lunes, 12 de julio de 2010

Padres Divorciados a favor de la Custodia Compartida

Primero fue Aragón y unos días más tarde, Cataluña.
Las 2 comunidades acaban de aprobar sendas leyes por la igualdad en las relaciones familiares ante un divorcio en las que la custodia compartida se ha convertido en la opción preferente.
En Andalucía, que no tiene el derecho civil transferido, es imposible plantear una reforma similar sin que la ley cambie a nivel nacional.

Pero el debate sobre la idoneidad de esta opción se ha extendido a todo el país, donde diversos colectivos piden una revisión del Código Civil.
«La sociedad ha cambiado, pero la ley evoluciona a paso de tortuga en los casos de divorcio y en la mayoría de los casos es la mujer la que se queda con los hijos, la casa y la pensión para la manutención», señala Manuel Falcón, presidente de la Asociación Mixta de Separados y Divorciados Canaletas.

Falcón señala que antes, cuando en la familia el padre era el que trabajaba fuera de casa y la madre se encargaba del cuidado de los hijos, la prioridad de conceder la tutela a la madre podía ser comprensible, pero que hoy en día la rigidez de la ley queda desfasada.

Gabriela Domingo, presidenta de la Asociación de Abogados de Familia, cree que no se trata de imponer la custodia compartida como opción preferente sino de flexibilizar la ley para que pueda hacerse un reparto de tiempo entre los padres hecho a medida para cada familia.
«Lo importante es recuperar la paz en los hogares y que el padre no sea un mero visitante al que ve cada quince días y que lleva al niño a comer una hamburguesa, lo que llamamos el papá McDonald's, sino alguien que participe en la educación de su hijo», dice.

Pilar Oriente, directora del Instituto Andaluz de la Mujer en Málaga también apuesta por esta opción, siempre que la relación de los padres tras la ruptura sea cordial.
«Si queremos conseguir la corresponsabilidad en la pareja, también debemos fomentarla cuando se rompe», señala.
Pero no cree que la medida para ello sea cambiar una ley en la que, indica, caben todos y que permite buscar la solución adecuada para cada caso.
Oriente apuesta más por la prevención y por aprender a divorciarse de forma civilizada.
Aunque hay casos en los que Oriente indica que la tutela conjunta debe descartarse de plano, como en todos los que haya violencia de género.

Tal y como está actualmente la ley, conseguir un reparto equilibrado depende demasiado de la buena voluntad de los padres.
Según fuentes de los juzgados de familia, el nº de parejas con un acuerdo previo de reparto de cuidado de los hijos ha crecido un 20%. Pero aún son una minoría.
«Por la vía contenciosa, es muy difícil conseguir una tutela compartida, aunque ha crecido el número de padres que la pide en contra del criterio de su ex esposa», dice Domingo.

Sin embargo, en estos casos, las sentencias terminan otorgando el cuidado a la mujer porque en la mayoría de las ocasiones han sido las que han venido ocupándose de los hijos en el matrimonio. En más del 90% de los divorcios es la madre la que se queda con los menores, aunque Domingo calcula que la custodia compartida podría aplicarse en la mitad de las separaciones.

«Hay que pensar en lo mejor para el niño, y la custodia compartida sin mutuo acuerdo puede convertir a los menores en arma arrojadiza en la guerra entre los padres», dice Oriente.
Además, señala que también hay que escuchar al niño, sobre todo cuando llega a la adolescencia, porque entonces «vivir a caballo entre 2 casas puede afectar a su estabilidad y sus estudios».

Aunque Francisco Becerra, presidente de la Asociación SOS Papá-Mamá, cree que los 'niños-mochila' no son exclusivos de la custodia compartida.
«Hoy por hoy, con los padres trabajando, están más que acostumbrados a ir con sus cosas a cuestas de casa de una abuela a otra», opina.

Vivienda familiar
La nueva ley aragonesa señala que la custodia compartida será preferente «siempre que se pueda», y que la vivienda familiar pasará a ser habitada por «quien tenga más dificultades para reubicarse».
Una decisión arriesgada, porque la cuestión de quién se quedaba la casa está muy ligada a quién tiene a los hijos.
«Hay que desterrar el binomio niño-ladrillo; además, en los juzgados se ve perfectamente qué padres han estado implicados desde el primer momento en la crianza de los hijos y cuáles no», dice Domingo.

«Es absurdo que un padre pida la custodia para evitar pagar una pensión, al igual que es inconcebible que una madre quiera a toda costa quedarse a los hijos para tener la casa y la vida resuelta; los que luchan por la tutela de los niños saben que adquieren más obligaciones que derechos, pero les compensa», señala Francisco Becerra, que en 2 años ha asesorado a unos 300 padres que se han planteado esta alternativa.
Becerra no tiene dudas: para los hijos, poder contar con sus padres no tiene precio.

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