sábado, 25 de noviembre de 2023

Madrid: Entre el Matrimonio y el Divorcio

De la boda al divorcio hay un paso: esta es la localidad madrileña donde más separaciones se producen.
Pese a no ser la Comunidad Autónoma con más demandas de separación, existe una gran diferencia entre localidades.
EPE, Madrid, 24 NOV 2023 
De la boda al divorcio hay un paso, y si no que se lo digan a Sara Montiel, que firmó los papeles del divorcio hasta en 4 ocasiones. Según el Instituto Nacional de Estadística, en el año 2020 fue la Comunidad de Madrid la región donde más casamientos tuvieron lugar con un total de 12.394 bodas en todo el año. De acuerdo a las estadísticas de hace 3 años, a Madrid le siguen de cerca Barcelona, Valencia y Alicante con 10.954, 5.279 y 3.828 enlaces matrimoniales respectivamente.

Si bien Madrid destaca como una de las provincias con mayor número de enlaces, no lo hace en lo que a divorcios se refiere, siendo la 3ª comunidad con menos demandas de disolución matrimonial. La Comunidad Autónoma con mayor tasa de demandas de divorcio por cada 100.000 habitantes a comienzos del año 2022, fue Canarias con 248,4, seguida de cerca por la Comunidad Valenciana y Baleares con 228,2 y 222,7 respectivamente.

Aranjuez, Parla, Getafe y Torrelaguna, en los extremos de la lista.
En el otro lado de la moneda se encuentran Castilla y León, con 158,4; País Vasco, con 165,8; y Extremadura, con 177,6. La Comunidad de Madrid presentó en el primer trimestre de 2021 una tasa de divorcios de 4,3 por cada 100.000 habitantes, frente al 5,4 de media nacional. Si ponemos el foco en la Comunidad de Madrid y echamos la vista atrás, es San Lorenzo del Escorial la localidad con mayor incidencia de demandas por cada 10.000 habitantes, con una tasa del 29,3%.
En los siguientes puestos se encuentran Valdemoro con un 29,2%, seguido por Aranjuez y Parla, ambos con un 27,8% de incidencia. 

En el otro extremo del ranking, los municipios en los que menos divorcios tienen lugar, se encuentran Leganés, Getafe y Torrelaguna, con tasas del 18,1%, 18,4% y 18,6% respectivamente. Tres municipios que se encuentran considerablemente por debajo de la media madrileña (21,6%) y nacional (23,3%).

jueves, 23 de noviembre de 2023

Aragón: La reforma de 2019 sobre custodias, más estética que efectiva

Los jueces siguen primando ante todo el interés del menor en los casos de divorcio.

O. Isarre, 22/11/2023 
Un cambio “más dialéctico” que práctico. Así se ha resumido este martes la reforma por la que el Gobierno de Aragón hizo, en 2019, predominante la custodia individual frente a la compartida. Y ese cambio, casi 5 años después de su entrada en vigor y vistos los resultados, es más estético que efectivo porque los jueces, “al igual que con la anterior reforma”, siguen fallando en atención al interés “mayor” del menor.

Estas han sido las conclusiones más relevantes de la sesión del Foro de Derecho Aragonés que se ha celebrado este miércoles en el Ayuntamiento oscense con la participación del presidente del TSJA, Manuel Bellido; el fiscal jefe de Huesca, Juan Baratech, y la letrada Ana María Capuz.

En declaraciones previas, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón ha explicado que la reforma de 2019 puso la custodia compartida e individual “en el mismo plano”, poniendo fin a la norma que desde 2010 primaba a la custodia compartida. Pero tanto con el cambio de 2019, como con el de 9 años antes, los jueces “atienden fundamentalmente al interés del menor”.

