"Me negaron la custodia por mi discapacidad
visual, como si no fuera capaz de cuidar a mis hijos" Raúl,
con un 5% de visión, reclama la custodia compartida de sus hijos. Una jueza se
lo negó por su "deficiencia visual".
Asociaciones de padres y de
discapacitados solicitan que la discapacidad no sea un motivo de
"discriminación" en divorcios.
ECO ® . 31.01.2014
Raúl Fernández
(41 años) acaba de inventarse un truco para que sus hijos salgan a la calle a
pasear al perro sin hacer ruido y no molestar a los vecinos. Es "el juego
del silencio". Consiste en coger los abrigos, ponerle el arnés a Roy (la
mascota de la familia) y montarse en el ascensor haciendo el mínimo ruido
posible. "El que gane tendrá un chupa-chups", les promete. Gabriel
(el pequeño, de 3 años), busca su abrigo mientras que Mar (4 años), acaricia a
Roy. Vera, la mayor (5 años), permanece ocupada terminando de colorear un
dibujo. Se lo enseña a su padre y le dice: "La he cambiado el color del
pelo porque no tenía rotulador negro". Raúl acerca el papel a su cara y lo
mira unos segundos: "¡Qué bonito, si has pintado una muñeca rosa! Parece
la novia de D'Artacán. Venga, vámonos ya, que está oscuriciendo".
Vera nos
mira con gesto cómplice. Sabe que su padre apenas habrá distinguido unas pocas
formas y colores del retrato, puesto que es ciego de un ojo y en el otro solo
tiene un 5% de visión, aunque a ella eso parece darle igual. Salen a la calle
con Roy (que en realidad es un perro guía adiestrado por el propio Raúl) y
empiezan a jugar. Al final, Raúl les compra un chupa-chups a los tres.
Mientras, cuenta su historia.
Hace 3 años se divorció de su mujer, con quien
se acababa de mudar a Madrid desde su Asturias natal. Su hijo pequeño era un
recién nacido y él deseaba la custodia de los 3, pero la jueza encargada del
caso se lo negó amparándose en su vista limitada. "Me negaron la custodia
de mis hijos por mi discapacidad visual, como si no fuera capaz de cuidar de
ellos. Llevo con este problema desde que tenía siete años y siempre he sido
autosuficiente. Soy perfectamente capaz de desenvolverme. Y un ciego completo
también", asegura. Harto de que nadie le hiciera
caso, decidió pedir consejo a la Asociación de Padres Divorciados en Acción (PAMAC), que no dudan en definir su problema como un caso de discriminación
"de libro". En la sentencia de la jueza se puede leer, de forma
expresa, que "el padre adolece de una deficiencia visual que le dificulta
para hacerse cargo de tres niños tan pequeños, motivo por el cual se considera
más beneficioso para los tres menores que permanezcan juntos bajo la custodia
materna". Raúl se enerva cada vez que lo cuenta. "Ahora resulta que
no puedo hacerme cargo de ellos. Entonces que me expliquen cómo me las apaño
los martes, jueves y fines de semana que me dejan verlos", comenta.
"Soy de fuera y estoy solo en Madrid. No tengo a nadie. Únicamente a mis
hijos", afirma. Su reclamación, sin embargo, no es un grito en el vacío.
Aparte de las protestas de PAMAC, otras asociaciones como el Comité Español de
Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) llevan tiempo reclamando al
Ministerio de Justica medidas para que la discapacidad no suponga en ningún
caso discriminación o trato desfavorable en las decisiones judiciales sobre
custodia de los hijos. Según este colectivo, son "muy numerosas" las
quejas de padres y madres por este tipo de asuntos. "Lo que se busca es la
idoneidad" El tema es polémico y da lugar para interpretaciones, ya que
"no hay ninguna ley que impida hacerse cargo de unos hijos por
discapacidad. Lo que sí se busca es la idoneidad, que la persona en cuestión
pueda darles todo lo que necesiten, y eso no queda impedido por una deficiencia
visual", asegura Felipe Tejero, letrado, a 20minutos.
