miércoles, 1 de enero de 2025

Fracaso de la ley de violenca sobre la mujer un año más

La violencia que no cesa: 2024 acaba con 47 mujeres y 9 menores asesinados en crímenes machistas.
Los expertos subrayan la necesidad de proteger a los niños ante la primera señal de maltrato y de combatir el negacionismo de un fenómeno estructural.
ELEONORA GIOVIO, Madrid - 01 ENE 2025 
Ana fue asesinada por su pareja el 12 de enero de 2024, tenía 57 años; Diana el 30 de diciembre, con 29 años. También por su pareja. Convivían pese a que él tuviera una orden de alejamiento. En 2024 hubo 47 mujeres asesinadas por violencia machista. Es una cifra aterradora, aunque sea la menor desde 2003, año en el que empezó el recuento oficial de esta violencia estructural que no cesa y que ha acabado con la vida de 1.292 mujeres. 
En 2024 fueron asesinados también por violencia vicaria 9 menores, hijos e hijas de madres víctimas de sus parejas o exparejas. Es la cifra más alta junto a la que se registró en 2015 (en 2023 fueron, por ejemplo, 2; como en 2022).

De las 47 mujeres asesinadas en 2024, un total de 24 eran extranjeras y 23 españolas. 11 se suicidaron tras cometer los crímenes, por lo que no podrán ser juzgados. En 30 casos, la víctima convivía con el agresor y 19 de ellas se habían separado o habían iniciado los trámites para hacerlo. En 6 de los casos falló todo: las víctimas habían denunciado a sus agresores y estaban inscritas en el Sistema VioGén ―el sistema de protección de las víctimas de violencia de género―, pero los mecanismos con los que cuenta el Estado para protegerlas fracasaron.

El caso de Amal, la mujer asesinada en Cuenca a finales de junio junto a su hija de 3 años y su hijo de 8, es una muestra de esa cadena de errores. Mahdi, su agresor, tenía una condena por violencia machista contra Amal e iba a entrar en la cárcel de forma “inminente”; Amal estaba en VioGén con un riesgo apreciado como “bajo”, por lo que no tenía protección policial (solo las víctimas en “riesgo extremo” cuentan con esa vigilancia continua).

Violeta Assiego es abogada y activista de derechos humanos y fue directora general de derechos de la infancia y de la adolescencia del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 y está convencida de que, pese a ese descenso de víctimas mortales, ha habido un “recrudecimiento” de la violencia machista. 
Miguel Lorente, médico forense especialista en violencia de género (fue delegado del Gobierno en esta materia en 2008) y profesor de Medicina Legal Forense de la Universidad de Granada, alerta de la “variabilidad interanual alta” que hay en los datos sobre violencia de género. “Por eso, comparar periodos cortos siempre puede generar sesgos que dependen de muchos factores. Siempre nos gusta comparar periodos de cinco años en cinco años y ver así las tendencias. De otro modo, se ven muchos picos porque son distintos los factores que pueden influir”.

Sin embargo, sí aporta una serie de datos con una evolución de 22 años desde 2003. “Los 11 primeros años [2003-2013] fueron asesinadas por violencia machista 715 mujeres, en los 11 siguientes [2014-2024], 577. Es decir, hubo un descenso de un 19,4%. Hay 2 factores que para mí lo explican, uno relacionado con la respuesta institucional y las medidas de protección que se han puesto en marcha y otro está relacionado con la situación social y la visión crítica de las mujeres y su entorno, que detectan y cuestionan las conductas que antes eran justificables o normalizadas. 
Por ejemplo ese ‘es que mi marido me ha pegado, bueno eso es normal, los hombres a veces se ponen así, no le des muchas importancia’. 
Son cosas que están presentes todavía, claro, pero de alguna manera se ha desarrollado una visión más crítica: se rompe ante la relación y se evita así que pueda continuar hacia situaciones en las que el agresor diga: ‘O eres mía o te mato”.

