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ENTREVISTA: BIBIANA AÍDO Ministra de Igualdad:"Siento que hay un avatar de Bibiana"
BERNA GONZÁLEZ HARBOUR / MARÍA R. SAHUQUILLO - Madrid - 18/07/2010
La ministra más joven de la democracia española denuncia el activismo de algunos sectores neomachistas ante el avance indudable de la mujer: "Hay mayores resistencias. Cuanto más avanzamos más nos atacan".
Bibiana Aído (Alcalá de los Gazules, Cádiz, 1977) llegó en 2008 a un Ministerio de Igualdad que se debía inventar y, 2 años después, suma algún objetivo cumplido (ley del aborto) y otros en marcha (prostitución).
Sometida al acoso mediático diario de la derecha, el asunto parece resbalarle por completo: "Que ladren".
Contra la Prensa: "La prensa no puede anunciar en unas páginas lo que denuncia en otras"
Sobre la Mujer Arabe:"Prohibir el 'burka' es un error. Eso puede cambiar el velo por las paredes"
Contra el Constitucional:"Espero que el Constitucional actúe en clave jurídica y no política"
Sobre la Envidia en España:"No soportan que una mujer joven y de pueblo llegue a ser ministra"
Zapatero ha anunciado su intención de acabar con los anuncios de prostitución en la prensa. ¿Los prohibirán?
Hemos encargado un informe al Consejo de Estado para estudiar las alternativas, pero agotaremos todas las vías de diálogo con los editores.
En la mayoría de los países la prensa no contiene este tipo de anuncios, se ha hecho por la vía de la autorregulación y esto tendría que servir de ejemplo a nuestro país.
Este es un objetivo irrenunciable para el Ministerio de Igualdad.
Estos anuncios pueden esconder actividades delictivas como la trata de mujeres.
Además, no parece lógico que se anuncie en unas páginas lo que se denuncia en otras.
Este tipo de publicidad atenta contra la dignidad de las personas y banaliza la prostitución.
Al estar en la prensa generalista, los anuncios están al acceso masivo de los menores, a quienes debemos proteger.
Y si no funciona el diálogo, ¿intentarán la prohibición?
Esperamos tener el informe del Consejo de Estado en otoño.
Evidentemente, si hubiera tenido claro las fórmulas exactas para eliminarlos las hubiera tomado sin más.
Hay ejemplos de publicidad prohibida, como la del tabaco y el alcohol, sin que su consumo esté prohibido; pero esperamos que no sea necesario prohibir sino que la propia prensa sea sensible porque los motivos éticos, los derechos humanos, tienen que estar por encima del dinero.
¿Por qué prohibir los anuncios y no la prostitución?
Tenemos un plan de lucha contra la trata.
Hemos estado durante demasiado tiempo con un debate de prostitución sí o no y nos hemos olvidado de las esclavas.
Y ahora contamos por primera vez con una herramienta integral de lucha contra la explotación sexual y hay que atender en primer lugar el grueso del problema, ese 90% de las prostitutas que están esclavizadas.
¿Seguirá, entonces la prostituta en ese limbo legal?
Está penado el proxenetismo, no la persona que de manera voluntaria decide el ejercicio de la prostitución, y para nosotros no es prioritario porque es absolutamente minoritario.
Dice que el 90% de prostitutas es víctima de las redes de trata pero la ONU habla de 1 de cada 7. ¿Cómo explica esa disparidad de cifras?
Porque no hay datos concretos. La propia ONU reconoce que es muy difícil cuantificar. Sus datos, igual que los nuestros, no son 100% fiables. Son estimaciones. Ahora que llevamos un año trabajando en ello comenzamos a manejar cifras más contundentes.
Pero aunque sean pocas ¿no merecerían las prostitutas voluntarias regular su situación?
Todos los temas merecen una respuesta, pero el establecimiento de prioridades es necesario en cualquier responsable político. Y mi prioridad absoluta ahora son las esclavas.
¿Y penalizar al cliente?
En este momento no. Estamos centrados en la trata y el balance es bastante positivo.
En España hay mayor tolerancia hacia la prostitución. ¿A qué se debe?
Está demasiado normalizado y a mí me sorprende, pero nuestro objetivo es que aquellos hombres que defienden los derechos humanos se planteen cuando consuman prostitución que quizá esas mujeres no están ahí porque quieren. Con eso me daría por satisfecha.
¿Teme que el Tribunal Constitucional tumbe la ley del aborto?
