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TRIBUNALES
El exjuez decano de BCN y su esposa chocan en el juzgado.
Regadera dice que solo se defendió, pero su expareja asegura que él intentó matarla
ANTONIO BAQUERO.BARCELONA.16.09.09.
La palabra del uno contra la del otro grabaron el epitafio de un matrimonio.
El exjuez decano de Barcelona José Manuel Regadera y su esposa, María Rosa Igay, ofrecieron ayer en el juicio contra ambos por malos tratos dos versiones opuestas del episodio de violencia familiar que se vivió en su hogar el pasado 2 de abril.
El juez declaró que «no agredió» a su esposa, sino que se limitó a defenderse de los golpes que ella le propinó, mientras que la mujer aseguró haber sido arrojada contra la puerta por su marido.
«Me pegó y me intentó matar esa noche», dijo Igay en el turno de última palabra de un caso que ayer quedó visto para sentencia.
El fiscal pide para él 9 meses de cárcel, y para ella, 7.
Todo se inició con una discusión tras descubrir Igay que su marido le era infiel.
El juez señaló que ella lo había averiguado tras contratar a un detective, pero la mujer comentó que lo supo al encontrar una reserva de habitación de hotel a nombre de su esposo y su presunta amante.
VIOLENCIA EN EL DORMITORIO.
El magistrado explicó que, en la noche de los hechos, él se acostó en su habitación (hacía 11 días que no dormían juntos), donde irrumpió su esposa.
«Entró y me abofeteó. Comenzó a darme patadas y a intentar agarrarme los genitales, cosa que consiguió», declaró Regadera, cuyo abogado destacó que la mujer es experta en kárate.
Sobre los moratones de su esposa en las muñecas, reconoció que la agarró: «Para echarla de la habitación y evitar que me agrediera».
El juez no supo dar una explicación a las contusiones de su mujer en la cabeza.
Igay manifestó que siguió a su marido a la habitación:
«Le pedí que me diera el nombre de su abogado para iniciar el divorcio».
Fue en ese momento cuando, según ella, su esposo perdió los nervios:
«Me empujó, me lanzó contra una puerta y me golpeó la cabeza contra el marco».
La esposa, que admitió haber arañado a su marido, explicó que este la amenazó.
«Me dijo: ‘Se acabó. Voy a acabar contigo para siempre’. Vi como bajaba a la cocina y le oí abrir el cajón de los cuchillos. Yo me encerré en mi cuarto y llamé a la policía».
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