En el caso de Raúl,
él mismo reconoce que se orienta bien por casa, pero que en la calle tiene más
problemas. Hay momentos en los que no atina con la cerradura de la puerta o se
lía atándose los cordones de las botas. Otras veces, sin embargo, hace gala de
una enorme pericia, como cuando escucha ruidos imperceptibles para los demás.
Además, se mueve rápido y con energía. Se nota que hace deporte. Guarda dos
bicicletas detrás del sofá, herencia de su pasión por el ciclismo. También es
judoca paralímpico con medalla en Atenas 2004. Ahora trabaja vendiendo cupones
de la ONCE, pero suele dar cursos de entrenador de perros guía para la Policía.
Llevo meses sobreviviendo gracias a la ayuda que me pasa mi familia desde
Asturias No obstante, el logro que exhibe con más orgullo es el cariño que le
muestran sus hijos, reflejado en la propia sentencia de la magistrada para
justificar el amplio régimen de visitas del que disfruta: "Se sienten muy
unidos al padre, según se desprende del informe pericial psicosocial emitido
por el equipo técnico adscrito a este juzgado", se puede leer en el fallo.
Sus hijos le visitan todos los martes y jueves por la tarde y fines de semana
alternos. Esos mismos días, un par de asistentas sociales del Ayuntamiento de
Madrid le ayudan en las tareas de la casa y con los niños. "Lo que hago es
luchar por ellos", nos vuelve a repetir. Quiere recurrir la sentencia,
pero no tiene dinero para pagarse un letrado y desconfía del turno de oficio.
"La última vez que recurrí a uno no hizo nada. Soy mileurista, y entre la
pensión de alimentos y el resto de gastos tengo que pasarle a mi mujer unos 700
euros al mes. Pago otros 600 euros por el alquiler del piso. Llevo meses
viviendo gracias a la ayuda que me pasa mi familia desde Asturias. Podría
volver, pero no quiero alejarme de mis niños", asegura.
"Me negaron la custodia
por mi discapacidad visual, como si no fuera capaz de cuidar a mis
hijos"
Raúl, con su perro guía por la calle.
Raúl, con su perro guía por la calle. (David Sirvent)
Raúl, con un 5% de visión, reclama la custodia compartida de sus
hijos.
Una jueza se lo negó por su "deficiencia visual".
Asociaciones de padres y de discapacitados solicitan que la
discapacidad no sea un motivo de "discriminación" en divorcios.
ECO ®
Actividad social ¿Qué es esto? 97%
67
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O. F.. 31.01.2014
Raúl Fernández (41 años) acaba de inventarse un truco para que sus hijos
salgan a la calle a pasear al perro sin hacer ruido y no molestar a los
vecinos. Es "el juego del silencio". Consiste en coger los abrigos,
ponerle el arnés a Roy (la mascota de la familia) y montarse en el
ascensor haciendo el mínimo ruido posible. "El que gane tendrá un
chupa-chups", les promete.
Gabriel (el pequeño, de 3 años), busca su abrigo mientras que Mar (4
años), acaricia a Roy. Vera, la mayor (5 años), permanece ocupada
terminando de colorear un dibujo. Se lo enseña a su padre y le dice: "La
he cambiado el color del pelo porque no tenía rotulador negro". Raúl
acerca el papel a su cara y lo mira unos segundos: "¡Qué bonito, si has
pintado una muñeca rosa! Parece la novia de D'Artacán. Venga, vámonos
ya, que está oscuriciendo". Vera nos mira con gesto cómplice. Sabe que
su padre apenas habrá distinguido unas pocas formas y colores del
retrato, puesto que es ciego de un ojo y en el otro solo tiene un 5% de
visión, aunque a ella eso parece darle igual.
Salen a la calle con Roy (que en realidad es un perro guía adiestrado
por el propio Raúl) y empiezan a jugar. Al final, Raúl les compra un
chupa-chups a los tres. Mientras, cuenta su historia. Hace tres años se
divorció de su mujer, con quien se acababa de mudar a Madrid desde su
Asturias natal. Su hijo pequeño era un recién nacido y él deseaba la
custodia de los tres, pero la jueza encargada del caso se lo negó
amparándose en su vista limitada. "Me negaron la custodia de mis hijos
por mi discapacidad visual, como si no fuera capaz de cuidar de ellos.
