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05-Julio-2004Madrid
Puerta del Sol
Hola Marchosos,adjunto recibís un listado de Grupos Separados e Hijos en los servicios de MSN Grupos.Son unos 2257 Personas participantes más a las que llegamos ahora.Esta mañana deben haber recibido e-mails* comunicando la MarchaMadrid* comunicando la Denuncia Pública contra Caldera. He aquí los grupos:
http://groups.msn.com/custodiacompartida
custodiacompartida@groups.msn. comcustodiacompartida (39 participantes)Lucha por los derechos de los hijos a no ser separados de sus progenitoresaunque estos se divorcien/separen. Los progenitores estamos obligados, conlo que entendemos, que es una responsabilidad de amar, educar, formar ytransmitir cuantos valores y conocimientos se tengan. Lo que Dios unió, no debe separarlo ni la justicia y ni las conveniencias de votos.
http://groups.msn.com/AsociaciondeDivorciados
Asociacion de Divorciados@groups.msn.com Asociacion de Divorciados (84 participantes)Esta comunidad debera estar compuesta por personas divorciadas qconsideranque las leyes actuales referente a los derechos y obligaciones que tenemoslos padres deben modificarse. .http://groups.msn.com/AsociaciondeSeparados
Asociacion de Separados@groups.msn.com Asociacion de Separados (174 participantes)Esta comunidad debera estar compuesta por personas divorciadas qconsideranque las leyes actuales referente a los derechos y obligaciones que tenemoslos padres deben modificarse. http://groups.msn.com/unespaciolegalfamiliar
un espacio legal familiar@groups.msn. comun espacio legal familiar (52 participantes)sitio en donde se dara apoyo juridico en asesorias gratutitas a personas conproblemas juridicos familiares entre ellos el divorcio, agresiones, falta de apoyo economico por los esposos o esposas maltrato psiquico, fisicoemocicional.
http://groups.msn.com/psicologosypadres
psicologosypadres@groups.msn.com (474 participantes)personas interesadas en el tema, con dudas al respecto, y profesionales delasalud que deseen compartir algún tema con respeto y seriedad
http://groups.msn.com/Saladeseparadosydivorciados
Saladeseparadosydivorciados@groups.msn.com Sala de separados y divorciados (847 participantes)Si quieres colaborar con nosotros en una causa justa y noble es aconsejable que nos visites en:http://mandefender.freeservers.com
Anillo de webs que luchan por la igualdad de derechos del hombre y la mujer, por la custodiacompartida de los hijos. Bases de datos de noticias sobre estos temas para su estudio http://groups.msn.com/Padresdehoy Padresdehoy@groups.msn.com
Padres de hoy (293 participantes)Somos un grupo de padres con las mismas inquietudes que tu, que queremos compartir y aprender a través de ustedes el día a día de la crianza de los hijos, relaciones familiares y de pareja, si quieres sentirte identificado y escuchado, estas invitado.
http://groups.msn.com/ciclosvitales ciclosvitales@groups.msn.com
ciclos vitales (79 participantes)Pedagogos, sociologos, padres comprometidos con la formacion de sus hijos yeducadores que promuevan responsabilidad y cambios de esquemas para la vida útil y de servicio a los demás.
http://groups.msn.com/110466
110466@groups.msn.com
Niños disciplinados-Jóvenes violentos (105 participantes)Disciplina y violencia en la familia y en la escuela. Comunidad:Profesores(as); padres y madres de familia; profesionales interesados(psicólogos, pedagogos, sociólogos, etc.
http://groups.msn.com/Abortodeliveradooprovocadounhomicidio
Abortodeliveradooprovocadounhomicidio@groups.msn.com
Aborto deliverado o provocado: un homicidio (58 participantes)El derecho a la vida es protegido por todos los países fuera de la barbarie;pero nadie se escandaliza al oír que se MATA a un bebé indefenso en elvientre de su madre, ¿por qué? Esto y más aquí.
http://groups.msn.com/Loshijosyeldivorcio
Loshijosyeldivorcio@groups.msn.com
Los hijos y el divorcio (15 participantes)hijos y divorcio. familia, hijos, divorcio. regimenes de visitas, tenencia,
http://groups.msn.com/Hombresdehoy
Hombresdehoy@groups.msn.com
Hombresdehoy (16 participantes)El hombre en el último siglo a perdido su posición de privilencios en favorde la mujer, cuando ambos han debido durante siglos estar situados al mismonível. Esta situación se ha dado debido a una campaña sistematica que desvaloriza la imagen del hombre y florifica la de la mujer, mientras esta se prepara cada día para asumir cada día un papel más destacado en la sociedad, al hombre se le acorrala. Nadie se ocupa de destacar su papel en la sociedad y de recobrar el terreno perdido y de eso trata este grupo.Preparar al hombre para los nuevos tiempo, donde no sólo tienen que competir con la mujer sino que debe demostrar que es tan capaz como ella de cumplirlos roles que ella tuvo en esclusividad, como fue el cuidado de el fruto de la vida, Los Hijos.
RESTRINGIDO
http://groups.msn.com/E-M-A-ExnoviosMaltratadosAsociados
E-M-A-ExnoviosMaltratadosAsociados@groups.msn.com
E.M.A. (Exnovios Maltratados Asociados) (21 participantes)Asociación de inocentes que han caído en manos de alguna arpía. Intentaremos dar cabida a todo hombre que haya sufrido por culpa de la maldad de alguna mujer.
Este Blog de un Padre Divorciado, con Custodia Compartida pero producto de la injusta normativa vigente: Aquí Encontrarás información sobre lo que sufren los Padres, Madres y sus Hijos;Sobre Actividades: Conferencias, Jornadas,... Se clasifican por ETIQUETAS o TEMAS. Contacta con el grupo de Padres y Madres por la CUSTODIA COMPARTIDA de los hijos en el Foro ó en usedimad@gmail.com ó www.padresdivorciados.es Unete a PAMAC (649 116 241)
jueves, 19 de abril de 2007
¿ Quien es ERIN PIZZEY ?
ERIN PIZZEY
Escritora, periodista y, ante todo, precursora del movimiento mundial de albergues para mujeres maltratadas.
Hija de un diplomático británico, Erin Patricia Margaret Carney nació en China en 1939, y alternó sus primeros años entre los diversos destinos de su padre en ultramar y una estricta escuela religiosa de Inglaterra. En 1961 se casó con el periodista Jack Pizzey. Divorciada, en 1979 contrajo matrimonio con el psicólogo Jeffrey Shapiro, en cuya colaboración escribió Prone to violence ("Proclives a la violencia") (1982).
En 1971 fundó el primer albergue moderno de mujeres maltratadas en Chiswick, cerca de Londres, y conoce de primera mano el mundo de la violencia doméstica. El albergue de Chiswick, en el que Erin Pizzey mantuvo a toda costa una política de puertas abiertas, pronto se vio desbordado por la gran afluencia de mujeres y niños.
Las autoridades no tardaron en preocuparse por las condiciones sanitarias y de hacinamiento, que costaron a su promotora interminables procesos judiciales. Sólo la intervención directa de la Reina evitó el cierre de la institución. A lo largo de diez años, Erin Pizzey trató con más de 5.000 mujeres y sus hijos, acogidos en su albergue.
Erin Pizzey comprendió desde el primer momento que existía una clara distinción entre las mujeres que, accidentalmente, habían emprendido una relación con un compañero violento al que deseaban abandonar definitivamente y las mujeres que, por profundas razones psicológicas generalmente relacionadas con experiencias infantiles de violencia, buscaban una o sucesivas relaciones violentas, sin intención de abandonarlas.
A ese respecto, Erin Pizzey afirma: "... es esencial comprender el diferente significado con que utilizamos las palabras 'maltratadas' y 'proclives a la violencia'. Para nosotros, una persona maltratada es la víctima inocente de la violencia de otra persona; mientras que una persona proclive a la violencia es la víctima de su propia adicción a la violencia”. Ambos tipos de mujeres necesitan tipos de ayuda totalmente distintos.
Según sus conclusiones, 62 de las primeras 100 mujeres que llegaron al albergue eran tanto o más violentas que los compañeros de los que huían, "y a cuyo lado acababan volviendo una y otra vez debido a su adicción al dolor y a la violencia".
Erin Pizzey ha escrito varios libros sobre la violencia doméstica, entre los que destaca el mencionado Prone to violence, que recoge la experiencia de esos diez años de trabajo en el albergue. Tras la publicación del libro, Erin Pizzey recibió amenazas de muerte contra sí misma y contra su familia, y se le aconsejó que, durante la gira de promoción del libro, viajase acompañada de escolta policial.
El volumen desapareció pronto de los estantes de las bibliotecas y librerías, y el editor se arruinó. El acoso alcanzó tales proporciones que Erin Pizzey acabó exiliándose en Santa Fe (Nuevo México) y no volvió al Inglaterra hasta 1997. Según los resultados de una investigación realizada en 1996 en todas las bibliotecas del mundo accesibles desde la Biblioteca del Congreso estadounidense a través de la red Inter-Library, en esa fecha sólo existían 13 ejemplares en todo el mundo.
La extrema reacción suscitada por la obra de Erin Pizzey demuestra que ha tocado una verdad fundamental que el feminismo radical trata de ocultar desesperadamente. Hace tiempo que las feministas observaron que la violencia doméstica contiene tanto aspectos físicos como psicológicos. Pero tratan de ocultar el hecho de que la violencia psicológica es más frecuente entre las mujeres.
En su artículo Working with violent women ("Trabajando con mujeres violentas"), la autora afirma: "Tenemos miles de estudios internacionales sobre la violencia masculina, pero existen muy pocos sobre las causas o las formas de la violencia femenina. Al parecer, un manto de silencio cubre las enormes cifras de la violencia ejercida por mujeres".
Con gran objetividad, Erin Pizzey estudia los aspectos patológicos de estos comportamientos, ajena a toda parcialidad sexista: "Según mi experiencia -dice-, tanto los hombres como las mujeres incurren igualmente en los comportamientos descritos, pero en conjunto, debido a que sólo las disfunciones del comportamiento masculino se estudian y son objeto de informes, la gente no comprende que, en la misma medida, las mujeres son igualmente responsables de ese tipo de conductas violentas".
Para reforzar su conclusión de que las mujeres pueden ser tan violentas como los hombres, en su artículo When did you last beat your wife? ("¿Cuándo golpeó Ud. a su mujer por última vez?") (The Observer, 3 de julio de 1998) señala que "la peor forma de violencia no tiene lugar entre hombres y mujeres, sino entre mujeres y mujeres. La violencia lesbiana destaca por su intensidad y resulta muy incómoda para el movimiento feminista radical".
En ese artículo observa también , en referencia a la discriminación ejercida contra los hombres en los sistemas judiciales canadiense y estadounidense que "las mujeres comenzaron a falsear la información y a acusar a sus parejas de violencia doméstica como preámbulo para solicitar el divorcio. Los hombres fueron acusados de abusar sexualmente de sus hijos y muchos acabaron en la cárcel sin que existiesen pruebas contra ellos. Para expulsar a un hombre de su hogar, bastaba con que su pareja alegase que tenía 'miedo'".
Especialmente significativo es su artículo No more war ("No más guerra") (Irish Times, 9 de junio de 2000), donde recurre a su experiencia infantil para insistir en las causas patológicas de la violencia doméstica, que puede ser ejercida en igual medida por hombres y mujeres. "La experiencia personal me había enseñado que mi madre era tan violenta como mi padre.
Siempre pensé que era una terrorista doméstica. [...] Mi madre, sin embargo, gozaba de gran estima, ya que se comportaba como un ángel en la calle y como el mismo demonio apenas traspasaba el umbral de su casa".
Otra frase significativa de ese artículo: "A finales de 1974 ya me había dado cuenta de que no se podía prestar apoyo general al movimiento feminista inglés, por su radical odio a la familia y a los hombres. Sabía que buscaban una causa legítima para justificar su odio a los hombres y obtener ayuda económica".
En alguna ocasión, Erin Pizzey se ha definido a sí misma como "reformadora social", y es la experiencia de su labor en la comunidad la que sirve de trasfondo a muchos de sus textos. En ellos se desnudan y sacan a la luz algunos de los aspectos más incómodos y deliberadamente ignorados del comportamiento humano.
Cada época tiene sus dogmas y tabúes. En la nuestra se ha impuesto un concepto dogmático y unidireccional de la violencia doméstica. Pero cuando ese concepto se confronta con la versión de los protagonistas -activos y pasivos- de esa violencia y la objetividad de sus testigos directos, el "dogma oficial" salta en pedazos, y de nada vale seguir cubriendo la amarga realidad con más velos y tabúes. La verdad tiene sus espinas. Quizás por eso la obra -social y literaria- de Erin Pizzey ha molestado tanto en los círculos políticamente correctos y entre los administradores del pensamiento, aparentemente múltiple, pero realmente único.
Enlaces en español:
"Al abrigo de la realidad": Entrevista con Erin Pizzey (por Donna Laframboise)
"De lo personal a lo político" (capitulo del libro "¿Quiénes son las victimas, los hombres o las mujeres?")
"No más guerra" (artículo de prensa)
"¿Quiénes son las víctimas, los hombres o las mujeres?" (reseña del libro del mismo título)
"Trabajando con mujeres violentas"
Escritora, periodista y, ante todo, precursora del movimiento mundial de albergues para mujeres maltratadas.
Hija de un diplomático británico, Erin Patricia Margaret Carney nació en China en 1939, y alternó sus primeros años entre los diversos destinos de su padre en ultramar y una estricta escuela religiosa de Inglaterra. En 1961 se casó con el periodista Jack Pizzey. Divorciada, en 1979 contrajo matrimonio con el psicólogo Jeffrey Shapiro, en cuya colaboración escribió Prone to violence ("Proclives a la violencia") (1982).
En 1971 fundó el primer albergue moderno de mujeres maltratadas en Chiswick, cerca de Londres, y conoce de primera mano el mundo de la violencia doméstica. El albergue de Chiswick, en el que Erin Pizzey mantuvo a toda costa una política de puertas abiertas, pronto se vio desbordado por la gran afluencia de mujeres y niños.
Las autoridades no tardaron en preocuparse por las condiciones sanitarias y de hacinamiento, que costaron a su promotora interminables procesos judiciales. Sólo la intervención directa de la Reina evitó el cierre de la institución. A lo largo de diez años, Erin Pizzey trató con más de 5.000 mujeres y sus hijos, acogidos en su albergue.
Erin Pizzey comprendió desde el primer momento que existía una clara distinción entre las mujeres que, accidentalmente, habían emprendido una relación con un compañero violento al que deseaban abandonar definitivamente y las mujeres que, por profundas razones psicológicas generalmente relacionadas con experiencias infantiles de violencia, buscaban una o sucesivas relaciones violentas, sin intención de abandonarlas.
A ese respecto, Erin Pizzey afirma: "... es esencial comprender el diferente significado con que utilizamos las palabras 'maltratadas' y 'proclives a la violencia'. Para nosotros, una persona maltratada es la víctima inocente de la violencia de otra persona; mientras que una persona proclive a la violencia es la víctima de su propia adicción a la violencia”. Ambos tipos de mujeres necesitan tipos de ayuda totalmente distintos.
Según sus conclusiones, 62 de las primeras 100 mujeres que llegaron al albergue eran tanto o más violentas que los compañeros de los que huían, "y a cuyo lado acababan volviendo una y otra vez debido a su adicción al dolor y a la violencia".
Erin Pizzey ha escrito varios libros sobre la violencia doméstica, entre los que destaca el mencionado Prone to violence, que recoge la experiencia de esos diez años de trabajo en el albergue. Tras la publicación del libro, Erin Pizzey recibió amenazas de muerte contra sí misma y contra su familia, y se le aconsejó que, durante la gira de promoción del libro, viajase acompañada de escolta policial.
El volumen desapareció pronto de los estantes de las bibliotecas y librerías, y el editor se arruinó. El acoso alcanzó tales proporciones que Erin Pizzey acabó exiliándose en Santa Fe (Nuevo México) y no volvió al Inglaterra hasta 1997. Según los resultados de una investigación realizada en 1996 en todas las bibliotecas del mundo accesibles desde la Biblioteca del Congreso estadounidense a través de la red Inter-Library, en esa fecha sólo existían 13 ejemplares en todo el mundo.
La extrema reacción suscitada por la obra de Erin Pizzey demuestra que ha tocado una verdad fundamental que el feminismo radical trata de ocultar desesperadamente. Hace tiempo que las feministas observaron que la violencia doméstica contiene tanto aspectos físicos como psicológicos. Pero tratan de ocultar el hecho de que la violencia psicológica es más frecuente entre las mujeres.
En su artículo Working with violent women ("Trabajando con mujeres violentas"), la autora afirma: "Tenemos miles de estudios internacionales sobre la violencia masculina, pero existen muy pocos sobre las causas o las formas de la violencia femenina. Al parecer, un manto de silencio cubre las enormes cifras de la violencia ejercida por mujeres".
Con gran objetividad, Erin Pizzey estudia los aspectos patológicos de estos comportamientos, ajena a toda parcialidad sexista: "Según mi experiencia -dice-, tanto los hombres como las mujeres incurren igualmente en los comportamientos descritos, pero en conjunto, debido a que sólo las disfunciones del comportamiento masculino se estudian y son objeto de informes, la gente no comprende que, en la misma medida, las mujeres son igualmente responsables de ese tipo de conductas violentas".
Para reforzar su conclusión de que las mujeres pueden ser tan violentas como los hombres, en su artículo When did you last beat your wife? ("¿Cuándo golpeó Ud. a su mujer por última vez?") (The Observer, 3 de julio de 1998) señala que "la peor forma de violencia no tiene lugar entre hombres y mujeres, sino entre mujeres y mujeres. La violencia lesbiana destaca por su intensidad y resulta muy incómoda para el movimiento feminista radical".
En ese artículo observa también , en referencia a la discriminación ejercida contra los hombres en los sistemas judiciales canadiense y estadounidense que "las mujeres comenzaron a falsear la información y a acusar a sus parejas de violencia doméstica como preámbulo para solicitar el divorcio. Los hombres fueron acusados de abusar sexualmente de sus hijos y muchos acabaron en la cárcel sin que existiesen pruebas contra ellos. Para expulsar a un hombre de su hogar, bastaba con que su pareja alegase que tenía 'miedo'".
Especialmente significativo es su artículo No more war ("No más guerra") (Irish Times, 9 de junio de 2000), donde recurre a su experiencia infantil para insistir en las causas patológicas de la violencia doméstica, que puede ser ejercida en igual medida por hombres y mujeres. "La experiencia personal me había enseñado que mi madre era tan violenta como mi padre.
Siempre pensé que era una terrorista doméstica. [...] Mi madre, sin embargo, gozaba de gran estima, ya que se comportaba como un ángel en la calle y como el mismo demonio apenas traspasaba el umbral de su casa".
Otra frase significativa de ese artículo: "A finales de 1974 ya me había dado cuenta de que no se podía prestar apoyo general al movimiento feminista inglés, por su radical odio a la familia y a los hombres. Sabía que buscaban una causa legítima para justificar su odio a los hombres y obtener ayuda económica".
En alguna ocasión, Erin Pizzey se ha definido a sí misma como "reformadora social", y es la experiencia de su labor en la comunidad la que sirve de trasfondo a muchos de sus textos. En ellos se desnudan y sacan a la luz algunos de los aspectos más incómodos y deliberadamente ignorados del comportamiento humano.
Cada época tiene sus dogmas y tabúes. En la nuestra se ha impuesto un concepto dogmático y unidireccional de la violencia doméstica. Pero cuando ese concepto se confronta con la versión de los protagonistas -activos y pasivos- de esa violencia y la objetividad de sus testigos directos, el "dogma oficial" salta en pedazos, y de nada vale seguir cubriendo la amarga realidad con más velos y tabúes. La verdad tiene sus espinas. Quizás por eso la obra -social y literaria- de Erin Pizzey ha molestado tanto en los círculos políticamente correctos y entre los administradores del pensamiento, aparentemente múltiple, pero realmente único.
Enlaces en español:
"Al abrigo de la realidad": Entrevista con Erin Pizzey (por Donna Laframboise)
"De lo personal a lo político" (capitulo del libro "¿Quiénes son las victimas, los hombres o las mujeres?")
"No más guerra" (artículo de prensa)
"¿Quiénes son las víctimas, los hombres o las mujeres?" (reseña del libro del mismo título)
"Trabajando con mujeres violentas"
CGPJ Frente a la Ley Integral de Violencia .....
Fernando Martinez nos envia:
En el Mundo se puede obtener hoy el informe completo del CGPJ, Frente a la Ley Integral de Violencia de "Genero":
http://www.elmundo.es/index.html?a=W&t=1088105605
Dada su importancia (lo que voy leyendo tiene partes demoledoras).
En el Mundo se puede obtener hoy el informe completo del CGPJ, Frente a la Ley Integral de Violencia de "Genero":
http://www.elmundo.es/index.html?a=W&t=1088105605
Dada su importancia (lo que voy leyendo tiene partes demoledoras).
Guia de Iº Auxilios para Hombre Maltratados
Guía RÁPIDA de primeros auxilios para hombres maltratados y perseguidos.
Por Rebelde
CONSEJOS PARA SUPERVIVENCIA EN SITUACIÓN EXTREMA.
El lema es: " sobrevive mientras puedas".
1. No estés solo ni en silencio. Busca amigos, pide ayuda.
2. PIDE AYUDA PROFESIONAL.
3. No dudes en llamar y acudir al 091.
4. Confía en los profesionales; estás en buenas manos.
5. El mejor PROTECTOR de tu hijo es su maestro, también será tu mejor amigo. Confía en los profesionales de la enseñanza.
6. En caso de dudas en materia de educación ( a veces te encuentras profesores socialistas), acude a asociaciones de padres de enseñanza privada ( concapa y similar). Siempre que gobierna el psoe inician cazas de brujos y arremeten contra los colegios de religiosos. Busca aliados para esta guerra. Por suerte, el psoe ha conseguido poner en su contra a la gran mayoría de directores de centros, pero, ! cuidado!, tocan las narices con inspección. Concapa y similares conocen a fondo que inspecctores son cabales y cuales no. ( Tu mejor amigo es el enemigo de tu enemigo; únete a él)
7. Profesionales a quien acudir.
a. Psicólogos. Buen recurso para padres alejados de sus hijos. Deben ser sicólogos CONDUCTIVISTAS. Servirán, sobre todo, para darte seguridad en las pautas clásicas de educaicón y crianza. Son muy beneciosas las tácticas de defensa contra el SAP, maltrato sicológico,etc. Hacen la terapia del niño a tarvés de tÍ; normalmente no precisa acudir el niño.
b. Psiquiatras. No seas el hombre de hierro. Es necesario hacer HIGIENE MENTAL. Todos son beunos.
c. Médicos. Busca y sigue los consejos de tu MEDICO DE CABECERA, o médico de familia. Contratar un seguro privado no es tan caro y te sirve para evitar las colas de la S.S. No dudes en lelvar a tu hijo al médico de cabecera cuantas veces sea preciso. BUENA NORMA para defenderse de ACUSACIONES DE ABUSOS, maltrato, etc.
c.1. Coopera en todo con el médico que atienden a tu hijo. Conocen muy bien el Sindrome de Munchausen, por ejemplo. estás en buenas manos, auqnue tengas la impresión de que no es así. Colaboración total en materia de salud con la madre de tu hijo.
d. Sexólogos. Deben ser médicos especilizados en sexología. los psicólogos no entienden nada de bio química. Aunque te parezca absurdo, ellos te peuden ayudar a aclarar tus dudas acerca de la personalidad de tu MALTRATADORA. En las pautas sexuales confluyen todos los miedos, emociones,etc. Una buena base para el sicoanálisis. Si están ante una persona perversa o psicópata ( la ex) te ayudarán defenderte de ella, pues descubren sus debilidades y saben cómo atacarlas con eficacia.
8. ASISTENCIA JURIDICA.
¿ Mi abogado es bueno, hace lo que tiene que hacer?. Mientras notes que tu abogado pide CLEMENCIA para tí, ! cuentas con un buen abogado!. En la actualidad, no existe abogado defensor para el hombre, precondenado por serlo. Se tienen que limitar a pedir clemencia; os ea, que mientras no te crucifiquen, te peuedes dar con un canto en los dientes.
