Los hospitales vascos detectan 2 casos de posible maltrato infantil cada semana

http://www.siis.net/documentos/hemeroteca/1110105.pdf
Los hospitales vascos detectan 2 casos de posible maltrato infantil cada semana.

El 45%de los episodios atendidos en Urgencias es por agresiones físicas, un 25%por abusos sexuales y el 30%por violencia emocional o cuidado negligente.

MARÍA JOSÉ mailto:CARRERO.mjcarrero@elcorreo.com BILBAO.

Una mujer ahoga a sus hijos de 3 y 11 años. Este drama, ocurrido hace apenas 10 días, empuja hacia el rincón del olvido que 3 hombres, parientes entre sí, fueron procesados el pasado mes por intercambiarse a sus 4 hijas, de entre 6 y 11 años, para abusar sexualmente de ellas durante 2 años.


Son 2 casos extremos de maltrato infantil y, por ello, han salido a luz.
Pero en la trastienda permanecen ocultos cientos más.
Y es que sobre la violencia que sufren los niños solo hay datos «aproximativos», hasta el extremo de que apenas se detecta el 20% de las agresiones, según estiman expertos en la materia.
Los servicios de urgencias de los hospitales son, al menos en los episodios más evidentes, un lugar idóneo para destapar el problema.
Así lo cree el coordinador del grupo de maltrato de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP) y pediatra en Cruces, Jesús Sánchez Etxaniz.


Por iniciativa propia lleva desde hace 5 años un recuento de los casos que llegan a su lugar de trabajo.

La media es de 50 niños en situación de riesgo cada ejercicio.

En el conjunto del País Vasco, el facultativo estima que la cifra puede ascender a 120; es decir, 2 a la semana.

Según el trabajo desarrollado por este pediatra:
a.- el 45%de los casos atendidos en Cruces se corresponde con violencia física;
b.- un 25% son abusos sexuales;
c.- un 15%,maltrato emocional; y
d.- el 15% restante, negligencia en el cuidado del menor.


Desde el pasado 1 de septiembre, esta particular nómina de episodios de maltrato infantil ha dado un paso de gigante al adquirir una dimensión nacional.
Un total de 25 servicios de urgencia de otros tantos hospitales españoles dispone de un registro para anotar cada una de las sospechas de menores que sufren daños físicos o psíquicos en su entorno más próximo.
Y es que el agresor «no tiene por qué ser el padre o la madre; puede ser cualquier otro pariente, el cuidador, un vecino...»,apunta Sánchez Etxaniz.
El objetivo es «conocer la realidad del maltrato y mejorar los procedimientos de actuación y seguimiento».

En el escaso mes que este proyecto lleva en marcha, ya hay constancia de 15 casos en el conjunto de España.

La cifra, de momento, no es indicativa. «Acabamos de arrancar y muchos sanitarios tienen que acostumbrarse a rellenar el cuestionario », comenta el pediatra.
Se trata de que cada vez que un médico o enfermera sospeche de que un niño es víctima de maltrato acuda al registro on line para, sin identificar al menor, anotar el tipo de daño –físico no sexual, sexual, emocional o negligencia– que puede haber sufrido.
Asimismo, se apunta si es un caso grave, moderado o leve y, en función de esta tipología, se especifica si se ha dado parte a los servicios sociales, al forense, al juzgado o la fiscalía de menores. Por último, se indica el destino del menor una vez asistido en los servicios de urgencias.


Unos padres sin tiempo.

En base a su experiencia, Jesús Sánchez Etxaniz comenta que los episodios más graves, como pueden ser abusos sexuales, «no son los más frecuentes».
Hay otro tipo de maltrato menos evidente y, por tanto, más difícil de detectar y que pone a los sanitarios en dificultades sobre cómo actuar. El médico pone un ejemplo que vivió de cerca.
«Unos padres acudieron a Urgencias con su hijo de 10 años. Le trajeron porque el rendimiento escolar había bajado considerablemente y, además, se comportaba mal.
Pensaron que tenía alguna dolencia. La salud física del chaval era perfecta, pero presentaba

un cuadro depresivo. Se pasaba el día solo encasa porque sus padres tenían unos horarios tremendos y ni siquiera los fines de semana le hacían mucho caso. Sin ser conscientes

de ello, estaban infligiendo a su hijo un maltrato emocional. Se trasladó el caso a los servicios sociales y se puso a la familia un educador para enmendar la situación».


Dolores de cabeza o abdominales sin base real son otros indicativos que pueden poner en alerta a los sanitarios.

«Son luces que se encienden», lo mismo que las fracturas repetidas con explicaciones reiteradas sobre «lo movido que es el niño. Hay chavales que no paran, pero no es normal que se rompan los huesos con tanta facilidad».
A la espera de que el registro empiece a ofrecer información útil para mejorar las medidas de protección, la estadística indica que los niños sufren más violencia física que las niñas y, sobre todo, entre los 2 y los 3 años.
Los casos de abusos sexuales afectan más a las crías, a partir de los 10.
«Sabemos que Urgencias no es el marco adecuado para abordar el problema pero queremos hacerlo. Nuestro objetivo no es atacar a ningún padre, sino beneficiar al niño».


La crisis económica dispara los traumatismos craneales.
Los profesionales sanitarios que trabajan con niños se refieren a las épocas de estrés económico o emocional como «un caldo de cultivo» para que se produzcan episodios de maltrato infantil.
El pediatra Jesús Sánchez Etxaniz considera que en este momento de crisis es preciso estar más alerta que nunca para detectar este tipo de situaciones.
El especialista se refiere a un reciente estudio realizado en 3 regiones de los Estados Unidos sobre traumatismos craneales (TCE) como resultado de malos tratos, relacionándolo con la recesión económica y el efecto del desempleo.

Según este informe, los casos de TCE –en muchas ocasiones consecuencia de un zarandeo

cuando se trata de bebés muy pequeños– se han incrementado de forma significativa. «En 2004 se daban nueve casos por cada 100.000 niños; en 2009, 15».
Como incide el estudio, los niños acaban pagando la desazón de los padres, las frustraciones ligadas al desempleo y las privaciones del empobrecimiento.


Utilizados en divorcios Algo similar ocurre cuando se «instrumentaliza» a los hijos en procesos de divorcio, una práctica muy frecuente y que puede considerarse un «maltrato» aunque los padres no sean conscientes de ello.
Según Sánchez Etxaniz, se está dando un aumento de casos de progenitores que acuden a los hospitales el domingo por la tarde con el niño, que ha pasado el fin de semana con el otro progenitor, para denunciar falsos maltratos físicos o emocionales y «sacar partido» en el litigio.