Llevo con este problema desde que tenía siete años y siempre he sido
autosuficiente. Soy perfectamente capaz de desenvolverme. Y un ciego
completo también", asegura.
La Asociación de Padres Divorciados asegura que se trata una
discriminación "de libro"Harto de que nadie le hiciera caso, decidió
pedir consejo a la Asociación de Padres Divorciados en Acción (PAMAC),
que no dudan en definir su problema como un caso de discriminación "de
libro". En la sentencia de la jueza se puede leer, de forma expresa, que
"el padre adolece de una deficiencia visual que le dificulta para
hacerse cargo de tres niños tan pequeños, motivo por el cual se
considera más beneficioso para los tres menores que permanezcan juntos
bajo la custodia materna". Raúl se enerva cada vez que lo cuenta. "Ahora
resulta que no puedo hacerme cargo de ellos. Entonces que me expliquen
cómo me las apaño los martes, jueves y fines de semana que me dejan
verlos", comenta.
"Soy de fuera y estoy solo en Madrid. No tengo a nadie. Únicamente a mis
hijos", afirma. Su reclamación, sin embargo, no es un grito en el
vacío. Aparte de las protestas de PAMAC, otras asociaciones como el
Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI)
llevan tiempo reclamando al Ministerio de Justica medidas para que la
discapacidad no suponga en ningún caso discriminación o trato
desfavorable en las decisiones judiciales sobre custodia de los hijos.
Según este colectivo, son "muy numerosas" las quejas de padres y madres
por este tipo de asuntos.
"Lo que se busca es la idoneidad"
El tema es polémico y da lugar para interpretaciones, ya que "no hay
ninguna ley que impida hacerse cargo de unos hijos por discapacidad. Lo
que sí se busca es la idoneidad, que la persona en cuestión pueda darles
todo lo que necesiten, y eso no queda impedido por una deficiencia
visual", asegura Felipe Tejero, letrado, a 20minutos.
En el caso de Raúl, él mismo reconoce que se orienta bien por casa, pero
que en la calle tiene más problemas. Hay momentos en los que no atina
con la cerradura de la puerta o se lía atándose los cordones de las
botas. Otras veces, sin embargo, hace gala de una enorme pericia, como
cuando escucha ruidos imperceptibles para los demás. Además, se mueve
rápido y con energía. Se nota que hace deporte. Guarda dos bicicletas
detrás del sofá, herencia de su pasión por el ciclismo. También es
judoca paralímpico con medalla en Atenas 2004. Ahora trabaja vendiendo
cupones de la ONCE, pero suele dar cursos de entrenador de perros guía
para la Policía.
Llevo meses sobreviviendo gracias a la ayuda que me pasa mi familia
desde Asturias
No obstante, el logro que exhibe con más orgullo es el cariño que le
muestran sus hijos, reflejado en la propia sentencia de la magistrada
para justificar el amplio régimen de visitas del que disfruta: "Se
sienten muy unidos al padre, según se desprende del informe pericial
psicosocial emitido por el equipo técnico adscrito a este juzgado", se
puede leer en el fallo. Sus hijos le visitan todos los martes y jueves
por la tarde y fines de semana alternos. Esos mismos días, un par de
asistentas sociales del Ayuntamiento de Madrid le ayudan en las tareas
de la casa y con los niños.
"Lo que hago es luchar por ellos", nos vuelve a repetir. Quiere recurrir
la sentencia, pero no tiene dinero para pagarse un letrado y desconfía
del turno de oficio. "La última vez que recurrí a uno no hizo nada. Soy
mileurista, y entre la pensión de alimentos y el resto de gastos tengo
que pasarle a mi mujer unos 700 euros al mes. Pago otros 600 euros por
el alquiler del piso. Llevo meses viviendo gracias a la ayuda que me
pasa mi familia desde Asturias. Podría volver, pero no quiero alejarme
de mis niños", asegura.
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2045206/0/discapacidad-visual/custodia-compartida/hijos/#xtor=AD-15&xts=467263
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2045206/0/discapacidad-visual/custodia-compartida/hijos/#xtor=AD-15&xts=467263
"Me negaron la custodia
por mi discapacidad visual, como si no fuera capaz de cuidar a mis
hijos"
Raúl, con su perro guía por la calle.
