La custodia compartida: un buena solución para una mala realidad

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La custodia compartida: un buena solución para una mala realidadEscrito por: juliayosio el 02

Jun 2010 -
Mi divorcio fue uno de esos primeros casos en Cataluña en los que se aplicó la custodia compartida para nuestro hijo de 4 años.
Inicialmente ambos queríamos la custodia total, pero rápidamente convenimos que lo mejor era evitar luchar en los tribunales, sobre todo pensando en el niño.

Mi exmarido y yo decidimos ubicar nuestra residencia en la misma población (nuestra casa, que vendimos, estaba en otra, a 25 kms) y escolarizar allí al niño.
Nuestros domicilios distan apenas 1 km.
No nos llevamos bien, nuestro contacto es el mínimo para atender las cuestiones relacionadas con el chaval y normalmente se realiza a través de sms o breves notas.
Evitamos el teléfono o el correo electrónico.
Cuanto menos contacto, mejor por ambas partes.

Sin embargo, el niño, que ya tiene 10 años, parece feliz.
Está exactamente el 50% de su tiempo con cada uno de nosotros y él asegura que la solución le parece la más justa.
El reparto se realiza por días fijos. Lunes y martes está con su padre. Martes y miércoles conmigo. Y los fines de semana de viernes a domingo son alternos y se unen a los días del padre o de la madre según la semana.
Es decir, cada semana el niño está 2 días con uno y 5 con el otro seguidos.
La semana siguiente será al revés.

Al principio, cuando lo explicaba, la gente me decía que si no era un lío, pero el tiempo ha demostrado que es una excelente solución.
Tanto el niño como nosotros hemos podido establecer rutinas: por ejemplo los martes sabe que su padre lo llevará a inglés. Y los miércoles yo lo llevaré a baloncesto.
Siempre sabe qué hará con quién.

Aun así, yo le echo muchísimo de menos. Siento que me pierdo muchas cosas.
Cuidarle en un breve resfriado, un diente que se cae, una fiesta de cumpleaños........
Supongo que si entre su padre y yo hubiese una buena relación no sería tan duro, puesto que podríamos compartir momento clave como un cumpleaños, un partido importante...

El día de la madre no estuvo conmigo.
Estuve todo el día esperando su llamada, pero su padre no tuvo ese detalle. Yo me decía: "llamará, yo lo haría si fuera el día del padre. Al final, le llamé yo por la noche para ese día al menos oír su voz, la voz de mi hijo".

La custodia compartida necesita de la generosidad de ambos padres, muchísima generosidad y grandes dosis de respeto.
No siempre es fácil, porque las heridas que deja una separación a menudo no permiten ver qué es lo correcto.
Aun así, creo que es la mejor solución para el niño y la más justa para ambos padres.
Eso sí, insisto: hay que estar preparado para echar mucho de menos al niño, porque el hecho es que cada padre se pierde la mitad de la vida de su hijo.
Supongo que es cuestión intentar ver el vaso medio lleno y no medio vacío.