El Papa
ha señalado confiado que el problema de las personas divorciadas y
vueltas a casar es "uno de los grandes sufrimientos de la Iglesia" y que
no existen "recetas simples" durante la 'fiesta de las testimonianzas'
del VIIº Encuentro Mundial de las Familias el sábado 2 de junio por la
noche en el parque norte de Milán en el aeropuerto de Bresso.
Durante la fiesta el Papa ha escuchado los testimonios de una familia de Vietnam, una de Grecia, una de Estados Unidos, una pareja de novios de Madagascar y una pareja de esposos de Brasil.
Así,
en un clima familiar, el Papa ha dirigido sus palabras sin leer ningún
discurso, al inicio, ha confiado cómo vivió en su niñez el domingo junto
a su familia y ha resaltado que cuando piensa al paraíso piensa que
será volver a casa con la alegría de su niñez en familia.
Por otra
parte, ha afrontado el tema de las personas divorciadas y vueltas a
casar y ha resaltado que "el sufrimiento es grande" por lo que se puede
apoyar a las parroquias y a las personas singularmente para "ayudar a
estas personas a soportar el sufrimiento del divorcio".
El
Papa ha señalado que es muy importante "la prevención" es decir
"profundizar desde el inicio del enamoramiento en una decisión profunda,
madura, también el acompañamiento durante el matrimonio, de modo que
las familias no estén nunca solas y sean realmente acompañadas en su
camino".
Sin embargo, ha recalcado que la "Iglesia las ama, pero
que ellas deben ver y sentir este amor", por lo que ha resaltado la
importante tarea de las parroquias y comunidades católicas, para
"realmente hacer lo posible para que se sientan amadas, aceptadas" y que
no están 'fuera' a pesar de no poder recibir la confesión y eucaristía.
Asimismo,
el Pontífice ha subrayado la importancia de tener un contacto
permanente con un sacerdote, un guía del alma, para que "puedan ver que
están acompañados, guiados" y que en la Eucaristía "pueden ser
espiritualmente unidos a Cristo".
Benedicto XVI ha invitado a
encontrar "la posibilidad de vivir una vida de fe con la Palabra de
Dios, con la comunión de la Iglesia" para que puedan ver su sufrimiento
"no sólo como un tormento físico y psíquico" sino también al ser
aceptado "es un don para la Iglesia".
Al finalizar, el Papa se ha dirigido nuevamente a las víctimas de los terremotos en el norte de Italia,
ha afirmado "sentir profundamente su dolor y su sufrimiento" y ha
añadido que "sobretodo reza cada día para que finalmente termine este
terremoto", así como les ha asegurado "que no se olvidan de ellos" y ha
confirmado el deseo de colaborar para ayudarlos por parte de Caritas,
todas las organizaciones de la Iglesia, el Estado y las diversas
comunidades.
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