Rebeca Gil, 22 agosto 2023.
Las separaciones y los divorcios están a la orden del día en nuestro entorno. Según el Instituto Nacional de Estadística, en el año 2021 hubo más de 86.000 divorcios.
Un proceso que afecta emocionalmente a la pareja, pero también a los hijos, que pueden sufrir las secuelas emocionales durante años.
Tales son las consecuencias psico-emocionales que puede llegar a tener un niño durante un divorcio o una separación, que los especialistas del Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría (CPS-AEP) estiman que:
Los niños de padres separados tienen un doble riesgo de sufrir trastornos o enfermedades mentales.
Con el fin de reducir el impacto emocional de la ruptura en los niños, los pediatras de la AEP han elaborado un manual tanto para padres como para profesionales médicos para abordar el divorcio o la separación de la mejor manera.
Según los estudios, los niños de padres separados tienen un doble riesgo de sufrir enfermedades mentales
¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES PROBLEMAS QUE GENERA UN DIVORCIO EN LOS NIÑOS?
Cuando una pareja se separa, una tormenta de emociones se desata entre los dos adultos que toman la decisión.
Emociones como ansiedad, estrés, falta de autoestima que tiene un impacto directo en los niños.
En ellos, los conflictos psico-emocionales más habituales ante el divorcio de los padres son:
a.- Sentimiento de abandono
b.- Frustración e impotencia ante los cambios de rutinas que se le plantean
c.- Sentimientos de culpabilidad
d.- Sentimientos de rechazo hacia los padres porque les dedican menos tiempo o fantasías sobre una reconciliación.
Sin embargo, en muchas ocasiones, los más pequeños no saben cómo expresar toda esta maraña de sentimientos, y tal y como explican desde la AEP, esta situación puede traducirse en comportamientos como:
1.- Aumento de la irritabilidad
2.- Llora más de lo normal
3.- Puede presentar cuadros de ansiedad y depresión
En algunas ocasiones el niño puede llegar a somatizar todas estas emociones y lo hace de varias formas: somatizaciones de tipo gastrointestinal (vómitos, diarrea, estreñimiento, dolores de tripa), neurológico (tics nerviosos, balanceo, regresión en el neurodesarrollo), dermatológico (eccema, aftas, empeoramiento del acné).
4.- Problemas de comportamiento: desobediencia, agresividad, consumo de tóxicos.
5.- Trastornos de eliminación: el niño se vuelve a hacer pis o caca, sobre todo en el caso de los más pequeños.
6.- Trastornos del sueño: tanto para conciliar el sueño como para mantenerlo.
7.- Accidentes: mayor propensión a sufrirlos debido tanto a la falta de atención que provocan los problemas emocionales, como por una conducta impulsiva que suele haber cuando hay problemas de comportamiento.
Los expertos estiman que los niños de padres separados tienen
un doble riesgo de sufrir trastornos o enfermedades mentales.
Todos estos síntomas emocionales van a variar según la edad.
Por ejemplo, los pediatras recuerdan que durante la adolescencia el impacto del divorcio puede ser mayor.
Así lo explica la doctora Lefa S. Eddy, pediatra y psiquiatra infanto-juvenil, miembro del CPS-AEP y secretaria de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la AEP (SPI-AEP):
“A esa edad se percibe la discrepancia que hay entre los valores que la familia y sociedad predican, y lo que practican”
Pero también influye en los síntomas el género del hijo. Así, las niñas sufren más problemas de ansiedad y depresión, mientras que los chicos presentan más problemas conductuales.
Así lo explica la doctora Lefa S. Eddy, pediatra y psiquiatra infanto-juvenil, miembro del CPS-AEP y secretaria de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la AEP (SPI-AEP):
“A esa edad se percibe la discrepancia que hay entre los valores que la familia y sociedad predican, y lo que practican”
Pero también influye en los síntomas el género del hijo. Así, las niñas sufren más problemas de ansiedad y depresión, mientras que los chicos presentan más problemas conductuales.
CÓMO AYUDAR A UNA FAMILIA QUE ESTÁ PASANDO POR UNA SEPARACIÓN O UN DIVORCIO.
El objetivo de la separación amigable es lograr que el sufrimiento emocional causado por la separación sea el mínimo posible.
“Para ello conviene que todas las personas del entorno -familiares, profesionales sanitarios, profesores, etcétera- ayuden a los niños a aceptar esta situación y a los padres a ejercer la parentalidad de manera conjunta y responsable, poniendo el cuidado y educación de sus hijos por delante de su conflicto de pareja”, expone la doctora Cristina García de Ribera, pediatra de atención primaria y secretaria del CPS-AEP.
Ante el divorcio de los padres, las niñas sufren más problemas de ansiedad, mientras que los chicos presentan más problemas conductuales.
Para conseguir este objetivo, los especialistas recomiendan:
1.- Explicar a los niños que la ruptura de los padres es algo real, que ellos no son los responsables, pero que es algo que ya va formar parte de su vida siempre.
2.- Recordar al niño que ambas partes de la pareja van a seguir siendo sus padres y que, en ningún caso, tienen que elegir entre uno u otro.
3.- Superar los sentimientos de culpa, resentimiento y reproche hacia uno o ambos padres. Hacerles saber que son normales esos sentimientos y que no pasa nada por tenerlos.
4.- Ayudarles a aceptar los cambios debido a la ruptura familiar, como cambiar de casa, barrio o incluso población.
5.- Recordarles que los ellos son frutos del amor que existía en la pareja, y que el que los padres ya no se quieran no va a afectar al amor que sienten por los menores.
6.- No implicar a los hijos en los conflictos existentes entre ambos padres. Ni se les debe usar como mensajeros, ni como arma arrojadiza contra la otra parte de la pareja o su entorno, ni por supuesto trasladarles mensajes negativos sobre los ex.
Ambos padres tienen la obligación de hablar con todos aquellos profesionales que ayuden, traten o asistan a sus hijos (profesores, médico, psicólogo, etc.). Es importante que el hijo vea que ambos padres se preocupan por su bienestar.