Teniendo en cuenta que ese debe ser el quid de la cuestión, la reforma de 2019 ha causado “pocos” cambios en el porcentaje de custodias compartidas que se establecen en un juicio.Hay que ir al caso concreto y atender al interés del menor. Creo que (la individual) sigue siendo un poco mayoritaria, pero cada vez se iguala más”, ha agregado.
Mientras, en las separaciones de mutuo acuerdo, ha añadido Bellido, “la compartida es la que más se pacta, sin lugar a dudas”.

Por su parte, el fiscal jefe ha reparado en los recursos de inconstitucionalidad contra la reforma de 2019, pero ha opinado que tienen pocos visos de prosperar, recalcando, al igual que el presidente del TSJA, que “siempre” se atienden a los informes sobre el interés del menor.

También ha coincidido la letrada Ana María Capuz, para quien “la reforma de 2019 ha tenido muy poca incidencia”. Esa norma se centró “más en la literalidad”, pero “en la práctica no hay gran diferencia porque siempre prima el interés del menor y eso se deja muy claro en la norma y en las distintas resoluciones”.

miércoles, 22 de noviembre de 2023

Parejas de convivencia mutua: ¿Qué cambia tras el “sí, quiero”?

Casarse tras años de convivencia para separarse poco tiempo después.
Chenoa y Miguel Sánchez Encinas o Lukas Gage y Chris Appleton son los últimos ejemplos de mediáticas rupturas meses después de la boda. Aunque aparentemente la relación sea la misma antes y después del enlace, este puede suponer un cambio a nivel psicológico en la pareja, dándole más formalidad a la unión

AROLA POCH, Málaga, Psicóloga, 21 nov 2023 
Convivir antes de casarse en la actualidad nos parece normal y comprensible. Divorciarse tras un matrimonio breve también lo es, compartir casa y rutinas puede resultar complicado. Pero si se juntan ambas cosas es cuando la situación confunde: si estaban conviviendo antes de la boda y no sucede algo grave, por ejemplo una infidelidad, ¿qué cambia tras la celebración? Aparentemente, se vuelve al día a día con sus ya conocidas alegrías y miserias. 
Pero hay parejas que parecen sufrir una especie de maldición del “sí, quiero”, como los recientes casos de Chenoa y Miguel Sánchez Encinas —que se han separado 1 año y medio después de casarse— o del actor Lukas Gage y Chris Appleton, el peluquero de Kim Kardashian, que han anunciado separación a los 6 meses de su enlace en Las Vegas (con actuación privada de Shania Twain incluida).

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en el año 2022 hubo 81.302 casos de nulidad, separación y divorcio en España. De estos, 2.032 (un 2,5%) se produjeron después de menos de 2 años de matrimonio. Si bien no se sabe cuántos de estos ya convivían antes de la boda, esta es una opción cada vez más popular según se recoge en el estudio Pareja y familia en el horizonte vital de las nuevas generaciones, de la Universidad Autónoma de Madrid, en el que un 45% de las personas encuestadas declaraban que les gustaría casarse pero habiendo convivido antes para probar si funciona o no la relación.

El acto de contraer matrimonio puede ser una ceremonia escogida en libertad, con amor e ilusión por ambos cónyuges, ser algo impulsado por una sola parte o un día al que se llega por presiones familiares. Quizás algo de esto hay en estas parejas que se separan rápidamente tras la boda
Susana Ivorra, psicóloga especializada en relaciones sentimentales, apunta algunos motivos en este sentido: “Hay parejas (ambas partes o una de ellas) que ven el acto de casarse (la ceremonia, la fiesta, el viaje) como una ilusión o proyecto para revitalizar una relación en crisis, o para ver que hay un compromiso que en realidad no sienten, como si trataran de convencerse de que todo marcha bien, que todo progresa, que la relación sigue su curso”. Con lo que convivir antes serviría, efectivamente, para ver si la relación funciona. Pero cuando no lo hace, el matrimonio quizás no sería la solución. Como tampoco sería tener hijos.