9. LAS TRES PES. Prudencia, paciencia y perseverancia. Con ella consigues el PODER DE LA VICTIMA. Prudencia; pies de plomo, tranquilidad, saber esperar. Paciencia, armarse de valor, tragar la rabia y el orgullo; "la venganza se sirve en plato frío". Perseverancia; tensa calma, constancia en la firmeza, ya caerán...
10. El refugio. Es bueno sentir ira, rabia, a veces rencor. Jesús y otros grandes hombres, también sintieron ira contra el mal ( recuerda el episodio de los vendedores del templo, que los expulsó con un látigo en al mano). Antes de llegar al odio, es bueno expulsar la ira. Es bueno tener ambientes donde poder expresarse con tranquilidad. No dudes en explayarte, estos foros son buenos para eso; vomita aquí el veneno que te han hecho ingerir.
11. Quitarse la justicia de encima. cuando te canses de soportar el acoso permanente vía judicial (denuncias, papelitos de civil...) Pide abogado de oficio. Alega que no encuentras profesioanles que no estén COACCIONADOS por el juez ( con estas palabras, sin más). Cuando te nombren uno, le dices que lo pague quien lo mandó trabajar. Plántales cara, es decir: " dejadme en paz". ( nota de humor: visto que ya hay precedentes, pedid orden de alejamiento de los juzgados. Como al juzgado no le imponen orden de alejamiento de tí, que te la pongan ellos a tí, una orden de alejamiento de los juzgados. ¿ Que te notifican?. Les enseñas la orden y ya está.).
12. Intenta vivir, disfruta.
Por Rebelde
CONSEJOS PARA SUPERVIVENCIA EN SITUACIÓN EXTREMA.
El lema es: " sobrevive mientras puedas".
1. No estés solo ni en silencio. Busca amigos, pide ayuda.
2. PIDE AYUDA PROFESIONAL.
3. No dudes en llamar y acudir al 091.
4. Confía en los profesionales; estás en buenas manos.
5. El mejor PROTECTOR de tu hijo es su maestro, también será tu mejor amigo. Confía en los profesionales de la enseñanza.
6. En caso de dudas en materia de educación ( a veces te encuentras profesores socialistas), acude a asociaciones de padres de enseñanza privada ( concapa y similar). Siempre que gobierna el psoe inician cazas de brujos y arremeten contra los colegios de religiosos. Busca aliados para esta guerra. Por suerte, el psoe ha conseguido poner en su contra a la gran mayoría de directores de centros, pero, ! cuidado!, tocan las narices con inspección. Concapa y similares conocen a fondo que inspecctores son cabales y cuales no. ( Tu mejor amigo es el enemigo de tu enemigo; únete a él)
7. Profesionales a quien acudir.
a. Psicólogos. Buen recurso para padres alejados de sus hijos. Deben ser sicólogos CONDUCTIVISTAS. Servirán, sobre todo, para darte seguridad en las pautas clásicas de educaicón y crianza. Son muy beneciosas las tácticas de defensa contra el SAP, maltrato sicológico,etc. Hacen la terapia del niño a tarvés de tÍ; normalmente no precisa acudir el niño.
b. Psiquiatras. No seas el hombre de hierro. Es necesario hacer HIGIENE MENTAL. Todos son beunos.
c. Médicos. Busca y sigue los consejos de tu MEDICO DE CABECERA, o médico de familia. Contratar un seguro privado no es tan caro y te sirve para evitar las colas de la S.S. No dudes en lelvar a tu hijo al médico de cabecera cuantas veces sea preciso. BUENA NORMA para defenderse de ACUSACIONES DE ABUSOS, maltrato, etc.
c.1. Coopera en todo con el médico que atienden a tu hijo. Conocen muy bien el Sindrome de Munchausen, por ejemplo. estás en buenas manos, auqnue tengas la impresión de que no es así. Colaboración total en materia de salud con la madre de tu hijo.
d. Sexólogos. Deben ser médicos especilizados en sexología. los psicólogos no entienden nada de bio química. Aunque te parezca absurdo, ellos te peuden ayudar a aclarar tus dudas acerca de la personalidad de tu MALTRATADORA. En las pautas sexuales confluyen todos los miedos, emociones,etc. Una buena base para el sicoanálisis. Si están ante una persona perversa o psicópata ( la ex) te ayudarán defenderte de ella, pues descubren sus debilidades y saben cómo atacarlas con eficacia.
8. ASISTENCIA JURIDICA.
¿ Mi abogado es bueno, hace lo que tiene que hacer?. Mientras notes que tu abogado pide CLEMENCIA para tí, ! cuentas con un buen abogado!. En la actualidad, no existe abogado defensor para el hombre, precondenado por serlo. Se tienen que limitar a pedir clemencia; os ea, que mientras no te crucifiquen, te peuedes dar con un canto en los dientes.
9. LAS TRES PES. Prudencia, paciencia y perseverancia. Con ella consigues el PODER DE LA VICTIMA. Prudencia; pies de plomo, tranquilidad, saber esperar. Paciencia, armarse de valor, tragar la rabia y el orgullo; "la venganza se sirve en plato frío". Perseverancia; tensa calma, constancia en la firmeza, ya caerán...
10. El refugio. Es bueno sentir ira, rabia, a veces rencor. Jesús y otros grandes hombres, también sintieron ira contra el mal ( recuerda el episodio de los vendedores del templo, que los expulsó con un látigo en al mano). Antes de llegar al odio, es bueno expulsar la ira. Es bueno tener ambientes donde poder expresarse con tranquilidad. No dudes en explayarte, estos foros son buenos para eso; vomita aquí el veneno que te han hecho ingerir.
11. Quitarse la justicia de encima. cuando te canses de soportar el acoso permanente vía judicial (denuncias, papelitos de civil...) Pide abogado de oficio. Alega que no encuentras profesioanles que no estén COACCIONADOS por el juez ( con estas palabras, sin más). Cuando te nombren uno, le dices que lo pague quien lo mandó trabajar. Plántales cara, es decir: " dejadme en paz". ( nota de humor: visto que ya hay precedentes, pedid orden de alejamiento de los juzgados. Como al juzgado no le imponen orden de alejamiento de tí, que te la pongan ellos a tí, una orden de alejamiento de los juzgados. ¿ Que te notifican?. Les enseñas la orden y ya está.).
12. Intenta vivir, disfruta.
Ante Proyecto de la Ley del Divorcio
Artículo único – Modificación del Código Civil en materia de separación y divorcio.
El Código Civil se modifica en los siguientes terminos:
Uno.- El artículo 81 queda redactado de la siguiente forma
“Artículo 81, - Se decretará judicialmente la separación o el divorcio cualquiera que sea la forma de celebración del matrimonio:
1.º A petición de ambos cónyuges o de uno con el consentimiento del otro, una vez transcurridos los tres primeros meses de matrimonio. A la demanda se acompañará propuesta de convenio regulador, redactada conforme al artículo 90 de este Código.
2-º A petición de uno solo de los cónyuges, una vez transcurridos los tres primeros meses del matrimonio. No será preciso el transcurso de este plazo para la interposición de la demanda cuando el interés del otro cónyuge o de los hijos exija la suspensión de la convivencia. Se entenderá que este interés concurre en los casos de denuncia por malos tratos interpuesta por uno de los cónyuges contra el otro, o sobre los hijos que convivan con ambos.
A la demanda se acompañará propuesta de medidas provisionales que hayan de regular los efectos derivados de la separación o del divorcio, conforme el artículo 103 de este código”.
Dos.- La rubrica del capítulo VIII. del título VI del libro 1 queda redactada en los siguientes términos: “De la separación y del divorcio”
Tres.- Los artículos 82, 86 y 87 quedan sin contenido.
Cuarto.- El primer párrafo del art. 90 queda redactado en los siguientes términos: “el convenio regulador a que se refiere el artículo 81 de este Código deberá referirse, al menos, a los siguientes extremos:
Cinco.- Se da una nueva redacción al artículo 92, que queda redactado de la siguiente forma:
“Artículo 92.- La separación, la nulidad y el divorcio no eximen a los padres de sus obligaciones para con los hijos. Las medidas judiciales sobre el cuidado y educación de los hijos tras oirles si tuvieran juicio y siempre a los mayores 12 años.
En la sentencia se acordará la privación de la patria potestad cuando en el proceso se vele causa ello.
Los padres podrán acordar en el convenio regulador o el juez podrá decidir, en beneficio de los hijos, que la patria potestad sea ejercida total o parcialmente por uno de los cónyuges.
Los padres podrán acordar o, en su caso, el juez podrá decidir, a instancia de parte y siempre en beneficio del menor, que la guarda de los hijos sea ejercida por uno solo de ellos o conjuntamente, procurando no separar a los hermanos.
Antes de adoptar alguna de las decisiones a que se refieren los apartados anteriores el juez, de oficio o a instancia de parte, podrá recabar el dictamen de un facultativo.”.
Seis.- El arículo 97 queda redactado de la siguiente forma:
“Artículo 97.- El cónyuge al que la separación o divorcio produzca desequilibrio económico en relación con la posición del otro, que implique un empeoramiento en su situación anterior en el matimonio, tendrá derecho a una compensación que podrá consistir en una pensión vitalicia, temporal o un tanto alzado según se determine en el convenio regulador o en la sentencia.
A falta de acuerdo entre los cónyuges, el juez determinará la cuantía de la pensión teniendo en cuenta, entre otras, las siguientes circunstancias:
1.º La edad y el estado de salud.
2.º La calificación profesional y las probabilidades de acceso a un empleo.
3.º La dedicación pasada y futura a la familia.
4.º.La colaboración con su trabajo en las actividades mercantiles, industriales o profesionales
del otro cónyuge.
5.º La duración del matrimonio y de la convivencia conyugal
6.º La pérdida eventual de un derecho de pensión.
7.º El caudal y medios económicos y las necesidades de uno y otro cónyuge. En la resolución
judicial se fijarán las vases para actualizar la pensión y las garantías para su efectividad”.
Siete._ Se modifican los artículos 834 y 835, que quedan redactados de la siguiente forma:
“Artículo 834.- El cónyuge que al morir su consorte no se hallase separado de éste judicialmente o de hecho, si concurre a la herencia con hijos o descendientes, tendrá derecho al usufructo del tercio destinado a mejora.”.
“Artículo 835.- Si entre los cónyuges separados hubiera mediado reconciliación, e sobreviviente conservará sus derechos”.
Ocho.- Se suprime el párrafo segundo del artículo 837.
Nueve.- Se modifica el artículo 840, que queda redactado en los siguientes términos::
“Artículo 840.- Cuando el cónyuge viudo concurra con hijos solo del causante, podrá exigir que su derecho de usufructo le sea satisfecho, a elección de los hios, asignándole un capital en dinero o un lote de bienes hereditarios”.
Disposición transitoria única. Procesos pendientes de resolución.
Esta ley será de aplicación a todos los procesos que se encuentren pendientes de resolución en el momento de su entrada en vigor, con independencia de la instancia o vía de recurso en que se encuentren.
Disposición final primera. Modificación de la ley 1/2000 de 7 de Enero, de Enjuiciamiento Civil.
La regla. 2ª del artículo 770 de la Ley 1/2000 de 7 de Enero, de Enjuiciamiento Civil, queda redactada del siguiente modo::
“2.º La reconvención se propondrá con la contestación a la demanda. El actor dispondrá de 10 días para contestarla.
Solo se admitirá la reconvención:
a) Cuando se funde en alguna de las causas que pueden dar lugar a la nulidad del matrimonio.
b) Cuan el cónyuge demandado de separación o de nulidad pretenda el divorcio.
c) Cuando el cónyuge demandado de nulidad pretenda la separación.
d) Cuando el cónyuge demandado pretenda la adopción de medidas definitivas, que no hubieran sido solicitadas en la demanda, y sobre las que el tribunal no deba pronunciarse de oficio”
Disposición final segunda. Modificación de la ley de 8 de Junio de 1957, reguladora del Registro Civil.
El párrafo 1-º del artículo 20 de la Ley de 8 de Junio de 1957, reguladora del Registro Civil, queda redactada del siguiente modo:
“1.º Las de nacimiento, el registro del domicilio del nacido o de sus representantes legales. En caso de adopción internacional, el adoptante o adoptantes, de común acuerdo, podrán solicitar que en la nueva inscripción conste su domicilio en España como lugar nacimiento del adoptando. A las inscripciones así practicadas les será de aplicación lo dispuesto en el párrafo final del artículo 16”.
Disposición final tercera. Entrada en vigor.
La presente ley entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Boletín Oficial del Estado.
El Ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar.
El Código Civil se modifica en los siguientes terminos:
Uno.- El artículo 81 queda redactado de la siguiente forma
“Artículo 81, - Se decretará judicialmente la separación o el divorcio cualquiera que sea la forma de celebración del matrimonio:
1.º A petición de ambos cónyuges o de uno con el consentimiento del otro, una vez transcurridos los tres primeros meses de matrimonio. A la demanda se acompañará propuesta de convenio regulador, redactada conforme al artículo 90 de este Código.
2-º A petición de uno solo de los cónyuges, una vez transcurridos los tres primeros meses del matrimonio. No será preciso el transcurso de este plazo para la interposición de la demanda cuando el interés del otro cónyuge o de los hijos exija la suspensión de la convivencia. Se entenderá que este interés concurre en los casos de denuncia por malos tratos interpuesta por uno de los cónyuges contra el otro, o sobre los hijos que convivan con ambos.
A la demanda se acompañará propuesta de medidas provisionales que hayan de regular los efectos derivados de la separación o del divorcio, conforme el artículo 103 de este código”.
Dos.- La rubrica del capítulo VIII. del título VI del libro 1 queda redactada en los siguientes términos: “De la separación y del divorcio”
Tres.- Los artículos 82, 86 y 87 quedan sin contenido.
Cuarto.- El primer párrafo del art. 90 queda redactado en los siguientes términos: “el convenio regulador a que se refiere el artículo 81 de este Código deberá referirse, al menos, a los siguientes extremos:
Cinco.- Se da una nueva redacción al artículo 92, que queda redactado de la siguiente forma:
“Artículo 92.- La separación, la nulidad y el divorcio no eximen a los padres de sus obligaciones para con los hijos. Las medidas judiciales sobre el cuidado y educación de los hijos tras oirles si tuvieran juicio y siempre a los mayores 12 años.
En la sentencia se acordará la privación de la patria potestad cuando en el proceso se vele causa ello.
Los padres podrán acordar en el convenio regulador o el juez podrá decidir, en beneficio de los hijos, que la patria potestad sea ejercida total o parcialmente por uno de los cónyuges.
Los padres podrán acordar o, en su caso, el juez podrá decidir, a instancia de parte y siempre en beneficio del menor, que la guarda de los hijos sea ejercida por uno solo de ellos o conjuntamente, procurando no separar a los hermanos.
Antes de adoptar alguna de las decisiones a que se refieren los apartados anteriores el juez, de oficio o a instancia de parte, podrá recabar el dictamen de un facultativo.”.
Seis.- El arículo 97 queda redactado de la siguiente forma:
“Artículo 97.- El cónyuge al que la separación o divorcio produzca desequilibrio económico en relación con la posición del otro, que implique un empeoramiento en su situación anterior en el matimonio, tendrá derecho a una compensación que podrá consistir en una pensión vitalicia, temporal o un tanto alzado según se determine en el convenio regulador o en la sentencia.
A falta de acuerdo entre los cónyuges, el juez determinará la cuantía de la pensión teniendo en cuenta, entre otras, las siguientes circunstancias:
1.º La edad y el estado de salud.
2.º La calificación profesional y las probabilidades de acceso a un empleo.
3.º La dedicación pasada y futura a la familia.
4.º.La colaboración con su trabajo en las actividades mercantiles, industriales o profesionales
del otro cónyuge.
5.º La duración del matrimonio y de la convivencia conyugal
6.º La pérdida eventual de un derecho de pensión.
7.º El caudal y medios económicos y las necesidades de uno y otro cónyuge. En la resolución
judicial se fijarán las vases para actualizar la pensión y las garantías para su efectividad”.
Siete._ Se modifican los artículos 834 y 835, que quedan redactados de la siguiente forma:
“Artículo 834.- El cónyuge que al morir su consorte no se hallase separado de éste judicialmente o de hecho, si concurre a la herencia con hijos o descendientes, tendrá derecho al usufructo del tercio destinado a mejora.”.
“Artículo 835.- Si entre los cónyuges separados hubiera mediado reconciliación, e sobreviviente conservará sus derechos”.
Ocho.- Se suprime el párrafo segundo del artículo 837.
Nueve.- Se modifica el artículo 840, que queda redactado en los siguientes términos::
“Artículo 840.- Cuando el cónyuge viudo concurra con hijos solo del causante, podrá exigir que su derecho de usufructo le sea satisfecho, a elección de los hios, asignándole un capital en dinero o un lote de bienes hereditarios”.
Disposición transitoria única. Procesos pendientes de resolución.
Esta ley será de aplicación a todos los procesos que se encuentren pendientes de resolución en el momento de su entrada en vigor, con independencia de la instancia o vía de recurso en que se encuentren.
Disposición final primera. Modificación de la ley 1/2000 de 7 de Enero, de Enjuiciamiento Civil.
La regla. 2ª del artículo 770 de la Ley 1/2000 de 7 de Enero, de Enjuiciamiento Civil, queda redactada del siguiente modo::
“2.º La reconvención se propondrá con la contestación a la demanda. El actor dispondrá de 10 días para contestarla.
Solo se admitirá la reconvención:
a) Cuando se funde en alguna de las causas que pueden dar lugar a la nulidad del matrimonio.
b) Cuan el cónyuge demandado de separación o de nulidad pretenda el divorcio.
c) Cuando el cónyuge demandado de nulidad pretenda la separación.
d) Cuando el cónyuge demandado pretenda la adopción de medidas definitivas, que no hubieran sido solicitadas en la demanda, y sobre las que el tribunal no deba pronunciarse de oficio”
Disposición final segunda. Modificación de la ley de 8 de Junio de 1957, reguladora del Registro Civil.
El párrafo 1-º del artículo 20 de la Ley de 8 de Junio de 1957, reguladora del Registro Civil, queda redactada del siguiente modo:
“1.º Las de nacimiento, el registro del domicilio del nacido o de sus representantes legales. En caso de adopción internacional, el adoptante o adoptantes, de común acuerdo, podrán solicitar que en la nueva inscripción conste su domicilio en España como lugar nacimiento del adoptando. A las inscripciones así practicadas les será de aplicación lo dispuesto en el párrafo final del artículo 16”.
Disposición final tercera. Entrada en vigor.
La presente ley entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Boletín Oficial del Estado.
El Ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar.
Diario Vasco: Custodia Compartida
Justo Saez, recomienda este articulo aparecido en un reportaje de 3 paginas aparecido en el diario vasco,cuya direccion es:
http://servicios.diariovasco.com
http://www.diariovasco.com
En la primera pagina ,segunda y tercera vienen unos informes sobre la Separacion/divorcio y la guardia y custodia compartida, con datos muy interesantes.
Entiendo que es muy importante estar en estos momentos en los medios de comunicación,de forma intermitente,reivindicando y razonando el derecho de madres y padres a educar,cuidar y convivir con nuestr@s hij@s en igualdad de condiciones y el dercho de nuestros hij@ a no separarse de sus padres y madres cuando estos se separan/divorcian.
Un muy cordial saludo
Justo saenz
http://servicios.diariovasco.com
http://www.diariovasco.com
En la primera pagina ,segunda y tercera vienen unos informes sobre la Separacion/divorcio y la guardia y custodia compartida, con datos muy interesantes.
Entiendo que es muy importante estar en estos momentos en los medios de comunicación,de forma intermitente,reivindicando y razonando el derecho de madres y padres a educar,cuidar y convivir con nuestr@s hij@s en igualdad de condiciones y el dercho de nuestros hij@ a no separarse de sus padres y madres cuando estos se separan/divorcian.
Un muy cordial saludo
Justo saenz
Guia Recursos Violencia contra las Mujeres
Guía de Recursos Violencia contra las mujeres.
http://www.elpais.es/comunes/2004/violencia_mujeres/index.html
http://www.elpais.es/comunes/2004/violencia_mujeres/index.html
Informe FIEBERT: Violencia entre Parejas(1997 -2001)
Informe Fiebert
REFERENCES EXAMINING ASSAULTS BY WOMEN ON THEIR SPOUSES OR MALE PARTNERS: AN ANNOTATED BIBLIOGRAPHY
("Textos en que se examinan las agresiones de mujeres a sus cónyuges o parejas masculinas: bibliografía anotada")
Fuente Internet:
http://www.csulb.edu/~mfiebert/assault.htm
http://www.adiospapa.org/temas/fiebert.htm
Estudio realizado por Martin S. Fiebert, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad del Estado de California, publicado por primera vez en 1997 y actualizado en 2001.
En él se facilitan los datos, las cifras y las conclusiones resultantes de 122 investigaciones especializadas, 99 estudios empíricos y 23 exámenes o análisis que demuestran que las mujeres son tan agresivas físicamente, o más, que los hombres en sus relaciones conyugales o de pareja. El tamaño de la muestra global de los estudios analizados sobrepasa los 77.000 casos, lo que unido a la disparidad de su procedencia, dice bastante a favor de la fiabilidad de los resultados.
Los estudios se agrupan en seis secciones:
* Estudios entre parejas no casadas
* Estudios entre parejas casadas
* Macroencuestas
* Estudios con variable racial
* Artículos
* Otros estudios y metodologías
* ESTUDIOS ENTRE PAREJAS NO CASADAS
1. Aizenman, M., & Kelley, G. (1988. The incidence of violence and acquaintance rape in dating relationships among college men and women. Journal of College Student Development, 29, 305-311. ).
La incidencia de la violencia y la violación reconocida en las citas entre universitarios y universitarias. Una muestra de universitarios que salen habitualmente con su pareja constituída por 204 mujeres y 140 hombres respondieron a una investigación sobre la violencia en los noviazgos. Los autores manifiestan no hallar diferencias significativas por sexos en cuanto a haber reconocido perpetrar abusos físicos.
2. Archer, J., & Ray, N. (1989). Dating violence in the United Kingdom: a preliminary study. Aggressive Behavior, 15, 337-343. - Violencia en los noviazgos en el Reino Unido: un estudio preliminar. Comportamiento Agresivo. (Veintitrés parejas en noviazgo cumplimentaron la Escala de Tácticas de Conflicto. Los resultados indican que las mujeres son significativamente más propensas que sus compañeros a expresar violencia física. Los autores también describen que las "dosis de aceptación por parte de la pareja eran muy altas", así como que la correlación entre la violencia pasada y presente era baja.
3. Arias, I., Samios, M., & O'Leary, K. D. (1987). Prevalence and correlates of physical aggression during courtship. Journal of Interpersonal Violence, 2, 82-90. Prevalencia y correlación de la agresión física durante el noviazgo. (Se empleó la Escala de Tácticas de Conflicto con una muestra de 270 pregraduados, 95 hombres y 175 mujeres; y se verificó que el 30 % de los hombres y el 49 % de las mujeres manifestaron haber empleado alguna forma de agresión en su vida de noviazgo, comprobándose un mayor porcentaje de mujeres que de hombres como protagonistas de agresiones físicas graves).
4. Arias, I., & Johnson, P. (1989). Evaluations of physical aggression among intimate dyads. Journal of Interpersonal Violence, 4, 298-307. Evaluaciones de agresión física entre dyads íntimos. (Se empleó la Escala de Tácticas de Conflicto - CTS - con una muestra de 103 hombres y 99 mujeres pregraduados. Ambos habían tenido experiencias similares de violencia en el noviazgo, admitiendo un 19 % de las mujeres y un 20 % de los hombres haber agredido físicamente a su pareja. Un porcentaje significativamente superior de mujeres declararon que la auto-defensa era una razón legítima para que los hombres fueran agresivos, en tanto un mayor porcentaje de hombres opinaron que abofetear era una respuesta legítima para una mujer o un hombre en caso de infidelidad sexual de la pareja).
