Un camino a la felicidad y a la libertad ya lo escribieron y lo pensaron hace miles de años y está de plena actualidad.
Mario de las Heras, Madrid, 12/05/2023
¿Puede la filosofía clásica transformarse en un manual para la vida moderna? Cientos de adaptaciones y versiones de las enseñanzas de Epícteto, Marco Aurelio o Séneca se han usado para realizar aproximaciones, aplicaciones («apps») de entendimiento sencillo, en pautas, de una teoría (una Filosofía, en realidad) dividida, desmontada y vendida por partes (como hacía Richard Gere con las empresas en Pretty Woman, pero en este caso con un propósito humanista y no mercantil) para su mejor asimilación.
El estoicismo consiste precisamente y demasiado grosso modo en la asimilación, la aceptación de la realidad. El entrenamiento mental (y físico) de cómo reaccionamos ante las circunstancias de la vida.
Casi todo el mundo ha oído hablar del estoicismo, o de una parte, sin saber qué es. Sus fundamentos están por todas partes, en el aire, como decía la canción del amor, de modo que la filosofía se ha desmontado desordenadamente y la gente coge o encuentra su doctrina parcialmente, en frases sueltas, lejos de las Meditaciones de Marco Aurelio, de De la Felicidad de Séneca y de las Disertaciones de Epícteto, escritas por un discípulo.
Sin ánimo de resumir lo irresumible, se va a intentar extraer 5 claves estoicas para su uso y práctica sin alejarse del origen, pero acercándose al mundo actual y sus limitaciones:
Casi todo lo que nos rodea escapa a nuestro control
«La felicidad y la libertad comienzan con la clara comprensión de un principio: algunas cosas están bajo nuestro control y otras no».
Casi todo lo que nos rodea escapa a nuestro control
«La felicidad y la libertad comienzan con la clara comprensión de un principio: algunas cosas están bajo nuestro control y otras no».
Esto dice Epícteto, y también: «Bajo control están las opiniones, las aspiraciones, los deseos y las cosas que nos repelen. Fuera de control, sin embargo, hay cosas como el tipo de cuerpo que tenemos, el haber nacido en la riqueza o el tener que hacernos ricos...".
Dicho de otro modo e invirtiendo las premisas, la libertad y la felicidad no están en hacerse rico o cambiar nuestro cuerpo, sino en comprender que hay pocas cosas que dependan de cada uno, incluida la misma muerte, y en ellas y solo en ellas debe centrarse el individuo.
Casi todos nuestros problemas están en nuestra imaginación
«2 elementos deben ser eliminados de una vez por todas: el miedo al sufrimiento futuro y el recuerdo de sufrimientos pasados. El 2º ya no me afecta y el 1º todavía no me afecta», escribió Séneca.
Casi todos nuestros problemas están en nuestra imaginación
«2 elementos deben ser eliminados de una vez por todas: el miedo al sufrimiento futuro y el recuerdo de sufrimientos pasados. El 2º ya no me afecta y el 1º todavía no me afecta», escribió Séneca.
Entre esos 2 polos de preocupación se concentra la ansiedad, el estrés y la depresión de la sociedad moderna. Y como dice el filósofo, uno no nos afecta y otro no ha llegado y con gran probabilidad no va a llegar nunca.
El peso de nuestros pensamientos queda aliviado con este «movimiento» mental que Séneca exige: «de una vez por todas».
Casi todo lo que hacemos y decimos no es importante
«La mayoría de lo que hacemos y decimos no es esencial. Pregúntate en cada momento, ¿es esto necesario?», escribió Marco Aurelio.
Casi todo lo que hacemos y decimos no es importante
«La mayoría de lo que hacemos y decimos no es esencial. Pregúntate en cada momento, ¿es esto necesario?», escribió Marco Aurelio.
¿Es necesario mirar el móvil todo el tiempo? El tiempo, ya que se habla de él «es oro», un precepto, una expresión estoica.
«Realiza cada tarea como si fuera la última, evitando la distracción, el drama, la vanidad y la queja por tu situación». Con ello se aprovecha el tiempo, se evita pensar en lo que no se ha de pensar. Se termina la tarea y con ello la preocupación. «Una menos», «A otra cosa mariposa», son expresiones populares y comunes, presentes en el imaginario, que reflejan esta enseñanza que se refleja también en la urgencia de nuestro tiempo limitado: «No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho», dice Séneca.
Casi todas las discusiones surgen por cuestiones insignificantes.
«Cuando cualquier persona te trate mal o hable mal de ti, recuerda que lo hace porque cree que es su deber. Por tanto, es incapaz de seguir aquello que te parece correcto a ti, solo hace lo que le parece correcto a ella». Este «es solo su opinión» es un precepto fundamental. Séneca dice: «Importa mucho más lo que tú piensas de ti mismo que lo que los otros opinen de ti», y Marco Aurelio piensa: «Si te amas tanto a ti mismo, préstale más atención a lo que piensas sobre ti que a lo que opinan los demás». Verdaderas reglas para rechazar entrar en una discusión sobrevolando su insignificancia: «Decide que no te dañarán, y no serás dañado. Decide que no te sentirás dañado, y no lo serás», dice también Marco Aurelio.
Casi todo lo que deseamos no lo necesitamos
Dice Séneca que «El camino más breve para las riquezas es el desprecio de las riquezas». Ni mucho menos se suele comprender este principio más allá de como una utopía. Pero se trata de la búsqueda de la armonía de la que nos aleja el deseo de lo material, el placer efímero contrario al pilar máximo del estoicismo, donde también cabe: «Compra sólo lo necesario, no lo conveniente. Lo innecesario, aunque cueste un solo céntimo, es caro». El foco puesto en la abundancia de la vida actual que crea más y mayores necesidades que no lo son y atacan nuestra estabilidad emocional: la base del estoicismo.