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Entrevista con Luis Zarraluqui, presidente Zarraluqui abogados“Falta voluntad política para impulsar una Jurisdicción específica de familia.”
30/07/09 , Redacción
Más de 80 años contemplan la actividad de la familia Zarraluqui, convertida en referencia indudable dentro del Derecho de Familia.
Pocos pensaban que aquel despacho creado por Luis Zarraluqui Villalba en 1926 iba a ser el germen de una firma consolidada a lo largo de los años.Este despacho que apostó por la especialización en una rama concreta del Derecho se vertebra en diferentes oficinas situadas en Málaga, Mallorca, Sevilla, Valencia, Alicante, Bilbao y Córdoba.
Esta entrevista se desarrolla con Luis Zarraluqui Sánchez-Eznarriaga, hijo del precursor de esta saga familiar y espejo de sus hijos Elena y Luis pilares claves del desarrollo del bufete.
Bajo su punto de vista “Es paradigmático, que los distintos proyectos que para ello han pasado por las Cortes, han obtenido siempre el apoyo de la oposición y la negativa del Gobierno, fuera éste el que fuera. Al cambiar la composición de la Cámara, se alteraba al mismo tiempo la opinión de los correspondientes grupos parlamentarios.
La falta de voluntad política de mejorar el sistema es flagrante.
Nuestro interlocutor es Licenciado en Derecho por la Universidad Central de Madrid, 1.956; Master of Laws por la Universidad de Harvard, 1.957. y abogado en ejercicio desde 1.956.
Por su brillante trayectoria profesional está en posesión de la Cruz al Mérito en el Servicio de la Abogacía; otorgada por el Consejo General de la Abogacía Española; de la Insignia de oro del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid.
Y de la Cruz Distinguida de 1ª clase de San Raimundo de Peñafort.
Como difusor del Derecho de Familia ha formado parte de las principales instituciones relacionadas con esta práctica jurídica.
Fue Presidente de la Asociación Española de Abogados de Familia desde su inicio hasta el año 2007 y fundador de la misma en el mes de enero de 1.993.
Ha sido también Consejero General de la Abogacía Española (1990-1995) y Secretario de la Junta de Gobierno del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (1.989-1.991), asi como Presidente del Capítulo Europeo de la International Academy of Matrimonial Lawyers y Vicepresidente de la Comisión de Derecho de Familia de la International Bar Association.
Es Académico Correspondiente de la Real Academia Española de Jurisprudencia y Legislación y Académico Correspondiente de la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia de Valladolid.
Su actividad docente es prolija destacando su labores en la Escuela Judicial y en las Universidades de “Comillas (ICADE), Carlos III, Antonio Nebrija, Central de Barcelona, de Valencia y del País Vasco, Universidad de Santiago de Compostela.
Es Ponente en Congresos nacionales e internacionales sobre Derecho de Familia y conferenciante habitual en dicha materia en Seminarios, Encuentros, Jornadas y otros foros.
Respecto a su actividad editorial desde hace casi 30 años tiene una extensa producción bibliográfica relacionados con el derecho de familia.
Se pueden destacar entre otras publicaciones:
-”El divorcio, defensa del matrimonio”; Editorial Bruguera, Barcelona, marzo 1.980.
-”Ante la separación y el divorcio, ¿qué puedo hacer?”; Editorial Temas de Hoy, Madrid, mayo 1.987.-”Batallas conyugales”; Editorial Temas de Hoy, Madrid, junio 1.988.
-“La Pensión compensatoria de la separación y el divorcio”. Editorial Lex Nova. Valladolid 2001
-“Con la venia y sin ella”. Editorial Esfera de los libros. Madrid 2001.
-“Derecho de familia y de la persona” (7 tomos). Edit. Bosch. Barcelona 2007.
¿Podria explicarnos cuáles son los objetivos de los Cursos de Verano que pone en marcha su despacho sobre Derecho de familia?
Una preocupación constante de nuestro despacho y mía personalmente desde hace muchos años, es mejorar la formación de los abogados dedicados a esta especialidad.
Resulta evidente que en toda negociación o en toda confrontación, todas las partes implicadas salen ganando cuando intervienen profesionales experimentados y bien formados.
Pero, al propio tiempo, somos conscientes de la dificultad que para muchos tiene el hacer un hueco en sus actividades para mejorar su formación, De ahí que hayamos pensado a dar oportunidad para hacerlo en las vacaciones de verano.
¿Cuál es la receptividad del joven abogado al derecho de familia, hay algún perfil definido del profesional que se inicia en esta rama del derecho?
Yo creo que hay muchos abogados a los que seduce el ejercicio de la profesión en una especialidad cuyo componente humano destaca sobre todos, sin que ello reduzca la necesidad de una amplísima formación ya que la totalidad práctica de las ramas del Derecho están presentes en estos conflictos.
¿Qué servicios ofrece entidades como AEAFA a los letrados que se introducen en el derecho de familia?