5. Bernard, M. L., & Bernard, J. L. (1983). Violent intimacy: The family as a model for love relationships. Family Relations, 32, 283-286. Violencia íntima: La familia como modelo de las relaciones amorosas. (Muestra investigada de 461 universitarios, 168 varones, 293 mujeres, en relación con la violencia en los noviazgos. Se demostró que el 15 % de los hombres frente a un 21 % de las mujeres admitieron haber abusado físicamente de sus parejas Escala de Tácticas de Conflicto.)
6. Billingham, R. E., & Sack, A. R. (1986). Courtship violence and the interactive status of the relationship. Journal of Adolescent. Violencia en los noviazgos y el estatus interactivo de la relación. Research, 1, 315-325. (Se empleó la CTS con 526 estudiantes universitarios, 167 hombres, 359 mujeres, encontrándose tasas similares de violencia mutua, pero arrojando las mujeres mayor tasa en cuanto a ser la iniciadora de la violencia sin provocación previa de la pareja <9>).
7. Bookwala, J., Frieze, I. H., Smith, C., & Ryan, K. (1992). Predictors of dating violence: A multivariate analysis. Violence and Victims, 7, 297-311. Predictores de la violencia en los noviazgos: un análisis multivariable. (Se empleó la CTS con 305 universitarios –227 mujeres y 78 hombres–, detectándose que 133 mujeres y 43 hombres habían sufrido violencia en una relación de noviazgo actual o reciente. Los autores manifestaron que "las mujeres evidenciaban haber expresado tanta o más violencia en sus relaciones como los hombres".
En tanto la violencia en las relaciones parece ser mayoritariamente mutua –36% declarada por mujeres y 38 % por hombres–, las mujeres reconocen haber iniciado la violencia con sus parejas no violentas más frecuentemente que los hombres –22 % frente a 17%–).
8. Burke, P. J., Stets, J. E., & Pirog-Good, M. A. (1988). Gender identity, self-esteem, and physical and sexual abuse in dating relationships. Social Psychology Quarterly, 51, 272-285. Identidad de género, autoestima y abusos físicos y sexuales en relaciones de noviazgo. (Una muestra de 505 universitarios <298>.
Completado el CTS, los autores declaran la "ausencia de diferencias significativas entre hombres y mujeres en cuanto a haber reconocido infligir o mantener abusos físicos". Específicamente, en el periodo de un año descubrieron que el 14 % de los hombres y el 18% de las mujeres habían declarado haber infligido abusos físicos, en tanto el 10 % de los hombres y el 18 % de las mujeres declararon haberlo hecho constantemente.
9. Carlson, B. E. (1987). Dating violence: a research review and comparison with spouse abuse. Social Casework, 68, 16-23. Violencia en los noviazgos: una revisión de las investigaciones y comparación con el abuso conyugal. (Revisa las investigaciones sobre violencia en los noviazgos, concluyendo que tanto los hombres como las mujeres arrojan las mismas posibilidades de agredir a sus parejas y que "la frecuencia de las agresiones es inversamente proporcional a la probabilidad de causar heridas físicas")
10. Caulfield, M. B., & Riggs, D. S. (1992). The assessment of dating aggression: Empirical evaluation of the Conflict Tactics Scale. Journal of Interpersonal Violence, 4, 549-558. La investigación de la agresión en el noviazgo: Evaluación empírica de la Escala de Tácticas de Conflicto.
Se empleó la CTS con una muestra de 667 universitarios solteros <268> obteniéndose un número de declaraciones positivas de violencia física de los puntos de la Escala significativamente mayor por parte de las mujeres. Por ejemplo, el 19 % de las mujeres habían abofeteado a su pareja, en tanto lo habían hecho el 7 % de los hombres. El 13 % de las mujeres habían asestado patadas, mordiscos o golpes a sus parejas, en tanto sólo un 3.1 % de los hombres lo hicieron).
11. Deal, J. E., & Wampler, K. S. (1986). Dating violence: The primacy of previous experience. Journal of Social and Personal Relationships, 3, 457-471. Violencia en los noviazgos: La primacía de experiencias previas. (De 410 universitarios <295> que habían respondido a la CTS y otros instrumentos, se reveló que el 47% experimentaron alguna violencia en sus relaciones de noviazgo. La mayoría de las experiencias eran recíprocas. Cuando no lo eran, los hombres arrojaban tres veces más probabilidades de declarar haber sido víctimas. Las experiencias violentas en relaciones previas era el factor que mejor predecía la violencia en las relaciones actuales.)
12. Follingstad, D. R., Wright, S., & Sebastian, J. A. (1991). Sex differences in motivations and effects in dating violence. Family Relations, 40, 51-57. Diferencias entre sexos en cuanto a las motivaciones y efectos en la violencia en los noviazgos. (Se empleó una muestra de 495 universitarios <207> que completaron la CTS complementada con otros instrumentos, incluyendo una "justificación de la violencia como medida adoptada en la relación".
El estudio comprobó que las mujeres tenían el doble de posibilidades de reconocer haber ejercido violencia en el noviazgo que los hombres. Las víctimas de sexo femenino atribuían la violencia masculina al deseo de ganar control sobre ellas o de vengarse por haber sido golpeados primero, en tanto que las de sexo masculino atribuían las agresiones femeninas en base a su deseo de demostrarles "su indignación, y para vengarse por haberse sentido emocionalmente heridas o maltratadas).
13. Henton, J., Cate, R., Koval, J., Lloyd, S., & Christopher, S. (1983). Romance and violence in dating relationships. Journal of Family Issues, 4, 467-482. Romance y violencia en las relaciones de noviazgo. (Se investigó una muestra de 644 universitarios <351> y se concluyó que los abusos aparecían en 121 de cada 1000 casos, y eran normalmente recíprocos por parte de ambos miembros de la pareja, que mostraban iniciar la violencia en tasas similares.)
14. Lane, K., & Gwartney-Gibbs, P.A. (1985). Violence in the context of dating and sex. Journal of Family Issues, 6, 45-49. Violencia en el contexto del noviazgo y las relaciones sexuales. (Investigados 325 estudiantes <165> en relación con la violencia en el noviazgo. Empleada la Escala de Tácticas de Conflicto se obtuvieron tasas similares de violencia en hombres y en mujeres.)
15. Laner, M. R., & Thompson, J. (1982). Abuse and aggression in courting couples. Deviant Behavior, 3, 229-244. Abuso y agresión entre novios. Desviaciones de comportamiento. (Empleada la Escala Táctica de Conflictos en una muestra de 371 <129> se obtuvieron tasas similares de violencia en hombres y mujeres en el curso de sus relaciones de noviazgo.
16. Lo, W. A., & Sporakowski, M. J. (1989). The continuation of violent dating relationships among college students. Journal of College Student Development, 30, 432-439. La persistencia de las relaciones de noviazgo violentas entre universitarios. (Una muestra de 422 universitarios completaron la Escala de Tácticas de Conflicto. Se verificó que "las mujeres tienen más tendencia que los hombres a declararse como agresores y menos proclives que ellos a declararse víctimas".)
17. Marshall, L. L., & Rose, P. (1987). Gender, stress and violence in the adult relationships of a sample of college students. Journal of Social and Personal Relationships, 4, 299-316. Sexo, intensidad y violencia de las relaciones adultas de una muestra de estudiantes universitarios. (Una investigación de 308 pre-graduados <152> reveló que el 52% expresó violencia y que el 62% la padeció en algún momento de sus relaciones adultas. Globalmente, las mujeres declararon expresar más violencia física que los hombres.
Los abusos de la infancia emergieron como predictores de la violencia en las relaciones adultas.
18. Marshall, L. L., & Rose, P. (1990). Premarital violence: The impact of family of origin violence, stress and reciprocity. Violence and Victims, 5, 51-64. Violencia prematrimonial: El impacto de la violencia en el seno de la familia de origen, intensidad y reciprocidad. Violencia y Víctimas. (454 parejas convivientes de universitarios <249> completaron la CTS y otras escalas. Globalmente, las mujeres declararon expresar más violencia que los hombres, en tanto que los hombres reportaron recibir más violencia que las mujeres. La violencia femenina se asociaba igualmente a haber padecido abusos en la infancia).
19. Mason, A., & Blankenship, V. (1987). Power and affiliation motivation, stress and abuse in intimate relationships. Journal of Personality and Social Psychology, 52, 203-210. Motivación del poder y la sumisión, intensidad y abuso en las relaciones íntimas. (Fueron investigados 156 universitarios <48> con el Test de Relación Temática (TAT), Investigación de las Experiencias vitales y el CTS.
Se concluyó que no había diferencias significativas por razón del sexo en cuanto a infligir abusos físicos. Los hombres con ansia de poder estaban más inclinados para abusar físicamente, en tanto que las mujeres sometidas a gran presión con gran ansia de sumisión y una baja actividad inhibitoria tenían más tendencia a abusar físicamente. Los resultados indicaban que los abusos físicos se dan con más frecuencia entre parejas comprometidas.
20. Matthews, W. J. (1984). Violence in college couples. College Student Journal, 18, 150-158. Violencia entre parejas universitarias. (Un estudio entre 351 universitarios, <123> revelo que 79 personas, el 22.8% de la muestra, narraron al menos un incidente de violencia en el noviazgo.
Las personas de ambos sexos admitieron su responsabilidad conjunta en el comportamiento violento y ambos sexos, tanto en su papel de receptores o de emisores de agresiones interpretaron la violencia como una manifestación de "amor".)
21. McKinney, K. (1986). Measures of verbal, physical and sexual dating violence by gender. Free Inquiry in Creative Sociology, 14, 55-60. Medición de violencia física y sexual en el noviazgo por sexos. (Se sometieron a investigación 163 universitarios, 78 hombres y 85 mujeres, mediante un cuestionario diseñado para obtener información sobre la implicación en la violencia en el noviazgo. El 38% de las mujeres y el 47% de los hombres declaraban ser víctimas de abusos psíquicos en sus relaciones de noviazgo. También se averiguó que el 26% de las mujeres y el 21% de los hombres reconocían haber agredido físicamente a sus novios/as.
22. Riggs, D. S., O'Leary, K. D., & Breslin, F. C. (1990). Multiple correlates of physical aggression in dating couples. Journal of Interpersonal Violence, 5, 61-73. Correlaciones múltiples de la agresión física en las parejas de novios. (Se empleó la CTS y se estudiaron 408 estudiantes universitarios <125>. Se apreció que había un número significativamente superior de mujeres <39%> que de hombres <23%> que habían sido vistos involucrados en una agresión física contra sus parejas actuales.)
23. Sack, A. R., Keller, J. F., & Howard, R. D. (1982). Conflict tactics and violence in dating situations. International Journal of Sociology of the Family, 12, 89-100. Tácticas de conflicto y violencia en situaciones de noviazgo. (Se empleó la CTS en una muestra de 211 universitarios, 92 hombres y 119 mujeres. Los resultados indican que no hay diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a la expresión de violencia física.)
24. Sigelman, C. K., Berry, C. J., & Wiles, K. A. (1984). Violence in college students' dating relationships. Journal of Applied Social Psychology, 5, 530-548. La violencia en relaciones entre universitarios. (Se investigaron 504 universitarios <116> con la Escala de Tácticas de Conflicto, y se halló que hombres y mujeres arrojaban resultados similares en la violencia general que expresaban, pero que los hombres declaraban haberla padecido en un grado significativamente mayor que las mujeres.)
25. Stets, J. E., & Pirog-Good, M. A. (1987). Violence in dating relationships, Social Psychology Quarterly, 50, 237-246. Violencia en las relaciones de noviazgo. (Se examinó una muestra de 505 universitarios blancos. Se encontró que hombres y mujeres eran semejantes en el uso por parte de ambos y el padecimiento de la violencia. Los celos eran un factor determinante que explicaban la violencia en el noviazgo por parte de las mujeres.
26. Stets, J. E. & Pirog-Good, M. A. (1989). Patterns of physical and sexual abuse for men and women in dating relationships: A descriptive analysis, Journal of Family Violence, 4, 63-76. Patrones del abuso físico y sexual para hombres y mujeres en sus relaciones de noviazgo. (Fue examinada una muestra de 287 universitarios <118> hallándose tasas similares para hombres y mujeres de abusos físicos leves en sus relaciones de pareja.
Más mujeres que hombres resultaban empujadas y recibían empellones <24%> mientras que había más hombres que mujeres que resultaban abofeteados <12%>. En términos de contactos sexuales no deseados, el 22% de los hombres y el 36% de las mujeres denunciaron dicho comportamiento. La más frecuente declaración tanto para hombres <18%> como para mujeres <19%> fue el verbatim, "contra mi deseo, mi pareja inició la aproximación sexual".)
27. Straus, M. A., Hamby, S. L., Boney-McCoy, S., & Sugarman, D. B. (1996). The Revised Conflict Tactics Scales (CTS2). Journal of Family Issues, 17, 283-316. .Las Escalas revisadas de Tácticas de Conflicto. Desarrollo y datos psicométricos preliminares. (La CTS revisada muestra una diferenciación más clara entre la violencia leve y la grave, y nuevas escalas para medir la coerción y las heridas psíquicas.
Se utilizó la CTS2 con una muestra de 317 estudiantes <114> y encontraron que: el 49% de los hombres y el 31% de las mujeres declararon haber sido víctimas de un ataque físico por parte de su pareja; el 38% de hombres y el 30% de las mujeres declararon haber sido víctimas de una coerción sexual por parte de su pareja, y el 16% de los hombres y el 14% de las mujeres declararon haber sido seriamente heridas por sus parejas.)
28. Thompson Jr., E. H. (1990). Courtship violence and the male role. Men's Studies Review, 7, (3) 1, 4-13. Violencia en los noviazgos y el papel masculino. (La muestra fue de 336 pregraduados <167> que completaron una versión modificada de la CTS. Se comprobó que el 24.6% de los hombres comparados con el 28.4% de las mujeres expresaron violencia física hacia sus parejas durante los últimos dos años. Se verificó que las mujeres eran dos veces más propensas a la hora de abofetear a sus parejas.)
29. White, J. W., & Koss, M. P. (1991). Courtship violence: Incidence in a national sample of higher education students. Violence and Victims, 6, 247-256.Violencia en los noviazgos: incidencia en una muestra nacional de estudiantes de educación superior. (En una muestra representativa de 6,603 mujeres y 2,105 hombres se demostró que el 37% de los hombres y el 35% de las mujeres infligieron alguna forma de agresión física, mientras que el 39% de los hombres y el 32% de las mujeres fueron víctimas de alguna forma de agresión física).
* ESTUDIOS ENTRE PAREJAS CASADAS
1. Bland, R., & Orne, H. (1986). Family violence and psychiatric disorder. Canadian Journal of Psychiatry, 31, 129-137. Violencia familiar y desórdenespsiquiátricos. (En el curso de las entrevistas realizadas con sujetos canadienses elegidos al azar, 489 hombres y 711 mujeres, se evidenció que más mujeres quehombres, o bien iniciaban la violencia o bien se implicaban en ella en mayor porcentaje que su pareja).
2. Brinkerhoff, M., & Lupri, E. (1988). Interspousal violence. Canadian Journal of Sociology, 13, 407-434. Violencia conyugal. (Se examinó la violencia conyugal en una muestra representativa de 562 parejas en Calgary, Canadá. Se empleó la Escala de Tácticas de Conflicto, comprobándose el doble de casos de violencia gravede esposa a esposo que de esposo a esposa 10,7% vs 4,8%). La tasa global de violencia por parte de los esposos era del 10.3 % en tanto que la de las esposas era el 13.2 %. La violencia era significativamente mayor entre parejas más jóvenes y sin hijos. Los resultados apuntan a un descenso de la violencia masculina de lamano de una mayor cultura y educación, en tanto la violencia femenina aumentaba).
3. Brush, L. D. (1990). Violent Acts and injurious outcomes in married couples: Methodological issues in the National Survey of Families and Households. Gender &Society, 4, 56-67. Actos violentos y manifestaciones injuriosas en parejas casadas: temas metodológicos en la Encuesta nacional de familias y hogares. (Se empleó la Escala de Tácticas de Conflicto en una investigación de ámbito nacional, n=5,474, demostrándose que las mujeres estaban implicadas en la mismaproporción de violencia conyugal que los hombres).
4. Brutz, J., & Ingoldsby, B. B. (1984). Conflict resolution in Quaker families. Journal of Marriage and the Family, 46, 21-26. Resolución de conflictos en familias cuáqueras. (Se empleó la Escala de Tácticas de Conflicto con una muestra de 288 cuáqueros –130 hombre y 158 mujeres, hallándose una tasa ligeramente mayorde violencia femenina hacia el hombre <15.2%> que de violencia masculina hacia la mujer <14.6%>.)
5. Goldberg, W. G., & Tomlanovich, M. C. (1984). Domestic violence victims in the emergency department. JAMA, 251, 3259-3264. Víctimas de la violenciadoméstica en el departamento de emergencia. (Se consideró una muestra de 492 patients <275> que buscaron tratamiento en el departamento de emergencias de un hospital de Detroit, sobre la cual investigaron su experiencia en relación con la violencia doméstica.
Los entrevistados eran en su mayoría Afroamericanos (78%), de hábitat urbano (90%) y desempleados (60%). Se contabilizaron 107 víctimas de violencia doméstica (22%). Mientras que los resultados indicaron que el 38 % de las víctimas eran hombres y el 62 % eran mujeres, esta diferencia por sexos no alcanzó significación estadística).
6. Jouriles, E. N., & O'leary, K. D. (1985). Interpersonal reliability of reports of marital violence. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 53, 419-421. Fiabilidad de los informes sobre violencia doméstica. (Se empleó la CTS con una muestra de 65 parejas en terapia matrimonial y 37 parejas de la comunidad. Se encontraron niveles moderados de acuerdo sobre el abuso entre ambos miembros de la pareja, y similares niveles de violencia manifestada entre ambosmiembros.)
7. Langhinrichsen-Rohling, J., & Vivian, D. (1994). The correlates of spouses' incongruent reports of marital aggression. Journal of Family Violence, 9, 265-283. Correlaciones de las denuncias incongruentes de las esposas sobre agresión conyugal. (En una muestra clínica de 97 parejas que buscaban terapia de pareja, los autores encontraron, empleando una versión modificada de la CTS, que el 61% de los esposos y el 64% de las esposas quedaban clasificados comoagresivos, el 25% de los esposos y el 11% de las esposas como levemente agresivas y el 36% de los maridos y el 53% de las esposas eran clasificadas comogravemente agresivas.
El 68% de las parejas estaban de acuerdo con el nivel de agresividad global declarado por los esposos, y el 69% de las parejas lo estaban en cuanto al nivel global de agresividad de las esposas. Los niveles de agresividad se clasificaban como: no violentos, levemente violentos o gravemente violentos". Donde aparecían las discrepancias era en los casos denunciados: el 65% de los esposos estaban infra-denunciando las agresiones, y el 35% de losesposos estaban sobre-denunciándolas; en tanto que el 57% de las esposas estaban infra-denunciando las agresiones y el 43% de ellas lasestaban sobre-denunciando.)
8. Malone, J., Tyree, A., & O'Leary, K. D. (1989). Generalization and containment: Different effects of past aggression for wives and husbands. Journal of Marriageand the Family, 51, 687-697. Generalización y contención: Los diferentes efectos de agresiones pasadas para esposas y esposos.
(En una muestra de 328 se verificó que los hombres y las mujeres estaban involucrados en similares proporciones de agresión física en el seno de sus familias de origen y contra suscónyuges. Sin embargo, los resultados indican que las mujeres eran más agresivas hacia sus parejas que los hombres. La agresión era más predecible en las mujeres, v.g., si las mujeres observaban agresiones parentales o pegaban a sus hermanos, tenían más probabilidades que los hombres de ser violentas con sus cónyuges.)
9. Margolin, G. (1987). The multiple forms of aggressiveness between marital partners: how do we identify them? Journal of Marital and Family Therapy, 13 , 77-84. Las múltiples formas de agresividad entre parejas casadas: ¿cómo identificarlas? (Se retribuyó a una muestra voluntaria de 103 parejas por completar la Escala de Tácticas de Conflicto. Se comprobó que los esposos y las esposas perpetraban niveles similares de violencia.
Específicamente, la incidencia de violencia, tal y como se declaraba por cada esposo, era: marido contra mujer = 39; mujer contra marido = 41.)
10. Nisonoff, L., & Bitman, I. (1979). Spouse abuse: Incidence and relationship to selected demographic variables. Victimology, 4, 131-140. Abusos conyugales: incidencia y su relación con variables demográficas preseleccionadas. (En una muestra de 297 encuestas telefónicas <112> se verificó que el 15.5% de los hombres y el 11.3% de las mujeres declaraban haber golpeado a su cónyuge, mientras que el 18.6% de hombres y el 12.7 % de mujeresdeclaraban haber sido golpeados por su cónyuge.)
11. O'Leary, K. D., Barling, J., Arias, I., Rosenbaum, A., Malone, J., & Tyree, A. (1989). Prevalence and stability of physical aggression between spouses: Alongitudinal analysis. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 57, 263-268. Prevalencia y estabilidad de la agresión física entre esposos: un análisis longitudinal. (272 parejas fueron consultadas en relación con las agresiones físicas.
Más mujeres que hombres reconocieron haber agredido físicamente asus parejas en la fase prematrimonial <44%> y en el curso de los primeros 18 meses de matrimonio <36%>. En los 30 primeros meses de matrimonio la tasa era superior en el caso de las mujeres, si bien no significativamente <32%>.)
12. Rollins, B. C., & Oheneba-Sakyi, Y. (1990). Physical violence in Utah households. Journal of Family Violence, 5, 301-309. La violencia física en los hogares deUtah. (En una muestra al azar de 1,471 hogares de Utah, empleando la Escala de Tácticas de Conflicto, se apreció que la tasa de violencia grave infligida pormujeres era del 5.3% frente a la tasa del 3.4% de hombres.)
13. Russell, R. J. H., & Hulson, B. (1992). Physical and psychological abuse of heterosexual partners. Personality and Individual Differences, 13, 457-473. Abusosfísicos y psicológicos en parejas heterosexuales. Personalidad y diferencias individuales. (En un estudio piloto en Gran Bretaña, 46 parejas respondieron a la Escala Táctica de Conflictos.
Los resultados revelan que la violencia de los esposos hacia las esposas era: violencia en general =25 % y violencia grave = 5.8%; paralelamente, la violencia de esposas contra hombres era: violencia en general = 25% y violencia grave =11.3%.)
14. Stets, J. E., & Straus, M. A. (1990). Gender differences in reporting marital violence and its medical and psychological consequences. In M. A. Straus & R. J.Gelles (Eds.), Physical violence in American families: Risk factors and adaptations to violence in 8,145 families (pp. 151-166). New Brunswick, NJ: Transaction.
Diferencias de sexo en las denuncias de violencia conyugal y sus consecuencias médicas y psicológicas. Violencia física en familiar americanas: riesgos, factores y adaptación a la violencia en 8145 familias. (Proporciona información sobre la iniciación de la violencia.
En una muestra de 297 hombres y 428 mujeres, los hombres reconocieron haber dado el primer golpe en el 43.7% de los casos, y su pareja lo hizo en el 44.1% de los casos, non pudiendo determinarse quién fue el primero en golpear en el 12.2% de los casos restantes. Las mujeres reconocieron haber golpeado en primer lugar en el 52% de los casos y su pareja lo hizo en el 44.1% de los casos, no pudiéndose discernir quién lo hizo en primer lugar en el 4.7% de los casos restantes. Los autores concluyen que laviolencia practicada por las mujeres no es primariamente defensiva).
15. Straus, M. (1980). Victims and aggressors in marital violence. American Behavioral Scientist, 23, 681-704. (Reviews data from the 1975 National Survey. Víctimasy agresores en la violencia conyugal. (Se examinó una submuestra de 325 parejas violentas y determinaron que en el 49.5% de los casos, tanto las esposascomo los esposos cometieron al menos un acto violento. Mientras que el esposo cometió únicamente el acto violento en el 27.7% de los casos, y las mujeres lohicieron en el 22.7% de los mismos. Se verificó que 148 esposos violentos tenían un número medio de 7.1 agresiones por año, mientras que las 177 esposas violentas tenían una media de 6.8 agresiones al año).