Aunque aparentemente la relación sea la misma antes y después del “sí, quiero”, este acto puede suponer un cambio a nivel psicológico en la pareja, dándole más formalidad o compromiso a la unión. Algo que puede tener consecuencias negativas, en tanto a lo que se podía considerar algo más o menos temporal se convierte en un proyecto de vida juntos ya oficial. Y aunque no tenga un motivo lógico, sí puede reflejarse en un cambio de actitud que afecte a esa pareja a la que, en principio, le iban las cosas bien.

Pero la oficialidad también puede tener consecuencias positivas, como comentó Noah en un foro de internet sobre bodas: “Ayer hicimos nuestro 1ºr mes de casados. Llevamos 2 años viviendo juntos, así que pensábamos que no iba a cambiar nada, en el fondo nuestro día a día sería igual... ¡Pues no! Estamos más unidos que nunca, más cariñosos, tenemos muchísima más confianza el uno en el otro... Emocionalmente, sí hemos notado un gran cambio. Me siento mucho más unida a él y siento que nuestro amor ha crecido”. Tras su mensaje, recibió numerosas respuestas confirmando experiencias similares, algunas felizmente extrañadas, ya que no esperaban ningún cambio significativo tras simplemente una boda.

En estos casos no hay un motivo claro de por qué el matrimonio puede afectar más allá de la valoración que haga la propia pareja. “El nivel de compromiso no es mayor en sí en el matrimonio que en la convivencia hoy, porque es tan fácil o tan difícil separarse como matrimonio que como pareja que convive. Hay parejas que no se casan nunca y viven su compromiso de manera más consciente que por el mero hecho de estar casados. Nos deberíamos elegir cada día de nuestra relación, independientemente de los papeles firmados”, comenta la psicóloga y terapeuta de parejas.

Convivir o no convivir antes del matrimonio, ¿es esa la cuestión?
Un estudio del Institute for Family Studies, publicado el pasado mes de abril, aportó una información que puede resultar sorprendente: vivir juntos antes del matrimonio incrementa el riesgo de divorcio. En concreto, según sus datos, un 34% de matrimonios que habían cohabitado antes acababan en divorcio, frente a un 23% de los que habían empezado a vivir tras casarse. Esto contradice la creencia popular de que convivir previamente sirve para calibrar la compatibilidad en la trastienda de la vida.

Afinando un poco más, el estudio de Cohabitation Experience and Cohabitation’s Association With Marital Dissolution llegó a la conclusión de que las parejas que conviven antes del matrimonio tienen una tasa de disolución menor en el 1º año de casados que aquellas que no conviven. Pero también encontraron relación entre el divorcio y la convivencia a más largo plazo, con lo que los resultados de la investigación apuntaban a que convivir previamente tiene beneficios a corto plazo y costos a largo plazo para la estabilidad matrimonial. Cabe recordar que el hecho de que 2 cosas sucedan juntas no implica necesariamente una relación causa-efecto.

Aunque la cosa no acaba ahí. Un análisis más completo de los estudios realizados sobre la relación entre la convivencia prematrimonial y el divorcio ponía en duda estos hallazgos. En el artículo Cohabitation and Marital Dissolution: A Comment on Rosenfeld and Roesler (2019) se critican los métodos utilizados en el estudio anteriormente citado y señalan que “la convivencia antes del matrimonio no está asociada con la inestabilidad matrimonial”. 
A la misma idea final se llegó en el estudio Premarital Cohabitation and Marital Dissolution: An Examination of Recent Marriages.

Ante conclusiones opuestas, se puede tirar de sentido común. Por un lado, en una separación van a influir seguramente diversos factores y, por otro, cohabitar previamente es la mejor forma de comprobar si hay entendimiento en el día a día. Tal como comenta la psicóloga y terapeuta de parejas Susana Ivorra, “si quieres conocer bien a una persona; con sus manías, sus costumbres, te puedes hacer una idea yendo a su casa de vez en cuando. Pero hasta que no convives en el día a día, con la rutina, las obligaciones, es difícil conocerla en profundidad. Nunca te van a encajar a la perfección las costumbres de otra persona y menos si ya te has hecho mucho a las tuyas propias. Ese no es el objetivo, pero sí que haya cierta afinidad”.

