miércoles, 27 de noviembre de 2019

Mitos y tabúes que dificultan la custodia compartida

Jueces, fiscales y abogados proponen la creación de un Código de Familia diferenciado del Civil, así como un procedimiento especializado.
Carlota Fominaya, MADRID, 27/11/2019
La custodia compartida... ¿es una medida eficaz cuando es impuesta? ¿Es mejorable? ¿De qué manera? La Fundación Atyme, pionera en mediación en nuestro país, ha elaborado un estudio en el que se analiza este sistema, cuya intención es «empujar» a los progenitores al cuidado conjunto y a la corresponsabilidad de los niños, y concluye que «hay mucho por hacer», tal y como advierte Trinidad Bernal, directora de la entidad.
El cambio empieza, señala este informe, por los propios progenitores. 

Y la conclusión que se extrae es muy sencilla: aunque la relación de pareja termine, estos deben pensar en los niños e intentar llegar a un acuerdo. No es un problema de la justicia. De hecho, tal y como señala el juez de Familia José Luis Utrera, «lo más difícil no es dictar sentencia, lo más difícil viene después. Las cosas no se resuelven con un litigio. Los jueces no conocen a sus hijos ni sus necesidades, son los padres los que pueden tomar las decisiones más adecuadas. Los progenitores no pueden dejar de ser progenitores. El hecho de que vengan a un juzgado no significa que sus hijos pasen a ser hijos míos, porque muchos quieren delegar su responsabilidad en el juez».
En este tipo de procedimientos es básico que «los progenitores entiendan que son padres y madres, no partes», matizan desde Fundación Atyme. «No tienen que verse como contrarios porque ambos son necesarios para sus hijos, y los 2 tienen que colaborar de forma corresponsable en el cuidado de sus hijos. Ambos son responsables y no deberían delegar en abogados o jueces las decisiones que afectan a sus vidas y a las de sus hijos. En definitiva, los progenitores no pueden dejar de ser progenitores. Los 2 tienen mucho que decir».
Legislación «ad hoc»
Aunque quizás exista, reconocen desde esta institución, cierta confusión alrededor del término, que en realidad tendría que llamarse «custodia repartida, en lugar de compartida, ya que lo que se hace es repartir los tiempos entre ambos progenitores. Custodia compartida no es adecuado, no se comparte porque no se convive». 
«Quizás -sugiere Fundación Atyme- habría que reemplazarlo por otro que exprese mejor cómo van a seguir ejerciendo los progenitores las funciones parentales, teniendo en cuenta los cambios que el cese de la convivencia conlleva, a través de un plan de coparentalidad».
En esa línea de intentar darle al término una perspectiva «colaboradora y no de confrontación» desde Fundación Atyme proponen actualizar y unificar toda la legislación en materia de familia (y separación) del procedimiento de procedimiento civil. De manera preventiva este nuevo código de Familia ayudaría por un lado, aseguran estos expertos, «a impulsar el trabajo en equipo de jueces, fiscales, letrados de la administración de justicia y equipos psico sociales de los juzgados», y por otro, «a separar las cuestiones materiales, como son la liquidación de gananciales, el uso del domicilio familiar, las pensiones... de los relacionados con el cuidado de los hijos». La idea es, señalan, «un procedimiento de familia cuya perspectiva no sea ganar/perder, porque los progenitores no son partes, los dos están en el mismo lado, los dos quieren a sus hijos y ese enfrentamiento les perjudica».
Especialización
Lo anterior, advierten, requiere de una formación específica en relaciones interpersonales de todos los operadores. «Desde jueces, fiscales, letrados de la Administración de Justicia, equipos psico sociales e, incluso, funcionarios, que ayuden a humanizar el procedimiento de familia».
En lo que respecta a los abogados de familia, que suelen ser los 1º receptores de las partes que conformaban la pareja, deberían disponer de un enfoque colaborador y que, tal y como señala la abogada Soledad Benítez-Playa, «tengan imaginación y generosidad para encontrar una solución común para que ninguno de los 2 se vea indefenso o frustrado, y esto pasa mucho por solucionar el tema de la vivienda», reconoce.
Para la letrada de Familia Gabriela Domingo, «hay que tener una madera especial... No son pleitos para llevar como si fueran de Mercantil. 
Los abogados tenemos que tener una formación en mediación, en negociación, en Psicología, haber asistido ido a muchos cursos, y tener experiencia... Un abogado de familia tiene que estar preocupado por los niños de esa pareja, porque no salgan perjudicados. Debe intentar muchas fórmulas para llegar a acuerdo con mediación o con colaboración o negociación entre los abogados especialistas. Debe haber una profunda transformación».
Pactos, mediación
En este sentido, los jueces cuestionados en el informe aconsejan a las familias «que busquen un buen abogado conciliador, que evite los enfrentamientos, que se distancie e intente llegar a acuerdos. Que sean dialogantes, objetivos... que echen agua en vez de leña. Abogados que ofrezcan a sus clientes consejos que les ayuden a cambiar el afán de competir por el de colaborar». 
O que acudan a mediación previa al uso judicial.
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