El TSJ cree que la mujer planeó la utilización de los agentes y del juez como instrumentos para conseguir la detención y el ingreso en prisión de su ex novio.
M. G.,VALLADOLID, 11/12/2020
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha confirmado la condena de 10 años de cárcel a la mujer que fingió ser secuestrada en la puerta de su casa en Fabero (León) por su ex, para ser retenida en una localidad cercana donde éste le habría agredido sexualmente y le había puesto pegamento en la vagina, lo cual hizo ella misma.
La Sala de lo Civil y Penal mantiene, así, la sentencia dictada por la A. P. de León por la que también se condenaba a una multa de 2.100 € a un 2º implicado que le habría ayudado en la simulación del delito para «conseguir que su ex novio fuera detenido y encarcelado».
En concreto, tras recibir unos primeros auxilios en una farmacia, la mujer, que vagaba por las calles semidesnuda, denunció que fue maltratada, agredida y vejada por su ex pareja, solicitando el reingreso en prisión de éste, que había sido puesto en libertad unos días antes, una pretensión que fue aceptada de inicio por el Juzgado hasta que surgieron los indicios de que había sido un montaje.
Tras el fallo de prisión contra ella, la condenada recurrió la sentencia de la A. P. de León al entender que hubo error en la apreciación de las pruebas. Según ella, más que a su actuación, a la que se atribuyen sin fundamento una serie de complejas maquinaciones que no se corresponden con sus limitadas capacidades y su frágil personalidad, las privaciones de libertad que sufrió su ex pareja fueron fruto del automatismo de la policía al aplicar los protocolos de violencia de género y de la presión de los medios.
En cambio, la Sala entiende que la condena del tribunal provincial se halla suficientemente fundada y resulta concluyente frente a la hipótesis exculpatoria que esgrime la defensa. Atendiendo al análisis de las pruebas de la sentencia recurrida, se desprende que la intervención de la acusada en los hechos fue la causa eficiente de las privaciones de libertad acordadas para su ex pareja.
Hay, así, pruebas de que compró varios elementos utilizados para simular el secuestro y lesiones. Incluso fue registrada por una cámara de seguridad adquiriendo una media, cuchillas, pegamento y cinta adhesiva. Del mismo modo, queda «acreditado» que se mandó a sí misma mensajes intimidatorios.
Además, los testimonios de los efectivos de Guardia Civil que realizaron la reconstrucción de los hechos, junto con los de los de otros testigos y de ambos condenados, dejan «fuera de toda duda» la falsedad del secuestro preparado por la condenada. La Sala estima que la mujer «planeó una utilización de los agentes actuantes y del juez de instrucción como instrumentos para actuar conforme a derecho, y acordar la detención y el ingreso en prisión de su ex novio ante unos hechos que, tal y como fueron presentados por la entonces denunciante, revestían fundados indicios de delito y riesgo para su integridad física», informan desde el TSJ.
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La Sala de lo Civil y Penal mantiene, así, la sentencia dictada por la A. P. de León por la que también se condenaba a una multa de 2.100 € a un 2º implicado que le habría ayudado en la simulación del delito para «conseguir que su ex novio fuera detenido y encarcelado».
En concreto, tras recibir unos primeros auxilios en una farmacia, la mujer, que vagaba por las calles semidesnuda, denunció que fue maltratada, agredida y vejada por su ex pareja, solicitando el reingreso en prisión de éste, que había sido puesto en libertad unos días antes, una pretensión que fue aceptada de inicio por el Juzgado hasta que surgieron los indicios de que había sido un montaje.
Tras el fallo de prisión contra ella, la condenada recurrió la sentencia de la A. P. de León al entender que hubo error en la apreciación de las pruebas. Según ella, más que a su actuación, a la que se atribuyen sin fundamento una serie de complejas maquinaciones que no se corresponden con sus limitadas capacidades y su frágil personalidad, las privaciones de libertad que sufrió su ex pareja fueron fruto del automatismo de la policía al aplicar los protocolos de violencia de género y de la presión de los medios.
En cambio, la Sala entiende que la condena del tribunal provincial se halla suficientemente fundada y resulta concluyente frente a la hipótesis exculpatoria que esgrime la defensa. Atendiendo al análisis de las pruebas de la sentencia recurrida, se desprende que la intervención de la acusada en los hechos fue la causa eficiente de las privaciones de libertad acordadas para su ex pareja.
Hay, así, pruebas de que compró varios elementos utilizados para simular el secuestro y lesiones. Incluso fue registrada por una cámara de seguridad adquiriendo una media, cuchillas, pegamento y cinta adhesiva. Del mismo modo, queda «acreditado» que se mandó a sí misma mensajes intimidatorios.
Además, los testimonios de los efectivos de Guardia Civil que realizaron la reconstrucción de los hechos, junto con los de los de otros testigos y de ambos condenados, dejan «fuera de toda duda» la falsedad del secuestro preparado por la condenada. La Sala estima que la mujer «planeó una utilización de los agentes actuantes y del juez de instrucción como instrumentos para actuar conforme a derecho, y acordar la detención y el ingreso en prisión de su ex novio ante unos hechos que, tal y como fueron presentados por la entonces denunciante, revestían fundados indicios de delito y riesgo para su integridad física», informan desde el TSJ.
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