Por Paulina Sepúlveda - 29/09/2013/Chile
Una pareja que se separa no sólo enfrenta el duelo sentimental, también pierde espacios en común, vínculos, bienes, dinero y calidad de vida.
¿Pero cuál es el real impacto económico de un divorcio?
Un estudio de la Facultad de Emprendimiento y Negocios de la U. Mayor, realizado por Gonzalo Doña y que analiza las encuestas Casen (2000, 2003, 2006 y 2009) y Censo 2002, establece que una mujer que se separa en Chile tiene 24% de probabilidades de caer en situación de pobreza. “Eso es independiente de su educación, aunque mientras más baja la educación de la mujer, mayor es la probabilidad (57%)”, sostiene Doña.
No es todo: datos de Casen 2011, analizados por el experto, muestran que los ingresos del núcleo familiar de una mujer que se separa bajan -en promedio- 46%.
Si la cifra se desglosa por quintil, los extremos son los más afectados: mientras el 1º quintil (más pobre) sufre una caída de ingresos de 47,4%, en el 5º es de 61,1%.
En el 2º quintil es de 38%, en el 3º es del 36,7% y en el 4ºdel 40,2%.
Eso significa que una mujer ABC1 casada pasará de un nivel de ingreso promedio de $ 2.618.998 a $ 1.018.970 si se separa.
En el otro extremo de la escala social, la cifra es más dramática: de $ 201.433 pasan a apenas $ 106.049. Mientras que la clase media también evidencia los efectos: de un ingreso familiar promedio de $ 837.385 bajarán a uno de $ 500.873.
No pago de pensiones
Parte importante de la reducción económica, dice Doña, se debe a que las pensiones de alimentos no se pagan. Y ellas son las que más dependen de ese aporte: 73,5% de las causas de alimentos son presentadas por mujeres, establece la Corporación de Asistencia Judicial (CAJ).(....)
También los hombres
Aunque el estudio no los contempla, los hombres también ven mermados sus ingresos tras el divorcio.
Mónica Jottar, abogada de familia, explica que en una separación tradicional, en que la madre se queda con el cuidado de los hijos, el hombre está obligado -por ley- a entregarle hasta el 50% de su sueldo. Un escenario complejo, dice la abogada, especialmente para padres de clase media y media alta. “Pasa que hay hombres que ganan 3 millones de pesos y se les fija un monto cercano al 50% de pensión. Pero, además, pagaban el dividendo y piden que ese monto se descuente. Pero como son profesionales, muchas veces eso no pasa”, dice.
Nel Greven, jueza del Juzgado de Familia de Pudahuel, explica que lo común es que se establezcan montos de pensión de alimentos correspondientes al 30% o 40% del sueldo del hombre. Lo que se resguarda es que la realidad del niño se vea lo menos alterada. “Para algunos, no es razonable pagar clases de esquí, pero si es algo normal para el menor, es importante. Los niños ya viven un cambio por la separación de los padres y no pueden cambiar su cotidianidad”.
También está la compensación económica, aspecto que introdujo la ley de divorcio en 2004 y que busca beneficiar a la mujer que se ha dedicado al hogar en su matrimonio y que por ello no trabajó o estudió. Eso también le resta patrimonio al hombre.
Sin embargo, la experiencia muestra que mientras el empobrecimiento de la mujer que se separa persiste en el tiempo, el del hombre dura hasta que sus hijos terminan de estudiar (hasta 28 años máximo) o incluso antes. Lo anterior pasa por el costo extra que significa criar a los hijos: la mujer no tiene tiempo extra para estudiar ni crecer económicamente y termina haciéndose cargo de todas las eventualidades. Sin embargo, Claudia Lucero, sicóloga de la U. Diego Portales, indica que cada vez más padres buscan compartir esa carga cotidiana.
“Se ven cada vez más padres compartiendo la responsabilidad de crianza y gastos, lo que es mejor para los niños, que ven que tienen dos casas y dos padres preocupados”, dice.
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