16. Szinovacz, M. E. (1983). Using couple data as a methodological tool: The case of marital violence. Journal of Marriage and the Family, 45, 633-644. Empleando datos de parejas como herramienta metodológica: El caso de la violencia conyugal. (Se empleó la Escala de Tácticas de Conflico con 103 parejas y se hallóque la tasa de las esposas en cuanto a agresiones físicas cometidas era levemente más alta que las cometidas por los esposos).
17. Vivian, D., & Langhinrichsen-Rohling, J. (1996). Are bi-directionally violent couples mutually victimized? In L. K. Hamberger & C. Renzetti (Eds.) Domesticpartner abuse (pp. 23-52). New York: Springer. ¿Son las parejas bi-direccionalmente violentas mutuamente victimizadas? En L. K. Hamberger & C. Renzetti (Eds.) Abuso doméstico de la pareja (pp 23-52) (Los autores averiguaron mediante el empleo de una versión modificada de la CTS que, en una muestra de 57 parejas mutuamente agresivas, no habían diferencias significativas entre las declaraciones de esposos y esposas acerca de la frecuencia y la gravedad de la victimizaciónpor agresión. Con respecto a las heridas, 32 mujeres y 25 maridos declararon la presencia de una herida física a resultas de la agresión de la pareja.
* MACROENCUESTAS
1. Carrado, M., George, M. J., Loxam, E., Jones, L., & Templar, D. (1996). Aggression in British heterosexual relationships: a descriptiveanalysis. Aggressive Behavior, 22, 401-415.La agresión en las relaciones heterosexuales en Gran Bretaña: un análisis descriptivo.
(En una muestra representativa de británicos <984> se concluyó, usando una versión modificada de la CTS, que el 18% delos hombres y el 13% de las mujeres manifestaban haber sido víctimas de violencia física en algún momento de sus relaciones heterosexuales. Específicamente, respecto a las relaciones actuales, el 11 % de los hombres y el 5 % de las mujeres reportaron haber sido víctimas de unaagresión de su pareja.
2. Cascardi, M., Langhinrichsen, J., & Vivian, D. (1992). Marital aggression: Impact, injury, and health correlates for husbands and wives.Archives of Internal Medicine, 152, 1178-1184. Agresión conyugal: Impacto, heridas y correlaciones para maridos y esposas. (Se examinaron 93 parejas que habían acudido en busca de terapia de pareja.
Se llegó a la conclusión, usando la CTS e informaciones complementarias que el 71 % de la muestra reportó al menos un incidente de agresión física en el año anterior.En tanto que hombres ymujeres se mostraban igualmente proclives a emplear la violencia, las mujeres reportaban daños más graves. La mitad de las esposas y dos terceras partes de los esposos manifestaron haber salido indemnes tras la agresión, pero las esposas sufrían más heridas en el curso de agresiones leves).
3. Kalmuss, D. (1984). The intergenerational transmission of marital aggression. Journal of Marriage and the Family, 46, 11-19. La transmisión intergeneracional de la agresión matrimonial. (En una muestra representativa de 2,143 adultos se pudo verificar que la tasa de agresionesgraves de maridos contra esposas es del 3.8%, en tanto que la tasa de agresiones graves de esposas contra maridos es del 4.6%.)
4. Makepeace, J. M. (1986). Gender differences in courtship violence victimization. Family Relations, 35, 383-388. Diferencias por sexo en lavictimización acontecida en casos de violencia en el noviazgo. (Una muestra de 2,338 estudiantes <1,059> de siete facultades fueron investigados acerca de su experiencia con la violencia en los noviazgos.
Dicha violencia había sido experimentada por el16.7 % de los entrevistados. Los autores declaran que las "tasas de comisión de actos y de iniciación de la violencia eran similares por sexos". En términos de heridas, tanto los hombres (98%) como las mujeres (92%) declararon que los efectos de la violencia sufrida eran "nulos o suaves".
5. Maxfield, M. G. (1989). Circumstances in supplementary homicide reports: Variety and validity. Criminology, 27, 671-695. Circunstanciasen informes suplementarios de homicidio: Variedad y validez. (El estudio examina datos de homicidio de los archivos del FBI entre 1976 y1985. Muestra que 9,822 esposas y parejas de hecho de sexo femenino <57%> fueron asesinadas, comparado con 7,433 esposos y parejasde hecho de sexo masculino <43%>).
6. McLeod, M. (1984). Women against men: An examination of domestic violence based on an analysis of official data and nationalvictimization data. Justice Quarterly, 1, 171-193. Mujeres contra hombres: un examen de la violencia doméstica basado en un análisisde los datos oficiales de ámbito nacional de victimización.
(De una base de datos de 6,200 casos de abusos conyugales en el área deDetroit entre 1978 y 1979, se halló que los hombres agresores usaban armas en un 25% de los casos, en tanto que las mujeres agresoras lasutilizaban en un 86%; el 74% de los hombres padecieron heridas, y de estos, el 84% requirieron atención médica. Concluye el estudio con quelas víctimas de sexo masculino resultan heridos de mayor consideración y con más frecuencia que las víctimas femeninas).
7. Mercy, J. A., & Saltzman, L. E. (1989). Fatal violence among spouses in the United States, 1975-85. American Journal of Public Health, 79,595-599. Violencia mortal entre esposos en los Estados Unidos, de 1975 a 1985. (Se tomó como punto de partida el examen de las cifrasdel FBI sobre homicidios conyugales.
Durante los diez años que transcurren entre 1975 y 1985 se han observado tasas mayores de esposas asesinas que de hombres asesinos de sus parejas <43.4%>. Los esposos de raza negra alcanzaban los mayores índices de riesgo de victimización. Los uxoricidios entre negros eran 8.4 veces más numerosos que los que se daban entre blancos. Las tasas de uxoricidio eran 7.7 veces más altas entre matrimonios interraciales, y el riesgo de convertirse en víctimas tanto de blancos como de negros se incrementaba cuanto mayor era la diferencia de edad entre los cónyuges.
Las mujeres y los maridos reunían las mismas probabilidades de morir por arma defuego en tanto que los maridos tenían mayores posibilidades de ser apuñalados y las esposas demorir apaleadas. Las discusiones aparentemente indujeron al asesinato al 67% de los cónyuges homicidas.
8. Mihalic, S. W., & Elliot, D. (1997). A social learning theory model of marital violence. Journal of Family Violence, 12, 21-46. Un modelo teórico de aprendizaje social sobre la violencia conyugal. (Basado en los datos de la Encuesta Nacional de la Juventud se sometió a investigación un modelo de aprendizaje sobre la vielencia conyugal. Para los hombres, la condición étnica, la victimizaciónprevia, la tensión emocional y la satisfacción conyugal predecían tanto la comisión como la experimentación de violencia leve.
En cuanto a la violencia grave, eran la condición étnica, la clase social y las actitudes reflejadas en el rol sexual las que predecían la perpetración de violenciaconyugal. Para las mujeres, el factor de predicción más importante de la violencia conyugal tanto leve como grave era la satisfacción conyugal, si bien la clase social también era un elemento de predicción.
En relación a las mujeres que perpetraban violencia conyugal, el haber presenciado violencia parental era un factor de predicción importante junto con la clase social y la satisfacción conyugal. El modelo deaprendizaje social se mostró más efectivo para mujeres que para hombres.)
9. Morse, B. J. (1995). Beyond the Conflict Tactics Scale: Assessing gender differences in partner violence. Violence and Victims, 10 (4)251-272. Más allá de la Escala de Tácticas de Conflicto: comprendiendo las diferencias por razón de sexo en la violencia conyugal.Violencia y víctimas. (Los datos se analizaron a partir de los obtenidos de la Encuesta Nacional de la Juventud, mediante un estudio longitudinal emprendido en 1976 , con 1,725 indivíduos que fueron seleccionados de una muestra significativa de hogares de Estados Unidos y que en 1976 tenían entre 11 y 17 años.
Este estudió, que empleó la técnica de la CTS, se centró en la violencia entre hombres y mujerescasados o cohabitando durante los años de la investigación: 1983, 1986 , 1989 , and 1992 . Para cada uno de los años, la prevalencia de las tasas de cualquier tipo de violencia y también de violencia grave eran significativamente mayorespara las mujeres contra los hombres que para los hombres contra las mujeres.
Por ejemplo, en 1983 la tasa de violencia de hombres hacia mujeres era de 36.7, en tanto que la de mujeres hacia hombres era de 48; in 1986, la tasa de violencia grave de hombres hacia mujeres era del 9.5, siendo la tasa de violencia grave de mujeres hacia hombres del 22. En 1992, la tasa de violencia en general de hombres hacia mujeres era del 20.2, con una tasa de violencia grave del 5.7; entretanto, la tasa de violencia en general de mujeres hacia hombres era del 27.9. con una tasa de violencia grave del 13.8.
El autor destaca que el descenso de la tasa de violencia a lo largo del tiempo es atribuible a la mayor edad delos indivíduos analizados. Los resultados revelan que "las mujeres denunciaron más del doble de las veces a sus cónyuges poragresión durante el año siendo falsa la agresión". En 1986 en torno al 20% de hombres y mujeres denunciaron que las agresiones habían causado heridas físicas. En otros años, las mujeres se mostraban más proclives a denunciarse por haber causado heridas).
10. Rouse, L. P., Breen, R., & Howell, M. (1988). Abuse in intimate relationships. A Comparison of married and dating college students. Journal ofInterpersonal Violence, 3, 414-429. El abuso en las relaciones íntimas. Una comparación de estudiantes en situación de noviazgo y de casados. (Usada una muestra de 130 universitarios casados (48 hombres, 82 mujeres) y 130 universitarios en situación de noviazgo (58 hombres, 72 mujeres) manifestaron su experiencia de abusos físicos en el curso de sus relaciones íntimas. Los hombres eran más propensosa denunciar haber sido víctimas de abusos físicos que las mujeres tanto entre la muestra de casados como en la muestra de novios.
11. Sommer, R. (1994). Male and female partner abuse: Testing a diathesis-stress model. Unpublished doctoral dissertation, University ofManitoba, Winnipeg, Canadá. Conflictos de pareja, hombres y mujeres: probando un modelo diatésico. (El estudio contó con dos olas: la primera entre 1989 y 1990 incluyó una muestra elegida al azar de 452 mujeres casadas o cohabitantes y 447 hombres casados o cohabitantes de Winnipeg, Canadá; la segunda ola fue entre 1991 y 1992 e incluían 368 mujeres y 369 hombres, todos los cuales habían participado en la primera ola.
Los individuos completaron la CTS y otros instrumentos de consulta. El 39.1% de las mujeres declararon ser agresoras físicas (el16.2% reportando haber perpetrado violencia grave) en algún momento de su relación con su pareja varón. Paralelamente, el 26.3% de los hombres declararonser agresores físicos (el 7.6% reportando haber perpetrado violencia grave) en algún momento de su relación con su pareja mujer.
Entre losperpetradores de abuso contra su pareja, el 34.8% de los hombres y el 40.1% de las mujeres declararon haber contemplando a sus madrespegando a sus padres. Los resultados indican que el 21% de los varones y el 13% de las mujeres de estas parejas requirieron atención médica como resultado de un incidente de abuso de su pareja. "Los resultados también indican que el 10% de las mujeres y el 15% de los hombresperpetraron abusos contra su pareja en defensa propia".)
12. Straus, M. A., & Gelles, R. J. (1986). Societal change and change in family violence from 1975 to 1985 as revealed by two national surveys.Journal of Marriage and the Family, 48, 465-479. Cambios sociales y en la violencia familiar entre 1975 y 1985 conforme a las conclusiones de dos investigaciones nacionales. (Se revisaron datos de dos extensas muestras de investigaciones sobre violencia familiaren parejas casadas, y se sintetizó que los hombres y las mujeres se agreden mutuamente en tasas similares, estando las mujerescomprometidas en actos leves de violencia en una escala mayor que los hombres. El tamaño de la muestra en 1975 fue de 2143 personas, yde 6002 en 1985.)
13. Straus, M. A., Kaufman Kantor, G., & Moore, D. W. (1994, August). Change in cultural norms approving marital violence from 1968 to 1994.Paper presented at the American Sociological Association, Los Angeles, CA. Cambios en las normas culturales que aprobaban laviolencia conyugal desde 1968 hasta 1994. El documento fue presentado en la Asociación de Sociología de América, en Los Angeles, California. (Comparaba estudios dirigidos en 1968, 1985 , 1992 , and 1994 , en relación con laaprobación del abofeteo por parte de un cónyuge.La aprobación por parte de los maridos ha decrecido del 21% de 1968 hasta el 13% en 1985,al 12% en 1992 y al 10% en 1994. La aprobación del abofeteo por parte de las mujeres era del 22% en 1968 y no ha decrecido en todo estetiempo.)
* ESTUDIOS CON VARIABLE RACIAL
1. Kim, K., & Cho, Y. (1992). Epidemiological survey of spousal abuse in Korea. In E. C. Viano (Ed.) Intimate Violence: Interdisciplinary Perspectives. (pp. 277-282). Bristol, PA: Taylor and Francis. Estudio epidemiológico del abuso matrimonial en Corea. En la editorial E.C. Viano. Violencia íntima: perspectivas interdisciplinarias. (Se empleó la Escala de Tácticas de Conflicto en entrevistas con una muestra seleccionada al azar de 1316 coreanos casados <707>.
Comparando con los datos obtenidos entre parejas americanas, los resultados indican que los hombres coreanos son maltratados por sus esposas el doble que los americanos, mientras que las mujeres coreanas eran maltratadas por sus esposos el triple que las mujeres.)
2. Mwamwenda, T. S. (1997). Husband Battery among the Xhosa speaking people of Transkei, South Africa. Unpublished manuscript, University of Transkei, S. A. Malos tratos a esposos de lengua Xhosa del Transkei, en Sudáfrica. Manuscrito no publicado, de la Universidad de Transkey, S.A. (Se investigó sobre una muestra de 138 mujeres y 81 hombres universitarios en Transkei, Sudáfrica, acerca de haber sido testigos de malos tratos a esposos. Las respuestas revelaron que el 2% de los sujetos habían visto a su madre pegando a su padre. El 18% vio u oyó de parientes de sexo femenino que habían golpeado a sus maridos, y el 26% vio u oyó a vecinas que golpeaban a sus maridos.)
3. DeMaris, A. (1992). Male versus female initiation of aggression: The case of courtship violence. In E. C. Viano (Ed.), Intimate violence: interdisciplinary perspectives. (pp. 111-120). Bristol, PA: Taylor & Francis. Iniciación de la agresión varón contra mujer: El caso de la violencia durante las relaciones afectivas. (Examinada una muestra de 865 universitarios blancos y negros en relación con la iniciación de la violencia en sus relaciones de noviazgo.
Se concluyó que 218 sujetos, 80 hombres y 118 mujeres, habían experimentado o expresado violencia en sus relaciones afectivas actuales o recientes. Los resultados indicaron que "cuando uno de los miembros de la pareja podía identificarse como el instigador habitual de la violencia, ese miembro era más frecuentemente la mujer. Esta conclusión era igualmente válida en entrevistados blancos y negros).
4. O'Keeffe, N. K., Brockopp, K., & Chew, E. (1986). Teen dating violence. Social Work, 31, 465-468. Violencia en los noviazgos adolescentes. (Muestra de 256 universitarios de Sacramento, California., 135 chicas, 121 chicos, con la técnica CTS. El 90% de los estudiantes eran juniors o seniors, la mayoría procedentes de hogares de clase media, el 94% estudiantes de rendimiento medio o por encima de la media, y el 65 % eran blancos frente al 35 % negros, hispanos o asiáticos. Resultó que el 11.9% de las chicas (frente al 7.4% de los chicos) admitieron haber sido perpetradores únicos de violencia física. El 17.8% de las chicas y el 11.6% de los chicos admitieron que ambos habían sido "tanto víctimas como perpetradores" de violencia física.)
5. Plass, M. S., & Gessner, J. C. (1983). Violence in courtship relations: a southern sample. Free Inquiry in Creative Sociology, 11, 198-202. La violencia en las relaciones de noviazgo: una muestra del sur. (En una muestra puntual de 195 alumnos de escuela superior y universitarios de una gran ciudad sureña, los investigadores emplearon la escala de Tácticas de Conflicto para examinar la violencia en los noviazgos.
Globalmente, los resultados revelaron que las mujeres eran significativamente más propensas que los hombres a ser agresoras. Específicamente en relaciones formales, las mujeres eran tres veces más propensas que los hombres a abofetear a sus parejas, y siete veces más propensas a darles patadas, morder o golpearles con los puños.
En relaciones esporádicas, si bien las diferencias por razón de sexo no eran muy acusadas, las mujeres eran más agresivas que los hombres. Otras conclusiones revelan que los estudiantes de la escuela superior abusaban más que los universitarios, y que una "mayor proporción de entrevistados de color eran agresores").
6. Rouse, L. P. (1988). Abuse in dating relationships: A comparison of Blacks, Whites, and Hispanics. Journal of College Student Development, 29, 312-319. Abusos en las relaciones de noviazgo: una comparación entre negros, blancos e hispanos. (El uso de la fuerza física y sus consecuencias fueron examinados en una muestra diversa de universitarios.
Eran 130 blancos <58>, 64 negros <32>, y 34 Hispanos <24>. Los hombres eran significativamente más propensos que las mujeres en cuanto a denunciar el uso de la violencia física por parte de sus parejas y el haber causado mayor número de heridas que requerían atención médica. Esta diferencia por criterios de sexo se evidenciaba entre blancos y negros, pero no entre hispanos.
7. Ernst, A. A., Nick, T. G., Weiss, S. J., Houry, D., & Mills, T. (1997). Domestic violence in an inner-city ED. Annals of Emergency Medicine, 30, 190-197. Violencia doméstica en un Centro Urbano. (Consultados 516 pacientes <233> en un Departamento de emergencias urbano de New Orleans usando el Indice de Abusos Conyugales, una escala que mide la violencia doméstica. Se detectó que el 28% de los hombres y el 33% de las mujeres –una diferencia no significativa– declararon haber sido víctimas de violencia física en el pasado. En términos étnicos, el 82 % de los sujetos eran Afroamericanos. Los autores declararon haber hallado diferencias significativas en el número de mujeres vs. El de hombres que habían denunciado abusos pasados a la policía —19% de mujeres y 6 % de hombres—).
8. Hampton, R. L., Gelles, R. J., & Harrop, J. W. (1989). Is violence in families increasing? A comparison of 1975 and 1985 National Survey rates. Journal of Marriage and the Family, 51, 969-980. ¿Está creciendo la violencia familiar? Una comparación con las encuestas nacionales de 1975 y 1985. (Se comparó una muestra de 147 afroamericanos de la estadística de 1975 con 576 de la de 1985, en relación a la violencia conyugal.
Empleando la CTS, se comprobó que la tasa de violencia global de maridos hacia sus esposas (169/1000) se mantuvo entre 1975 y 1985, en tanto que la tasa de violencia general de mujeres hacia sus maridos había aumentado un 33% (de 153/1000 a 204/1000) entre 1975 y 1985. La tasa de violencia grave de esposos sobre esposas disminuyó un 43% (de 113/1000 a 64/1000) entre1975 y 1985, mientras que la tasa de violencia grave de esposas sobre sus maridos había aumentado un 42 % (de 76/1000 a 108/1000) de 1975 a 1985. En 1985, la tasa de violencia abusiva perpetrada por mujeres negras casi triplicaba la tasa de mujeres.)
9. Sorenson, S. B., & Telles, C. A. (1991). Self reports of spousal violence in a Mexican-American and non-Hispanic white population. Violence and Victims, 6, 3-15. Auto declarativos de violencia conyugal en una muestra de población Méjicano-americana y no Hispana. (Se investigaron 1,243 Mejicano-americanos y 1,149 blancos no Hispanos, probándose que las mujeres mostraban mayores tasas que los hombres de propinar golpes, lanzar objetos, iniciar la violencia y golpear primero más de una vez. Las diferencias por razón de sexo eran significativas sólo para blancos no Hispanos.)
10. Straus, M. A., Gelles, R. J., & Steinmetz, S. K. (1981). Behind closed doors: Violence in the American family, Garden City, NJ: Anchor. Detrás de las puertas cerradas: Violencia en la familia americana. (Ofrece los resultados de una encuesta sobre violencia familiar de ámbito nacional que se llevó a cabo en 1975. En términos religiosos, se comprobó que los hombres judíos eran los que ostentaban la tasa menor de violencia conyugal abusiva (1%), mientras que las mujeres judías tenían una tasa de violencia conyugal abusiva que más que duplicaba la tasa de las mujeres <7%>, pp. 128-133. La violencia abusiva fue definida como un "acto que tiene un alto potencial para herir a la persona golpeada" pp 21-2.)
* ARTÍCULOS
1. Flynn, C. P. (1990). Relationship violence by women: issues and implications. Family Relations, 36, 295-299. Violencia relacional familiar por partede las mujeres: puntos clave e implicaciones. (Un artículo de análisis/revisión que declara "los investigadores han descubierto recurrentemente quehombres y mujeres, en el curso de sus relaciones tanto matrimoniales como prematrimoniales, incurren en las dosis comparables de violencia"
El autor también escribe, "La violencia por parte de las mujeres en el marco de las relaciones íntimas ha recibido muy escasa atención de parte de lospolíticos, el público en general, y hasta muy recientemente, por parte de los investigadores... los hombres maltratados y las mujeres mal tratadorashan recibido una 'desatención selectiva' tanto por los medios de comunicación como por los investigadores".
2. Gelles, R. J. (1994). Research and advocacy: Can one wear two hats? Family Process, 33, 93-95. ¿Puede una persona llevar dos sombreros? (Lamenta la ausencia de objetividad por parte de las críticas "feministas" en sus críticas sobre los estudios que prueban la violencia doméstica perpetrada por mujeres.
2. George, M. J. (1994). Riding the donkey backwards: Men as the unacceptable victims of marital violence. Journal of Men's Studies, 3,137-159. Cabalgando sobre el burro para atrás: Hombres como víctimas inaceptables de violencia conyugal. (Una minuciosa revisión de la literatura que examina hallazgos y aspectos clave referidos a los hombres en tanto que víctimas, en la misma medida que las mujeres,del abuso de su pareja.
3. Macchietto, J. (1992). Aspects of male victimization and female aggression: Implications for counseling men. Journal of Mental HealthCounseling, 14, 375-392. Aspectos sobre la victimización masculina y la agresión femenina: implicaciones para la asesoría de hombres.
(El artículo revisa la literatura sobre la victimización masculina y la agresión femenina.)
4. McNeely, R. L., & Mann, C. R. (1990). Domestic violence is a human issue. Journal of Interpersonal Violence, 5, 129-132. La violenciadoméstica es un problema humano. (Un artículo de la revista que critica la conclusión de que las mujeres son más proclives que los hombres en ejercer actos graves de violencia, y que llega a la conclusión de que "es erróneo clasificar la violencia de las esposas como unproblema inherente a la mujer, en lugar de considerarlo como un problema humano en general.)
5. McNeely, R. L., & Robinson-Simpson, G. (1987). The truth about domestic violence: A falsely framed issue. Social Work, 32, 485-490. La verdad sobre la violencia doméstica: un problema falsamente enfocado. (Un artículo de esta revista concluye que las mujeres son tan violentas como los hombres en sus relaciones domésticas.)
6. Steinmetz, S. K. (1977-78). The battered husband syndrome. Victimology: An International Journal, 2, 499-509.El síndrome del esposomal tratado. (Un artículo pionero que sugiere que la incidencia de los golpes a los maridos es similar a la incidencia de los golpes a las esposas).
7. Steinmetz, S. K. (1980). Women and violence: victims and perpetrators. American Journal of Psychotherapy, 34, 334- 350. Mujeres y violencia: víctimas y ejecutores. (Examina la aparente contradicción en el papel de las mujeres como víctimas y perpetradoras de violencia doméstica.)
8. Straus, M. A. (1993). Physical assaults by wives: A major social problem. In R. J. Gelles & D. R. Loseke (Eds.), Current controversies on family violence pp. 67-87. Newbury Park, CA:Sage. Ataques físicos llevados a cabo por mujeres: un problema social grave (Revisa la literatura al respecto y concluye que las mujeres iniciaron los asaltos físicos sobre sus parejas tan a menudo como los hombres).