La Asociación Española de Abogados de Familia, que yo fundé, pretende objetivos muy variados. De una parte, mejorar la formación de los Letrados a la par que les proporciona información amplia, ágil y rápida sobre las evoluciones legislativas y jurisprudenciales, no siempre fáciles de alcanzar.
De otra, hacer oir la voz de los abogados frente a los poderes del Estado.
En este sentido, hemos propiciado reuniones periódicas con los Jueces y Magistrados de Familia, con resultado positivo.
También, se pretende unir a los compañeros cuyo ejercicio profesional debe tender en la medida de lo posible en alcanzar acuerdos y convenios.
Está demostrado que la confianza entre los abogados incrementa la bondad del diálogo y la posibilidad de entendimiento.
¿Cómo influye en la actividad del abogado especializado en familia la ruptura con el modelo tradicional de familia? ¿Qué nuevos servicios surgen?
Nosotros creemos mucho en la bondad de las actuaciones preventivas tanto para buscar soluciones antes de que surjan o se agraven los conflictos, como para disminuir las consecuencias de éstos.
De ahí que aconsejemos que los matrimonios convengan su régimen económico, otorgando capitulaciones, que les permite regirse en cada momento por las reglas que mejor se acomoden a sus circunstancias; que las parejas de hecho regulen expresamente su convivencia; que todos realicen pactos prenupciales, previendo en lo posible las consecuencias de que haya problemas en el futuro; que se otorgue testamento y se mantenga vigente, modificándolo cuando cambien las circunstancia; y, en general, que las personas obtengan del abogado de Familia el debido asesoramiento previo a la toma de decisiones.
Desde diferentes instancias se clama por desarrollar una Jurisdicción específica de familia, ¿por qué no se ha puesto en marcha hasta ahora? ¿Tenemos la legislación adecuada en el llamado Derecho de Familia?
La legislación en el orden familiar adolece de gravísimos defectos que en gran medida crea, en vez de solucionar problemas de toda índole.
Cuando se promulgan leyes, sólo se tiene en cuenta su valor electoral, sin oír a quienes por estar en contacto con las familias en crisis, sabemos cuales son las cuestiones más graves.
A título de ejemplo, habría que citar la normativa en relación con el domicilio familiar, que es obsoleta y perniciosa.
Dentro de esta actitud del legislativo de espalda a la realidad se encuentra la reiterada negativa a la creación de un orden o suborden jurisdiccional de Familia, donde todos los ciudadanos y no sólo unos pocos, tengan acceso a órganos especializados con los oportunos medios personales y materiales y la debida preparación, formación y vocación.
Es paradigmático, que los distintos proyectos que para ello han pasado por las Cortes, han obtenido siempre el apoyo de la oposición y la negativa del Gobierno, fuera éste el que fuera.
Al cambiar la composición de la Cámara, se alteraba al mismo tiempo la opinión de los correspondientes grupos parlamentarios.
La falta de voluntad política de mejorar el sistema es flagrante.
Una pareja se rompe cada 4 minutos, según últimos datos ¿Cómo cree que se las partes deben gestionar una ruptura?
En primer lugar y como ya he dicho, es fundamental que los interesados se pongan en manos de profesionales especializados y que procuren seguir sus consejos en busca de un pacto.
Para ello, es obvio que todos tienen que ceder algo de lo que creen que es su derecho.
El objetivo debe ser intentar encontrar una fórmula “razonable”, no óptima, porque ésta difícilmente se puede alcanzar.
Hay que dejar a un lado afanes vindicativos y afrontar los problemas con realismo.
¿Cómo valora el desarrollo de métodos de mediación preventivos que ayuden a las parejas a superar sus problemas antes de que sea tarde? ¿Es bueno que un abogado se convierta en mediador?
La mediación se ha convertido en la panacea universal.
Se utiliza el término como sinónimo de arreglo o de solución concordada, pero hay que poner las cosas en su justo medio.
Ni siquiera existe conformidad entre los expertos sobre qué es mediación, porque bajo ese gran cobertura se concentran figuras muy variadas.
La mediación, en cuanto intervención de terceros ajenos al conflicto, para llevar a las partes a encontrar un ounto intermedio en el que resolver sus rencillas, es tan antigua como el tiempo y hay que tener bien claro, que los abogados hemos sido siempre y en todo lugar, los grandes protagonistas de la mediación en el Derecho Privado.
Pero lo que hay que subrayar, porque a veces se olvida por sus defensores, es que la mediación ha de ser por su propia naturaleza, voluntaria. No se puede imponer.
Hablar de mediación obligatoria es un contrasentido.
La mediación es posible cuando las partes quieren pactar el fín de su enfrentamiento, pero tienen dificultades en el cómo.
Y hay es donde la misión del mediador, sea éste un pariente o un amigo, sean los abogados o sean otros con técnicas específicas, es bienvenida.
¿Cómo se posiciona su firma en la llamada Custodia Compartida?
¿Por qué no esta creciendo como en otros países, esta iniciativa?
La custodia alternativa, pues este nombre corresponde mejor con su realidad, es un gran avance en la busca permanente de formas de hacer en las rupturas, que ocasione el menor daño y que causa el mayor beneficio para los menores y para los padres, que piensan fundamentalmente en ellos.
