Coordinador de Parentalidad: una figura emergente en separaciones de alta conflictividad con menores.
Los precedentes demuestran que estos mediadores especializados en casos con una elevada litigiosidad ofrecen una mejor protección de los más pequeños y desatascan los juzgados.
Luis Benavides, 23/11/2018
Las estadísticas indican que el número de divorcios y separaciones tras la última crisis económica descendieron de manera significativa. Así, el año pasado se registraron 109.041 divorcios en Catalunya frente a los 130.405 del 2007 (-16%). En contrapartida, el nivel de conflictividad en los procesos de ruptura aumentó. Los expertos en Derecho de familia coinciden en que los casos con un alto grado de litigiosidad saturan los juzgados y, sobre todo, requieren una especial atención cuando hay menores de por medio.
En este contexto la coordinación de parentalidad, una figura relativamente nueva en España, puede jugar un papel clave. “El objetivo principal es proteger a los más pequeños atrapados en el conflicto”, subraya Eva Susana Fernández, abogada especialista en familia con 20 años de experiencia y coordinadora de parentalidad. “En los casos más complejos, cuando hay custodia compartida, es habitual que nos se respeten los tiempos divididos y que se envíen escritos al juzgado por cualquier tontería como, por ejemplo, que el menor no llevaba ropa limpia en la mochila. Todo esto genera mucho estrés a los más pequeños, que pueden ser instrumentalizados por los padres”, añade Fernández.
Los mediadores en asuntos de familia –unos 1.900 solo en Catalunya- son profesionales cuyo principal cometido es sentar en la misma mesa a las 2 partes para llegar a un acuerdo. Para llegar a este punto pueden, por ley, hacer media docena de sesiones como máximo. Los que desconfían de su imparcialidad o prefieren vivir instalados en el conflicto, pueden rechazar la mediación. Esto podría cambiar en los próximos meses en comunidades como la catalana si se aprueba la obligatoriedad de la sesión informativa de mediación en determinados conflictos familiares.
Más competencias que un mediador
“El juez sí puede obligar a los tutores de un menor a acudir a la coordinación de parentalidad, y esa es una de las principales diferencias entre un mediador y un coordinador de parentalidad, que es un mediador con un máster homologado y más de tres años de experiencia en casos de alta complejidad. El coordinador, al ser designado por el juez, también tiene más autoridad. Podemos comunicarnos, si es necesario, con el colegio, el centro de salud mental infanto-juvenil, los puntos de encuentro… si detectamos algún problema”, explica Maria Sacasas, coordinadora de parentalidad y presidenta de la Asociación Nacional de Coordinación de Parentalidad (Ancopa), fundada oficialmente el pasado mes de mayo.
El objetivo fundacional de Ancopa es potenciar la coordinación de parentalidad en territorio nacional -donde todavía no está implementada- e internacional. “En EE.UU., pensando en hacer prevalecer el bienestar de los hijos e hijas, se creó este rol en los años 90. También llegó a países como Canadá y Argentina, pero aquí solo hemos tenido pruebas piloto y el juez puede recurrir al coordinador acogiéndose al llamado ‘auxilio judicial’”, puntualiza Fernández, secretaria de una asociación que permite la confluencia de profesionales procedentes de distintas disciplinas sociales como abogados, trabajadores sociales, educadores y pedagogos, entre otras.
Mediación alternativa
Pascual Ortuño, magistrado de la Audiencia de Barcelona, defiende la utilidad del coordinador aunque “no esté contemplada en el sistema de justicia hoy por hoy”. El art. 263 del Codi Civil de Catalunya, puntualiza el veterano jurista, “establece una norma muy amplia” que permite a los jueces “adoptar cualquier tipo de medida para garantizar la seguridad y el correcto desarrollo de los menores”. En esta norma se encaja actualmente el coordinador de parentalidad. “Se convierte en un colaborador del juez y puede intervenir en base a unas técnicas y habilidades específicas para revertir los conflictos familiares”, añade Ortuño, quien ha recurrido a estos mediadores en unas 28 ocasiones desde el 2013.