9. Thompson Jr., E. H. (1991). The maleness of violence in data relation ships: an appraisal of stereotypes. Sex Roles, 24, 261-278. La masculinidad de la violencia en relaciones comprobadas: una evaluación de estereotipos. (En una presentación más extensiva de su artículo fechado en 1990, el autor concluye que "Una orientación más masculina y/o una orientación menos femenina y las variaciones en la seriedad de la relación probaron ser los dos predictores más fuertes de la involucración en la violencia durante los noviazgos por parte de los dos miembros de la pareja).
10. Tyree, A., & Malone, J. (1991). How can it be that wives hit husbands as much as husbands hit wives and none of us knew it? Paperpresented at the annual meeting of the American Sociological Association. ¿Cómo puede ser que las esposas golpeen a los esposos tanto como los esposos golpean a las esposas y que ninguno lo supiéramos? Documento presentado en la convención anual de la Asociación americana de Sociología. (Revisa la literatura y analiza los resultados de su estudio dirigido a la prevención de la violencia conyugal. Prueba que la violencia femenina está correlacionada con un historial de golpes a los hermanos y a un intento de mejorar el contacto con sus parejas).
11. White, J. W., & Kowalski, R. M. (1994). Deconstructing the myth of the nonaggressive woman: A feminist analysis. Psychology of WomenQuarterly, 18, 487-508. Desmontando el mito de la mujer no agresiva: un análisis feminista. (Una revisión y análisis que reconoce que las mujeres "igualan o superan a los hombres en número de actos agresivos confesados haberse cometido en la familia" Examina un elenco de explicaciones para justificar tales agresiones.)
* OTROS ESTUDIOS Y METODOLOGÍAS
1. Fiebert, M. S., & Gonzalez, D. M. (1997). Women who initiate assaults: The reasons offered for such behavior. Psychological Reports, 80, 583-590. Mujeres que inician episodios violentos: las razones ofrecidas en justificación de tales comportamientos.
(Una muestra de 968 mujeres, extraída fundamentalmente de cursos universitarios del área sur de California, fue investigada en relación con la iniciación de violencia física sobre sus parejas (varones). El 29% de las mujeres, n=285, revelaron que ellas habían iniciado la violencia durante los pasados cinco años. Las mujeres entre 20 y 30 años se mostraban más proclives para agredir que las de 30 años en adelante. En cuanto a las razones, las mujeres aparentemente agredieron por pensar que sus parejas varones no sufrirían heridas o que no se tomarían revancha alguna. La mujeres también afirmaron que habían ejercido violencia sobre sus parejas porque querían llamar su atención, particularmente en el aspecto emocional.)
2. Gonzalez, D. M. (1997). Why females initiate violence: A study examining the reasons behind assaults on men. Unpublished master's thesis, California State University, Long Beach.Por qué las mujeres inician la violencia: un estudio que examinaba las razones que motivaban los ataques hacia hombres.
(225 mujeres universitarias participaron en una investigación que examinaba su historia pasada y sus justificaciones para iniciar agresiones contra sus parejas varones. Los sujetos también respondieron a 8 escenarios de conflictos en los cuales se ofrecía información relativa a posibles razones para la iniciación de la agresión. Los resultados indicaban que el 55 % de los sujetos admitían haber iniciado agresiones físicas hacia sus parejas varones en algún momento de sus vidas. Siendo la razón más comunmente alegada que la agresión era una reacción espontánea a la frustración).
3. Lillja, C. M. (1995). Why women abuse: A study examining the function of abused men. Unpublished master's thesis, California State University, Long Beach. Por qué abusan las mujeres: un estudio que examina la función de hombres que han padecido abusos. Tesis doctoral no publicada de la Universidad estatal de California, Long Beach (Una revisión sobre la literatura que examina el tema de los hombres en tanto que víctimas de ataques de mujeres. Incluye un cuestionario original para medir la veracidad de la asunción de que las mujeres que carecen de apoyo social para combatir el estrés muestran probabilidades de cometer violencia doméstica
4. Fiebert, M. S. (1996). College students' perception of men as victims of women's assaultive behavior. Perceptual & Motor Skills, 82, 49-50. La percepción de los universitarios sobre los hombres como víctimas de un comportamiento agresivo. (371 universitarios <91> fueron investigados en relación con el conocimiento que tenían y la aceptación de los datos de investigaciones que revelaban comportamientos violentos por parte de mujeres.
La mayoría de los sujetos (63%) eran totalmente desconocedores de que el índice de malos tratos era similar para los hombres que para las mujeres; un porcentaje ligeramente superior de mujeres que de hombres (39% vs 32%) manifestaba estar familiarizadas con este dato. En cuanto a la aceptación de la validez de estos datos, la mayoría de los sujetos (65%) aceptaron la validez del dato, con un mayor porcentaje de hombres (70% vs 64%) manifestando dicha aceptación.)
5. Feather, N. T. (1996). Domestic violence, gender and perceptions of justice. Sex Roles, 35, 507-519.Violencia doméstica, género y percepciones de la justicia. (A 109 hombres y 111 mujeres de Adelaida, Sur de Australia, les fue presentado un escenario hipotético en el cual, bien el esposo o bien la esposa perpetraban violencia doméstica. Los participantes fueron significativamente más negativos en su evaluación del esposo que en la de la esposa, mostrándose más comprensivos con la esposa y manifestando su creencia de que el esposo merecía penas más duras por su comportamiento).
6. Saenger, G. (1963). Male and female relations in the American comic strip. In D. M. White & R. H. Abel (Eds.), The funnies, an American idiom (pp. 219-231). Glencoe, NY: The Free Press. Relaciones entre hombres y mujeres en las tiras cómicas americanas (Se examinaron veinte ediciones consecutivas de todas las tiras cómicas de nueve periódicos de Nueva York en octubre de 1950.
Los resultados revelaban que los esposos eran víctimas de agresiones en el 63% de las situaciones de conflicto. Adicionalmente, las esposas eran más agresivas en el 73% de las situaciones domésticas; en el 10 % de dichas situaciones ambos eran igualmente agresivos y sólo en el 17% de las situaciones eran los esposos más violentos que las esposas.
7. Sommer, R., Barnes, G. E. & Murray, R. P. (1992). Alcohol consumption, alcohol abuse, personality and female perpetrated spouse abuse. Journal of Personality and Individual Differences, 13, 1315-1323. Consumo de alcohol, abuso de alcohol, personalidad y abusos conyugales perpetrados por mujeres.
(Se analizaron las respuestas de una submuestra de 452 mujeres extraídas de una muestra de 1257 residentes de Winnipeg. Empleando la CTS, se evidenció que el 39% de mujeres habían practicado agresiones contra sus parejas varones en algún momento de su relación. Las mujeres más jóvenes, con alta puntuación en la escala P de Eysenck eran las más propensas a perpetrar violencia. Nota: la muestra de los individuos es la misma que la citada en la disertación de Sommer en 1994.)
8. Steinmetz, S. K. (1981). A cross cultural comparison of marital abuse. Journal of Sociology and Social Welfare, 8, 404-414. Una comparación multicultural del abuso conyugal. (Empleando una versión modificada de la CTS, se examinó la violencia conyugal en pequeñas muestras de seis sociedades: Finlandia, Estados Unidos, Canadá, Puerto Rico, Belice e Israel. Se comprobó que "en cada sociedad, el porcentaje de hombres que empleaban la violencia era similar al porcentaje de esposas violentas". La mayor excepción era Puerto Rico, donde los hombres eran más violentos. El autor también manifiesta que "las esposas que empleaban la violencia... tendían a hacerlo en mayores proporciones.)
9. Stets, J. E. & Henderson, D. A. (1991). Contextual factors surrounding conflict resolution while dating: results from a national study. Family Relations, 40, 29-40. Factores contextuales en torno a la resolución de conflictos durante el noviazgo: resultados de una investigación de ámbito nacional. (Obtenido de una investigación telefónica nacional con muestra elegida al azar, se consideraron novios de edades comprendidas entre los 18 y los 30 años, solteros, que nunca habían contraído matrimonio con anterioridad y con relaciones de noviazgo durante el año anterior que hubiese durado al menos dos y con al menos seis citas.
Fueron examinados con la Escala de Tácticas de Conflicto. Las conclusiones revelaban que más del 30% de los individuos utilizaban las agresiones físicas en sus relaciones, el 22% de los hombres y el 40% de las mujeres habiendo manifestado usar alguna forma de agresión física. Las mujeres eran "seis veces más propensas que los hombres para infligir agresiones graves <19.2%>...Los hombres eran dos veces más propensos que las mujeres a reconocer haber recibido agresiones graves <15.7%>." También se supo que los sujetos más jóvenes y aquellos de menor status socioeconómico eran más propensos a emplear las agresiones físicas.)
10. Straus, M. A. (1995). Trends in cultural norms and rates of partner violence: An update to 1992. In S. M. Stich & M. A. Straus (Eds.) Understanding partner violence: Prevalence, causes, consequences, and solutions (pp. 30-33). Minneapolis, MN: National Council on Family Relations. Tendencias en las normas culturales y tasas de violencia en la pareja: una actualización al estudio de 1992. En S. M. Stich & M. A. Straus (Eds.)
Comprendiendo la violencia de la pareja: Prevalencia, causas, consecuencias y soluciones. (Manifiesta haber descubierto que mientras que la aprobación de un marido que abofetea a su esposa declinó dramáticamente entre 1968 y 1994 <21%> la aprobación de una esposa que abofetea a su esposo no declinó, sino que permaneció en un 22% durante el mismo periodo. La razón más frecuentemente mencionada para justificar el abofetear a la pareja es, para ambos sexos, la infidelidad conyugal. También informa que los ataques físicos graves protagonizados por hombres declinaron en un 48% desde 1975 hasta 1992, desde una proporción del 38/1000 hasta la del 19/1000, mientras que los ataques físicos graves protagonizados por mujeres no se han visto reducidos en ese periodo, continuando en una tasas de 40/1000.
El estudio sugiere que las manifestaciones de los poderes públicos deberían dirigirse hacia las mujeres que perpetran violencia y que los programas escolares deberían "reconocer explícitamente y condenar la violencia ejercida por las niñas en la misma medida que la ejercida por los niños".)
11. Straus, M. A., & Kaufman Kantor, G. (1994, July). Change in spouse assault rates from 1975-1992: A comparison of three national surveys in the United States. Paper presented at the Thirteenth World Congress of Sociology, Bielefeld, Germany. Cambios en las tasas de agresión conyugal entre 1975 y 1992: Una comparación de tres encuestas nacionales en Estados Unidos. Documento presentado en el Decimotercer Congreso de Sociología en Bielefeld, Alemania. ( Señala que la tendencia decreciente de ataques graves por parte de maridos que se evidenció en la encuesta nacional entre 1975 y 1985 se ha mantenido en la encuesta de 1992, mientras que las esposas mantuvieron tasas más altas de agresiones.)
12. Sugarman, D. B., & Hotaling, G. T. (1989). Dating violence: Prevalence, context, and risk markers. In M. A. Pirog-Good & J. E. Stets (Eds.) Violence in dating relationships: Emerging social issues (pp.3-32). New York: Praeger. Violencia en los noviazgos: Prevalencia, contexto y síntomas del riesgo. En M. A. Pirog-Good & J. E. Stets (Eds.) Violencia en las relaciones de noviazgo: Temas sociales emergentes (pp. 3-32). (Se revisaron 21 estudios de comportamiento en el noviazgo y apreciaron que las mujeres declararon haber expresado violencia en tasas más altas que los hombres <329/1000 casos vs. 393/1000 casos).
13. Tang, C. S. (1994). Prevalence of spouse aggression in Hong Kong. Journal of Family Violence, 9, 347-356. Prevalencia de la agresión conyugal en Hong Kong. (Los individuos entrevistados eran 382 pregraduados <246> en la universidad china de Hong Kong. Se empleó la CTS para obtener la evaluación de las reacciones de sus padres durante un conflicto familiar. El 14% de llos estudiantes declararon que sus padres estaban involucrados en violencia física. "Las madres eran tan propensas como los padres para usar de la violencia física contra sus cónyuges".)
14. White, J. W., & Humphrey, (1994). Women's aggression in heterosexual conflicts. Aggressive Behavior, 20, 195-202. Agresión femenina en conflictos heterosexuales. Comportamiento agresivo. (829 mujeres de 17 - 18 años de edad, recién incorporadas a la universidad, completaron la CTS y otros instrumentos de obtención de información. Los resultados revelaban que el 51.5% de las entrevistadas practicaron violencia física al menos una vez en sus relaciones de noviazgo anteriores y, en el año anterior, el 30.2% reconocieron haber agredido físicamente a sus parejas varones. El uso de la agresión física en el pasado era el mejor predictor de la agresión actual. Haber presenciado una agresión entre sus padres también era un factor predictor de las agresiones actuales.)
NOTA.- La traducción al Español que presentamos aquí ha sido realizada por la Asociación de Padres y Madres Separados Canaletas-Alhambra (Granada), http://www.geocities.com/apinpach/index.htm,
con mejoras de edición introducidas en la página de la iniciativa "Padres e Hijos"
(http://www.arrakis.es/~ajmm/#PartnerViolence),
a quienes expresamos nuestro agradecimiento.
REFERENCES EXAMINING ASSAULTS BY WOMEN ON THEIR SPOUSES OR MALE PARTNERS: AN ANNOTATED BIBLIOGRAPHY
("Textos en que se examinan las agresiones de mujeres a sus cónyuges o parejas masculinas: bibliografía anotada")
Fuente Internet:
http://www.csulb.edu/~mfiebert/assault.htm
http://www.adiospapa.org/temas/fiebert.htm
Estudio realizado por Martin S. Fiebert, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad del Estado de California, publicado por primera vez en 1997 y actualizado en 2001.
En él se facilitan los datos, las cifras y las conclusiones resultantes de 122 investigaciones especializadas, 99 estudios empíricos y 23 exámenes o análisis que demuestran que las mujeres son tan agresivas físicamente, o más, que los hombres en sus relaciones conyugales o de pareja. El tamaño de la muestra global de los estudios analizados sobrepasa los 77.000 casos, lo que unido a la disparidad de su procedencia, dice bastante a favor de la fiabilidad de los resultados.
Los estudios se agrupan en seis secciones:
* Estudios entre parejas no casadas
* Estudios entre parejas casadas
* Macroencuestas
* Estudios con variable racial
* Artículos
* Otros estudios y metodologías
* ESTUDIOS ENTRE PAREJAS NO CASADAS
1. Aizenman, M., & Kelley, G. (1988. The incidence of violence and acquaintance rape in dating relationships among college men and women. Journal of College Student Development, 29, 305-311. ).
La incidencia de la violencia y la violación reconocida en las citas entre universitarios y universitarias. Una muestra de universitarios que salen habitualmente con su pareja constituída por 204 mujeres y 140 hombres respondieron a una investigación sobre la violencia en los noviazgos. Los autores manifiestan no hallar diferencias significativas por sexos en cuanto a haber reconocido perpetrar abusos físicos.
2. Archer, J., & Ray, N. (1989). Dating violence in the United Kingdom: a preliminary study. Aggressive Behavior, 15, 337-343. - Violencia en los noviazgos en el Reino Unido: un estudio preliminar. Comportamiento Agresivo. (Veintitrés parejas en noviazgo cumplimentaron la Escala de Tácticas de Conflicto. Los resultados indican que las mujeres son significativamente más propensas que sus compañeros a expresar violencia física. Los autores también describen que las "dosis de aceptación por parte de la pareja eran muy altas", así como que la correlación entre la violencia pasada y presente era baja.
3. Arias, I., Samios, M., & O'Leary, K. D. (1987). Prevalence and correlates of physical aggression during courtship. Journal of Interpersonal Violence, 2, 82-90. Prevalencia y correlación de la agresión física durante el noviazgo. (Se empleó la Escala de Tácticas de Conflicto con una muestra de 270 pregraduados, 95 hombres y 175 mujeres; y se verificó que el 30 % de los hombres y el 49 % de las mujeres manifestaron haber empleado alguna forma de agresión en su vida de noviazgo, comprobándose un mayor porcentaje de mujeres que de hombres como protagonistas de agresiones físicas graves).
4. Arias, I., & Johnson, P. (1989). Evaluations of physical aggression among intimate dyads. Journal of Interpersonal Violence, 4, 298-307. Evaluaciones de agresión física entre dyads íntimos. (Se empleó la Escala de Tácticas de Conflicto - CTS - con una muestra de 103 hombres y 99 mujeres pregraduados. Ambos habían tenido experiencias similares de violencia en el noviazgo, admitiendo un 19 % de las mujeres y un 20 % de los hombres haber agredido físicamente a su pareja. Un porcentaje significativamente superior de mujeres declararon que la auto-defensa era una razón legítima para que los hombres fueran agresivos, en tanto un mayor porcentaje de hombres opinaron que abofetear era una respuesta legítima para una mujer o un hombre en caso de infidelidad sexual de la pareja).
5. Bernard, M. L., & Bernard, J. L. (1983). Violent intimacy: The family as a model for love relationships. Family Relations, 32, 283-286. Violencia íntima: La familia como modelo de las relaciones amorosas. (Muestra investigada de 461 universitarios, 168 varones, 293 mujeres, en relación con la violencia en los noviazgos. Se demostró que el 15 % de los hombres frente a un 21 % de las mujeres admitieron haber abusado físicamente de sus parejas Escala de Tácticas de Conflicto.)
6. Billingham, R. E., & Sack, A. R. (1986). Courtship violence and the interactive status of the relationship. Journal of Adolescent. Violencia en los noviazgos y el estatus interactivo de la relación. Research, 1, 315-325. (Se empleó la CTS con 526 estudiantes universitarios, 167 hombres, 359 mujeres, encontrándose tasas similares de violencia mutua, pero arrojando las mujeres mayor tasa en cuanto a ser la iniciadora de la violencia sin provocación previa de la pareja <9>).
7. Bookwala, J., Frieze, I. H., Smith, C., & Ryan, K. (1992). Predictors of dating violence: A multivariate analysis. Violence and Victims, 7, 297-311. Predictores de la violencia en los noviazgos: un análisis multivariable. (Se empleó la CTS con 305 universitarios –227 mujeres y 78 hombres–, detectándose que 133 mujeres y 43 hombres habían sufrido violencia en una relación de noviazgo actual o reciente. Los autores manifestaron que "las mujeres evidenciaban haber expresado tanta o más violencia en sus relaciones como los hombres".
En tanto la violencia en las relaciones parece ser mayoritariamente mutua –36% declarada por mujeres y 38 % por hombres–, las mujeres reconocen haber iniciado la violencia con sus parejas no violentas más frecuentemente que los hombres –22 % frente a 17%–).
8. Burke, P. J., Stets, J. E., & Pirog-Good, M. A. (1988). Gender identity, self-esteem, and physical and sexual abuse in dating relationships. Social Psychology Quarterly, 51, 272-285. Identidad de género, autoestima y abusos físicos y sexuales en relaciones de noviazgo. (Una muestra de 505 universitarios <298>.
Completado el CTS, los autores declaran la "ausencia de diferencias significativas entre hombres y mujeres en cuanto a haber reconocido infligir o mantener abusos físicos". Específicamente, en el periodo de un año descubrieron que el 14 % de los hombres y el 18% de las mujeres habían declarado haber infligido abusos físicos, en tanto el 10 % de los hombres y el 18 % de las mujeres declararon haberlo hecho constantemente.
9. Carlson, B. E. (1987). Dating violence: a research review and comparison with spouse abuse. Social Casework, 68, 16-23. Violencia en los noviazgos: una revisión de las investigaciones y comparación con el abuso conyugal. (Revisa las investigaciones sobre violencia en los noviazgos, concluyendo que tanto los hombres como las mujeres arrojan las mismas posibilidades de agredir a sus parejas y que "la frecuencia de las agresiones es inversamente proporcional a la probabilidad de causar heridas físicas")
10. Caulfield, M. B., & Riggs, D. S. (1992). The assessment of dating aggression: Empirical evaluation of the Conflict Tactics Scale. Journal of Interpersonal Violence, 4, 549-558. La investigación de la agresión en el noviazgo: Evaluación empírica de la Escala de Tácticas de Conflicto.
Se empleó la CTS con una muestra de 667 universitarios solteros <268> obteniéndose un número de declaraciones positivas de violencia física de los puntos de la Escala significativamente mayor por parte de las mujeres. Por ejemplo, el 19 % de las mujeres habían abofeteado a su pareja, en tanto lo habían hecho el 7 % de los hombres. El 13 % de las mujeres habían asestado patadas, mordiscos o golpes a sus parejas, en tanto sólo un 3.1 % de los hombres lo hicieron).
11. Deal, J. E., & Wampler, K. S. (1986). Dating violence: The primacy of previous experience. Journal of Social and Personal Relationships, 3, 457-471. Violencia en los noviazgos: La primacía de experiencias previas. (De 410 universitarios <295> que habían respondido a la CTS y otros instrumentos, se reveló que el 47% experimentaron alguna violencia en sus relaciones de noviazgo. La mayoría de las experiencias eran recíprocas. Cuando no lo eran, los hombres arrojaban tres veces más probabilidades de declarar haber sido víctimas. Las experiencias violentas en relaciones previas era el factor que mejor predecía la violencia en las relaciones actuales.)
12. Follingstad, D. R., Wright, S., & Sebastian, J. A. (1991). Sex differences in motivations and effects in dating violence. Family Relations, 40, 51-57. Diferencias entre sexos en cuanto a las motivaciones y efectos en la violencia en los noviazgos. (Se empleó una muestra de 495 universitarios <207> que completaron la CTS complementada con otros instrumentos, incluyendo una "justificación de la violencia como medida adoptada en la relación".
El estudio comprobó que las mujeres tenían el doble de posibilidades de reconocer haber ejercido violencia en el noviazgo que los hombres. Las víctimas de sexo femenino atribuían la violencia masculina al deseo de ganar control sobre ellas o de vengarse por haber sido golpeados primero, en tanto que las de sexo masculino atribuían las agresiones femeninas en base a su deseo de demostrarles "su indignación, y para vengarse por haberse sentido emocionalmente heridas o maltratadas).
13. Henton, J., Cate, R., Koval, J., Lloyd, S., & Christopher, S. (1983). Romance and violence in dating relationships. Journal of Family Issues, 4, 467-482. Romance y violencia en las relaciones de noviazgo. (Se investigó una muestra de 644 universitarios <351> y se concluyó que los abusos aparecían en 121 de cada 1000 casos, y eran normalmente recíprocos por parte de ambos miembros de la pareja, que mostraban iniciar la violencia en tasas similares.)
14. Lane, K., & Gwartney-Gibbs, P.A. (1985). Violence in the context of dating and sex. Journal of Family Issues, 6, 45-49. Violencia en el contexto del noviazgo y las relaciones sexuales. (Investigados 325 estudiantes <165> en relación con la violencia en el noviazgo. Empleada la Escala de Tácticas de Conflicto se obtuvieron tasas similares de violencia en hombres y en mujeres.)
15. Laner, M. R., & Thompson, J. (1982). Abuse and aggression in courting couples. Deviant Behavior, 3, 229-244. Abuso y agresión entre novios. Desviaciones de comportamiento. (Empleada la Escala Táctica de Conflictos en una muestra de 371 <129> se obtuvieron tasas similares de violencia en hombres y mujeres en el curso de sus relaciones de noviazgo.
16. Lo, W. A., & Sporakowski, M. J. (1989). The continuation of violent dating relationships among college students. Journal of College Student Development, 30, 432-439. La persistencia de las relaciones de noviazgo violentas entre universitarios. (Una muestra de 422 universitarios completaron la Escala de Tácticas de Conflicto. Se verificó que "las mujeres tienen más tendencia que los hombres a declararse como agresores y menos proclives que ellos a declararse víctimas".)
17. Marshall, L. L., & Rose, P. (1987). Gender, stress and violence in the adult relationships of a sample of college students. Journal of Social and Personal Relationships, 4, 299-316. Sexo, intensidad y violencia de las relaciones adultas de una muestra de estudiantes universitarios. (Una investigación de 308 pre-graduados <152> reveló que el 52% expresó violencia y que el 62% la padeció en algún momento de sus relaciones adultas. Globalmente, las mujeres declararon expresar más violencia física que los hombres.