Nosotros defendemos la posibilidad de esta forma de vida de los niños, cuando sus padres no viven juntos.Pero eso sí, hay que ser realistas.
Como todo en el Derecho de Familia, no hay reglas generales, ni principios universales.
Hay que atenerse al caso particular. Es preciso crear trajes a la medida de las personas, de la familia y del entorno social.
En España está creciendo, pero hay que tener en cuenta que una vez más, la deficiencia legislativa, pone trabas absurdas.
Por ejemplo, no puede acordarse esta forma de custodia cuando no hay acuerdo de los progenitores, si no existe un informe favorable del Ministerio Público.
Esta exigencia, que, por cierto, está recurrida ante el Tribunal Constitucional, que fallará dentro de 4 o 5 años, dejando en el interim desamparados a miles de niños, resulta tan absurda que se da la paradoja que tramitado contenciosamente un litigio que versa sobre la custodia de un menor, se rechaza la custodia compartida – alternativa – por no existir ese informe favorable del Fiscal, porque el Fiscal, por carencias de plantilla o por lo que sea, ni siquiera ha cumplido su obligación de asistir a la vista y de emitir su preceptivo informe.
¿Qué opina de la legislación que protege al menor es suficiente?
¿Y de los programas televisivos que se alimentan con el morbo de los mas jóvenes?
Yo no creo que el problema sea su insuficiencia, sino su falta de calidad, unida a la falta de preparación de muchos que tienen encomendadas las funciones de protección.
En cuanto a la televisión, daría para una charla completa este tema.
Parece que acallamos nuestras conciencias deformando la imagen para que no se reconozca a un menor, cuando le envenenamos con programas que satisfacen las más bajas pasiones y alimentan la violencia sin límites, olvidando de la obligación que tenemos de formarlos.
Otra tema es el de los conflictos familiares relacionados con los hijos incapacitados o menores, ¿cree que la Ley de Dependencia puede ayudar a resolver estos temas?.
La Ley de Dependencia puede ser un instrumento útil, pero no hay que olvidar lo que decía el Conde de Romanotes: “Dadme la ley, pero dejadme a mí el Reglamento”.
Es el desarrollo y puesta en práctica de la norma la que convierte a ésta en un globo lleno de aire o en una acción que, conducida por personas responsables, científicamente preparadas y con un alto sentido vocacional, produce resultados palpables para una de las tragedias de nuestra sociedad.
Por último ¿cómo ve el problema de la justicia, qué sugerencias ofrece su entidad para que mejore su calidad como servicio público?.
De nuevo creo que a esta altura de la entrevista, el tema que proponen se escapa de las manos. Desde tiempo inmemorial y en prácticamente todos los países del globo, no ha existido una voluntad política de impulsar la eficacia de la Justicia.
De siempre se han regateado los medios necesarios para hacer de este excelso poder del Estado, un elemento de paz y de aplicación del Derecho.
Y cuando hablo de medios, me refiero a los materiales, a los personales y al mundo de las ideas.
Simplemente tomando el parámetro de sus tiempos, hay que afirmar una vez más, que una Justicia lenta, no es Justicia.
Pero nadie se sonroja cuando un día tras otro aparecen en los medios de comunicación noticias pavorosas en relación con el incumplimiento de los plazos judiciales y las demoras en los procesos y en la toma de decisiones, con consecuencias de gravedad inusitada.
Me vanaglorio de contar con el aprecio de ilustres miembros de la carrera judicial que, inmunes a la desesperación, cumplen su función en silencia, tratando de sujetar con las manos abiertas, el torrente de agua que inunda los campos por la rotura de la presa.
La falta de especialización, la actitud imperativa de muchos, la indiferencia de otros, la ausencia de medios técnicos de los que hoy disponen los escolares, son problemas a corregir.
Pero los que, como yo, llevamos asistiendo al espectáculo de la Justicia más de medio siglo, nos echamos a temblar cuando pomposamente se habla de reformas.
Una de ellas, se llevó por delante algo tan indiscutiblemente necesario como la Justicia Municipal, luego llamada de Distrito.Yo creo – y con esto termino … por el momento – que lo primero que hay que hacer es poner en valor la función de juzgar y a los hombres que lo hacen.
Es la labor más trascendental en una sociedad moderna; en un llamado estado de Derecho.
Hay que dotar del máximo de atractivo el oficio de Juez.En todos los aspectos.
Para atraer a su sitial, no sólo a unos vocacionales sacrificados, dignos de admiración, sino a todos los mejores de cada promoción.
Hay que restar cabezas y corazones a los Notarios, a los Registradores y a los Técnicos Comerciales.
Hay que convencer a nuestra sociedad de que la más alta misión a la que pueden y deben aspirar sus hijos, es la de Juez.
Y no la de Juez “estrella”, sino de aquel que con sentido común, imparcialidad y conocimiento de la ley y de la naturaleza humana, imparte día a día Justicia entre las cuatro paredes de su Tribunal.
Porque … “Juzgar es oficio de dioses”.
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