Decirse el “sí, quiero” tras convivir en realidad no cambia nada, pero parece que puede cambiarlo todo
Al final va a ser cierto que lo que une más y más fuerte es la hipoteca a 35 años.

lunes, 20 de noviembre de 2023

Día universal del niño: ¿Qué derechos tienen los hijos de padres separados?

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Juan García Garrido, Madrid, 20/11/2023
Hay leyes específicas destinadas a proteger el bienestar de los hijos: Derecho a la guarda y custodia, a pensión de alimentos, a régimen de visitas y más...
La separación o el divorcio de una pareja con hijos nunca resulta ser un asunto sencillo, y puede desencadenar una tormenta emocional tanto para los adultos como para los niños involucrados en la situación. 
En el reino de la incertidumbre que a menudo acompaña a estas situaciones, España, al igual que muchos otros países, tiene leyes específicas destinadas a proteger el bienestar de los hijos. Es importante conocer los derechos que amparan a los hijos de padres separados en España, arrojando así algo de luz en un terreno que, a menudo, se torna confuso y altamente emocional.

Los derechos de los hijos tras la separación:
Derecho a la guarda y custodia
La custodia de los hijos es un asunto primordial en cualquier proceso de separación o divorcio. En España, la custodia puede ser otorgada a uno de los padres o ser compartida entre ambos. La determinación de la custodia se basa en una serie de factores, incluyendo el bienestar del niño, la capacidad de cada padre para proporcionar un ambiente estable, y las preferencias del niño, si es lo suficientemente mayor para expresarlas. 
La custodia compartida permite a ambos padres tener una participación activa en la vida de sus hijos, aunque estén separados.

Derecho a pensión de alimentos
La pensión de alimentos es un derecho crucial que asegura que los hijos reciban el sustento necesario para su vida diaria, independientemente de la situación de sus padres. El progenitor que no tiene la custodia está generalmente obligado a proporcionar una pensión de alimentos que contribuya a cubrir los gastos del niño, como alimentación, educación, y salud.

Esta pensión se calcula teniendo en cuenta los ingresos de ambos padres y las necesidades del niño, y se mantiene hasta que el hijo deja los estudios y obtiene la independencia económica. Hay que resaltar que a partir de que el hijo cumpla la mayoría de edad será este quien reciba y administre la pensión de alimentos.

Derecho al régimen de visitas
Mantener una relación con ambos padres es esencial para el desarrollo emocional de los hijos. El régimen de visitas permite al progenitor no custodio pasar tiempo con sus hijos, fortaleciendo así el vínculo afectivo. Los detalles del régimen de visitas, incluyendo tanto la frecuencia, como la duración de las visitas, se establecen de antemano con el objetivo de beneficiar al niño y contribuir a mantener una relación saludable con ambos padres.

Derecho a la información
Los hijos tienen derecho a recibir información sobre las decisiones importantes que afecten a su vida, presentada de una manera que puedan comprender. 
También tienen el derecho de ser escuchados en los procedimientos judiciales que les afecten, permitiendo que su voz sea considerada en decisiones cruciales.

Derecho a la protección
La protección contra cualquier forma de violencia, abuso o negligencia es un derecho fundamental de los hijos. En casos donde se sospeche o se confirme cualquier tipo de maltrato, las autoridades competentes deben intervenir para asegurar la protección y el bienestar del menor.

Aspectos psicológicos y emocionales
La separación de los padres puede ser una experiencia traumática también para los hijos. Los efectos psicológicos y emocionales pueden llegar a ser considerables, y los niños tienen derecho a recibir apoyo psicológico para aprender a navegar por este período desafiante de su vida, y entender las razones y consecuencias de esta situación que están viviendo.

