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INVESTIGACIÓN ANTE LA GENEROSIDAD DEL ACTOR FRANCÉS CON SU PAREJA
La policía cree que la novia de Jean Paul Belmondo abusa de él
Domingo, 11 de julio del 2010.ELIANNE ROS / PARÍS
En su vasta carrera, Jean Paul Belmondo ha interpretado muchas veces los papeles de policía y de ladrón.
Pero en la vida real podría estar en la piel de la víctima.
Al menos eso cree la policía, que ha abierto una investigación para averiguar si la despampanante compañera de la vieja gloria del cine francés, Barbara Gandolfi, de 35 años, abusa de la generosidad del actor, de 77.
Pese a la existencia de unas grabaciones clandestinas de contenido «abrumador», según los investigadores, sobre las intenciones de la neumática mujer de negocios belga, Belmondo se aferra a la vitalidad que le insufla su última conquista.
«Podría ser mi elección, y mi derecho, vivir con una mujer deshonesta. Eso solo sería de mi incumbencia y solo concernería a mi responsabilidad. Yo sé lo que me aporta. Barbara tiene toda mi confianza», ha declarado el actor a París Match a la espera de las conclusiones de la investigación.
De hecho, la policía belga y la francesa rastrean desde hace 6 años las operaciones financieras de Gandolfi y su exmarido Fréderic Vanderwilt, cuyo elevado tren de vida levanta suspicacias.
Aunque se han divorciado, ambos siguen trabajando juntos en la gestión de 14 sociedades con sede en Bélgica y Dubai, la mayoría clubs nocturnos.
La investigación se abrió por presunto blanqueo de dinero.
SEGUNDA JUVENTUD.
Entre tanto, en el 2008, Barbara conoció a Belmondo en un restaurante italiano de Antibes, en la costa azul.
Bebel, como le llaman sus amigos, acababa de pasar por el difícil divorcio de su última esposa, Natty, madre de su hija Stella, de 6 años.
También acarreaba las secuelas del accidente vascular que sufrió hace 9 años y que le paralizó una parte del cuerpo.
Barbara le devolvió las ganas de vivir.
Una «segunda juventud», como dice la sexi exconcursante del programa de telerrealidad La isla de la tentación.
«Gracias a mí, Jean Paul está más gallardo», afirma sin recato.
Y, a tenor de la investigación, menos rico.
El pasado 22 de junio, Belmondo fue interrogado por la policía en su domicilio de París.
Durante 3 horas, fue preguntado por la entrega a Barbara de dinero y de adquisiciones inmobiliarias.
Aunque no se trata de cantidades tan astronómicas como las que ha recibido el fotógrafo François-Marie Banier de Liliane Bettencourt, la heredera de L'Oreal, el pellizco asciende a 200.000 euros.
Después de que Barbara devolviera el dinero, su abogado denuncia una «caza de brujas».
No es el único episodio insólito que ha rodeado al protagonista de Al final de la escapada.
El pasado 15 de junio, mientras asistía con Gandolfi a la fiesta de cumpleaños de Johnny Hallyday, su vivienda parisina fue saqueada.
La policía cree que el asaltante está relacionado con el entorno del actor.
«No soy la única que tiene las llaves», se defendió Barbara.
Para la antigua chica playboy, los 42 años que le saca Belmondo no suponen inconveniente alguno.
«Su carisma me hace olvidar la diferencia de edad», sostiene.
«Jean Paul y yo tenemos una relación amorosa atípica. Una amistad intensa y especial», apostilla. Madre de 2 niñas de 6 y 3 años, Gandolfi mantiene su residencia en la ciudad belga de Ostende, pero se ve a menudo con su novio, con quien viaja y pasa las vacaciones.
«No va a ninguna parte sin mí», subraya.
Esto envenena la relación de Belmondo con su exmujer, quien se niega a que su hija comparta techo con Barbara.
Sin embargo, pese a las advertencias de la policía, el actor que tantas veces ha hecho de caradura en el cine prefiere dejarse mimar por la escultural belga.
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