VICTORIA LUNA/ 10.09.2015 -
En 2013 se quitaron la vida 3.870 personas, un 2,7% más que el año anterior.
La tasa de suicidios es de 8,3 por cada 100.000 personas, la más alta desde 2005.
Es la principal causa externa de muerte, por encima de los accidentes de tráfico.
En el 90% de los casos hay un trastorno mental detrás potencialmente tratable.
Una profunda desesperación y un sufrimiento extremo al que no se ve fin. Eso es lo que hay siempre detrás de un suicidio.
El 90% de los casos, además, está enmarcado en un cuadro de trastorno
mental como depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia, trastorno
límite de la personalidad o alcoholismo.Así lo explica una de las mayores autoridades en España sobre la materia, el doctor Santiago Durán-Sindreu, responsable de la unidad de prevención de suicidios del Hospital Sant Pau de Barcelona. “Es un gran problema de salud pública”, afirma. Un problema, además, que no ha dejado de aumentar en los últimos años.
Los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística, de 2013, hablan de 3.870 personas a lo largo de ese año (2.911 hombres y 959 mujeres), lo que supone una tasa de 8,3 fallecidos por esa causa por cada 100.000 personas, la más alta desde 2005.
La cifra coloca al suicidio,1 año más, como la principal causa externa de muerte (lo hace desde 2007), y supone un aumento del 2,7% respecto a 2012. Y eso que el incremento de ese año fue espectacular, con un 11,3% más que en 2011.
Desde el INE aclaran, no obstante, que los números no son estrictamente comparables, puesto que en 2013 se introdujo una mejora metodológica a la hora elaborar la estadística.
El doctor Durán-Sindreu es consciente de ese aumento, al que califica de "alarmante". No obstante, señala que en los años 80 ya nos movíamos en unas tasas entre el 6 y el 8 (por cada 100.000 personas), de manera que se muestra cauto y afirma que será necesario mirar atrás con perspectiva dentro de 5 o 10 años para analizar como corresponde estos incrementos.
A la hora de intentar encontrar una explicación de este ascenso en las cifras, muchos han querido ver detrás de ellas la sombra de la crisis económica, pero el doctor advierte: "Es muy precipitado hacer ese análisis. En mi opinión, relacionar el suicidio con una única causa es muy simplista".
La prevención y la sensibilización:Claves
Lo que sí tiene claro es una cosa: al ir de la mano de un trastorno mental en el 90% de los casos, son evitables en parte, en la medida que dichos trastornos son tratables. En ese sentido, es fundamental la prevención, algo que este miércoles han reclamado numerosos expertos en salud mental con motivo del Día Mundial de la Prevención del Suicidio.
"Es esencial facilitar el acceso a los profesionales de salud mental del sistema sanitario", subraya Durán-Sindreu. "En ocasiones hay muchas trabas burocráticas y administrativas y eso hay que eliminarlo". Al mismo tiempo, señala la importancia de una buena campaña de detección y prevención por parte de los médicos de atención primaria. "Son los primeros que ven a los pacientes. Si ellos no los detectan, nunca llegan a nosotros", afirma.
La otra pata fundamental en la lucha contra esta dolorosa lacra es la sensibilización. "Es importantísimo concienciar a la opinión pública de que es un problema de salud."De la misma manera que se hacen campañas de tráfico o contra la violencia de género, habría que hacer campañas para esto. Desde 2007 hay más muertos por suicidio que por accidentes de tráfico", afirma Sindreu.
"La labor de los medios de comunicación es clave. Hay que romper los tabúes y entender que hablar de suicidio no induce al suicidio". Pensar lo contrario, es ignorancia. Cuanto más se conozca el problema, mejor se podrá combatir contra él. En opinión de este psiquiatra, hay que dejar atrás la culpa y la vergüenza. "La familia nunca es culpable. Tenemos que cambiar como sociedad y empezar a tratar el asunto como una enfermedad más".
Anualmente unas 800.000 personas mueren por suicidio al año en el mundo, según la OMS, aunque los expertos consideran que son cifras conservadoras. La cifra real "es más alta, pero no la conocemos debido al estigma asociado al suicidio o a la falta de procedimiento fiable del registro de muertos", afirma la presidenta del Teléfono de la Esperanza, Magdalena Pérez. A ello hay que sumar los millones de intentos y el impacto en las vidas de todos los que les rodean.
En cuanto a Europa, y con datos de 2012, España es uno de los países con la tasa más baja de suicidios, muy por debajo de la media de la UE, situada en 11,72.
Solo mejoran a la española (7.43 en 2012) la tasa de Chipre (3.82 ), Grecia (4.41), Italia (6.68), Malta (6.4) y Reino Unido (7,22).