Madres asesinas
Diario de Cadiz / 23.09.2007
http://www.diariodecadiz.es/169176_ESN_HTML.htm
Mariló Montero
En general, me cuesta creer que lo sean, al menos alevosas.
No obstante, las estadísticas aseguran que un porcentaje muy elevado de los niños asesinados, lo son, en primer lugar, por sus progenitores; en segundo, por sus familiares cercanos; luego están los amigos y, por último, las desapariciones por secuestros de pederastas y otros maníacos.
¿Y por qué me planteo esta cuestión?
Pues porque nos han educado para verbalizar los interrogantes al objeto de hallar una respuesta que nos lleve, si es posible, a la solución.
Cada vez que nos informan de que una madre ha tirado a su bebé a la basura o que otra ha degollado a su hija de seis años y no nos dicen por qué lo han hecho siento un enorme desasosiego.
Aunque pasen días, de esas noticias se necesita conocer el final. Sin embargo, suelen quedarse en el primer impacto, en el titular sensacionalista y luego, donde uno puede encontrar la justificación que cerraría en redondo nuestra preocupación, que es en el por qué de las cosas, eso, al concluir el caso, no interesa.
Los medios alimentan el morbo natural –que no es otra cosa que la necesidad imperiosa de comprender lo que pasa–, pero no lo sacian, con lo que el morbo se convierte en detestable, ya que no se hace en beneficio del objetivo principal: comprender lo que pasa.
Lanzan el titular, exclamamos ¡qué barbaridad! y ahí quedó el problema, sin un por qué, sin una solución.
Necesitamos saber el contenido de la letra pequeña para ilustrar a la masa social, que no es otra cosa que la vecina de este tipo de personas, las cuales, es posible, no matarían en otras circunstancias.
Leo en un titular que una mujer de nacionalidad rumana ha tirado a su bebé recién nacido, vivo, al cubo de la basura.
Se me ocurren muchos por qué: era inmigrante y su situación económica estaba al límite…
Otro dato: ocultó su embarazo. Aquí hay cierta premeditación. Es decir, que tal vez llegaría a pensar que estaba sola y nadie la ayudaría. ¿Por qué? ¿Por la falta de solidaridad y el desinterés del vecindario justiciero que no se saluda ni dentro de un ascensor o cuando se cruza en la escalera?
Otro caso reciente es el de la madre en tratamiento psicológico que degolló a su hija y después intentó suicidarse.
Tampoco sabemos por qué. Quizá no estaba tan loca, puesto que, al parecer, sedó a su pequeña, tal vez para evitarle sufrimiento, lo cual denotaría cierto nivel de compasión por la niña.
O quizá, dado que su objetivo era suicidarse, no quiso que se quedara… ¿sola?
Una exclamación común ante este tipo de barbaridades difíciles de comprender es que cómo es posible que haya madres que maten a sus hijos en un país desarrollado como es España.
Quizá porque ellas no lo están. ¿Por qué?
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