Raúl, con su perro guía por la calle. (David Sirvent)
Raúl, con un 5% de visión, reclama la custodia compartida de sus
hijos.
Una jueza se lo negó por su "deficiencia visual".
Asociaciones de padres y de discapacitados solicitan que la
discapacidad no sea un motivo de "discriminación" en divorcios.
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O. F.. 31.01.2014
Raúl Fernández (41 años) acaba de inventarse un truco para que sus hijos
salgan a la calle a pasear al perro sin hacer ruido y no molestar a los
vecinos. Es "el juego del silencio". Consiste en coger los abrigos,
ponerle el arnés a Roy (la mascota de la familia) y montarse en el
ascensor haciendo el mínimo ruido posible. "El que gane tendrá un
chupa-chups", les promete.
Gabriel (el pequeño, de 3 años), busca su abrigo mientras que Mar (4
años), acaricia a Roy. Vera, la mayor (5 años), permanece ocupada
terminando de colorear un dibujo. Se lo enseña a su padre y le dice: "La
he cambiado el color del pelo porque no tenía rotulador negro". Raúl
acerca el papel a su cara y lo mira unos segundos: "¡Qué bonito, si has
pintado una muñeca rosa! Parece la novia de D'Artacán. Venga, vámonos
ya, que está oscuriciendo". Vera nos mira con gesto cómplice. Sabe que
su padre apenas habrá distinguido unas pocas formas y colores del
retrato, puesto que es ciego de un ojo y en el otro solo tiene un 5% de
visión, aunque a ella eso parece darle igual.
Salen a la calle con Roy (que en realidad es un perro guía adiestrado
por el propio Raúl) y empiezan a jugar. Al final, Raúl les compra un
chupa-chups a los tres. Mientras, cuenta su historia. Hace tres años se
divorció de su mujer, con quien se acababa de mudar a Madrid desde su
Asturias natal. Su hijo pequeño era un recién nacido y él deseaba la
custodia de los tres, pero la jueza encargada del caso se lo negó
amparándose en su vista limitada. "Me negaron la custodia de mis hijos
por mi discapacidad visual, como si no fuera capaz de cuidar de ellos.
Llevo con este problema desde que tenía siete años y siempre he sido
autosuficiente. Soy perfectamente capaz de desenvolverme. Y un ciego
completo también", asegura.
La Asociación de Padres Divorciados asegura que se trata una
discriminación "de libro"Harto de que nadie le hiciera caso, decidió
pedir consejo a la Asociación de Padres Divorciados en Acción (PAMAC),
que no dudan en definir su problema como un caso de discriminación "de
libro". En la sentencia de la jueza se puede leer, de forma expresa, que
"el padre adolece de una deficiencia visual que le dificulta para
hacerse cargo de tres niños tan pequeños, motivo por el cual se
considera más beneficioso para los tres menores que permanezcan juntos
bajo la custodia materna". Raúl se enerva cada vez que lo cuenta. "Ahora
resulta que no puedo hacerme cargo de ellos. Entonces que me expliquen
cómo me las apaño los martes, jueves y fines de semana que me dejan
verlos", comenta.
"Soy de fuera y estoy solo en Madrid. No tengo a nadie. Únicamente a mis
hijos", afirma. Su reclamación, sin embargo, no es un grito en el
vacío. Aparte de las protestas de PAMAC, otras asociaciones como el
Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI)
llevan tiempo reclamando al Ministerio de Justica medidas para que la
discapacidad no suponga en ningún caso discriminación o trato
desfavorable en las decisiones judiciales sobre custodia de los hijos.
Según este colectivo, son "muy numerosas" las quejas de padres y madres
por este tipo de asuntos.
"Lo que se busca es la idoneidad"
El tema es polémico y da lugar para interpretaciones, ya que "no hay
ninguna ley que impida hacerse cargo de unos hijos por discapacidad. Lo
que sí se busca es la idoneidad, que la persona en cuestión pueda darles
todo lo que necesiten, y eso no queda impedido por una deficiencia
visual", asegura Felipe Tejero, letrado, a 20minutos.
