Cuervo Alfageme Abogados |
14-09-2015 |
Cuando una pareja se casa lo hace para toda la vida, pero las
estadísticas demuestran que no siempre se cumple esta previsión. Por ello es
importante que cuando se vayan tomando decisiones respecto a cómo enfocar la
vida de casados, se tenga en cuenta que bien puede acabarse antes de lo
deseado, lo que no es incompatible con apostar por la relación.
Los matrimonios de nuestros
abuelos estaban casi blindados. Hasta el año 1981 no se incluyó el divorcio en
el Código Civil (salvo un breve periodo de tiempo anterior) y aun en ese
momento se hizo estableciendo supuestos tasados en los que podía pedirse, siendo
necesario demostrar que existía una causa para poder lograr el divorcio. En
aquel momento la tendencia era conceder la custodia de los niños a la madre
y, si esta no trabajaba, fijar una pensión compensatoria, habitualmente
de forma indefinida.
Las cosas desde entonces han cambiado
mucho. Con la reforma del año 2005 desaparece el divorcio causal y ahora
cualquiera de los cónyuges puede solicitarlo sin tener que exponer razón
alguna. La custodia compartida va ganando puntos y se presupone que la madre y
el padre están igualmente cualificados para el cuidado de los hijos. Las
pensiones compensatorias han caído en picado y la tendencia es establecerlas de
modo temporal a no ser que el matrimonio haya sido de larga duración y el
cónyuge se haya dedicado al cuidado de la familia. La pensión de viudedad
ya no está garantizada en caso de divorcio. Si sumamos a estas circunstancias
el hecho de que nuestro país atraviesa una crisis económica con altas tasas de
desempleo y que los salarios son bajos, el mejor consejo que hoy día se puede
dar a una pareja que inicia su vida juntos es que cada uno de ellos se preocupe
de obtener ingresos, sin depender económicamente el uno del otro. La ecuación
más segura es la compartir responsabilidades tanto para obtener ingresos
como para cuidar a los hijos. Atrás quedaron los tiempos en los que una mujer
podía decidir dedicarse al cuidado de sus hijos con la tranquilidad de que su
marido se encargaba del sustento económico, pasara lo que pasara. Y este
consejo es tanto para ellos como para ellas, porque la igualdad está presente.
Ahora
bien. ¿Y si una pareja decide que 1 de los 2, sea hombre o mujer, se
dedique a cuidar a sus hijos? Es una decisión respetable, sin duda. Pero
nuestra recomendación es ajustar esa decisión al régimen económico del
matrimonio y dejar prevista alguna medida para caso de ruptura a través de las
capitulaciones matrimoniales. Al menos de este modo puede preverse cierta
cobertura para la parte económicamente más vulnerable.
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