Las medidas cautelares dictadas por una jueza determinan que
viva cada día con un progenitor y alterne fines de semana y vacaciones
LAURA BLANCO /SEVILLA /09
ABR 2017
La custodia compartida de los hijos en caso de divorcio ha
dejado de ser excepcional tras la última reforma del Código Civil que impulsó
su normalización. La fórmula que se establezca para ello la determinan los
jueces, siempre que sea posible previo acuerdo de las partes. Ante la petición
del padre de una niña de fijar un régimen de custodia compartida, la titular
del juzgado de Primera Instancia nº 6 de Sevilla, Mª José Cuenca, ha
dictado un auto de medidas cautelares, hasta determinar un régimen definitivo
que obliga a una niña a cambiar de casa a diario para vivir cada día con uno de
sus progenitores, siendo la pequeña la que cambia de domicilio.
El auto, al que ha tenido acceso este periódico, fija que la
niña viva los lunes y miércoles con su padre, que actualmente reside en casa de
los abuelos de la pequeña, y los martes y jueves con su madre, a la que en
principio se ha atribuido el domicilio familiar en el acuerdo de divorcio. Los
fines de semana, desde el viernes a la salida del colegio, los pasa
alternativamente con cada progenitor, al igual que las vacaciones.
La custodia compartida fue solicitada por el padre cuyo
abogado, Fernando Galisteo, del bufete Gavidia, reconoció que su propuesta
inicial fue que la niña alternara su estancia con cada progenitor por semanas.
No obstante explicó que la jueza decidió este sistema que
admitió que no es habitual teniendo en cuenta factores que lo facilitan como la
proximidad entre ambos domicilios y de éstos con el colegio de la niña, la
jornada laboral de ambos progenitores y la buena relación entre ellos.
En este sentido, el letrado mostró su satisfacción por haber
logrado la custodia compartida y señaló que con este sistema, si se constata
que no afecta a la niña, se logra mantener una relación «fluida» con ambos
padres que es el objetivo. De momento asegura que la niña se ha adaptado bien y
en cada casa tiene su propio cuarto y ropa por lo que «no está con la maleta a
cuestas». Con todo, en la vista definitiva se valorará el funcionamiento de
esta fórmula y se escuchará a la niña.
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