Buscando el bienestar de los hijos
Los derechos de los hijos en el contexto de una separación o divorcio en España están diseñados para garantizar su bienestar, seguridad y desarrollo integral. Comprender estos derechos es esencial para proporcionar un entorno que apoye el crecimiento saludable y la estabilidad emocional de los hijos en medio de las turbulencias que pueden surgir durante este período difícil.

domingo, 19 de noviembre de 2023

Las 5 razones por las que aguantan las parejas a pesar de no estar enamoradas

Hay motivos que saltan a la vista por los que una unión monógama sigue empeñándose en continuar cuando todo está en su contra, hasta ellos mismos. 
Si te sientes reconocido, replantéate tu relación
ACyV, 15/11/2023 
Todo tiene una fecha de caducidad, también el amor. 
A veces, ese final llega más pronto de lo esperado, pero normalmente se puede intuir a través de pequeñas señales. Puede que a 1 de los 2 se le agote antes la pasión o que busque con ansia los brazos de otra persona, lo que puede derivar en una infidelidad. 
Sea como sea, hay muchos motivos por los que las parejas rompen, al igual que otros tantos por los que siguen cuando en realidad deberían abandonar.

Es triste poner fin a una relación y, por ello, muchas uniones caen en una especie de autoengaño compartido. Al final, es muy cómodo tener ahí ese soporte emocional (y en ocasiones económico), por lo que la idea de tener que enfrentarte de nuevo a toda tu vida tú solo se puede antojar difícil. 
Entonces aparecen las excusas para no dejarlo. Y, si estas son lo suficientemente sólidas, puede darse el caso de caer en una especie de idealización absurda de la otra persona que hace que uno se enamore de una persona completamente distinta a la que es o era en realidad. Aquí van algunas de las razones, recopiladas por la revista Best Life, por las que ciertos vínculos no se rompen, sea por comodidad, autoengaño o sentimientos mucho más profundos.

Te sientes culpable
La razón más común por la que aguantan ciertas parejas pese a todo. La sola idea de dejar a la otra persona bloquea al individuo, pues sabe que se lo tomaría tan mal que no podría dejarla así como así. Pero el amor no debe prevalecer a costa de la lástima. "Sentirse culpable por querer cortar al sentir que debes algo a tu pareja es un mal motivo por el que seguir", asegura Adrich Chan, psicólogo estadounidense. "Lo importante es priorizar la propia felicidad y el bienestar". 
Además, si tan culpable te sientes, piensa la situación desde el punto de vista del otro: está contigo porque sabe que no soportarías la idea de pertenecer a su lado.

Sientes presión social por seguir
Una pareja no solo es una relación de 2, sino que también entran en juego otras personas. Por ello, es posible que retrocedáis ante la posibilidad de dejarlo debido al qué dirán de amigos en común o familiares
"Decidir continuar por presiones externas, como las expectativas familiares o el miedo a ser juzgados, no es nada sano para la relación", sostiene Chan. 
"Vuestra unión debe estar basada en sentimientos propios y el deseo de querer proseguir, no lo que piensen los demás".

Por miedo a la soledad
Otro de los motivos más comunes por el que 2 personas pueden continuar en una relación amorosa cuando en realidad estarían mejor separadas. El hecho de no poder tolerar la soledad, sobre todo si hace mucho tiempo que no has experimentado la soltería, puede hacer que sigas en una relación de lo más tóxica debido a tu imperiosa necesidad de permanecer al lado del otro a toda costa, es decir, a pesar de todo lo malo que suceda entre vosotros. Antes de buscar compañía, asegúrate de estar plenamente a gusto y satisfecho contigo mismo.

Tienes miedo al cambio
"El cambio puede intimidar, y algunas personas pueden acabar permaneciendo en una relación simplemente porque temen a lo desconocido", asegura Chan. 
En este sentido, es algo similar a cuando estás en un mal trabajo, pero no lo dejas porque temes que la alternativa sea peor. 
Como dice el refrán, "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer". 
Sin embargo, este no es un buen pretexto para continuar en una relación de pareja. Revisa tus prioridades en la vida y lo que buscas en otras personas para dilucidar si realmente quieres continuar o buscar la felicidad en otro lugar.

