En los últimos 10 años han sido asesinadas en España a manos de sus parejas o exparejas más de 640 mujeres
Argelia Queralt/ 24/08/2014
1. La violencia de género o
violencia machista contra las mujeres es una manifestación de la
desigualdad existente entre aquellos y estas. Así ha sido reconocido por
todos los foros internacionales de tutela de los derechos humanos
(entre los más recientes el Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica).
2.
La violencia de género en el ámbito estatal se identifica con la
violencia sobre una mujer causada por su pareja o expareja. Por tanto,
se trata de una aproximación restrictiva a esta realidad. El contenido
de este tipo de violencia en el ámbito internacional o, por ejemplo, catalán es más amplio, alcanzando cualquier violencia machista sobre las mujeres.
3. De la ley de protección integral,
que marcó un antes y un después en la lucha contra lacra de la
violencia machista contra las mujeres, se ha destacado especialmente su
contenido penal. Sin embargo, como su nombre indica, es una norma que
incorpora un espectro muy amplio de medidas que tratan de luchar de
forma global contra este tipo de violencia.
Otra cosa es que algunas no
se hayan implementado por falta de recursos (humanos y económicos) o por
falta de voluntad política.
4.
Lo que diferencia a la violencia machista de otras violencias públicas o
privadas es la razón que la mueve: una concepción de la mujer como ser
subordinado al hombre. Así pues, la violencia machista no persigue
cualquier violencia de un hombre frente a una mujer, sino aquella que
viene motivada por una pretendida desigualdad entre ellos.
5.
La violencia machista de género se produce muchas veces en el ámbito
familiar pero, después de muchos años de lucha, se ha conseguido
diferenciarla de otras violencias que también se producen en el ámbito
familiar. Además, es transversal: no entiende ni de edades ni de clases
ni de grupos sociales ( ver datos).
6.
Los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas sólo son
la punta del iceberg de la violencia de género, puesto que esta también
se manifiesta a través del maltrato físico (desde una bofetada a una
paliza) o psíquico (desde un “¡calla!”, a la humillación constante).
7. En los últimos 10 años y medio
(estamos sólo en agosto) han sido asesinadas por sus parejas o ex
parejas cerca de 700 mujeres según las cifras oficiales del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Pese a estas cifras se estima que son todavía pocas las mujeres que
deciden denunciar y romper con el círculo de terror y silencio que
suele rodear a este tipo de violencia.
8.
Las denuncias falsas existen, sí, pero son la absoluta excepción de los
procesos iniciados por violencia de género. La Fiscalía General del
Estado estima que la cifra en menos del 0,05%.
Y, en todo caso, estas denuncias no justifican denostar una realidad,
la violencia de género como manifestación de la desigualdad entre
hombres y mujeres, y el correcto funcionamiento de su sistema de
protección.
9. Es mucho el
trabajo que realiza todo el aparato policial y judicial en la protección
contra la violencia de género (y machista en general). Sin embargo, la
formación y sensibilización de género de muchos de las personas
involucradas en proteger a las mujeres que sufren esta violencia es
todavía hoy insuficiente. No basta con leyes de género, sino que también
debemos tender hacia una justicia de género.
10.
El verdadero reto en la lucha contra la violencia de género, y la
machista en general, es un cambio cultural que solo vendrá a través de
una educación en igualdad que, a día de hoy, no se está prestando. La
eliminación del currículo escolar de una asignatura como Educación para
la Ciudadanía, en cuyos contenidos estaba incorporada la igualdad como
regla de conducta transversal, no es más que una señal de que no ha
llegado todavía el tiempo del cambio de una cultura todavía hoy
machista.
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