Las parejas que consideran la posibilidad de divorciarse suelen recurrir a la terapia como último intento desesperado por salvar su matrimonio.
La edición estadounidense de The Huffington Post ha conversado con varios terapeutas matrimoniales para resolver algunas dudas sobre el tema y, concretamente, sobre los motivos que suelen tener las mujeres que toman la decisión de divorciarse. Estas son sus conclusiones:
1. Sienten que no se les valora y que son excesivamente responsables de la relación.
Para que un matrimonio funcione, ambas partes tienen que estar presentes. Requiere atención, esfuerzo, intención y comunicación. Al final del día, muchas personas evalúan todo lo que hacen por la familia y se preguntan dónde ha estado su pareja, explica Kristin Davin, psicóloga residente en Nueva York.
"Hay muchas mujeres que sienten que llevan todo el peso de la relación, que hacen la mayor parte del esfuerzo emocional y que constantemente tienen que buscar cosas nuevas para mantener la relación viva", añade.
"Se frustran cuando no reciban la misma consideración como respuesta. Con el paso del tiempo acaban diciendo '¿por qué molestarse?".
Por eso, "el ingrediente clave para un matrimonio sano es la comunicación", sostiene Christine Wilke, terapeuta matrimonial de Pensilvania.
2. Discuten siempre por lo mismo con su pareja.
Muchas parejas que pasan por terapia matrimonial llevan años discutiendo por las mismas cosas. Cuando las necesidades no se satisfacen en repetidas ocasiones, el resentimiento mutuo aumenta (un factor que es mortífero para una relación), opina Olga Bloch, terapeuta matrimonial y familiar de Maryland.
"Cuando alguien siente que no es capaz de promover cambios, se empiezan a oír afirmaciones como 'nunca me escuchas' o 'tus disculpas están vacías y no significan nada", explica Bloch. "Al final, esta persona se rinde con la relación y empieza a buscar una manera de salir de ella, porque seguir adelante ya no es una opción".
3. Están insatisfechas con su vida sexual.
Para la mayoría de las parejas, el sexo es un buen barómetro para medir la salud de una relación. Cuando se quejan de su vida sexual, normalmente hay más problemas fuera del dormitorio, argumenta Davin.
"Si te sientes sexualmente frustrado en tu matrimonio, te sientes agotado y con grandes carencias emocionales", aclara. "Algunas veces la cuestión es: ¿los miembros de la pareja pueden ser cariñosos sin que la cosa acabe en sexo siempre? La intimidad sexual puede convertirse fácilmente en un problema que cree divisiones en el matrimonio".
4. No hablan ni conectan emocionalmente con su pareja como antes.
Según Wilke, muchas personas que llevan un tiempo casadas piensan en divorciarse porque ya no se sienten unidas emocionalmente a su pareja.
"Yo diría que es la razón nº 1 por la que las mujeres deciden acabar con su matrimonio", afirma. "Este problema en particular hace que una mujer infeliz sea mucho más vulnerable a tener un affaire y a buscar esa conexión en otros sitios".
5. Han madurado más que sus parejas.
Es inevitable que las 2 partes maduren individualmente en el transcurso de la relación. Esto se convierte en un problema cuando se van distanciando y una de las partes se resiste a reconectar, apunta la psicóloga de Texas Anne Crowley.
"Los matrimonios cambian y evolucionan, especialmente si han tenido hijos", explica Crowley. "A menudo, es la mujer quien anima a su pareja a ir a terapia para acortar distancias. Si ésta se resiste, se llega a un callejón sin salida: la mujer no quiere seguir repitiendo las mismas conductas tóxicas y él quiere que las cosas sigan como están".
6. Llega un punto en el que el divorcio es la única manera de volver a mirar por sí mismo.
A veces, los problemas duraderos (como las adicciones o la ira descontrolada) llevan a las parejas al límite, señala Winifred Reilly, terapeuta matrimonial y familiar de California.
"Lo que oigo una y otra vez a es que preferirían acabar con su matrimonio antes que enfrentarse otro día, otra semana u otro año con su pareja y los problemas que nunca mejoran".
Después de aguantar este comportamiento durante un tiempo, muchas personas se dan cuenta de que no merecen vivir en tensión y decepcionadas día sí y día también.
"A veces, a pesar del amor, el compromiso y los esfuerzos por mantener vivo el matrimonio, la gente llega a un punto de no retorno y decide separarse", admite Reilly.
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