Ilustración: Elvira Zamorano
Estar enamorado/a es fantástico. Sin embargo, mantener una relación de pareja no siempre es fácil y puede requerir dedicación. La comunicación, el equilibrio, la pasión y la intimidad son elementos clave. A continuación algunas pautas para vivir una relación rápida e intensa, y sufrir mucho en el proceso (o algunos comportamientos y actitudes a evitar para vivir una relación afectiva más saludable).
1. Realízate a través de tu pareja.
Antes eras una persona un poco insatisfecha. Es normal. Lo importante es el amor y compartir tu vida con alguien. Pero ahora, estando en una relación..., no, ahora te sientes una persona completa. Al fin y al cabo has encontrado tu media naranja, tu alma gemela. Es muy importante compartirlo todo. Tus amigos son sus amigos. Su familia es ahora tu familia. Sus intereses son los tuyos. Sus éxitos son tus éxitos. Sus fracasos son tuyos también. Si queda algún reducto de individualidad, acaba con él. La autonomía es un virus mortal para el amor.
2. Ayuda a evolucionar a tu pareja.
Te enamoraste tanto por su encanto como su potencial. Después de un tiempo, ya va siendo hora de limar aquellos aspectos que no te convencen. ¿No debe arreglarse un poco más? Si te lo va a agradecer. Y el tabaco hay que dejarlo. Es mejor para todos. Bueno, y esas pequeñas lorzas..., cuando empiece a hacer deporte te lo va a agradecer. Sí, intenta cambiar aquellos detalles que no gustan a nadie. No eres intransigente, lo haces por su bien (y el tuyo, que es casi lo mismo).
3. Exprésate.
La comunicación en el ámbito de la pareja es un aspecto fundamental. Es importante que sea espontánea y natural. No pienses demasiado y expresa con detalle todo aquello que te molesta o decepciona. Al fin y al cabo, es para estar mejor. Si tu pareja también expresa sus sentimientos (si no lo hace al inicio, no te preocupes, acabará haciéndolo), no olvides devolver los tuyos. Si son todavía más intensos mejor. No vaya a pensar que dejas algo dentro. No te dé reparo acabar en pelea. Donde esté una buena reconciliación... Los amores más queridos son los más reñidos. Una verdad como un puño.
4. Fomenta la comunicación no verbal.
A veces sobran las palabras. Puedes llegar a comunicarte casi telepáticamente. Si no te interesa lo que te cuenta o simplemente te aburre, imagina que chupas un limón. Verás que el gesto resultante en tu cara logra una reducción inmediata en la duración de su monólogo. Si te parece que no está en su mejor momento, sólo tienes que evitar el contacto ocular. Si notas que quiere sexo y tú no, ofrece tu espalda y sitúate en un extremo de la cama. En breve, tu pareja utilizará los mismos códigos. ¡Funciona!
5. Procura estar virtualmente cerca.
Las redes sociales en realidad están al servicio de las relaciones afectivas. Es importante observar sus comentarios en Facebook, su estado en WhatsApp y lo último en Twitter. Son herramientas muy útiles, te ofrecen mucha información y una comunicación de calidad. Observa los rastros en sus anteriores relaciones, su familia, sus amigos/as. El día es mucho más ameno entre whatsapps. Es fundamental estar siempre cerca, buscar su proximidad. No es control, es cariño.
6. Escucha tu corazón.
El corazón no miente. Tú sabes que si te sientes mal es porque algo no va bien en tu relación. O si te sientes genial, es porque tu vida en pareja es inmejorable. Una relación es una montaña rusa. No des demasiadas vueltas a las cosas. El amor no es racional. Olvida lo superfluo, el trabajo, los amigos, tus aficiones. Escucha tu corazón y actúa. Eres una persona pasional ¡Es fantástico!
7. Mantente alerta.
No es cuestión de desconfianza, pero sí de suspicacia. Es muy importante observar sus movimientos y mantenerte alerta. El mercado de la carne es tentador. No tengas ningún reparo en mostrar tus celos, porque implican que eres una persona enamorada. Y por supuesto, tu pareja debe mostrar los suyos. Disfrutad de vuestro deseo de posesión exclusiva. No olvides marcar tu territorio cuando lo creas adecuado. Tu mercancía es sólo tuya y no está a la venta.
8. Busca el equilibrio.
Busca la equidad y lucha por tus parcelas de poder. Si tu pareja ha decidido donde pasar el fin de semana, es muy importante que tú decidas qué comeréis los próximos días. Si has dedicado más tiempo a las tareas domésticas, es crucial encontrar una compensación en la cama. Las cesiones en un ámbito, ya sea económico, social, familiar o sexual deberán ser compensadas en otro. En el que tú decidas. Emprende cruzadas personales para salirte con la tuya. Porque tú tienes razón y lo sabes. Es vital hacerte respetar.
9. No olvides.
Tú eres una persona que perdona, pero no olvida. Es importante hacer inventario de todas aquellas veces que tu pareja cruzó una línea roja o cuando no ha estado a la altura. No se trata de convertirse en una persona rencorosa, el objetivo es tener un listado de reproches a mano para prevenir nuevas afrentas en el futuro. Es preciso no sacarlo siempre, los reproches pierden efectividad con el uso. Hay que esperar esos momentos en que vemos al otro/a en estado relajado. Entonces, ¡zás!
Es probable que, habiendo seguido los pasos anteriores, en el clímax, obtengas una dolorosa ruptura. Si no, vuelve al primer paso. Tú puedes conseguirlo.
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