En el caso de Raúl, él mismo reconoce que se orienta bien por casa, pero
que en la calle tiene más problemas. Hay momentos en los que no atina
con la cerradura de la puerta o se lía atándose los cordones de las
botas. Otras veces, sin embargo, hace gala de una enorme pericia, como
cuando escucha ruidos imperceptibles para los demás. Además, se mueve
rápido y con energía. Se nota que hace deporte. Guarda dos bicicletas
detrás del sofá, herencia de su pasión por el ciclismo. También es
judoca paralímpico con medalla en Atenas 2004. Ahora trabaja vendiendo
cupones de la ONCE, pero suele dar cursos de entrenador de perros guía
para la Policía.
Llevo meses sobreviviendo gracias a la ayuda que me pasa mi familia
desde Asturias
No obstante, el logro que exhibe con más orgullo es el cariño que le
muestran sus hijos, reflejado en la propia sentencia de la magistrada
para justificar el amplio régimen de visitas del que disfruta: "Se
sienten muy unidos al padre, según se desprende del informe pericial
psicosocial emitido por el equipo técnico adscrito a este juzgado", se
puede leer en el fallo. Sus hijos le visitan todos los martes y jueves
por la tarde y fines de semana alternos. Esos mismos días, un par de
asistentas sociales del Ayuntamiento de Madrid le ayudan en las tareas
de la casa y con los niños.
"Lo que hago es luchar por ellos", nos vuelve a repetir. Quiere recurrir
la sentencia, pero no tiene dinero para pagarse un letrado y desconfía
del turno de oficio. "La última vez que recurrí a uno no hizo nada. Soy
mileurista, y entre la pensión de alimentos y el resto de gastos tengo
que pasarle a mi mujer unos 700 euros al mes. Pago otros 600 euros por
el alquiler del piso. Llevo meses viviendo gracias a la ayuda que me
pasa mi familia desde Asturias. Podría volver, pero no quiero alejarme
de mis niños", asegura.
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2045206/0/discapacidad-visual/custodia-compartida/hijos/#xtor=AD-15&xts=467263
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2045206/0/discapacidad-visual/custodia-compartida/hijos/#xtor=AD-15&xts=467263
"Me negaron la custodia
por mi discapacidad visual, como si no fuera capaz de cuidar a mis
hijos"
Raúl, con su perro guía por la calle.
Raúl, con su perro guía por la calle. (David Sirvent)
Raúl, con un 5% de visión, reclama la custodia compartida de sus
hijos.
Una jueza se lo negó por su "deficiencia visual".
Asociaciones de padres y de discapacitados solicitan que la
discapacidad no sea un motivo de "discriminación" en divorcios.
ECO ®
Actividad social ¿Qué es esto? 97%
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O. F.. 31.01.2014
Raúl Fernández (41 años) acaba de inventarse un truco para que sus hijos
salgan a la calle a pasear al perro sin hacer ruido y no molestar a los
vecinos. Es "el juego del silencio". Consiste en coger los abrigos,
ponerle el arnés a Roy (la mascota de la familia) y montarse en el
ascensor haciendo el mínimo ruido posible. "El que gane tendrá un
chupa-chups", les promete.
Gabriel (el pequeño, de 3 años), busca su abrigo mientras que Mar (4
años), acaricia a Roy. Vera, la mayor (5 años), permanece ocupada
terminando de colorear un dibujo. Se lo enseña a su padre y le dice: "La
he cambiado el color del pelo porque no tenía rotulador negro". Raúl
acerca el papel a su cara y lo mira unos segundos: "¡Qué bonito, si has
pintado una muñeca rosa! Parece la novia de D'Artacán. Venga, vámonos
ya, que está oscuriciendo". Vera nos mira con gesto cómplice. Sabe que
su padre apenas habrá distinguido unas pocas formas y colores del
retrato, puesto que es ciego de un ojo y en el otro solo tiene un 5% de
visión, aunque a ella eso parece darle igual.
