La Audiencia de Valladolid celebra la vista de apelación del exjuez decano Rodríguez Carretero
El exjuez, a la derecha, junto a su letrado defensor el día del juicio.
La Sección IVª de lo Penal escuchará exclusivamente al condenado respecto del incidente mantenido con sus hijos
la vanguardia.comVALLADOLID, 4 ,Junio 2012 (EUROPA PRESS)
La vista de apelación para resolver los
recursos contra la sentencia que condenó al que fuera decano de los
jueces vallisoletanos entre 2001 y 2002, José Alberto Rodríguez
Carretero, a una pena de 1 año y 3 meses de cárcel y al pago de un
multa de 540 euros como autor de un delito de amenazas y una falta de
lesiones sobre sus hijos José Alberto y Ramón R.Ll, respectivamente, se
celebrará mañana martes en la Audiencia Provincial.
La encargada de resolver los recursos de
las distintas partes (fiscal, acusación particular y defensa) contra el
fallo del Juzgado de lo Penal nº 3 será la Sección IVª de la
Audiencia de Valladolid, tribunal que ha citado al condenado al objeto
de celebrar una vista en la que, con carácter exclusivo, tan sólo
escuchará el testimonio del exjuez decano para que aclare la reyerta
sostenida con 2 de sus hijos durante una junta general de accionistas
de una empresa familiar celebrada en un céntrico hotel de la ciudad en
febrero de 2010, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
La sentencia recurrida, dictada por el
Juzgado de lo Penal nº3, absolvió al exmagistrado de un delito de lesiones
en grado de tentativa y otro consumado, así como de 2 delitos de
amenazas y de 1 falta de lesiones por los que venía siendo acusado, y
por los que se exponía a penas de entre 8,5 y 3,1 años de cárcel, tal y
como habían solicitado el fiscal y la acusación particular,
respectivamente, y por contra le consideró autor de un delito de
amenazas y de una falta de lesiones, en ambos casos con la agravante de
parentesco.
La resolución fue prácticamente
coincidente con la postura esgrimida durante el proceso por la defensa
del imputado, que solicitó una sentencia absolutoria y, con carácter
subsidiario, argumentó que en el peor de los casos los hechos tan sólo
serían constitutivos de unas amenazas.
El referido delito de amenazas estimado
por la juez hace referencia al momento en que el condenado extrajo un
cuchillo de cocina de un maletín que no se limitó a exhibir sino que
dirigió hacia su hijo José Alberto, y con respecto a la falta de
lesiones, de la que fue víctima su otro hijo, Ramón, el fallo precisa
que la misma se produjo cuando los 2 vástagos del exjuez forcejeaban
con éste en el suelo con la intención de inmovilizarle y arrebatarle el
arma.
En concepto de responsabilidad civil, el
fallo incluía la obligación del condenado de indemnizar a su hijo José
Alberto en la cantidad de 125 euros por los desperfectos causados en una
chaqueta.
TRASTORNO ADAPTATIVO
La juez consideró probado que acusado
tenía un trastorno adaptativo con alteración mixta de las emociones y el
comportamiento, siguiendo tratamiento con ansiolíticos y
antidepresivos, y ello a raíz del planteamiento por parte de su esposa
de la separación, junto con conflictos familiares también por motivos
económicos y sin que existiese convivencia con sus hijos.
Los hechos enjuiciados tuvieron por
escenario la cafetería del Hotel Felipe IV, sito en la calle Gamazo,
donde la noche del 11 de febrero de 2010 José Alberto Rodríguez
Carretero participaba en la junta de una sociedad familiar, una
convocatoria en la que participaron igualmente sus hijos José Alberto y
Ramón junto con un notario para levar acta de lo allí acordado.
La reunión estuvo caracterizada por la
tensión, hasta que el procesado anunció su propósito de abandonarla y
llegó a ponerse el abrigo, si bien acto seguido optó por tomar asiento
de nuevo y situó sobre sus rodillas el maletín que portaba.
Fue entonces cuando, a preguntas de uno
de sus hijos de si estaba grabando el encuentro, el imputado sacó uno de
los 2 cuchillos que llevaba encima--sostiene que los había llevado a
una ferretería para afilarlos--y lo dirigió contra su hijo José Alberto,
mientras que su otro hijo, Ramón, y un médico que trataron de mediar
resultaron levemente heridos, el primero en una mano y el segundo en un
dedo.
El condenado, que se encontraba desde
hacía tiempo bajo gran presión al estar inmerso en un proceso de
separación y su relación con sus hijos se encuentra muy deteriorada, fue
ingresado en el Módulo Penitenciario del Clínico tras dictar entonces
contra él la juez instructora auto de prisión provisional comunicada y
sin fianza por delito de homicidio frustrado.
Con posterioridad estuvo en situación de
prisión preventiva en la cárcel de Logroño, donde permaneció hasta
mediados de abril del pasado año, cuando la Audiencia de Valladolid
acordó su puesta en libertad pero bajo la prohibición de residir y
acudir a la capital y la provincia.
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