Los abusos de la infancia emergieron como predictores de la violencia en las relaciones adultas.
18. Marshall, L. L., & Rose, P. (1990). Premarital violence: The impact of family of origin violence, stress and reciprocity. Violence and Victims, 5, 51-64. Violencia prematrimonial: El impacto de la violencia en el seno de la familia de origen, intensidad y reciprocidad. Violencia y Víctimas. (454 parejas convivientes de universitarios <249> completaron la CTS y otras escalas. Globalmente, las mujeres declararon expresar más violencia que los hombres, en tanto que los hombres reportaron recibir más violencia que las mujeres. La violencia femenina se asociaba igualmente a haber padecido abusos en la infancia).
19. Mason, A., & Blankenship, V. (1987). Power and affiliation motivation, stress and abuse in intimate relationships. Journal of Personality and Social Psychology, 52, 203-210. Motivación del poder y la sumisión, intensidad y abuso en las relaciones íntimas. (Fueron investigados 156 universitarios <48> con el Test de Relación Temática (TAT), Investigación de las Experiencias vitales y el CTS.
Se concluyó que no había diferencias significativas por razón del sexo en cuanto a infligir abusos físicos. Los hombres con ansia de poder estaban más inclinados para abusar físicamente, en tanto que las mujeres sometidas a gran presión con gran ansia de sumisión y una baja actividad inhibitoria tenían más tendencia a abusar físicamente. Los resultados indicaban que los abusos físicos se dan con más frecuencia entre parejas comprometidas.
20. Matthews, W. J. (1984). Violence in college couples. College Student Journal, 18, 150-158. Violencia entre parejas universitarias. (Un estudio entre 351 universitarios, <123> revelo que 79 personas, el 22.8% de la muestra, narraron al menos un incidente de violencia en el noviazgo.
Las personas de ambos sexos admitieron su responsabilidad conjunta en el comportamiento violento y ambos sexos, tanto en su papel de receptores o de emisores de agresiones interpretaron la violencia como una manifestación de "amor".)
21. McKinney, K. (1986). Measures of verbal, physical and sexual dating violence by gender. Free Inquiry in Creative Sociology, 14, 55-60. Medición de violencia física y sexual en el noviazgo por sexos. (Se sometieron a investigación 163 universitarios, 78 hombres y 85 mujeres, mediante un cuestionario diseñado para obtener información sobre la implicación en la violencia en el noviazgo. El 38% de las mujeres y el 47% de los hombres declaraban ser víctimas de abusos psíquicos en sus relaciones de noviazgo. También se averiguó que el 26% de las mujeres y el 21% de los hombres reconocían haber agredido físicamente a sus novios/as.
22. Riggs, D. S., O'Leary, K. D., & Breslin, F. C. (1990). Multiple correlates of physical aggression in dating couples. Journal of Interpersonal Violence, 5, 61-73. Correlaciones múltiples de la agresión física en las parejas de novios. (Se empleó la CTS y se estudiaron 408 estudiantes universitarios <125>. Se apreció que había un número significativamente superior de mujeres <39%> que de hombres <23%> que habían sido vistos involucrados en una agresión física contra sus parejas actuales.)
23. Sack, A. R., Keller, J. F., & Howard, R. D. (1982). Conflict tactics and violence in dating situations. International Journal of Sociology of the Family, 12, 89-100. Tácticas de conflicto y violencia en situaciones de noviazgo. (Se empleó la CTS en una muestra de 211 universitarios, 92 hombres y 119 mujeres. Los resultados indican que no hay diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a la expresión de violencia física.)
24. Sigelman, C. K., Berry, C. J., & Wiles, K. A. (1984). Violence in college students' dating relationships. Journal of Applied Social Psychology, 5, 530-548. La violencia en relaciones entre universitarios. (Se investigaron 504 universitarios <116> con la Escala de Tácticas de Conflicto, y se halló que hombres y mujeres arrojaban resultados similares en la violencia general que expresaban, pero que los hombres declaraban haberla padecido en un grado significativamente mayor que las mujeres.)
25. Stets, J. E., & Pirog-Good, M. A. (1987). Violence in dating relationships, Social Psychology Quarterly, 50, 237-246. Violencia en las relaciones de noviazgo. (Se examinó una muestra de 505 universitarios blancos. Se encontró que hombres y mujeres eran semejantes en el uso por parte de ambos y el padecimiento de la violencia. Los celos eran un factor determinante que explicaban la violencia en el noviazgo por parte de las mujeres.
26. Stets, J. E. & Pirog-Good, M. A. (1989). Patterns of physical and sexual abuse for men and women in dating relationships: A descriptive analysis, Journal of Family Violence, 4, 63-76. Patrones del abuso físico y sexual para hombres y mujeres en sus relaciones de noviazgo. (Fue examinada una muestra de 287 universitarios <118> hallándose tasas similares para hombres y mujeres de abusos físicos leves en sus relaciones de pareja.
Más mujeres que hombres resultaban empujadas y recibían empellones <24%> mientras que había más hombres que mujeres que resultaban abofeteados <12%>. En términos de contactos sexuales no deseados, el 22% de los hombres y el 36% de las mujeres denunciaron dicho comportamiento. La más frecuente declaración tanto para hombres <18%> como para mujeres <19%> fue el verbatim, "contra mi deseo, mi pareja inició la aproximación sexual".)
27. Straus, M. A., Hamby, S. L., Boney-McCoy, S., & Sugarman, D. B. (1996). The Revised Conflict Tactics Scales (CTS2). Journal of Family Issues, 17, 283-316. .Las Escalas revisadas de Tácticas de Conflicto. Desarrollo y datos psicométricos preliminares. (La CTS revisada muestra una diferenciación más clara entre la violencia leve y la grave, y nuevas escalas para medir la coerción y las heridas psíquicas.
Se utilizó la CTS2 con una muestra de 317 estudiantes <114> y encontraron que: el 49% de los hombres y el 31% de las mujeres declararon haber sido víctimas de un ataque físico por parte de su pareja; el 38% de hombres y el 30% de las mujeres declararon haber sido víctimas de una coerción sexual por parte de su pareja, y el 16% de los hombres y el 14% de las mujeres declararon haber sido seriamente heridas por sus parejas.)
28. Thompson Jr., E. H. (1990). Courtship violence and the male role. Men's Studies Review, 7, (3) 1, 4-13. Violencia en los noviazgos y el papel masculino. (La muestra fue de 336 pregraduados <167> que completaron una versión modificada de la CTS. Se comprobó que el 24.6% de los hombres comparados con el 28.4% de las mujeres expresaron violencia física hacia sus parejas durante los últimos dos años. Se verificó que las mujeres eran dos veces más propensas a la hora de abofetear a sus parejas.)
29. White, J. W., & Koss, M. P. (1991). Courtship violence: Incidence in a national sample of higher education students. Violence and Victims, 6, 247-256.Violencia en los noviazgos: incidencia en una muestra nacional de estudiantes de educación superior. (En una muestra representativa de 6,603 mujeres y 2,105 hombres se demostró que el 37% de los hombres y el 35% de las mujeres infligieron alguna forma de agresión física, mientras que el 39% de los hombres y el 32% de las mujeres fueron víctimas de alguna forma de agresión física).
* ESTUDIOS ENTRE PAREJAS CASADAS
1. Bland, R., & Orne, H. (1986). Family violence and psychiatric disorder. Canadian Journal of Psychiatry, 31, 129-137. Violencia familiar y desórdenespsiquiátricos. (En el curso de las entrevistas realizadas con sujetos canadienses elegidos al azar, 489 hombres y 711 mujeres, se evidenció que más mujeres quehombres, o bien iniciaban la violencia o bien se implicaban en ella en mayor porcentaje que su pareja).
2. Brinkerhoff, M., & Lupri, E. (1988). Interspousal violence. Canadian Journal of Sociology, 13, 407-434. Violencia conyugal. (Se examinó la violencia conyugal en una muestra representativa de 562 parejas en Calgary, Canadá. Se empleó la Escala de Tácticas de Conflicto, comprobándose el doble de casos de violencia gravede esposa a esposo que de esposo a esposa 10,7% vs 4,8%). La tasa global de violencia por parte de los esposos era del 10.3 % en tanto que la de las esposas era el 13.2 %. La violencia era significativamente mayor entre parejas más jóvenes y sin hijos. Los resultados apuntan a un descenso de la violencia masculina de lamano de una mayor cultura y educación, en tanto la violencia femenina aumentaba).
3. Brush, L. D. (1990). Violent Acts and injurious outcomes in married couples: Methodological issues in the National Survey of Families and Households. Gender &Society, 4, 56-67. Actos violentos y manifestaciones injuriosas en parejas casadas: temas metodológicos en la Encuesta nacional de familias y hogares. (Se empleó la Escala de Tácticas de Conflicto en una investigación de ámbito nacional, n=5,474, demostrándose que las mujeres estaban implicadas en la mismaproporción de violencia conyugal que los hombres).
4. Brutz, J., & Ingoldsby, B. B. (1984). Conflict resolution in Quaker families. Journal of Marriage and the Family, 46, 21-26. Resolución de conflictos en familias cuáqueras. (Se empleó la Escala de Tácticas de Conflicto con una muestra de 288 cuáqueros –130 hombre y 158 mujeres, hallándose una tasa ligeramente mayorde violencia femenina hacia el hombre <15.2%> que de violencia masculina hacia la mujer <14.6%>.)
5. Goldberg, W. G., & Tomlanovich, M. C. (1984). Domestic violence victims in the emergency department. JAMA, 251, 3259-3264. Víctimas de la violenciadoméstica en el departamento de emergencia. (Se consideró una muestra de 492 patients <275> que buscaron tratamiento en el departamento de emergencias de un hospital de Detroit, sobre la cual investigaron su experiencia en relación con la violencia doméstica.
Los entrevistados eran en su mayoría Afroamericanos (78%), de hábitat urbano (90%) y desempleados (60%). Se contabilizaron 107 víctimas de violencia doméstica (22%). Mientras que los resultados indicaron que el 38 % de las víctimas eran hombres y el 62 % eran mujeres, esta diferencia por sexos no alcanzó significación estadística).
6. Jouriles, E. N., & O'leary, K. D. (1985). Interpersonal reliability of reports of marital violence. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 53, 419-421. Fiabilidad de los informes sobre violencia doméstica. (Se empleó la CTS con una muestra de 65 parejas en terapia matrimonial y 37 parejas de la comunidad. Se encontraron niveles moderados de acuerdo sobre el abuso entre ambos miembros de la pareja, y similares niveles de violencia manifestada entre ambosmiembros.)
7. Langhinrichsen-Rohling, J., & Vivian, D. (1994). The correlates of spouses' incongruent reports of marital aggression. Journal of Family Violence, 9, 265-283. Correlaciones de las denuncias incongruentes de las esposas sobre agresión conyugal. (En una muestra clínica de 97 parejas que buscaban terapia de pareja, los autores encontraron, empleando una versión modificada de la CTS, que el 61% de los esposos y el 64% de las esposas quedaban clasificados comoagresivos, el 25% de los esposos y el 11% de las esposas como levemente agresivas y el 36% de los maridos y el 53% de las esposas eran clasificadas comogravemente agresivas.
El 68% de las parejas estaban de acuerdo con el nivel de agresividad global declarado por los esposos, y el 69% de las parejas lo estaban en cuanto al nivel global de agresividad de las esposas. Los niveles de agresividad se clasificaban como: no violentos, levemente violentos o gravemente violentos". Donde aparecían las discrepancias era en los casos denunciados: el 65% de los esposos
8. Malone, J., Tyree, A., & O'Leary, K. D. (1989). Generalization and containment: Different effects of past aggression for wives and husbands. Journal of Marriageand the Family, 51, 687-697. Generalización y contención: Los diferentes efectos de agresiones pasadas para esposas y esposos.
(En una muestra de 328 se verificó que los hombres y las mujeres estaban involucrados en similares proporciones de agresión física en el seno de sus familias de origen y contra suscónyuges. Sin embargo, los resultados indican que las mujeres eran más agresivas hacia sus parejas que los hombres. La agresión era más predecible en las mujeres, v.g., si las mujeres observaban agresiones parentales o pegaban a sus hermanos, tenían más probabilidades que los hombres de ser violentas con sus cónyuges.)
9. Margolin, G. (1987). The multiple forms of aggressiveness between marital partners: how do we identify them? Journal of Marital and Family Therapy, 13 , 77-84. Las múltiples formas de agresividad entre parejas casadas: ¿cómo identificarlas? (Se retribuyó a una muestra voluntaria de 103 parejas por completar la Escala de Tácticas de Conflicto. Se comprobó que los esposos y las esposas perpetraban niveles similares de violencia.
Específicamente, la incidencia de violencia, tal y como se declaraba por cada esposo, era: marido contra mujer = 39; mujer contra marido = 41.)
10. Nisonoff, L., & Bitman, I. (1979). Spouse abuse: Incidence and relationship to selected demographic variables. Victimology, 4, 131-140. Abusos conyugales: incidencia y su relación con variables demográficas preseleccionadas. (En una muestra de 297 encuestas telefónicas <112> se verificó que el 15.5% de los hombres y el 11.3% de las mujeres declaraban haber golpeado a su cónyuge, mientras que el 18.6% de hombres y el 12.7 % de mujeresdeclaraban haber sido golpeados por su cónyuge.)
11. O'Leary, K. D., Barling, J., Arias, I., Rosenbaum, A., Malone, J., & Tyree, A. (1989). Prevalence and stability of physical aggression between spouses: Alongitudinal analysis. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 57, 263-268. Prevalencia y estabilidad de la agresión física entre esposos: un análisis longitudinal. (272 parejas fueron consultadas en relación con las agresiones físicas.
Más mujeres que hombres reconocieron haber agredido físicamente asus parejas en la fase prematrimonial <44%> y en el curso de los primeros 18 meses de matrimonio <36%>. En los 30 primeros meses de matrimonio la tasa era superior en el caso de las mujeres, si bien no significativamente <32%>.)
12. Rollins, B. C., & Oheneba-Sakyi, Y. (1990). Physical violence in Utah households. Journal of Family Violence, 5, 301-309. La violencia física en los hogares deUtah. (En una muestra al azar de 1,471 hogares de Utah, empleando la Escala de Tácticas de Conflicto, se apreció que la tasa de violencia grave infligida pormujeres era del 5.3% frente a la tasa del 3.4% de hombres.)
13. Russell, R. J. H., & Hulson, B. (1992). Physical and psychological abuse of heterosexual partners. Personality and Individual Differences, 13, 457-473. Abusosfísicos y psicológicos en parejas heterosexuales. Personalidad y diferencias individuales. (En un estudio piloto en Gran Bretaña, 46 parejas respondieron a la Escala Táctica de Conflictos.
Los resultados revelan que la violencia de los esposos hacia las esposas era: violencia en general =25 % y violencia grave = 5.8%; paralelamente, la violencia de esposas contra hombres era: violencia en general = 25% y violencia grave =11.3%.)
14. Stets, J. E., & Straus, M. A. (1990). Gender differences in reporting marital violence and its medical and psychological consequences. In M. A. Straus & R. J.Gelles (Eds.), Physical violence in American families: Risk factors and adaptations to violence in 8,145 families (pp. 151-166). New Brunswick, NJ: Transaction.
Diferencias de sexo en las denuncias de violencia conyugal y sus consecuencias médicas y psicológicas. Violencia física en familiar americanas: riesgos, factores y adaptación a la violencia en 8145 familias. (Proporciona información sobre la iniciación de la violencia.
En una muestra de 297 hombres y 428 mujeres, los hombres reconocieron haber dado el primer golpe en el 43.7% de los casos, y su pareja lo hizo en el 44.1% de los casos, non pudiendo determinarse quién fue el primero en golpear en el 12.2% de los casos restantes. Las mujeres reconocieron haber golpeado en primer lugar en el 52% de los casos y su pareja lo hizo en el 44.1% de los casos, no pudiéndose discernir quién lo hizo en primer lugar en el 4.7% de los casos restantes. Los autores concluyen que laviolencia practicada por las mujeres no es primariamente defensiva).
15. Straus, M. (1980). Victims and aggressors in marital violence. American Behavioral Scientist, 23, 681-704. (Reviews data from the 1975 National Survey. Víctimasy agresores en la violencia conyugal. (Se examinó una submuestra de 325 parejas violentas y determinaron que en el 49.5% de los casos, tanto las esposascomo los esposos cometieron al menos un acto violento. Mientras que el esposo cometió únicamente el acto violento en el 27.7% de los casos, y las mujeres lohicieron en el 22.7% de los mismos. Se verificó que 148 esposos violentos tenían un número medio de 7.1 agresiones por año, mientras que las 177 esposas violentas tenían una media de 6.8 agresiones al año).
16. Szinovacz, M. E. (1983). Using couple data as a methodological tool: The case of marital violence. Journal of Marriage and the Family, 45, 633-644. Empleando datos de parejas como herramienta metodológica: El caso de la violencia conyugal. (Se empleó la Escala de Tácticas de Conflico con 103 parejas y se hallóque la tasa de las esposas en cuanto a agresiones físicas cometidas era levemente más alta que las cometidas por los esposos).
17. Vivian, D., & Langhinrichsen-Rohling, J. (1996). Are bi-directionally violent couples mutually victimized? In L. K. Hamberger & C. Renzetti (Eds.) Domesticpartner abuse (pp. 23-52). New York: Springer. ¿Son las parejas bi-direccionalmente violentas mutuamente victimizadas? En L. K. Hamberger & C. Renzetti (Eds.) Abuso doméstico de la pareja (pp 23-52) (Los autores averiguaron mediante el empleo de una versión modificada de la CTS que, en una muestra de 57 parejas mutuamente agresivas, no habían diferencias significativas entre las declaraciones de esposos y esposas acerca de la frecuencia y la gravedad de la victimizaciónpor agresión. Con respecto a las heridas, 32 mujeres y 25 maridos declararon la presencia de una herida física a resultas de la agresión de la pareja.
* MACROENCUESTAS
1. Carrado, M., George, M. J., Loxam, E., Jones, L., & Templar, D. (1996). Aggression in British heterosexual relationships: a descriptiveanalysis. Aggressive Behavior, 22, 401-415.La agresión en las relaciones heterosexuales en Gran Bretaña: un análisis descriptivo.
(En una muestra representativa de británicos <984> se concluyó, usando una versión modificada de la CTS, que el 18% delos hombres y el 13% de las mujeres manifestaban haber sido víctimas de violencia física en algún momento de sus relaciones heterosexuales. Específicamente, respecto a las relaciones actuales, el 11 % de los hombres y el 5 % de las mujeres reportaron haber sido víctimas de unaagresión de su pareja.
2. Cascardi, M., Langhinrichsen, J., & Vivian, D. (1992). Marital aggression: Impact, injury, and health correlates for husbands and wives.Archives of Internal Medicine, 152, 1178-1184. Agresión conyugal: Impacto, heridas y correlaciones para maridos y esposas. (Se examinaron 93 parejas que habían acudido en busca de terapia de pareja.
Se llegó a la conclusión, usando la CTS e informaciones complementarias que el 71 % de la muestra reportó al menos un incidente de agresión física en el año anterior.En tanto que hombres ymujeres se mostraban igualmente proclives a emplear la violencia, las mujeres reportaban daños más graves. La mitad de las esposas y dos terceras partes de los esposos manifestaron haber salido indemnes tras la agresión, pero las esposas sufrían más heridas en el curso de agresiones leves).
3. Kalmuss, D. (1984). The intergenerational transmission of marital aggression. Journal of Marriage and the Family, 46, 11-19. La transmisión intergeneracional de la agresión matrimonial. (En una muestra representativa de 2,143 adultos se pudo verificar que la tasa de agresionesgraves de maridos contra esposas es del 3.8%, en tanto que la tasa de agresiones graves de esposas contra maridos es del 4.6%.)
4. Makepeace, J. M. (1986). Gender differences in courtship violence victimization. Family Relations, 35, 383-388. Diferencias por sexo en lavictimización acontecida en casos de violencia en el noviazgo. (Una muestra de 2,338 estudiantes <1,059> de siete facultades fueron investigados acerca de su experiencia con la violencia en los noviazgos.
Dicha violencia había sido experimentada por el16.7 % de los entrevistados. Los autores declaran que las "tasas de comisión de actos y de iniciación de la violencia eran similares por sexos". En términos de heridas, tanto los hombres (98%) como las mujeres (92%) declararon que los efectos de la violencia sufrida eran "nulos o suaves".
5. Maxfield, M. G. (1989). Circumstances in supplementary homicide reports: Variety and validity. Criminology, 27, 671-695. Circunstanciasen informes suplementarios de homicidio: Variedad y validez. (El estudio examina datos de homicidio de los archivos del FBI entre 1976 y1985. Muestra que 9,822 esposas y parejas de hecho de sexo femenino <57%> fueron asesinadas, comparado con 7,433 esposos y parejasde hecho de sexo masculino <43%>).
6. McLeod, M. (1984). Women against men: An examination of domestic violence based on an analysis of official data and nationalvictimization data. Justice Quarterly, 1, 171-193. Mujeres contra hombres: un examen de la violencia doméstica basado en un análisisde los datos oficiales de ámbito nacional de victimización.
(De una base de datos de 6,200 casos de abusos conyugales en el área deDetroit entre 1978 y 1979, se halló que los hombres agresores usaban armas en un 25% de los casos, en tanto que las mujeres agresoras lasutilizaban en un 86%; el 74% de los hombres padecieron heridas, y de estos, el 84% requirieron atención médica. Concluye el estudio con quelas víctimas de sexo masculino resultan heridos de mayor consideración y con más frecuencia que las víctimas femeninas).
7. Mercy, J. A., & Saltzman, L. E. (1989). Fatal violence among spouses in the United States, 1975-85. American Journal of Public Health, 79,595-599. Violencia mortal entre esposos en los Estados Unidos, de 1975 a 1985. (Se tomó como punto de partida el examen de las cifrasdel FBI sobre homicidios conyugales.
Durante los diez años que transcurren entre 1975 y 1985 se han observado tasas mayores de esposas asesinas que de hombres asesinos de sus parejas <43.4%>. Los esposos de raza negra alcanzaban los mayores índices de riesgo de victimización. Los uxoricidios entre negros eran 8.4 veces más numerosos que los que se daban entre blancos. Las tasas de uxoricidio eran 7.7 veces más altas entre matrimonios interraciales, y el riesgo de convertirse en víctimas tanto de blancos como de negros se incrementaba cuanto mayor era la diferencia de edad entre los cónyuges.
Las mujeres y los maridos reunían las mismas probabilidades de morir por arma defuego
8. Mihalic, S. W., & Elliot, D. (1997). A social learning theory model of marital violence. Journal of Family Violence, 12, 21-46. Un modelo teórico de aprendizaje social sobre la violencia conyugal. (Basado en los datos de la Encuesta Nacional de la Juventud
En cuanto a la violencia grave, eran la condición étnica, la clase social y las actitudes reflejadas en el rol sexual las que predecían la perpetración de violenciaconyugal. Para las mujeres, el factor de predicción más importante de la violencia conyugal tanto leve como grave era la satisfacción conyugal, si bien la clase social también era un elemento de predicción.
En relación a las mujeres que perpetraban violencia conyugal, el haber presenciado violencia parental era un factor de predicción importante junto con la clase social y la satisfacción conyugal. El modelo deaprendizaje social se mostró más efectivo para mujeres que para hombres.)
9. Morse, B. J. (1995). Beyond the Conflict Tactics Scale: Assessing gender differences in partner violence. Violence and Victims, 10 (4)251-272. Más allá de la Escala de Tácticas de Conflicto: comprendiendo las diferencias por razón de sexo en la violencia conyugal.Violencia y víctimas. (Los datos se analizaron a partir de los obtenidos de la Encuesta Nacional de la Juventud, mediante un estudio longitudinal emprendido en 1976 , con 1,725 indivíduos que fueron seleccionados de una muestra significativa de hogares de Estados Unidos y que en 1976 tenían entre 11 y 17 años.