Ortuño, que acaba de publicar el libro ‘Justicia sin jueces’, dedicado a los medios alternativos de resolución de conflictos, considera fundamental “romper la espiral del conflicto y desjudicializarlo”. “El desprestigio actual de la justicia es una llamada de atención a la ciudadanía. ¡No vayan tanto al juzgado! Hay otras maneras de resolver los conflictos”,añade.
Los coordinadores de parentalidad se convierten “en los ojos y los brazos” de los jueces y puede ser, según Ancopa, uno de sus mejores aliados. Los adultos firman un contrato en el que, entre otras cosas, se comprometen a no enviar más escritos a los jueces a no ser que se algo muy relevante. “Esto les supone una importante descarga hasta el punto que los divorcios de alta conflictividad, que quizá representan el 10-15% de los casos, pueden ocupar el 80% del tiempo de los jueces”, asegura Sacasas, una de las coordinadoras de parentalidad pioneras en España.
Sacasas fue una de las 5 mediadoras que participó en una prueba piloto realizada en el juzgado de Sabadell durante el 2013, siguiendo los pasos de juristas como Ortuño. “Durante ese año como coordinadora de parentalidad trabajé en 12 casos, de los cuales 7 acabaron con éxito para los más pequeños. El resto, imagino, se resolvieron posteriormente”, recuerda la presidenta de Ancopa, quien utiliza la idea del ‘efecto mariposa’ para referirse a los numerosos beneficiarios de cada éxito: “El 60 o 70% de los casos de acoso escolar que he tratado estaban relacionados con divorcios o separaciones conflictivas. Está demostrado que los niños que viven una separación de alta conflictividad pueden convertirse, en un porcentaje elevado, víctimas de ‘bullying’ o acosadores, niños que pegan para reafirmarse. Si conseguimos evitar que un menor se convierta en acosador, también estamos mejorando la calidad de vida de muchos otros niños”.
Iº congreso internacional
Ancopa organiza hoy y mañana, 23 y 24 de noviembre, su Iº Congreso Internacional de Coordinación de Parentalidad en el Espai Francesca Bonnemaison de Barcelona. En esta 1ª edición participarán magistrados como Emelina Santana, Ángel Dolado y Pascual Ortuño, así como profesionales de diferentes ámbitos relacionados con la mediación como la psicóloga Connie Capdevila, la educadora social Flor Hoyos y la pedagoga Mercè Àlvarez.
El congreso tiene acento internacional por la presencia de "grandes expertos" como la estadounidense Susan Boyan y el canadiense Dominic D’Abate, entre otros; pero también por contar con más de un centenar de inscritos, entre los que destacan belgas, italianos e israelís. “(El congreso es) una oportunidad exclusiva para que profesionales del sector podamos debatir cómo la sociedad española ve la figura del coordinador de parentalidad y en qué punto se encuentra nuestra profesión en el 2018”, explican los organizadores.
Figura “en construcción”
El coordinador de parentalidad es “una figura emergente, en construcción” y requiere un debate en profundidad, según el director general de Derecho y Entidades Jurídicas del Departament de Justicia de la Generalitat, Xavier Bernadí, quien ha inaugurado el congreso organizado por Ancopa.
¿Cómo se podría oficializar esta figura en Catalunya? La Conselleria de Justicia, que mantiene una posición favorable a la coordinación de parentalidad a la vista de los “resultados positivos” de la prueba piloto y otros precedentes, ha encargado un informe a la Comissió de Codificació de Catalunya. Esta comisión, presidida por la ‘consellera de Justicia’, Ester Capella, se renovó hace poco más de un mes y tiene el asunto encima de la mesa. “Se debería reconocer legalmente y para ello sería suficiente con añadir 2 ó 3 artículos en el Codi Civil que establecieran los perfiles básicos, el régimen y disciplina de esta nueva figura: en qué supuestos pueden intervenir, si son auxiliares de los magistrados u otra cosa y, sobre todo, cuál tendría que ser su perfil o formación”, enumera Bernadí. “Constato cierta efervescencia con este tema –continúa el director-, pero antes debemos responder todas estas preguntas, generar debate. En este sentido, celebramos la organización de un congreso”.
Nota: El proceso de divorcio es un negocio y hay que crear nichos de negocios seguros. Con lo fácil que es modificar la actual normativa sobre divorcios para eliminar la conflictividad, que no ha variado desde la aprobación de la misma.