Para Lorente hay 4 elementos que indicen en la violencia machistas. “El que está en la base, el más importante, es el machismo estructural. Sobre él influyen otros elementos, uno de ellos es el factor estacional (momentos en los que sabemos que se concentran los asesinatos por las dinámicas que se modifican), otro es el factor imitación: el refuerzo que un agresor que está pensando asesinar recibe de otro que ya lo ha hecho. El último es el negacionismo: la crítica a todas las políticas de igualdad y la lucha contra la violencia de género. Influye en el que se siente que está siendo atacado, amenazado y utilizado por las mujeres y alimenta la violencia en el maltratador”.

Para Lorente, el elevado número de asesinatos machistas que hubo en 2023 (58) se explicaría también por esos 4 elementos. “En 2023 hubo un incremento de los datos de feminicidios en el que tuvieron mucho que ver los 2 periodos electorales, con una presencia del negacionismo manifestado de manera muy explícita en todos los mensajes, incluso en los pactos que se llevaron a cabo, por ejemplo, en el Gobierno de la Comunidad Valenciana con Vox, hablando específicamente de que no existe violencia contra la mujer y eso alimentó mucho el clima de violencia”.

Violeta Assiego también rehúye de balances anuales.Hacer una valoración de la violencia machista en base a los crímenes y asesinatos supone perdernos la gravedad de esa violencia desde el 1º momento en que la mujer la está sufriendo en sus diferentes formas: psicológica, física, incluso económica. 
La cifra de asesinatos es grave en cuanto haya 1,2,3. No podemos decir que es un año mejor o peor; lo que tenemos que ver son las cifras sobre violencia machista que nos dice, por ejemplo, el CPGJ [Consejo del Poder Judicial] y que son elevadísimas”.

546 denuncias diarias
Las cifras más recientes, las de 2023, hablan de 546 denuncias diarias. Incide Assiego: “La protección de los hijos e hijas de las víctimas de violencia machista ha mejorado mínimamente, pero no se está garantizando, sobre todo desde los juzgados de familia. Sabíamos que los menores son una víctima más de la violencia machista, pero estas cifras [los 9 niños asesinados] vienen a confirmar que tienen que ser tratados como tales”. Según ella, no se está haciendo.

El artículo 1 de la LIVG (Ley Integral contra la Violencia de Género) ―conocida como la Ley Orgánica 1/2004― ha sufrido 2 modificaciones durante estos 20 años, como recuerda Assiego: una en 2015, para incluir a los hijos e hijas como víctimas directas, y otra en 2021 para incluir la violencia vicaria. 62 niñas y niños han sido asesinados por sus padres o las parejas o exparejas de sus madres desde 2013, cuando empezó el recuento oficial. Además, 36 menores han quedado huérfanos en 2024 tras los asesinatos de sus madres, cifra que asciende a 469 desde 2013 (los mayores de edad no se contabilizan).

Reflexiona Assiego: “No deja de tener un poco de ironía que 3 años después de la LOPIVI [Ley Orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia], que ha sido la norma a través de la cual se ha intentado incorporar el tema de la violencia vicaria, nos encontremos con que las cifras de menores asesinados siguen siendo las mismas que en 2015″. 
Para ella, España va “por detrás de la ley”. Lo explica así: “Estamos perdiendo la oportunidad de proteger a las niñas y niños al margen de que sean asesinados. 
No necesitan serlo para que sean reconocidos como víctimas. Hay que considerar el interés superior del menor desde los derechos de la infancia como sujeto de derecho, no como objeto de derecho sobre el que se toma una decisión de si con mamá o con papá. Se trata de proteger al niño al margen de la protección de la mujer”.

Y Assiego añade: “Cuando un hombre asesina a su hijo, ha habido un fallo en la protección de ese niño desde la 1ª señal de violencia machista. Y esto es importante subrayarlo, porque si solamente vemos a los niños como susceptibles de protección para evitar ser asesinados, estamos perdiendo la oportunidad de protegerles ante la 1ª señal de maltrato”.