Espero del Constitucional lo que creo que espera la ciudadanía: que la sentencia sea en clave jurídica y no en clave política. Estamos plenamente convencidos de la constitucionalidad de la ley. Hemos sido extremadamente rigurosos en que esté dentro de los márgenes establecidos por la sentencia de 1985. Por lo tanto no tengo temor.
El debate será duro.
Este es un debate que no es fácil. Pero los componentes morales, los debates ideológicos no pueden estar por encima de los elementos jurídicos. Y la realidad es que la mayoría de las leyes de nuestro entorno son parecidas a la nuestra; y que esta norma establece mayores garantías jurídicas y seguridad para las mujeres y los profesionales.
¿Cómo van a hacer cumplir la ley a las comunidades?
La ley es de obligado cumplimiento para todos y en todas las comunidades. El Gobierno velará por ellos a través del Ministerio de Sanidad. Ya está bien de buscar subterfugios para no cumplir. Esta ley la hemos debatido mucho durante dos años. Ahora lo que toca es cumplir la ley, no volver a debatir desde cero, que esto parece el día de la marmota.
¿Y no teme que con actitudes como la de Valencia se genere un efecto disuasorio, vuelva el síndrome de irse a Londres?
No, porque de lo que estoy segura es de que ninguna mujer podrá acabar con su expediente en un juzgado por abortar, algo que pasó hace no demasiado tiempo en este país.
Y tenemos que centrarnos en la prevención.
Llevamos más de una década sin que paren de crecer los embarazos no deseados y los abortos. Y no podemos olvidar la cantidad que se produjo en la época que gobernó el PP, cuando no pararon de crecer con ellos mirando hacia otro lado.
Valencia busca de manera permanente poner trabas a esta ley.
Y más llamativo me resulta la incorporación de imágenes de fetos en los sobres que se le entrega a la mujer cuando pide información para un aborto.
No vamos a permitir que se incumpla la ley, porque en este punto también está perfectamente clara. La información que debe contener el sobre ha de ser clara, comprensible y objetiva. Y esa objetividad está totalmente reñida con cualquier información coercitiva o de presión para las mujeres.
¿Y las fotos lo son?
Sí, y además la ley dice que la información del sobre es relativa a las prestaciones y ayudas a la maternidad. No sé que tiene que ver eso con fotografías de un feto.
¿Y cómo van a parar esto?
Se usarán para ello todos los mecanismos jurídicos necesarios, pero también hay que tener en cuenta que hay unos meses para la adaptación de las comunidades.
¿Qué hace un partido como el PP llamando a la insumisión de las leyes?
El tema de las menores al final no ha quedado al gusto de nadie.
Desde luego no era nuestra propuesta, pero fue objeto de un gran debate y así logramos llegar a un consenso.
¿Qué está fallando para que se haya vuelto a disparar la violencia machista?
Este año ha habido un incremento de mujeres muertas comparado con 2009, pero ese año fue en el que se produjo el mayor descenso de víctimas mortales.
La violencia de género es muy compleja y hay que abordarla desde muchos ángulos.
No hay varitas mágicas. Las medidas tomadas este año son similares a las del anterior y hemos puesto nuevas en marcha, pero hay situaciones que están fuera de control.
Hay que poner especial énfasis, por ejemplo, en las víctimas extranjeras; por eso hemos desarrollado un plan especial para la población inmigrante.
Nos engañaríamos pensando que es un problema que se va a solucionar de la noche a la mañana.
¿Cree que hay un neomachismo o que el machismo está en retroceso?
No, probablemente hay mayores resistencias. Cuanto más avanzamos más nos atacan.
He escuchado muchas veces esa frase de "qué más queréis". Y luego hay un movimiento un tanto organizado de críticas a las leyes de igualdad, a la ley contra la violencia de género, al Ministerio de Igualdad, a la ministra de Igualdad.
Pero se basan en lo mismo, en no querer compartir espacio. Atacan las políticas de igualdad porque cuestionan el orden establecido, y a la ministra de Igualdad la atacan porque no pueden soportar que una mujer joven y de pueblo pueda ocupar un sillón en el Consejo de Ministros porque ellos consideran que el poder es algo que les pertenece.
Ha dicho campaña organizada. ¿Cree que hay un neomachismo organizado?
Creo que es una minoría. La mayoría de la sociedad española apuesta por una sociedad igualitaria.
Pero el ataque permanente a las políticas de igualdad, esa permanente ridiculización busca trasladar el mensaje de que estas políticas no son importantes, que son un lujo prescindible.
La limosna que se da cuando sobra. Todo lo contrario de lo que es realmente.
Estamos hablando de políticas necesarias para el progreso económico.