Salen a la calle con Roy (que en realidad es un perro guía adiestrado
por el propio Raúl) y empiezan a jugar. Al final, Raúl les compra un
chupa-chups a los tres. Mientras, cuenta su historia. Hace tres años se
divorció de su mujer, con quien se acababa de mudar a Madrid desde su
Asturias natal. Su hijo pequeño era un recién nacido y él deseaba la
custodia de los tres, pero la jueza encargada del caso se lo negó
amparándose en su vista limitada. "Me negaron la custodia de mis hijos
por mi discapacidad visual, como si no fuera capaz de cuidar de ellos.
Llevo con este problema desde que tenía siete años y siempre he sido
autosuficiente. Soy perfectamente capaz de desenvolverme. Y un ciego
completo también", asegura.
La Asociación de Padres Divorciados asegura que se trata una
discriminación "de libro"Harto de que nadie le hiciera caso, decidió
pedir consejo a la Asociación de Padres Divorciados en Acción (PAMAC),
que no dudan en definir su problema como un caso de discriminación "de
libro". En la sentencia de la jueza se puede leer, de forma expresa, que
"el padre adolece de una deficiencia visual que le dificulta para
hacerse cargo de tres niños tan pequeños, motivo por el cual se
considera más beneficioso para los tres menores que permanezcan juntos
bajo la custodia materna". Raúl se enerva cada vez que lo cuenta. "Ahora
resulta que no puedo hacerme cargo de ellos. Entonces que me expliquen
cómo me las apaño los martes, jueves y fines de semana que me dejan
verlos", comenta.
"Soy de fuera y estoy solo en Madrid. No tengo a nadie. Únicamente a mis
hijos", afirma. Su reclamación, sin embargo, no es un grito en el
vacío. Aparte de las protestas de PAMAC, otras asociaciones como el
Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI)
llevan tiempo reclamando al Ministerio de Justica medidas para que la
discapacidad no suponga en ningún caso discriminación o trato
desfavorable en las decisiones judiciales sobre custodia de los hijos.
Según este colectivo, son "muy numerosas" las quejas de padres y madres
por este tipo de asuntos.
"Lo que se busca es la idoneidad"
El tema es polémico y da lugar para interpretaciones, ya que "no hay
ninguna ley que impida hacerse cargo de unos hijos por discapacidad. Lo
que sí se busca es la idoneidad, que la persona en cuestión pueda darles
todo lo que necesiten, y eso no queda impedido por una deficiencia
visual", asegura Felipe Tejero, letrado, a 20minutos.
En el caso de Raúl, él mismo reconoce que se orienta bien por casa, pero
que en la calle tiene más problemas. Hay momentos en los que no atina
con la cerradura de la puerta o se lía atándose los cordones de las
botas. Otras veces, sin embargo, hace gala de una enorme pericia, como
cuando escucha ruidos imperceptibles para los demás. Además, se mueve
rápido y con energía. Se nota que hace deporte. Guarda dos bicicletas
detrás del sofá, herencia de su pasión por el ciclismo. También es
judoca paralímpico con medalla en Atenas 2004. Ahora trabaja vendiendo
cupones de la ONCE, pero suele dar cursos de entrenador de perros guía
para la Policía.
Llevo meses sobreviviendo gracias a la ayuda que me pasa mi familia
desde Asturias
No obstante, el logro que exhibe con más orgullo es el cariño que le
muestran sus hijos, reflejado en la propia sentencia de la magistrada
para justificar el amplio régimen de visitas del que disfruta: "Se
sienten muy unidos al padre, según se desprende del informe pericial
psicosocial emitido por el equipo técnico adscrito a este juzgado", se
puede leer en el fallo. Sus hijos le visitan todos los martes y jueves
por la tarde y fines de semana alternos. Esos mismos días, un par de
asistentas sociales del Ayuntamiento de Madrid le ayudan en las tareas
de la casa y con los niños.
"Lo que hago es luchar por ellos", nos vuelve a repetir. Quiere recurrir
la sentencia, pero no tiene dinero para pagarse un letrado y desconfía
del turno de oficio. "La última vez que recurrí a uno no hizo nada. Soy
mileurista, y entre la pensión de alimentos y el resto de gastos tengo
que pasarle a mi mujer unos 700 euros al mes. Pago otros 600 euros por
el alquiler del piso. Llevo meses viviendo gracias a la ayuda que me
pasa mi familia desde Asturias. Podría volver, pero no quiero alejarme
de mis niños", asegura.
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