El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. 
El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. 
También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. 
Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. 
Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). 
Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.

El divorcio de Brad Pitt y Angelina Jolie: 8 años de litigios y un pacto de silencio

Otros Medios: infobae.
Brad Pitt y Angelina Jolie llegan a acuerdo de divorcio.
Informalia, 31/12/2024 
En el aire de este lunes de diciembre, justo cuando el calendario parecía cerrar otro capítulo de la vida, Brad Pitt y Angelina Jolie, el dios y la diosa que una vez encarnó el ideal de Hollywood, firmaron el acuerdo que puso fin a uno de los divorcios más sonados de las últimas décadas
8 años después de que la hija de aquel Cowboy de Medianoche llamado Jon Voight solicitara formalmente la disolución de su matrimonio, el litigio termina, no con estridencia, sino con un susurro que resuena en las colinas de Los Ángeles pero también en los viñedos de Provenza.

La historia comenzó, como tantas otras, bajo el fulgor del celuloide. Era 2005, el año en que el rodaje de Sr. y Sra. Smith encendió una chispa entre Pitt y Jolie. Él pasaba entonces de los 40 y ella aún no había llegado a los 30. En la pantalla, eran la pareja explosiva; en la vida real, parecían los herederos de una dinastía moderna, acaparando titulares con su belleza imposible y su vida de familia en expansión. 
6 hijos, 3 biológicos y 3 adoptados, formaron el núcleo de lo que muchos consideraron una versión renovada del sueño americano, cosmopolita y glamuroso. La boda de 2014, en el Château Miraval, fue la culminación de ese mito. Allí, entre viñedos y atardeceres provenzales, prometieron un amor eterno que ya comenzaba a agrietarse. Apenas 2 años después, el castillo sería el epicentro de su caída, no solo como hogar, sino como símbolo de una unión que resultó insostenible.

Pero todo comenzó a desmoronarse el 19 de septiembre de 2016, cuando Jolie presentó la solicitud de divorcio. Lo hizo con acusaciones que arrojaron una sombra oscura sobre Pitt: agresión física y verbal durante un vuelo privado, presiones para firmar acuerdos de confidencialidad, años de lo que ella describió como abuso emocional. Aunque las investigaciones lo absolvieron, el daño ya estaba hecho.

La guerra que siguió fue tanto personal como material. Por un lado, la custodia de sus 6 hijos —un campo de batalla emocional donde las relaciones familiares quedaron profundamente afectadas— y, por otro, el Château Miraval, esa propiedad que había sido un refugio de amor y que ahora se convirtió en el epicentro de los enfrentamientos legales.

James Simon, abogado de Jolie, resume el desenlace con la gravedad que merece el caso: "Este acuerdo es solo una parte de un largo proceso que comenzó hace 8 años. Angelina está agotada, pero aliviada", reza el comunicado enviado a Page Six. Su defensa, dice, ha estado centrada en el bienestar de los hijos, que han sido testigos inevitables y piezas clave en este entramado. Zahara, Shiloh y Vivienne eliminaron el apellido Pitt de sus documentos, un gesto cargado de simbolismo, mientras que Maddox y Pax, los mayores, cortaron todo contacto con su padre. Solo Knox y Vivienne mantienen algún vínculo, aunque distante. El eco de esta fragmentación familiar es el legado más doloroso de un amor que alguna vez pareció inquebrantable.

En el ámbito material, el Château Miraval quedó como la metáfora perfecta del litigio. Valorado en 140 millones de euros, con 30 hectáreas de viñedos, el castillo fue tanto un paraíso como una trampa. Las disputas por su propiedad y los ingresos de sus viñedos prolongaron la batalla legal hasta el último minuto.
Para Pitt, este acuerdo llega en un momento de relativa estabilidad. Con 61 años y 2 Oscar bajo el brazo, el actor parece haber encontrado un respiro emocional en su relación con Inés de Ramón, una diseñadora de joyas que acaba de cumplir 32 años, entró en su vida hace 2.

