La Justicia ha establecido que el lugar pasa a considerarse de la expareja que permanece en él.
marca.com, 25/09/2025
Una de las dudas habituales en los procesos de separación o de divorcio tiene que ver con el hecho de que una persona abandone su casa en pleno trámite y quiera volver poco después, siendo copropietario.
El Tribunal Supremo ha sido tajante con esta duda y ha confirmado que no puede regresar al domicilio. La Justicia ha establecido que el lugar pasa a considerarse de la expareja que permanece en él, y cualquier acceso sin consentimiento puede dar lugar a un delito de allanamiento.
Esta decisión se fundamenta siguiendo el derecho a la intimidad y a la inviolabilidad del domicilio que prevalece por encima de la titularidad compartida de la vivienda.Es decir, aunque la escritura refleje que ambos miembros de la pareja son propietarios, el hecho de abandonar el inmueble convierte a quien se queda en el legítimo dueño.
Esta decisión se fundamenta siguiendo el derecho a la intimidad y a la inviolabilidad del domicilio que prevalece por encima de la titularidad compartida de la vivienda.Es decir, aunque la escritura refleje que ambos miembros de la pareja son propietarios, el hecho de abandonar el inmueble convierte a quien se queda en el legítimo dueño.
Laura Lobo, sobre dejar la vivienda en proceso de divorcio: “Esa casa se convierte en morada ajena”
La abogada Laura Lobo, especialista en derecho de familia y sucesiones, explicó recientemente que este principio puede sorprender a muchas personas que, tras dejar la vivienda, creen conservar libertad de acceso por su condición de copropietario.
La abogada Laura Lobo, especialista en derecho de familia y sucesiones, explicó recientemente que este principio puede sorprender a muchas personas que, tras dejar la vivienda, creen conservar libertad de acceso por su condición de copropietario.
Sin embargo, entrar sin permiso podría suponer algunas consecuencias penales.
“Se considera que esa casa se convierte en morada ajena”, señaló.
La clave se centra en el momento procesal. Hasta que un juez atribuya formalmente el uso de la vivienda a una de las partes, quien ya no reside en ella carece de derecho de acceso. Solo el consentimiento expreso de la expareja que permanece en la casa evitaría que el retorno se considere una intromisión ilícita.
Además, el Supremo ha dejado claro que el uso del inmueble, una vez producido el abandono, queda suspendido para el propietario que se marcha.
La clave se centra en el momento procesal. Hasta que un juez atribuya formalmente el uso de la vivienda a una de las partes, quien ya no reside en ella carece de derecho de acceso. Solo el consentimiento expreso de la expareja que permanece en la casa evitaría que el retorno se considere una intromisión ilícita.
Además, el Supremo ha dejado claro que el uso del inmueble, una vez producido el abandono, queda suspendido para el propietario que se marcha.
De este modo, se prioriza la protección del espacio vital de quien continúa en la vivienda frente a la mera condición de copropietario.
Nota: Aumentarán las denuncias falsas de violencia psicológica, ante la grave crisis inmobiliaria.