Dependes económicamente de él o ella
A las relaciones amorosas muchas veces les unen otros motivos que no son del todo emocionales, sino también económicos. Un alquiler, un negocio juntos o simplemente el hecho de no poder ganarte la vida por ti mismo. 
Estas son razones de peso que pueden evitar que la decisión de despediros de mutuo acuerdo se dilate en el tiempo. "Es necesario buscar la independencia financiera para poder apostar por relaciones donde lo emocional prevalezca sobre lo económico", recalca el experto. Al igual que ocurre con la soledad, si no puedes mantenerte por ti mismo, mejor revisa 1º ese apartado de tu vida antes que seguir en una relación solamente por una cuestión de subsistencia material.

Divorcio: Que es el Proindiviso de la vivienda que fue familiar.

Qué es un proindiviso, cómo venderlo y cómo se disuelve.
Existen múltiples opciones para tener en propiedad un inmueble y una de ellas es el proindiviso. Pero ¿qué significa?
Vera de Benito, 18 Noviembre 2023, 
Un proindiviso es una situación legal en la que 2 o más personas comparten la propiedad de un bien, en este caso una vivienda.
En esta ocasión, exploraremos qué implica tener un proindiviso, cómo es posible vender esta forma de propiedad compartida y cuáles son los procesos legales que permiten su disolución. A lo largo de este análisis, descubriremos los desafíos y consideraciones clave que involucran a los copropietarios en esta situación y las opciones disponibles para gestionar eficazmente un proindiviso.


¿Qué es una propiedad proindiviso?
Un proindiviso es una situación jurídica que se produce cuando un bien o un derecho pertenece a varias personas al mismo tiempo, sin que exista una división física o material del mismo.
Por ejemplo, si 2 hermanos heredan una casa de sus padres, ambos son copropietarios de la casa en proindiviso, es decir, comparten la propiedad de la casa en una proporción abstracta o ideal, pero no tienen asignada una parte concreta de la misma.

El proindiviso puede originarse por diversos motivos, como la compra conjunta de un bien, la donación o la herencia. Esta situación implica que los copropietarios tienen derechos y obligaciones sobre el bien o el derecho común, como el uso, el disfrute, la conservación, la administración o la defensa en juicio.
Sin embargo, también supone ciertas limitaciones, como la necesidad de contar con el consentimiento de todos los copropietarios para realizar actos de disposición (venta, donación, etc.) o para modificar el bien.

Proindiviso de nuda propiedad y usufructo
El proindiviso es una situación jurídica en la que varias personas comparten la propiedad de un bien o un derecho sin que se pueda determinar la parte exacta que corresponde a cada una. Asimismo, en el caso de la nuda propiedad, es el derecho de ser dueño de un bien, pero sin poder usarlo ni disfrutarlo.

Por su parte, el usufructo es el derecho de uso y disfrute de un bien que pertenece a otra persona, el nudo propietario.
Por ejemplo, si una persona le deja en testamento la nuda propiedad de su casa a su hijo y el usufructo a su cónyuge, el hijo será el nudo propietario y el cónyuge el usufructuario.

¿Existe proindiviso entre nudo propietario y usufructuario?
No, no existe el proindiviso entre el nudo propietario y el usufructuario, ya que son derechos distintos que no implican una copropiedad. 
El nudo propietario y el usufructuario no comparten la propiedad del bien, sino que tienen derechos diferentes sobre él.

Lo que sí puede ocurrir es que haya proindiviso entre varios nudos propietarios o entre varios usufructuarios. Por ejemplo, si una persona le deja en testamento la nuda propiedad de su casa a sus 3 hijos y el usufructo a su cónyuge y a su hermano, habrá proindiviso entre los 3 hijos (nudos propietarios) y entre el cónyuge y el hermano (usufructuarios).

