Virginia Álvarez-Buylla Cuando hablamos de violencia de género todo el mundo piensa en la violencia del marido hacia la mujer y casi nadie se da cuenta que también se refiere a la violencia de la mujer hacia el marido. Esto sucede porque este tipo de violencia no suele ser físico es psicológico y no se ve ni se puede demostrar fácilmente.
Esas mujeres que convierten a los maridos en despojos a base de desprecios, de frases hirientes, de ningunearlos delante de los hijos, de echarles la culpa de todo. Quieren que trabajen para que ganen mucho dinero para ellas pero a la vez quieren que estén en casa para resolverles todas las situaciones. Acaban deshaciendo la familia, los hijos acaban despreciando al padre y el padre despreciándose a sí mismo. La solución suele ser prácticamente imposible.
El marido no se atreve a pedir la separación por miedo a perder los niños. La mayor parte de las veces, después de aguantar lo indecible, la mujer se acaba marchando con los hijos porque encuentra otra persona a quién manipular y él se queda sin los niños que es lo que temía desde el principio. Mi consejo para las personas en esa situación es que corten lo antes posible, porque soportar lo insoportable no garantiza que las cosas se arreglen.
En el caso contrario, la violencia del marido hacia la mujer, que hay que reconocer que es lo más frecuente, cuando es física es más fácil de demostrar pero estamos viendo cada día que es muy difícil de solucionar porque aunque consiga demostrarse, a él sólo se le puede exigir que no se acerque a su mujer y aunque se intenta vigilar a esos monstruos, es casi imposible de conseguir, y desgraciadamente comprobamos que cada día hay una nueva víctima mortal, un marido que mata a su exmujer y luego se suicida o lo intenta. Esa frase tan horrible "Mía o de la tumba".
Mi consejo es intentar conocer a la otra persona al principio de una relación y si ves que alguien es demasiado posesivo o que intenta que te vistas como él quiera, que sólo veas a quién él quiera, desconfía y rompe con él en ese momento sin que vaya a más.(....)
(....) porque nunca he tenido problemas, siempre que he dicho que no a alguien, que por aquello no pasaba, me han hecho caso sin rechistar. Quizás aquellos eran otros tiempos.
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