sentido, Tejedor resalta que «no hay que olvidar que esta manipulación es un maltrato hacia los hijos. Aparte de que los progenitores sufren mucho, los que pagan realmente las consecuencias son los hijos».
Respecto a si hay más mujeres que recurren a estas manipulaciones para vengarse de su ex marido, Tejedor opina que «el problema es que ahora hay más igualdad entre los dos cónyuges a la hora de optar por la custodia de los hijos, cosa que hace unos años no ocurría. Y cuando el padre ha empezado a tener la posibilidad de lograr la custodia, empiezan a aparecer estas manipulaciones. Empezaron quizás las mujeres ejerciéndola, pero esto también está cambiando. He visto muchos casos en los que son los padres los alienadores».
Mediación familiar.
Para Pérez Caballero, «no es una cuestión de sexo. Está más unido a una actitud en el ejercicio de la parentalidad y de la resolución del conflicto de pareja (ruptura), a lo que cabría añadir otros factores personales. Se produce tanto en varones como en mujeres. Aunque si estadísticamente se da más en mujeres es porque hasta ahora es mayor el porcentaje que ejerce la custodia de los hijos frente a los varones».
Caballero se muestra partidaria de resolver estas separaciones conflictivas vía mediación familiar, en un contexto de actuación psicológico y judicial, de a una transformación del proceso conflictivo.
2. Síndrome de alienación parental y custodia
http://www.elpais.com/articulo/opinion/Sindrome/alienacion/parental/custodia/elpepuopi/20070624elpepiopi_6/TesMª Teresa Junco López - Oviedo - 24/06/2007
Como psicóloga forense desde hace 18 años, siempre en juzgados de familia, estoy habituada a ver casos de alienación parental. La resolución judicial de Manresa que apareció en los medios de comunicación no es pionera, como se comentaba en el programa de Carles Francino.
En Asturias hace tiempo que se recoge dicho síndrome en las resoluciones judiciales para privar de la custodia al progenitor que aliena, que no siempre es la madre.
Que el síndrome de alienación parental no esté reconocido por la OMS no niega su existencia, de la cual tenemos constancia a diario en los juzgados de familia, por desgracia para los menores implicados.
Además, la bibliografía e investigación sobre el tema corroboran que se trata de algo más que la invención de un síndrome por parte de R. Gardner con el propósito de perjudicar a las madres.El cambio de custodia pretende proteger al menor del maltrato emocional que le ocasiona el progenitor que lo manipula.
La decisión la toma un juez, basándose en informes periciales, por tanto, en condiciones de evaluar cuál es el mejor interés de un niño. Pretender que la opinión manipulada de un menor de edad sirva para sustentar dónde y con quién debe vivir es, además de un error, una colaboración con el maltrato emocional que está sufriendo.
Cuando un niño es protegido de la violencia física que pueda estar recibiendo de sus progenitores, no se cuestiona dicha intervención. Es más, si no se lleva a cabo, se investiga si ha habido mala praxis por parte de las instituciones responsables de ejercerla.
Por ello, no entiendo que genere tanta polémica que un niño sea protegido de la violencia emocional que ejerce un progenitor sobre él, sea el padre o la madre.
Hacer de esto un campo de batalla para la guerra de géneros no ayuda a los niños y sólo sirve para enmascarar lo que hay de fondo, un maltrato hacia un menor de edad.
Atentamente,
APIF-CADIZ
Puede visitar nuestra pàgina web en:http://apif-cadiz.iespana.es
O mandarnos un correo electronico a la siguiente direccion:apif-cadiz@hotmail.com
Suscribirse a:
Entradas (Atom)