¿Cómo quitar el proindiviso?
La ley reconoce el derecho de cualquiera de los copropietarios a pedir que se acabe con el proindiviso y se reparta el bien o el derecho entre ellos. 
Así, nadie está obligado a seguir siendo copropietario y puede reclamar su parte correspondiente. Una vez que se disuelve el proindiviso, cada propietario tiene plena libertad sobre su parte.

Hay varias formas de acabar con el proindiviso, según las circunstancias: 
* Consolidación: Se produce cuando uno de los copropietarios compra las partes de
   los demás o cuando todos venden sus partes a un tercero.
* Pérdida o destrucción del bien o del derecho
* Renuncia de los copropietarios al bien o al derecho
* División del bien o del derecho
* Proindiviso de bienes divisibles

El método para disolver el proindiviso depende de si el bien o el derecho es divisible o no.
Si es divisible, basta con dividir el dinero o la finca entre los copropietarios según su porcentaje de propiedad. Si el bien o el derecho se puede dividir sin perder su valor, el proindiviso se puede disolver fácilmente. 
Si no existiera acuerdo entre los copropietarios, los que quieran disolverlo podrían acudir al juez para que efectúe la división.

Proindiviso de bienes indivisibles
En el caso de que el proindiviso sea indivisible, la situación se complica, ya que, si lo dividimos, dejará de ser útil y perderá su valor. En este caso, la única solución para disolver el proindiviso es vender el bien o el derecho, ya sea a un tercero o a uno de los copropietarios. Si tampoco hay acuerdo entre las partes, habrá que recurrir a la justicia para que el juez ordene la subasta judicial.

Aunque el resultado sería el mismo que si se vendiera el bien o el derecho a un tercero, recuerda que en las subastas el precio suele ser mucho menor que el del mercado, por lo que la opción más rentable sería intentar llegar a un acuerdo previo entre todos los copropietarios.

Cómo vender un proindiviso
Para vender un proindiviso, existen varias opciones según el grado de acuerdo entre los copropietarios y la naturaleza del bien. Algunas de las opciones más habituales son:
* Vender el bien a un tercero y repartir el precio según la cuota de cada
   copropietario. Esta opción requiere el consentimiento de todos los copropietarios y suele ser la más sencilla cuando el bien es indivisible, como una casa o un piso.
* Que uno de los copropietarios compre la parte de otro u otros copropietarios
  Esto implica una compensación económica entre los copropietarios y puede
  realizarse mediante un acuerdo privado o una escritura pública.
* Disolver el proindiviso dividiendo el bien en partes iguales y adjudicando cada parte
  a cada copropietario. Esta opción solo es posible cuando el bien es divisible, como
  una finca o un terreno. 
  Si el bien no es divisible, se puede recurrir a la subasta pactada o judicial.
* Acudir a una empresa especializada en la compra de proindivisos
  Puede ser una alternativa rápida y sin comisiones, pero implica vender el bien por
  debajo de su valor de mercado.
* Solicitar una conciliación o una demanda judicial para la división de la cosa común.
  Esta opción es la última instancia cuando no hay acuerdo entre los copropietarios y
  se quiere poner fin al proindiviso. El procedimiento puede ser largo, costoso y
  puede terminar con la venta forzosa del bien.

Derechos del copropietario de un bien proindiviso
Un copropietario de un bien proindiviso es aquel que tiene una parte proporcional de un bien que no está dividido materialmente, es decir, que comparte la propiedad con otros copropietarios sin que exista una delimitación física de su cuota.