Los datos están claros: aquellas empresas que incorporan a más mujeres en los ámbitos de decisión, que apuestan por políticas de conciliación, horarios flexibles, son las más productivas, las que tienen mejores resultados; y con los países lo mismo, los primeros en el ranking de competitividad son los primeros en el ranking de igualdad de género.
¿Cree que su ministerio es prescindible? ¿Cómo se sentiría si lo eliminaran?
Sé que mientras esté Zapatero de presidente del Gobierno las políticas de igualdad siempre van a ocupar un lugar preeminente en la agenda política. Resulta llamativo que de las pocas propuestas, casi la única, que hace el PP para salir de la crisis sea la eliminación del Ministerio de Igualdad. Saben que desde la perspectiva del ahorro es solo el 0,0029% de los Presupuestos Generales del Estado, 78 millones. El ahorro no es el argumento.
¿Cree que las críticas vienen de hombres, o vienen de la derecha? ¿Es una cuestión ideológica o de género?
Llegan desde la derecha. Aquí se da la unión de misoginia y gerontocracia, que puede ser una bomba letal. Pero todo es lo mismo: resistirse a compartir espacio, a que otros puedan ocupar lo que piensan que les corresponde de manera natural, que es suyo.
Molesta que alguien como yo esté ocupando poder, un poder que me corresponde, que de manera natural es mío.
¿Cómo lo ha vivido en persona. Ha sido duro?
Con resistencia, y siendo consciente de que cuando se cae permanentemente en el insulto y la descalificación los primeros que se descalifican son ellos. Frente a los insultos y la demagogia hay que seguir la senda recta de los principios, los compromisos y el trabajo.
¿No ha tenido la tentación de tirar la toalla?
Nunca. Al contrario, me da más fuerza. Cuando escucho las barbaridades que dicen, pienso que si las cosas se interpretan así, si todo es tan manipulable, nos queda un largo camino por recorrer. A veces siento que hay un avatar de Bibiana Aído que dice cosas que yo no he dicho nunca y que hace cosas que yo no he hecho nunca.
Por ejemplo el asunto de que había encargado un mapa del clítoris.
Por ejemplo. Un tema que salió de una ayuda que dio el Instituto de la Mujer a un proyecto de investigación de la Universidad Complutense y la Rockefeller para la reconstrucción de clítoris en el caso de mutilación genital.
Y sin embargo, se quedan con la parte del título que más conviene para construir una noticia en función de sus intereses.
Me pasa muchas veces, los cuentos infantiles, se llegó a decir que yo quería prohibir los cuentos infantiles, cuando he sido una voraz lectora de ellos.
¿No quiere cambiar Blancanieves?
Prohibiría muchas cosas antes que los cuentos infantiles, la misoginia, la gerontocracia, la mentira, la manipulación permanente. Nunca me he pronunciado acerca de los cuentos infantiles. Se ponen en mi boca palabras que yo no he pronunciado nunca.
También hay un riesgo de que, al recibir tantas críticas, desde otro sector se le perdone todo.
No creo, a mí no se me ha perdonado. No se me ha otorgado ni el beneficio de la duda. De momento hay un posicionamiento muy crítico. El objetivo es hacer daño a las políticas de igualdad. El mensaje es "fíjate en qué tonterías está esta gente mientras el país está pasando por una crisis tremenda". Falso. Eso no tiene nada que ver con nuestras prioridades. Estoy convencida del trabajo que hacemos, por tanto, que ladren.
¿Prohibiría el burka?
Me parece que es un error prohibirlo. El caso de Francia, donde se penaliza por ejemplo con cárcel y sanciones económicas, puede significar condenar doblemente a las mujeres. No me gusta el burka, ni el burka ni ningún velo. He sido muy criticada por eso, pero hay que buscar fórmulas para avanzar en la erradicación que pasan por un trabajo con las comunidades musulmanas que vamos a intensificar; y desde luego la prohibición general, en la calle, con la sanción correspondiente a la mujer, como es el caso de Francia, significa penalizar y victimizar doblemente a las mujeres.
Estoy más en línea con el informe del Consejo de Europa, porque puede darse el caso que se sustituya el velo por las paredes.
En España hoy por hoy no hay un problema real, porque no hay una cifra significativa. Pero eso no significa que podamos debatirlo con sosiego.
¿No se ha debatido con sosiego?
No, se ha estado debatiendo desde el oportunismo absoluto y la demagogia.
Custodia compartida. ¿Cree que hay que avanzar hacia ello?
Estoy a favor de la custodia compartida como fórmula para garantizar la corresponsabilidad, pero no con la custodia compartida impuesta, que puede generar muchos más problemas de los que pretende resolver.
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