En el Festival de Venecia, su aparición conjunta marcó una declaración de intenciones, un gesto que sugiere que Pitt está listo para dejar atrás los fantasmas del pasado y mirar hacia adelante. "Brad está interesado en casarse nuevamente, y todo es gracias a Inés", aseguran fuentes cercanas al actor citadas por la prensa anglosajona. Incluso amigos de su círculo más íntimo, como George Clooney, han dado su visto bueno. La posibilidad de una nueva boda, lejos de los focos y las turbulencias, marca un contraste radical con el final amargo de su unión con Jolie.

El lado invisible de Angelina
Por su parte, Angelina Jolie se enfrenta al epílogo de esta historia con una mezcla de alivio y cansancio. "Ella no habla mal de Pitt ni en público ni en privado", afirma su entorno. En estos años, su enfoque ha estado en reconstruir la vida de sus hijos y en redescubrir su propia luz después de lo que describe como una época oscura. La actriz y directora, que es una de las figuras más influyentes de Hollywood, ha elegido el silencio como arma.

A través de su abogado, dejó claro que su prioridad nunca fue la venganza, sino encontrar un camino hacia la paz. La actriz está a punto de estrenar la película en la que da vida a la mítica soprano María Callas en un largometraje en el que ofrece, dicen, la que puede que sea su mejor actuación hasta la fecha y dirige Pablo Larraín.

El acuerdo de divorcio entre Pitt y Jolie pone fin a una etapa de litigios y reproches, pero también deja preguntas sin responder. ¿Qué ocurrió realmente en aquel vuelo privado? ¿Qué heridas, invisibles para el público, aún quedan abiertas en sus hijos? En el fondo, esta historia no tiene vencedores, solo sobrevivientes. Pitt y Jolie, 2 estrellas que brillaron juntas y ahora lo hacen por separado, han aprendido a vivir con las cicatrices de una unión que fue tan apasionada como destructiva. Con este pacto, Hollywood pierde una de sus sagas más polémicas y mediáticas, pero ambos actores parecen haber encontrado un mínimo de equilibrio. Pitt, con la posibilidad de un nuevo matrimonio; Jolie, con su papel de madre y defensora del bienestar familiar. El mundo seguirá observándolos, ya no como el matrimonio dorado que una vez fueron, sino como 2 individuos que, a pesar del glamour y la fama, han vivido una historia tan compleja y humana como la de cualquiera. 
Porque, al final, el amor y el desamor son el guion más antiguo y universal de todos.

Radiografía de la violencia machista: 47 muertes y mucho por "reeditar"

Los desafíos de la violencia contra la mujer serán una prioridad, según la ministra de Igualdad.
Elena Caballero, 31.12. 2024 
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha abogado este martes por "reeditar los grandes consensos políticos y sociales" para que 2025 sea un año en el que se camine hacia un sociedad libre de violencia machista.

En unas declaraciones remitidas por el Ministerio, Redondo ha admitido que el año se cierra con un "dato terrible": 47 mujeres asesinadas por violencia de género, si bien ha subrayado los "avances" de las 2 últimas décadas, desde que en 2004 se aprobase la ley integral contra la violencia de género, año que se cerró con 72 víctimas de violencia machista.
"Hemos avanzado, hemos mejorado y hay que seguir insistiendo en que el sistema salva vidas", ha dicho la ministra de Igualdad, que también ha remarcado que el machismo es estructural y es violencia: "el machismo mata".

Redondo ha insistido en que el sistema es mejorable, pero avanza hacia una sociedad libre de violencia de género.
Y un elemento esencial, ha comentado, son los consensos que hay que reforzar y el pacto de Estado que haga frente a nuevas formas de violencia, como la vicaria, que se saldó este año con 9 menores asesinados.