Los derechos del copropietario de un bien proindiviso son los siguientes:
* Derecho a usar y disfrutar del bien común, siempre que no impida el uso y disfrute
  de los demás copropietarios
* Derecho a participar en los beneficios y cargas del bien común, según su cuota de
  participación
* Derecho a pedir la división del bien común, salvo que exista un pacto de indivisión
  o una prohibición legal. La división puede ser material, si el bien es susceptible de
  ello, o por venta y reparto del precio.
* Derecho a enajenar o transmitir su cuota de participación, ya sea por actos inter
  vivos (como venta, donación o permuta) o por causa de muerte (como herencia o
  legado). Sin embargo, los demás copropietarios tienen derecho de adquisición
  preferente, es decir, pueden comprar la cuota del copropietario que quiere venderla
  antes que un tercero.

¿Qué diferencia hay entre indiviso y proindiviso?
El término indiviso se refiere a una situación en la que una cosa o un derecho pertenece a varias personas, sin que exista una división material o jurídica de la misma. Por ejemplo, si 2 hermanos heredan una casa de sus padres, la casa es indivisa hasta que se reparta entre ellos. 
El indiviso implica que los copropietarios tienen una cuota ideal o abstracta sobre la cosa o el derecho, pero no un dominio exclusivo sobre una parte concreta.

Por otra parte, el término proindiviso, se utiliza para designar la cuota o porcentaje que corresponde a cada copropietario sobre la cosa o el derecho indiviso. 
Por ejemplo, si los 2 hermanos anteriores heredan la casa por partes iguales, cada uno tiene un proindiviso del 50% sobre la casa. 
En definitiva, el proindiviso representa el valor económico de la participación de cada copropietario y puede ser objeto de transmisión, cesión o gravamen.

La diferencia entre indiviso y proindiviso es que el 1º se refiere a la cosa o el derecho en sí mismo, mientras que el 2º se refiere a la parte proporcional que le corresponde a cada copropietario. El indiviso es una situación jurídica que implica una comunidad de bienes o derechos, mientras que el proindiviso es una medida del interés económico de cada copropietario sobre el bien o derecho común.

Ventajas e inconvenientes del proindiviso
El proindiviso puede tener ciertos beneficios e inconvenientes, dependiendo de la situación y el objetivo de los copropietarios. Entre sus ventajas destacan:
* Permite acceder a propiedades más costosas o de mayor valor al compartir los
  gastos y las responsabilidades con otros copropietarios.
* Ofrece flexibilidad en la venta, ya que cada copropietario puede vender su parte sin
  necesidad de vender todo el bien siempre que respete el derecho de preferencia de
  los demás.
* Facilita la herencia al evitar la necesidad de vender el bien para repartir el
  patrimonio entre los herederos.
* Protege ante posibles embargos al no estar el bien a nombre de una sola persona.
* Diversifica la inversión al permitir participar en un proyecto conjunto sin asumir todo
  el riesgo y los costos.

Sin embargo, también puede tener desventajas, especialmente si hay conflictos o desacuerdos entre los copropietarios:
Implica una falta de control sobre el bien, ya que se necesita el consentimiento de
  todos los copropietarios para tomar decisiones sobre su uso, gestión o disposición.
* Implica una responsabilidad conjunta sobre el bien, pues cada copropietario
  responde por las deudas y obligaciones relacionadas con el bien en su totalidad.
* Implica limitaciones en la disposición del bien, ya que se requiere el acuerdo de
  todos los copropietarios para vender, donar o transmitir el bien a un tercero.
* Implica dificultades para dividir el uso del bien si este no puede ser dividido
  físicamente (como una casa), lo que puede generar problemas de convivencia o 
  disfrute.

Casos más frecuentes de proindiviso
Los casos más frecuentes de proindiviso se dan por las siguientes razones:
* Por herencia: Cuando se recibe una parte de un bien o un derecho que pertenecía
  a una persona fallecida, junto con otros herederos.
* Por matrimonio o pareja: Cuando se adquiere un bien o un derecho en común con
  el cónyuge o la pareja y luego se produce una separación o divorcio.
* Por decisión voluntaria: Cuando se compra o se crea un bien o un derecho en
  conjunto con otras personas, por ejemplo, una sociedad o una comunidad de
  bienes.