Este estudió, que empleó la técnica de la CTS, se centró en la violencia entre hombres y mujerescasados o cohabitando durante los años de la investigación: 1983
Por ejemplo, en 1983 la tasa de violencia de hombres hacia mujeres era de 36.7, en tanto que la de mujeres hacia hombres era de 48; in 1986, la tasa de violencia grave de hombres hacia mujeres era del 9.5, siendo la tasa de violencia grave de mujeres hacia hombres del 22. En 1992, la tasa de violencia en general de hombres hacia mujeres era del 20.2, con una tasa de violencia grave del 5.7; entretanto, la tasa de violencia en general de mujeres hacia hombres era del 27.9. con una tasa de violencia grave del 13.8.
El autor destaca que el descenso de la tasa de violencia a lo largo del tiempo es atribuible a la mayor edad delos indivíduos analizados. Los resultados revelan
10. Rouse, L. P., Breen, R., & Howell, M. (1988). Abuse in intimate relationships. A Comparison of married and dating college students. Journal ofInterpersonal Violence, 3, 414-429. El abuso en las relaciones íntimas. Una comparación de estudiantes en situación de noviazgo y de casados. (Usada una muestra de 130 universitarios casados (48 hombres, 82 mujeres) y 130 universitarios en situación de noviazgo (58 hombres, 72 mujeres) manifestaron su experiencia de abusos físicos en el curso de sus relaciones íntimas. Los hombres eran más propensosa denunciar haber sido víctimas de abusos físicos que las mujeres tanto entre la muestra de casados como en la muestra de novios.
11. Sommer, R. (1994). Male and female partner abuse: Testing a diathesis-stress model. Unpublished doctoral dissertation, University ofManitoba, Winnipeg, Canadá. Conflictos de pareja, hombres y mujeres: probando un modelo diatésico. (El estudio contó con dos olas: la primera entre 1989 y 1990 incluyó una muestra elegida al azar de 452 mujeres casadas o cohabitantes y 447 hombres casados o cohabitantes de Winnipeg, Canadá; la segunda ola fue entre 1991 y 1992 e incluían 368 mujeres y 369 hombres, todos los cuales habían participado en la primera ola.
Los individuos completaron la CTS y otros instrumentos de consulta. El 39.1% de las mujeres declararon ser agresoras físicas (el16.2% reportando haber perpetrado violencia grave) en algún momento de su relación con su pareja varón. Paralelamente, el 26.3% de los hombres declararonser agresores físicos (el 7.6% reportando haber perpetrado violencia grave) en algún momento de su relación con su pareja mujer.
Entre losperpetradores de abuso contra su pareja, el 34.8% de los hombres y el 40.1% de las mujeres declararon haber contemplando a sus madrespegando a sus padres. Los resultados indican que el 21% de los varones y el 13% de las mujeres de estas parejas requirieron atención médica como resultado de un incidente de abuso de su pareja. "Los resultados también indican que el 10% de las mujeres y el 15% de los hombresperpetraron abusos contra su pareja en defensa propia".)
12. Straus, M. A., & Gelles, R. J. (1986). Societal change and change in family violence from 1975 to 1985 as revealed by two national surveys.Journal of Marriage and the Family, 48, 465-479. Cambios sociales y en la violencia familiar entre 1975 y 1985 conforme a las conclusiones de dos investigaciones nacionales. (Se revisaron datos de dos extensas muestras de investigaciones sobre violencia familiaren parejas casadas, y se sintetizó que los hombres y las mujeres se agreden mutuamente en tasas similares, estando las mujerescomprometidas en actos leves de violencia en una escala mayor que los hombres. El tamaño de la muestra en 1975 fue de 2143 personas, yde 6002 en 1985.)
13. Straus, M. A., Kaufman Kantor, G., & Moore, D. W. (1994, August). Change in cultural norms approving marital violence from 1968 to 1994.Paper presented at the American Sociological Association, Los Angeles, CA. Cambios en las normas culturales que aprobaban laviolencia conyugal desde 1968 hasta 1994. El documento fue presentado en la Asociación de Sociología de América, en Los Angeles, California. (Comparaba estudios dirigidos en 1968
* ESTUDIOS CON VARIABLE RACIAL
1. Kim, K., & Cho, Y. (1992). Epidemiological survey of spousal abuse in Korea. In E. C. Viano (Ed.) Intimate Violence: Interdisciplinary Perspectives. (pp. 277-282). Bristol, PA: Taylor and Francis. Estudio epidemiológico del abuso matrimonial en Corea. En la editorial E.C. Viano. Violencia íntima: perspectivas interdisciplinarias. (Se empleó la Escala de Tácticas de Conflicto en entrevistas con una muestra seleccionada al azar de 1316 coreanos casados <707>.
Comparando con los datos obtenidos entre parejas americanas, los resultados indican que los hombres coreanos son maltratados por sus esposas el doble que los americanos, mientras que las mujeres coreanas eran maltratadas por sus esposos el triple que las mujeres.)
2. Mwamwenda, T. S. (1997). Husband Battery among the Xhosa speaking people of Transkei, South Africa. Unpublished manuscript, University of Transkei, S. A. Malos tratos a esposos de lengua Xhosa del Transkei, en Sudáfrica. Manuscrito no publicado, de la Universidad de Transkey, S.A. (Se investigó sobre una muestra de 138 mujeres y 81 hombres universitarios en Transkei, Sudáfrica, acerca de haber sido testigos de malos tratos a esposos. Las respuestas revelaron que el 2% de los sujetos habían visto a su madre pegando a su padre. El 18% vio u oyó de parientes de sexo femenino que habían golpeado a sus maridos, y el 26% vio u oyó a vecinas que golpeaban a sus maridos.)
3. DeMaris, A. (1992). Male versus female initiation of aggression: The case of courtship violence. In E. C. Viano (Ed.), Intimate violence: interdisciplinary perspectives. (pp. 111-120). Bristol, PA: Taylor & Francis. Iniciación de la agresión varón contra mujer: El caso de la violencia durante las relaciones afectivas. (Examinada una muestra de 865 universitarios blancos y negros en relación con la iniciación de la violencia en sus relaciones de noviazgo.
Se concluyó que 218 sujetos, 80 hombres y 118 mujeres, habían experimentado o expresado violencia en sus relaciones afectivas actuales o recientes. Los resultados indicaron que "cuando uno de los miembros de la pareja podía identificarse como el instigador habitual de la violencia, ese miembro era más frecuentemente la mujer. Esta conclusión era igualmente válida en entrevistados blancos y negros).
4. O'Keeffe, N. K., Brockopp, K., & Chew, E. (1986). Teen dating violence. Social Work, 31, 465-468. Violencia en los noviazgos adolescentes. (Muestra de 256 universitarios de Sacramento, California., 135 chicas, 121 chicos, con la técnica CTS. El 90% de los estudiantes eran juniors o seniors, la mayoría procedentes de hogares de clase media, el 94% estudiantes de rendimiento medio o por encima de la media, y el 65 % eran blancos frente al 35 % negros, hispanos o asiáticos. Resultó que el 11.9% de las chicas (frente al 7.4% de los chicos) admitieron haber sido perpetradores únicos de violencia física. El 17.8% de las chicas y el 11.6% de los chicos admitieron que ambos habían sido "tanto víctimas como perpetradores" de violencia física.)
5. Plass, M. S., & Gessner, J. C. (1983). Violence in courtship relations: a southern sample. Free Inquiry in Creative Sociology, 11, 198-202. La violencia en las relaciones de noviazgo: una muestra del sur. (En una muestra puntual de 195 alumnos de escuela superior y universitarios de una gran ciudad sureña, los investigadores emplearon la escala de Tácticas de Conflicto para examinar la violencia en los noviazgos.
Globalmente, los resultados revelaron que las mujeres eran significativamente más propensas que los hombres a ser agresoras. Específicamente en relaciones formales, las mujeres eran tres veces más propensas que los hombres a abofetear a sus parejas, y siete veces más propensas a darles patadas, morder o golpearles con los puños.
En relaciones esporádicas, si bien las diferencias por razón de sexo no eran muy acusadas, las mujeres eran más agresivas que los hombres. Otras conclusiones revelan que los estudiantes de la escuela superior abusaban más que los universitarios, y que una "mayor proporción de entrevistados de color eran agresores").
6. Rouse, L. P. (1988). Abuse in dating relationships: A comparison of Blacks, Whites, and Hispanics. Journal of College Student Development, 29, 312-319. Abusos en las relaciones de noviazgo: una comparación entre negros, blancos e hispanos. (El uso de la fuerza física y sus consecuencias fueron examinados en una muestra diversa de universitarios.
Eran 130 blancos <58>, 64 negros <32>, y 34 Hispanos <24>. Los hombres eran significativamente más propensos que las mujeres en cuanto a denunciar el uso de la violencia física por parte de sus parejas y el haber causado mayor número de heridas que requerían atención médica. Esta diferencia por criterios de sexo se evidenciaba entre blancos y negros, pero no entre hispanos.
7. Ernst, A. A., Nick, T. G., Weiss, S. J., Houry, D., & Mills, T. (1997). Domestic violence in an inner-city ED. Annals of Emergency Medicine, 30, 190-197. Violencia doméstica en un Centro Urbano. (Consultados 516 pacientes <233> en un Departamento de emergencias urbano de New Orleans usando el Indice de Abusos Conyugales, una escala que mide la violencia doméstica. Se detectó que el 28% de los hombres y el 33% de las mujeres –una diferencia no significativa– declararon haber sido víctimas de violencia física en el pasado. En términos étnicos, el 82 % de los sujetos eran Afroamericanos. Los autores declararon haber hallado diferencias significativas en el número de mujeres vs. El de hombres que habían denunciado abusos pasados a la policía —19% de mujeres y 6 % de hombres—).
8. Hampton, R. L., Gelles, R. J., & Harrop, J. W. (1989). Is violence in families increasing? A comparison of 1975 and 1985 National Survey rates. Journal of Marriage and the Family, 51, 969-980. ¿Está creciendo la violencia familiar? Una comparación con las encuestas nacionales de 1975 y 1985. (Se comparó una muestra de 147 afroamericanos de la estadística de 1975 con 576 de la de 1985, en relación a la violencia conyugal.
Empleando la CTS, se comprobó que la tasa de violencia global de maridos hacia sus esposas (169/1000) se mantuvo entre 1975 y 1985, en tanto que la tasa de violencia general de mujeres hacia sus maridos había aumentado un 33% (de 153/1000 a 204/1000) entre 1975 y 1985. La tasa de violencia grave de esposos sobre esposas disminuyó un 43% (de 113/1000 a 64/1000) entre1975 y 1985, mientras que la tasa de violencia grave de esposas sobre sus maridos había aumentado un 42 % (de 76/1000 a 108/1000) de 1975 a 1985. En 1985, la tasa de violencia abusiva perpetrada por mujeres negras casi triplicaba la tasa de mujeres.)
9. Sorenson, S. B., & Telles, C. A. (1991). Self reports of spousal violence in a Mexican-American and non-Hispanic white population. Violence and Victims, 6, 3-15. Auto declarativos de violencia conyugal en una muestra de población Méjicano-americana y no Hispana. (Se investigaron 1,243 Mejicano-americanos y 1,149 blancos no Hispanos, probándose que las mujeres mostraban mayores tasas que los hombres de propinar golpes, lanzar objetos, iniciar la violencia y golpear primero más de una vez. Las diferencias por razón de sexo eran significativas sólo para blancos no Hispanos.)
10. Straus, M. A., Gelles, R. J., & Steinmetz, S. K. (1981). Behind closed doors: Violence in the American family, Garden City, NJ: Anchor. Detrás de las puertas cerradas: Violencia en la familia americana. (Ofrece los resultados de una encuesta sobre violencia familiar de ámbito nacional que se llevó a cabo en 1975. En términos religiosos, se comprobó que los hombres judíos eran los que ostentaban la tasa menor de violencia conyugal abusiva (1%), mientras que las mujeres judías tenían una tasa de violencia conyugal abusiva que más que duplicaba la tasa de las mujeres <7%>, pp. 128-133. La violencia abusiva fue definida como un "acto que tiene un alto potencial para herir a la persona golpeada" pp 21-2.)
* ARTÍCULOS
1. Flynn, C. P. (1990). Relationship violence by women: issues and implications. Family Relations, 36, 295-299. Violencia relacional familiar por partede las mujeres: puntos clave e implicaciones. (Un artículo de análisis/revisión que declara "los investigadores han descubierto recurrentemente quehombres y mujeres, en el curso de sus relaciones tanto matrimoniales como prematrimoniales, incurren en las dosis comparables de violencia"
El autor también escribe, "La violencia por parte de las mujeres en el marco de las relaciones íntimas ha recibido muy escasa atención de parte de lospolíticos, el público en general, y hasta muy recientemente, por parte de los investigadores... los hombres maltratados y las mujeres mal tratadorashan recibido una 'desatención selectiva' tanto por los medios de comunicación como por los investigadores".
2. Gelles, R. J. (1994). Research and advocacy: Can one wear two hats? Family Process, 33, 93-95. ¿Puede una persona llevar dos sombreros? (Lamenta la ausencia de objetividad por parte de las críticas "feministas" en sus críticas sobre los estudios que prueban la violencia doméstica perpetrada por mujeres.
2. George, M. J. (1994). Riding the donkey backwards: Men as the unacceptable victims of marital violence. Journal of Men's Studies, 3,137-159. Cabalgando sobre el burro para atrás: Hombres como víctimas inaceptables de violencia conyugal. (Una minuciosa revisión de la literatura que examina hallazgos y aspectos clave referidos a los hombres en tanto que víctimas, en la misma medida que las mujeres,del abuso de su pareja.
3. Macchietto, J. (1992). Aspects of male victimization and female aggression: Implications for counseling men. Journal of Mental HealthCounseling, 14, 375-392. Aspectos sobre la victimización masculina y la agresión femenina: implicaciones para la asesoría de hombres.
(El artículo revisa la literatura sobre la victimización masculina y la agresión femenina.)
4. McNeely, R. L., & Mann, C. R. (1990). Domestic violence is a human issue. Journal of Interpersonal Violence, 5, 129-132. La violenciadoméstica es un problema humano. (Un artículo de la revista que critica la conclusión de que las mujeres son más proclives que los hombres en ejercer actos graves de violencia, y que llega a la conclusión de que "es erróneo clasificar la violencia de las esposas como unproblema inherente a la mujer, en lugar de considerarlo como un problema humano en general.)
5. McNeely, R. L., & Robinson-Simpson, G. (1987). The truth about domestic violence: A falsely framed issue. Social Work, 32, 485-490. La verdad sobre la violencia doméstica: un problema falsamente enfocado. (Un artículo de esta revista concluye que las mujeres son tan violentas como los hombres en sus relaciones domésticas.)
6. Steinmetz, S. K. (1977-78). The battered husband syndrome. Victimology: An International Journal, 2, 499-509.El síndrome del esposomal tratado. (Un artículo pionero que sugiere que la incidencia de los golpes a los maridos es similar a la incidencia de los golpes a las esposas).
7. Steinmetz, S. K. (1980). Women and violence: victims and perpetrators. American Journal of Psychotherapy, 34, 334- 350. Mujeres y violencia: víctimas y ejecutores. (Examina la aparente contradicción en el papel de las mujeres como víctimas y perpetradoras de violencia doméstica.)
8. Straus, M. A. (1993). Physical assaults by wives: A major social problem. In R. J. Gelles & D. R. Loseke (Eds.), Current controversies on family violence pp. 67-87. Newbury Park, CA:Sage. Ataques físicos llevados a cabo por mujeres: un problema social grave (Revisa la literatura al respecto y concluye que las mujeres iniciaron los asaltos físicos sobre sus parejas tan a menudo como los hombres).
9. Thompson Jr., E. H. (1991). The maleness of violence in data relation ships: an appraisal of stereotypes. Sex Roles, 24, 261-278. La masculinidad de la violencia en relaciones comprobadas: una evaluación de estereotipos. (En una presentación más extensiva de su artículo fechado en 1990, el autor concluye que "Una orientación más masculina y/o una orientación menos femenina y las variaciones en la seriedad de la relación probaron ser los dos predictores más fuertes de la involucración en la violencia durante los noviazgos por parte de los dos miembros de la pareja).
10. Tyree, A., & Malone, J. (1991). How can it be that wives hit husbands as much as husbands hit wives and none of us knew it? Paperpresented at the annual meeting of the American Sociological Association. ¿Cómo puede ser que las esposas golpeen a los esposos tanto como los esposos golpean a las esposas y que ninguno lo supiéramos? Documento presentado en la convención anual de la Asociación americana de Sociología. (Revisa la literatura y analiza los resultados de su estudio dirigido a la prevención de la violencia conyugal. Prueba que la violencia femenina está correlacionada con un historial de golpes a los hermanos y a un intento de mejorar el contacto con sus parejas).
11. White, J. W., & Kowalski, R. M. (1994). Deconstructing the myth of the nonaggressive woman: A feminist analysis. Psychology of WomenQuarterly, 18, 487-508. Desmontando el mito de la mujer no agresiva: un análisis feminista. (Una revisión y análisis que reconoce que las mujeres "igualan o superan a los hombres en número de actos agresivos confesados haberse cometido en la familia" Examina un elenco de explicaciones para justificar tales agresiones.)
* OTROS ESTUDIOS Y METODOLOGÍAS
1. Fiebert, M. S., & Gonzalez, D. M. (1997). Women who initiate assaults: The reasons offered for such behavior. Psychological Reports, 80, 583-590. Mujeres que inician episodios violentos: las razones ofrecidas en justificación de tales comportamientos.
(Una muestra de 968 mujeres, extraída fundamentalmente de cursos universitarios del área sur de California, fue investigada en relación con la iniciación de violencia física sobre sus parejas (varones). El 29% de las mujeres, n=285, revelaron que ellas habían iniciado la violencia durante los pasados cinco años. Las mujeres entre 20 y 30 años se mostraban más proclives para agredir que las de 30 años en adelante. En cuanto a las razones, las mujeres aparentemente agredieron por pensar que sus parejas varones no sufrirían heridas o que no se tomarían revancha alguna. La mujeres también afirmaron que habían ejercido violencia sobre sus parejas porque querían llamar su atención, particularmente en el aspecto emocional.)
2. Gonzalez, D. M. (1997). Why females initiate violence: A study examining the reasons behind assaults on men. Unpublished master's thesis, California State University, Long Beach.Por qué las mujeres inician la violencia: un estudio que examinaba las razones que motivaban los ataques hacia hombres.
(225 mujeres universitarias participaron en una investigación que examinaba su historia pasada y sus justificaciones para iniciar agresiones contra sus parejas varones. Los sujetos también respondieron a 8 escenarios de conflictos en los cuales se ofrecía información relativa a posibles razones para la iniciación de la agresión. Los resultados indicaban que el 55 % de los sujetos admitían haber iniciado agresiones físicas hacia sus parejas varones en algún momento de sus vidas. Siendo la razón más comunmente alegada que la agresión era una reacción espontánea a la frustración).
3. Lillja, C. M. (1995). Why women abuse: A study examining the function of abused men. Unpublished master's thesis, California State University, Long Beach. Por qué abusan las mujeres: un estudio que examina la función de hombres que han padecido abusos. Tesis doctoral no publicada de la Universidad estatal de California, Long Beach (Una revisión sobre la literatura que examina el tema de los hombres en tanto que víctimas de ataques de mujeres. Incluye un cuestionario original para medir la veracidad de la asunción de que las mujeres que carecen de apoyo social para combatir el estrés muestran probabilidades de cometer violencia doméstica
4. Fiebert, M. S. (1996). College students' perception of men as victims of women's assaultive behavior. Perceptual & Motor Skills, 82, 49-50. La percepción de los universitarios sobre los hombres como víctimas de un comportamiento agresivo. (371 universitarios <91> fueron investigados en relación con el conocimiento que tenían y la aceptación de los datos de investigaciones que revelaban comportamientos violentos por parte de mujeres.
La mayoría de los sujetos (63%) eran totalmente desconocedores de que el índice de malos tratos era similar para los hombres que para las mujeres; un porcentaje ligeramente superior de mujeres que de hombres (39% vs 32%) manifestaba estar familiarizadas con este dato. En cuanto a la aceptación de la validez de estos datos, la mayoría de los sujetos (65%) aceptaron la validez del dato, con un mayor porcentaje de hombres (70% vs 64%) manifestando dicha aceptación.)
5. Feather, N. T. (1996). Domestic violence, gender and perceptions of justice. Sex Roles, 35, 507-519.Violencia doméstica, género y percepciones de la justicia. (A 109 hombres y 111 mujeres de Adelaida, Sur de Australia, les fue presentado un escenario hipotético en el cual, bien el esposo o bien la esposa perpetraban violencia doméstica. Los participantes fueron significativamente más negativos en su evaluación del esposo que en la de la esposa, mostrándose más comprensivos con la esposa y manifestando su creencia de que el esposo merecía penas más duras por su comportamiento).
6. Saenger, G. (1963). Male and female relations in the American comic strip. In D. M. White & R. H. Abel (Eds.), The funnies, an American idiom (pp. 219-231). Glencoe, NY: The Free Press. Relaciones entre hombres y mujeres en las tiras cómicas americanas (Se examinaron veinte ediciones consecutivas de todas las tiras cómicas de nueve periódicos de Nueva York en octubre de 1950.
Los resultados revelaban que los esposos eran víctimas de agresiones en el 63% de las situaciones de conflicto. Adicionalmente, las esposas eran más agresivas en el 73% de las situaciones domésticas; en el 10 % de dichas situaciones ambos eran igualmente agresivos y sólo en el 17% de las situaciones eran los esposos más violentos que las esposas.
7. Sommer, R., Barnes, G. E. & Murray, R. P. (1992). Alcohol consumption, alcohol abuse, personality and female perpetrated spouse abuse. Journal of Personality and Individual Differences, 13, 1315-1323. Consumo de alcohol, abuso de alcohol, personalidad y abusos conyugales perpetrados por mujeres.
(Se analizaron las respuestas de una submuestra de 452 mujeres extraídas de una muestra de 1257 residentes de Winnipeg. Empleando la CTS, se evidenció que el 39% de mujeres habían practicado agresiones contra sus parejas varones en algún momento de su relación. Las mujeres más jóvenes, con alta puntuación en la escala P de Eysenck eran las más propensas a perpetrar violencia. Nota: la muestra de los individuos es la misma que la citada en la disertación de Sommer en 1994.)
8. Steinmetz, S. K. (1981). A cross cultural comparison of marital abuse. Journal of Sociology and Social Welfare, 8, 404-414. Una comparación multicultural del abuso conyugal. (Empleando una versión modificada de la CTS, se examinó la violencia conyugal en pequeñas muestras de seis sociedades: Finlandia, Estados Unidos, Canadá, Puerto Rico, Belice e Israel
9. Stets, J. E. & Henderson, D. A. (1991). Contextual factors surrounding conflict resolution while dating: results from a national study. Family Relations, 40, 29-40. Factores contextuales en torno a la resolución de conflictos durante el noviazgo: resultados de una investigación de ámbito nacional. (Obtenido de una investigación telefónica nacional con muestra elegida al azar, se consideraron novios
Fueron examinados con la Escala de Tácticas de Conflicto. Las conclusiones revelaban que más del 30% de los individuos utilizaban las agresiones físicas en sus relaciones, el 22% de los hombres y el 40% de las mujeres habiendo manifestado usar alguna forma de agresión física. Las mujeres eran "seis veces más propensas que los hombres para infligir agresiones graves <19.2%>...Los hombres eran dos veces más propensos que las mujeres a reconocer haber recibido agresiones graves <15.7%>." También se supo que los sujetos más jóvenes y aquellos de menor status socioeconómico
10. Straus, M. A. (1995). Trends in cultural norms and rates of partner violence: An update to 1992. In S. M. Stich & M. A. Straus (Eds.) Understanding partner violence: Prevalence, causes, consequences, and solutions (pp. 30-33). Minneapolis, MN: National Council on Family Relations. Tendencias en las normas culturales y tasas de violencia en la pareja: una actualización al estudio de 1992. En S. M. Stich & M. A. Straus (Eds.)
