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ELENA PORRAS SÁNCHEZ - Secretària d'ADICC - Dones per la Igualtat i la Custòdia Compartida 12/10/2008
Injusta y tristemente, cada vez que se produce un nuevo episodio de violencia de género en este país de manos de un maltratador, a menudo se tiende a demonizar a un sector de nuestra sociedad por el simple motivo de tratarse de personas del mismo sexo que el único culpable de haber cometido la agresión.
Desgraciadamente, los sectores feministas más radicales, también llamados "hembristas", utilizan esas muertes para engordar sus listas de estadísticas en su propio beneficio, en un intento más de señalar con el dedo a los varones como causantes de todo mal, (manteniendo así, su rentable negocio de victimizar más a las víctimas, y culpar al hombre sistemáticamente, en nombre de un feminismo obsoleto y completamente ajeno al feminismo de igualdad que perseguimos las mujeres del siglo XXI).
Soy consciente de que en este país (y por supuesto fuera de él) hay personas que viven mirando continuamente a su espalda con el temor de poder ser la próxima víctima.
Y sé que todo maltrato conlleva un período de recuperación.
Sé que no todos tenemos la misma capacidad de cura y que una debilitada autoestima necesita ser alimentada dia a dia para lograr que se llene de nuevo de esperanza e ilusión.
Sé que las heridas tanto externas como las que no son visibles (estas tardan más, en sanar), poco a poco irán cicatrizando, aunque lamentablemente su recuerdo perdure por siempre más en nuestra memoria.
Por ello sé también, que todo tiene un principio y un fin y que lo que un dia no nos mató, hoy nos ha hecho más fuertes.
No permitamos que eso sea un lastre que nos impida seguir avanzando.
Deberíamos recordar a aquellas personas que, sin ningún escrúpulo, utilizan el sufrimiento y las lágrimas derramadas de las que realmente son y han sido víctimas, aquellas que con el afán de lucrarse y conseguir un divorcio económicamente más suculento son capaces de la mayor de las mentiras, aquellas a quienes la felicidad de sus hijos poco importa pues son utilizados como moneda de cambio, cheque en blanco, listo al uso…
Que la próxima denuncia en falso que hagan, la próxima demanda sin fundamento, la próxima orden de alejamiento que soliciten con la única finalidad de complicar a un padre su libre derecho a ejercer como tal, arruinándole económica y emocionalmente y, con ello, llegando a colapsar el sistema judicial y los efectivos policiales, (que son y deben estar para velar por la seguridad e integridad de quiénes realmente los necesitan con independencia de edad o sexo)…
Que ellas son también, en muchas ocasiones, las verdugos de las personas realmente maltratadas.Que la próxima muerte y las que lamentablemente le puedan seguir recaigan sobre sus conciencias, haciendo cómplices a todos: abogados/as que aconsejan y potencian que esto sea posible, a todos los jueces/zas, que admiten a trámite demandas ridículas, a todos aquellos políticos/as que se mantienen al margen provocando un desamparo legal…
Que sepan que con semejante actitud no son menos culpables y que son cómplices de un delito moral: señalar con el dedo culpabilizador a aquellos que simplemente pretenden seguir ejerciendo su legítimo derecho como padres.
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