jueves, 23 de septiembre de 2010

Un juez pide la extradición a España de una madre por sustracción de menores

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Un juez pide la extradición a España de una madre por sustracción de menores
La mujer fue detenida en Italia tras la denuncia del ex compañero, que tiene la custodia del niño

PERE RÍOS - Barcelona - 30/01/2004
Un juez de Barcelona ha solicitado del Gobierno que tramite la extradición de Italia a España de una mujer de 34 años acusada de un delito de sustracción de menores.
Los padres del niño se separaron el año pasado y es el hombre quien tiene la guardia y custodia por sentencia judicial.
El hijo, de 3 años, pasó 1 mes de vacaciones con su madre y debía haber sido devuelto el 1 de agosto, pero la mujer se marchó a Italia.
El padre la denunció, el juez dictó orden internacional de detención y finalmente fue arrestada en Nápoles el 14 de enero.

Las sustracción de menores se considera un delito en España tras la reforma que entró en vigor el 11 de diciembre de 2002, cuando se introdujo el artículo 225 bis en el Código Penal.
Este precepto castiga con penas de entre 2 y 4 años de prisión e inhabilitación para ejercer la patria potestad por un tiempo de entre 4 y 10 años al "progenitor que sin causa justificada para ello sustrajere a su hijo menor".
En el caso de que el niño fuese trasladado fuera de España, como ocurrió en este caso, la pena que marca el Código Penal se sitúa en su mitad superior. Es decir, de 3 a 4 años de prisión.

Diversas fuentes judiciales coincidieron en señalar ayer que no se conocen precedentes en España de que se haya dictado una orden de extradición por sustracción de menores.
Este caso aún resulta más singular porque la acusada es una mujer y no un hombre, contrariamente a lo que suele ocurrir en la inmensa mayoría de los casos de niños que no son devueltos.

La reforma legal de hace poco más de 1 año fue muy aplaudida por diversas organizaciones y se introdujo al comprobar que se había creado un vacío legal al eliminarse del Código Penal de 1995 la sustracción de menores, aunque se agravó la pena para los de detención ilegal y secuestro de menores.
En la práctica lo que ocurría era que cuando un progenitor se llevaba a un niño esa conducta quedaba impune desde el punto de vista penal y había de resolverse por la vía civil.

Relación rota
Salvador Fornás, de 44 años, y María Soria, de 34, eran una pareja de hecho de la que nació un niño que ahora tiene 3 años.
La relación se rompió y presentaron demanda de separación.
El padre solicitó que se le concediese la guardia y custodia al tener domicilio y arraigo familiar en Barcelona, así como un trabajo estable.
Además argumentó que la madre tenía una vida muy inestable, sin domicilio conocido, y que era probable que se marchase de España porque tenía un nuevo compañero sentimental con residencia en Italia.

En junio de 2003, un juzgado de familia de Barcelona dio la razón al hombre y le otorgó la guardia y custodia, una decisión judicial poco habitual en caso de separación y mucho menos con un niño de tan corta edad.
La sentencia establecía el régimen habitual de visitas en estos casos y por ello la madre disfrutó en julio de 1 mes de vacaciones con el pequeño.
El 1 de agosto, el niño no fue devuelto a su padre, por lo que el hombre la denunció por sustracción de menores.

La denuncia siguió su trámite y el 7 de octubre de 2003 el Juzgado de Instrucción nº 31 de Barcelona acordó la detención de la mujer para poder recuperar al niño y entregarlo a su padre. Para ello, el juez cursó una orden internacional de detención a través de la Interpol y facilitó todos los datos que le proporcionó el padre.

El juez justificaba su decisión argumentando que la mujer había abandonado su domicilio y que existían indicios de que pudiera encontrarse en Nápoles o Milán, en compañía de un ciudadano italiano que se identificaba y utilizando un vehículo de matrícula española que también se facilitaba.

La mujer fue detenida el 14 de enero en la localidad italiana de Caserta, a 27 kilómetros de Nápoles, y 2 días después el padre viajó hasta allí para recuperar al pequeño.
El 19 de enero el mismo juez dictó otra resolución por la que decretaba el ingreso en prisión de la madre y solicitaba del Gobierno que tramitase la extradición a España.
La mujer permanece retenida en Italia en unas dependencias policiales a la espera de que el Gobierno tramite la extradición, un proceso que puede prolongarse durante poco más de 1 mes y que ha de ser aprobado por el Consejo de Ministros.

Fuentes judiciales explicaron ayer que cuando la mujer regrese a España es muy probable que ingrese en la cárcel, pues el juez razonaba precisamente para ordenar su detención que podía huir de Italia si quedaba en libertad.

152 denuncias
Otro de los rasgos singulares de este caso, además de que la acusada es una mujer, es que la pareja es de nacionalidad española.
En 1997 se creó en España la Asociación para la recuperación de Niños Sacados de su País, una entidad con sede en Zaragoza que actualmente tramita 152 denuncias por este motivo.
La inmensa mayoría de estos casos presentan las mismas características: uno de los progenitores es extranjero y son los hombres los que aprovechan el régimen de visitas para huir con los hijos.

¿Y cuáles son los motivos que llevan a una persona a actuar así?
"Desde luego, el amor a los niños no", responde una portavoz de la asociación.
"Hay de todo, pero lo que predomina es el odio hacia el que había sido cónyuge y el intento de chantaje para sacar dinero", añade la portavoz.

La abogada María José Varela, defensora habitual de mujeres maltratadas o separadas, lo explica de otra manera.
"Nunca es bueno generalizar, pero en el caso de los hombres el odio hacia ellas está por encima del sentimiento que puedan tener hacia sus hijos, mientras que en el caso de las mujeres suele predominar el apego a los menores".

Manuel Pedraz, el abogado del padre, prefiere huir de estas generalizaciones y asegura que "lo importante de este caso es que supone un rayo de luz para las familias que están en situaciones parecidas".

"No podía dormir porque me faltaba mi hijo"
Salvador Fornás, camarero de profesión, explica que no guarda rencor a su ex mujer.
"Al principio el odio no me dejaba dormir porque me faltaba mi hijo. Ahora duermo mejor, pero sigo sintiendo rabia".
Se declara "muy feliz" tras la recuperación del niño y asegura que ahora quiere dedicarse de lleno a él, por lo que no se plantea una nueva relación de pareja.

Al mirar lo ocurrido con perspectiva y por tópico que parezca, Fornás afirma que, aunque su historia haya acabado bien, se sintió discriminado durante todo el proceso judicial.
"Ninguna persona, sea hombre o mujer, tiene derecho a hacer esto con un niño, pero lo que yo veo es que en casos así los padres siempre somos los malos de la película. Y hay muchos más hombres de los que la gente se cree que sufrimos estas situaciones sólo por el hecho de ser hombres".

En su caso, recuerda que la mujer le acusó de malos tratos y de alcoholismo durante el pleito de separación y que, al tratarse de un pleito civil, fue él quien tuvo que demostrar que nada de eso había ocurrido y llevar testigos para desmentirla "en vez de haber sido ella la que probase las acusaciones".
Pese a haber recuperado a su hijo, Fornás seguirá ejerciendo la acusación en el pleito contra su ex mujer

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