Comprendiendo la violencia de la pareja: Prevalencia, causas, consecuencias y soluciones. (Manifiesta haber descubierto que mientras que la aprobación de un marido que abofetea a su esposa declinó dramáticamente entre 1968 y 1994 <21%> la aprobación de una esposa que abofetea a su esposo no declinó, sino que permaneció en un 22% durante el mismo periodo. La razón más frecuentemente mencionada para justificar el abofetear a la pareja es, para ambos sexos, la infidelidad conyugal. También informa que los ataques físicos graves protagonizados por hombres declinaron en un 48% desde 1975 hasta 1992, desde una proporción del 38/1000 hasta la del 19/1000, mientras que los ataques físicos graves protagonizados por mujeres no se han visto reducidos en ese periodo, continuando en una tasas de 40/1000.
El estudio sugiere que las manifestaciones de los poderes públicos deberían dirigirse hacia las mujeres que perpetran violencia y que los programas escolares deberían "reconocer explícitamente y condenar la violencia ejercida por las niñas en la misma medida que la ejercida por los niños".)
11. Straus, M. A., & Kaufman Kantor, G. (1994, July). Change in spouse assault rates from 1975-1992: A comparison of three national surveys in the United States. Paper presented at the Thirteenth World Congress of Sociology, Bielefeld, Germany. Cambios en las tasas de agresión conyugal entre 1975 y 1992: Una comparación de tres encuestas nacionales en Estados Unidos. Documento presentado en el Decimotercer Congreso de Sociología en Bielefeld, Alemania. ( Señala que la tendencia decreciente de ataques graves por parte de maridos que se evidenció en la encuesta nacional entre 1975 y 1985 se ha mantenido en la encuesta de 1992, mientras que las esposas mantuvieron tasas más altas de agresiones.)
12. Sugarman, D. B., & Hotaling, G. T. (1989). Dating violence: Prevalence, context, and risk markers. In M. A. Pirog-Good & J. E. Stets (Eds.) Violence in dating relationships: Emerging social issues (pp.3-32). New York: Praeger. Violencia en los noviazgos: Prevalencia, contexto y síntomas del riesgo. En M. A. Pirog-Good & J. E. Stets (Eds.) Violencia en las relaciones de noviazgo: Temas sociales emergentes (pp. 3-32). (Se revisaron 21 estudios de comportamiento en el noviazgo y apreciaron que las mujeres declararon haber expresado violencia en tasas más altas que los hombres <329/1000 casos vs. 393/1000 casos).
13. Tang, C. S. (1994). Prevalence of spouse aggression in Hong Kong. Journal of Family Violence, 9, 347-356. Prevalencia de la agresión conyugal en Hong Kong. (Los individuos entrevistados eran 382 pregraduados <246> en la universidad china de Hong Kong. Se empleó la CTS para obtener la evaluación de las reacciones de sus padres durante un conflicto familiar. El 14% de llos estudiantes declararon que sus padres estaban involucrados en violencia física. "Las madres eran tan propensas como los padres para usar de la violencia física contra sus cónyuges".)
14. White, J. W., & Humphrey, (1994). Women's aggression in heterosexual conflicts. Aggressive Behavior, 20, 195-202. Agresión femenina en conflictos heterosexuales. Comportamiento agresivo. (829 mujeres
NOTA.- La traducción al Español que presentamos aquí ha sido realizada por la Asociación de Padres y Madres Separados Canaletas-Alhambra (Granada), http://www.geocities.com/apinpach/index.htm,
con mejoras de edición introducidas en la página de la iniciativa "Padres e Hijos"
(http://www.arrakis.es/~ajmm/#PartnerViolence),
a quienes expresamos nuestro agradecimiento.
ORIENTACIONES LEGALES:Derecho de Defensa I
28-12-2004 Noticias.info
http://www.noticias.info/asp/aspcomunicados.asp?nid=42984
Fuente: Ministerio de Justicia
http://www.mju.es/
INSTRUCCIÓN 8/2004 - SOBRE LA NECESIDAD DE PROMOVER EL ACCESO DE LOS LETRADOS DE LA DEFENSA A LAS COPIAS DE LOS ATESTADOS EN LAS ACTUACIONES ANTE EL JUZGADO DE GUARDIA EN EL PROCEDIMIENTO PARA EL ENJUICIAMIENTO RÁPIDO DE DELITOS .
La Instrucción, de 6 folios, se dirige a todas las Fiscalías para que, además de velar por el respeto de las garantías procesales del imputado, se incida en la función de impulsar y simplificar su tramitación sin merma del derecho de defensa de las partes y del carácter contradictorio del mismo, tal y como establece el art. 773 de la LECrim.
Este documento viene motivado por la reflexión realizada en el seno de la Comisión de seguimiento de la implantación de los juicios rápidos, constituida en el Ministerio de Justicia, que ha puesto de relieve que algunos Juzgados se niegan sistemáticamente a proporcionar al Letrado Defensor copia del atestado, con el consiguiente entorpecimiento de su función.
Un presupuesto básico para un pleno ejercicio del derecho de defensa es el conocimiento de las actuaciones practicadas en el seno del procedimiento penal.
Aunque el art. 772.2 LECrim establece la remisión de copia del atestado por parte de la Policía sólo al Ministerio Fiscal y pese a que el traslado de esta copia a los acusados está previsto en un momento muy posterior (abierto el juicio oral y formulado escrito de acusación) ello no ha de llevar a la errónea conclusión de que no puede permitirse el acceso a las actuaciones en momentos anteriores.
El art. 118 LECrim reconoce a toda persona a quien se impute un acto punible la facultad de ejercitar el derecho de defensa, actuando en el procedimiento, cualquiera que éste sea, desde que se le comunique su existencia, haya sido objeto de detención o de cualquiera otra medida cautelar o se haya acordado su procesamiento.
El art. 302 LECrim, por su parte, dispone que las partes personadas podrán tomar conocimiento de las actuaciones e intervenir en todas las diligencias del procedimiento, salvo que se declare total o parcialmente secreta la causa.
El derecho de defensa es un derecho sagrado, quizás el más sagrado de todos los derechos en la justicia. Un presupuesto básico para un pleno ejercicio del derecho de defensa es el conocimiento de las actuaciones practicadas en el seno del procedimiento penal. Así lo establece la Constitución española en su artículo 24 y el Convenio Europeo de Derechos Humanos.
Si el derecho de defensa se reconoce al imputado desde los primeros momentos no pueden, sin riesgo de reducir a papel mojado tal reconocimiento, sostenerse interpretaciones que conduzcan a su ineficacia práctica.
En el procedimiento de los juicios rápidos, el derecho de defensa debe fortalecerse desde el inicio de la causa, y por ello es de estricta necesidad y justicia facilitar a la Defensa el conocimiento cabal de lo actuado para que pueda desempeñar sus funciones, ya que la pieza clave de este nuevo procedimiento consiste en una instrucción concentrada ante el Juzgado de Guardia.
Es cierto que la doctrina del TC diferencia entre la asistencia letrada y reconocida al “detenido” en las diligencias policiales y la asistencia letrada al “acusado”. Sin embargo, en las actuaciones del Letrado en el Juzgado de Guardia en un procedimiento de enjuiciamiento rápido, ambos planos mencionados se funden cuando se asiste a personas detenidas. Por lo tanto, el Abogado en estos casos está actuando dentro del derecho al proceso debido y esta atribución exige que tenga conocimiento del atestado.
Se debe procurar que no se produzcan situaciones de indefensión no imputables al condenado, como recuerda el Tribunal Constitucional. El papel que este procedimiento atribuye al Letrado Defensor en el Juzgado de Guardia exige que éste tenga un completo conocimiento de lo actuado.
Por lo demás, la potenciación de la celeridad perseguida por el procedimiento tiene como una de sus herramientas fundamentales la promoción de las soluciones consensuadas, a través de la denominada conformidad beneficiada. Difícilmente podrán fomentarse las conformidades si se ponen trabas al acceso del Letrado a las actuaciones.
La Constitución española atribuye al Ministerio Fiscal la defensa de los derechos de los ciudadanos, y en esta misión se incluye la protección de los derechos del imputado. Por todo lo anterior, la Fiscalia General del Estado solicita a todos los Fiscales que erradiquen las prácticas denunciadas y promuevan en el Juzgado de Guardia, el libre acceso del Letrado a las diligencias practicadas, en el marco del enjuiciamiento rápido de determinados delitos.
Para ello, los Fiscales deberán solicitar específicamente la entrega al Letrado Defensor de una copia del atestado una vez hayan sido incoadas por el Juez de Instrucción las diligencias urgentes previstas en el art. 797 LECrim. En los supuestos de denegación improcedente de copias de atestados a los Letrados Defensores por el Juzgado de Guardia, los Fiscales habrán de interponer los correspondientes recursos o en su caso adherirse a los interpuestos por la Defensa.
http://www.noticias.info/asp/aspcomunicados.asp?nid=42984
Fuente: Ministerio de Justicia
http://www.mju.es/
INSTRUCCIÓN 8/2004 - SOBRE LA NECESIDAD DE PROMOVER EL ACCESO DE LOS LETRADOS DE LA DEFENSA A LAS COPIAS DE LOS ATESTADOS EN LAS ACTUACIONES ANTE EL JUZGADO DE GUARDIA EN EL PROCEDIMIENTO PARA EL ENJUICIAMIENTO RÁPIDO DE DELITOS .
La Instrucción, de 6 folios, se dirige a todas las Fiscalías para que, además de velar por el respeto de las garantías procesales del imputado, se incida en la función de impulsar y simplificar su tramitación sin merma del derecho de defensa de las partes y del carácter contradictorio del mismo, tal y como establece el art. 773 de la LECrim.
Este documento viene motivado por la reflexión realizada en el seno de la Comisión de seguimiento de la implantación de los juicios rápidos, constituida en el Ministerio de Justicia, que ha puesto de relieve que algunos Juzgados se niegan sistemáticamente a proporcionar al Letrado Defensor copia del atestado, con el consiguiente entorpecimiento de su función.
Un presupuesto básico para un pleno ejercicio del derecho de defensa es el conocimiento de las actuaciones practicadas en el seno del procedimiento penal.
Aunque el art. 772.2 LECrim establece la remisión de copia del atestado por parte de la Policía sólo al Ministerio Fiscal y pese a que el traslado de esta copia a los acusados está previsto en un momento muy posterior (abierto el juicio oral y formulado escrito de acusación) ello no ha de llevar a la errónea conclusión de que no puede permitirse el acceso a las actuaciones en momentos anteriores.
El art. 118 LECrim reconoce a toda persona a quien se impute un acto punible la facultad de ejercitar el derecho de defensa, actuando en el procedimiento, cualquiera que éste sea, desde que se le comunique su existencia, haya sido objeto de detención o de cualquiera otra medida cautelar o se haya acordado su procesamiento.
El art. 302 LECrim, por su parte, dispone que las partes personadas podrán tomar conocimiento de las actuaciones e intervenir en todas las diligencias del procedimiento, salvo que se declare total o parcialmente secreta la causa.
El derecho de defensa es un derecho sagrado, quizás el más sagrado de todos los derechos en la justicia. Un presupuesto básico para un pleno ejercicio del derecho de defensa es el conocimiento de las actuaciones practicadas en el seno del procedimiento penal. Así lo establece la Constitución española en su artículo 24 y el Convenio Europeo de Derechos Humanos.
Si el derecho de defensa se reconoce al imputado desde los primeros momentos no pueden, sin riesgo de reducir a papel mojado tal reconocimiento, sostenerse interpretaciones que conduzcan a su ineficacia práctica.
En el procedimiento de los juicios rápidos, el derecho de defensa debe fortalecerse desde el inicio de la causa, y por ello es de estricta necesidad y justicia facilitar a la Defensa el conocimiento cabal de lo actuado para que pueda desempeñar sus funciones, ya que la pieza clave de este nuevo procedimiento consiste en una instrucción concentrada ante el Juzgado de Guardia.
Es cierto que la doctrina del TC diferencia entre la asistencia letrada y reconocida al “detenido” en las diligencias policiales y la asistencia letrada al “acusado”. Sin embargo, en las actuaciones del Letrado en el Juzgado de Guardia en un procedimiento de enjuiciamiento rápido, ambos planos mencionados se funden cuando se asiste a personas detenidas. Por lo tanto, el Abogado en estos casos está actuando dentro del derecho al proceso debido y esta atribución exige que tenga conocimiento del atestado.
Se debe procurar que no se produzcan situaciones de indefensión no imputables al condenado, como recuerda el Tribunal Constitucional. El papel que este procedimiento atribuye al Letrado Defensor en el Juzgado de Guardia exige que éste tenga un completo conocimiento de lo actuado.
Por lo demás, la potenciación de la celeridad perseguida por el procedimiento tiene como una de sus herramientas fundamentales la promoción de las soluciones consensuadas, a través de la denominada conformidad beneficiada. Difícilmente podrán fomentarse las conformidades si se ponen trabas al acceso del Letrado a las actuaciones.
La Constitución española atribuye al Ministerio Fiscal la defensa de los derechos de los ciudadanos, y en esta misión se incluye la protección de los derechos del imputado. Por todo lo anterior, la Fiscalia General del Estado solicita a todos los Fiscales que erradiquen las prácticas denunciadas y promuevan en el Juzgado de Guardia, el libre acceso del Letrado a las diligencias practicadas, en el marco del enjuiciamiento rápido de determinados delitos.
Para ello, los Fiscales deberán solicitar específicamente la entrega al Letrado Defensor de una copia del atestado una vez hayan sido incoadas por el Juez de Instrucción las diligencias urgentes previstas en el art. 797 LECrim. En los supuestos de denegación improcedente de copias de atestados a los Letrados Defensores por el Juzgado de Guardia, los Fiscales habrán de interponer los correspondientes recursos o en su caso adherirse a los interpuestos por la Defensa.
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27-12-2004 EuropaPress
http://www.europapress.es/europa2003/noticia.aspx?cod=20041227172110&tabID=1&ch=68
La Abogacía aplaude la instrucción de la Fiscalía General que promueve que los letrados accedan a documentación judicial
El presidente del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE), Carlos Carnicer, ha mostrado su satisfacción por una instrucción 8/2004 dictada recientemente por la Fiscalía General del Estado sobre la necesidad de promover el acceso de los letrados a las copias de los atestados en los "juicios rápidos".
Según Carnicer, la decisión de la Fiscalía General es "una de las más atinadas interpretaciones doctrinales del fundamental derecho a la defensa de los ciudadanos y del interés general al que sirve la actuación del abogado defensor en el proceso penal".
Desde la implantación de los juicios rápidos, Carnicer ha denunciado en numerosas ocasiones la merma de garantías constitucionales que, a su juicio, produce la negativa de algunos juzgados de poner a disposición del letrado defensor el contenido íntegro de las actuaciones, informó hoy la CGAE.
Según el presidente de la Abogacía española, "no es posible la necesaria contradicción en el proceso judicial y el ejercicio del constitucional derecho de defensa si el letrado desconoce los elementos de imputación y exoneración", y "no existe igualdad de armas procesales si los acusadores y los defensores no disponen de igual documentación y medios probatorios, lo que, en definitiva, venía traduciéndose en indefensiones".
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24-12-2004
La Abogacía aplaude la instrucción de la Fiscalía General que promueve que los letrados accedan a documentación judicial
El presidente del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE), Carlos Carnicer, ha mostrado su satisfacción por una instrucción 8/2004 dictada recientemente por la Fiscalía General del Estado sobre la necesidad de promover el acceso de los letrados a las copias de los atestados en los "juicios rápidos".
Según Carnicer, la decisión de la Fiscalía General es "una de las más atinadas interpretaciones doctrinales del fundamental derecho a la defensa de los ciudadanos y del interés general al que sirve la actuación del abogado defensor en el proceso penal".
Desde la implantación de los juicios rápidos, Carnicer ha denunciado en numerosas ocasiones la merma de garantías constitucionales que, a su juicio, produce la negativa de algunos juzgados de poner a disposición del letrado defensor el contenido íntegro de las actuaciones, informó hoy la CGAE.
Según el presidente de la Abogacía española, "no es posible la necesaria contradicción en el proceso judicial y el ejercicio del constitucional derecho de defensa si el letrado desconoce los elementos de imputación y exoneración", y "no existe igualdad de armas procesales si los acusadores y los defensores no disponen de igual documentación y medios probatorios, lo que, en definitiva, venía traduciéndose en indefensiones".
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24-12-2004
CGAE - Consejo General de la Abogacía Española -
Agencia EFE
http://www2.cgae.es/es/contenidos/contenido.asp?iddoc=8784
La Fiscalía General del Estado pide que fiscales promuevan acceso de abogados a atestados
La Fiscalía General del Estado ha remitido una Instrucción a los fiscales para que promuevan el acceso de los abogados defensores a las copias de los atestados en las actuaciones ante los juzgados de Guardia en los procedimientos para juicios rápidos de delitos.
La Instrucción, de seis folios, se dirige a todas las fiscalías para que, además de velar por el respeto de las garantías procesales del imputado, se incida en la función de impulsar y simplificar su tramitación sin merma del derecho de defensa de las partes y del carácter contradictorio del mismo, informa la Fiscalía General.
Este documento viene motivado por la reflexión realizada en el seno de la Comisión de seguimiento de la implantación de los juicios rápidos, constituida en el Ministerio de Justicia, que ha puesto de relieve que algunos juzgados se niegan sistemáticamente a proporcionar al Letrado defensor copia del atestado, con el consiguiente entorpecimiento de su función.
La Fiscalía recuerda que un presupuesto básico para un pleno ejercicio del derecho de defensa es el conocimiento de las actuaciones practicadas en el seno del procedimiento penal.
Añade que aunque el artículo 772.2 la Ley de Enjuiciamiento Criminal establece la remisión de copia del atestado por parte de la Policía sólo al Ministerio Fiscal y pese a que el traslado de esta copia a los acusados está previsto en un momento muy posterior (abierto el juicio oral y formulado escrito de acusación) ello no ha de llevar a la errónea conclusión de que no puede permitirse el acceso a las actuaciones en momentos anteriores.
Así, el artículo 118 la misma norma reconoce a toda persona a quien se impute un acto punible la facultad de ejercitar el derecho de defensa, actuando en el procedimiento, cualquiera que éste sea, desde que se le comunique su existencia, haya sido objeto de detención o de cualquiera otra medida cautelar o se haya acordado su procesamiento.
El artículo 302, por su parte, dispone que las partes personadas podrán tomar conocimiento de las actuaciones e intervenir en todas las diligencias del procedimiento, salvo que se declare total o parcialmente secreta la causa.
Para la Fiscalía, “el derecho de defensa es un derecho sagrado, quizás el más sagrado de todos los derechos en la justicia”.
Además, “un presupuesto básico para un pleno ejercicio del derecho de defensa es el conocimiento de las actuaciones practicadas en el seno del procedimiento penal. Así lo establece la Constitución española en su artículo 24 y el Convenio Europeo de Derechos Humanos”.
Añade que “si el derecho de defensa se reconoce al imputado desde los primeros momentos no pueden, sin riesgo de reducir a papel mojado tal reconocimiento, sostenerse interpretaciones que conduzcan a su ineficacia práctica”.
La Instrucción destaca que “en el procedimiento de los juicios rápidos, el derecho de defensa debe fortalecerse desde el inicio de la causa, y por ello es de estricta necesidad y justicia facilitar a la defensa el conocimiento cabal de lo actuado para que pueda desempeñar sus funciones, ya que la pieza clave de este nuevo procedimiento consiste en una instrucción concentrada ante el Juzgado de Guardia”.
Por otra parte, “la potenciación de la celeridad perseguida por el procedimiento tiene como una de sus herramientas fundamentales la promoción de las soluciones consensuadas, a través de la denominada conformidad beneficiada. Difícilmente podrán fomentarse las conformidades si se ponen trabas al acceso del letrado a las actuaciones”.
Por todo ello, la Fiscalía General del Estado solicita a todos los fiscales que “erradiquen las prácticas denunciadas y promuevan en el Juzgado de Guardia el libre acceso del letrado a las diligencias practicadas, en el marco del enjuiciamiento rápido de determinados delitos”.
Para ello, deberán solicitar específicamente la entrega al letrado defensor de una copia del atestado una vez hayan sido incoadas por el Juez de Instrucción las diligencias urgentes previstas en el artículo 797 de la citada Ley.
En los supuestos de denegación improcedente de copias de atestados a los letrados defensores por el Juzgado de Guardia, los fiscales habrán de interponer los correspondientes recursos o en su caso adherirse a los interpuestos por la defensa
La Fiscalía General del Estado pide que fiscales promuevan acceso de abogados a atestados
La Fiscalía General del Estado ha remitido una Instrucción a los fiscales para que promuevan el acceso de los abogados defensores a las copias de los atestados en las actuaciones ante los juzgados de Guardia en los procedimientos para juicios rápidos de delitos.
La Instrucción, de seis folios, se dirige a todas las fiscalías para que, además de velar por el respeto de las garantías procesales del imputado, se incida en la función de impulsar y simplificar su tramitación sin merma del derecho de defensa de las partes y del carácter contradictorio del mismo, informa la Fiscalía General.
Este documento viene motivado por la reflexión realizada en el seno de la Comisión de seguimiento de la implantación de los juicios rápidos, constituida en el Ministerio de Justicia, que ha puesto de relieve que algunos juzgados se niegan sistemáticamente a proporcionar al Letrado defensor copia del atestado, con el consiguiente entorpecimiento de su función.
La Fiscalía recuerda que un presupuesto básico para un pleno ejercicio del derecho de defensa es el conocimiento de las actuaciones practicadas en el seno del procedimiento penal.
Añade que aunque el artículo 772.2 la Ley de Enjuiciamiento Criminal establece la remisión de copia del atestado por parte de la Policía sólo al Ministerio Fiscal y pese a que el traslado de esta copia a los acusados está previsto en un momento muy posterior (abierto el juicio oral y formulado escrito de acusación) ello no ha de llevar a la errónea conclusión de que no puede permitirse el acceso a las actuaciones en momentos anteriores.
Así, el artículo 118 la misma norma reconoce a toda persona a quien se impute un acto punible la facultad de ejercitar el derecho de defensa, actuando en el procedimiento, cualquiera que éste sea, desde que se le comunique su existencia, haya sido objeto de detención o de cualquiera otra medida cautelar o se haya acordado su procesamiento.
El artículo 302, por su parte, dispone que las partes personadas podrán tomar conocimiento de las actuaciones e intervenir en todas las diligencias del procedimiento, salvo que se declare total o parcialmente secreta la causa.
Para la Fiscalía, “el derecho de defensa es un derecho sagrado, quizás el más sagrado de todos los derechos en la justicia”.
Además, “un presupuesto básico para un pleno ejercicio del derecho de defensa es el conocimiento de las actuaciones practicadas en el seno del procedimiento penal. Así lo establece la Constitución española en su artículo 24 y el Convenio Europeo de Derechos Humanos”.
Añade que “si el derecho de defensa se reconoce al imputado desde los primeros momentos no pueden, sin riesgo de reducir a papel mojado tal reconocimiento, sostenerse interpretaciones que conduzcan a su ineficacia práctica”.
La Instrucción destaca que “en el procedimiento de los juicios rápidos, el derecho de defensa debe fortalecerse desde el inicio de la causa, y por ello es de estricta necesidad y justicia facilitar a la defensa el conocimiento cabal de lo actuado para que pueda desempeñar sus funciones, ya que la pieza clave de este nuevo procedimiento consiste en una instrucción concentrada ante el Juzgado de Guardia”.
Por otra parte, “la potenciación de la celeridad perseguida por el procedimiento tiene como una de sus herramientas fundamentales la promoción de las soluciones consensuadas, a través de la denominada conformidad beneficiada. Difícilmente podrán fomentarse las conformidades si se ponen trabas al acceso del letrado a las actuaciones”.
Por todo ello, la Fiscalía General del Estado solicita a todos los fiscales que “erradiquen las prácticas denunciadas y promuevan en el Juzgado de Guardia el libre acceso del letrado a las diligencias practicadas, en el marco del enjuiciamiento rápido de determinados delitos”.
Para ello, deberán solicitar específicamente la entrega al letrado defensor de una copia del atestado una vez hayan sido incoadas por el Juez de Instrucción las diligencias urgentes previstas en el artículo 797 de la citada Ley.
En los supuestos de denegación improcedente de copias de atestados a los letrados defensores por el Juzgado de Guardia, los fiscales habrán de interponer los correspondientes recursos o en su caso adherirse a los interpuestos por la defensa
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