La nueva ley del divorcio debe ser más equitativa

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7/9/2009 LA CARTA DEL DÍA
La nueva ley de divorcio debe ser más equitativa
Vicenç Ferrer Duran.L’Hospitalet de Llobregat
El divorcio ha quedado desfasado, al menos tal y como estaba previsto a principios de los años 80 del siglo XX en España.

La ley, que en principio se había concebido para proteger a los hijos y a la mujer que trabajaba en su casa, sirve actualmente para una dudosa guarda y custodia generalizada a favor de la mujer y, como consecuencia, constituye una todavía más dudosa atribución del domicilio familiar a la esposa.

En definitiva, y en la mayoría de los casos, el divorcio facilita a la mujer el uso de la vivienda común, para cuya compra en común ambos cónyuges tuvieron que hacer un gran esfuerzo económico.

En un mundo en que, habitualmente, la pareja trabaja las mismas horas fuera de casa y cuida de los niños por igual, se aplica una legislación que está pensada para una supuesta protección de los hijos.
Los legisladores consideran que el cambio de domicilio perjudica a los niños en estos casos (colegio nuevo, amistades nuevas, otro entorno...), pero no tienen en cuenta los cambios derivados de la vida social y laboral.

Después de un divorcio, el hombre sufre un estado de indefensión que se añade al daño moral de no poder vivir con sus hijos y al perjuicio material de no poder disfrutar de su patrimonio. Estamos ante una injusticia bastante extendida que deja tocado para siempre a quien la sufre. Hay un expolio legal de los derechos más elementales.

En situaciones así, el divorciado adquiere un recelo y desconfianza hacia las mujeres que a menudo causa una alergia a la convivencia en pareja.
Confío en que la nueva ley de divorcio equipare de verdad a hombre y mujer, en lo personal y en lo material.
Ya está bien de que las mujeres se aprovechen de su debilidad.

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