Cristina Vázquez
Valencia
27 OCT 2013
En 2004 la ley contra la Violencia de Género puso este problema en el
centro neurálgico de la política española. Nació como una ley
transversal que debía empapar todo y a todos; sin embargo, su desarrollo
en el largo plazo está pendiente y las medidas que ya se han adoptado
necesitan más medios. “Se han adoptado medidas a corto y medio plazo
contra la violencia de género, pero ¿se ha progresado tanto en ámbitos
como el educativo o el sanitario?”, plantearon el pasado viernes 4
profesionales en contacto con el problema. Fue durante un desayuno de
trabajo, patrocinado por el Banco SabadellCAM, con responsables de la
Cadena SER y EL PAÍS.“Cada muerte es un fracaso del sistema. Tenemos que trabajar más el ámbito educacional”, subrayó la portavoz del Consejo General del Poder Judicial, Gabriela Bravo.
“Tenemos que ser capaces de formar a los jóvenes para que no sigan reproduciendo patrones de violencia”, insistió a la vista del aumento de casos de maltrato entre adolescentes.
En 2011 se investigaron 473 asuntos en los que había implicado algún menor, cifra que en 2012 creció hasta los 632, según la Memoria de la Fiscalía General del Estado.
Bravo llamó especialmente la atención sobre las “víctimas silenciosas” de los casos de violencia, que son los menores, muchas veces en contacto con el maltrato desde que nacen. “Son los niños que reciben de forma indirecta esa violencia física y psíquica, los que acaban reproduciéndola”, dijo.
Para Estefanía Navarrete, coordinadora del programa GAMA de la Policía Local de Valencia, falta desarrollar mucho más la ley de 2004. “Nos hemos quedado en el camino, con parches”, defendió la inspectora, que reclamó campañas de prevención contra la violencia entre los menores. “Hay que trabajar en el colegio, en casa y en todos los ámbitos, remachó. Porque las mujeres son un todo, no podemos desmembrarlas, necesitan una asistencia integral”, defendió Navarrete.
Cristina Nadal, coordinadora del Centro Mujer 24 horas, conoce el problema desde la base. A este centro llegan muchas víctimas de malos tratos antes de que denuncien a sus agresores y muchas de ellas no saben los derechos que les asisten.
Otras, ni siquiera se sienten víctimas. “Una víctima de violencia de género es una mujer dañada, pero no es débil porque ha creado unos resortes de supervivencia increíbles”, dijo Nadal en un intento por derribar tópicos.
Pilar Gil, abogada de la Fundación para la Atención de las Víctimas del Delito y Encuentro Familiar (Favide), alertó de que está fallando la detección y prevención de los casos. “No se trata solo del mundo educativo, es la sociedad entera la que falla. No nos hemos concienciado de que la violencia de género es una materia tan sensible como el terrorismo”, afirmó rotunda. Es un problema cultural que se da en todas las clases sociales.
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