MADRIDla informacion.com/, 21/05/2012 (EUROPA PRESS)
Parece
que en el caso de la popular copresentadora del programa de Telecinco,
'Sálvame', a la enésima vez, va la vencida.
Belén Esteban acaba de
firmar los papeles del divorcio de su marido Fran Álvarez tras numerosas
separaciones en los últimos años.
Ha sido la propia princesa del
pueblo quien, sin perder en ningún momento la sonrisa, ha confirmado la
noticia a Europa Press a la salida de su casa en Paracuellos del Jarama (Madrid) cuando se dirigía, como cada día, a su trabajo.
Belén
Esteban se encontraba acompañada por su representante, Toño Sanchis,
cuando anunciaba lo que ya es un hecho: su divorcio del popular camarero
de San Blas.
La que fuera novia de Jesulín de Ubrique, con quien
comparte una hija de 13 años, Andrea, no ha tenido reparos en anunciar
la triste noticia.
Un divorcio que llega, para muchos, después de
demasiadas televisivas idas y venidas.
A pesar de la triste noticia, Belén Esteban ha querido dejar claro que se encuentra bien en estos momentos tan duros.
Un
divorcio que llega tras 4 años de matrimonio y tras darse el sí
quiero en el año 2008 en una ceremonia a la que acudieron decenas de
caras conocidas.
Casi un lustro en el que las continuas separaciones y
amenazas de divorcio han sido el pan de cada día de Belén Esteban y Fran
Álvarez.
Millones de espectadores han sido testigos de las mil y
una desavenencias de la siempre mediática pareja.
La última, el otoño
pasado, cuando la propia Belén confirmaba que Fran Álvarez la había
abandonado tras los rumores de una posible infidelidad del camarero con
una misteriosa rubia.
Tanto es así que la copresentadora tomó la
decisión de quitarse su alianza de matrimonio durante unos días.
Poco
duró la angustia, a las pocas semanas, seguidores y detractores de la
Esteban fueron testigos de su nueva y convincente reconciliación con
Fran Álvarez.
Sin embargo, meses después de aquel perdón, la pareja ha
firmado los papeles del divorcio. Ya no hay esperanza para una segunda
(o décima) oportunidad.
Crónica de una muerte anunciada.
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