¿Por qué no existe en España la Custodia Compartida?
Os adjunto el texto original de la carta publicada, en el Diario Las Provincias de este domingo, en respuesta a la de la abogada Srª. Evangelio. Martes, 7 de noviembre, 2006
En relación con el artículo publicado por ustedes recientemente en su diario y que escrito por Mar Evangelio llevaba por título "¿Qué ha sido de la custodia compartida?", queremos expresar nuestra total discrepancia con las afirmaciones vertidas en él, que no corresponden en absoluto a un análisis objetivo de la realidad, sino a meros prejuicios de la Sra Evangelio en relación a lo que deben ser según ella las "condiciones" de la custodia compartida.
De acuerdo con esta opinión, que está fuera de todo sentido de la realidad, la Custodia Compartida sólo sería viable cuando la relación entre los padres fuese tan maravillosa y tan de color de rosa que ciertamente no tendría sentido ni explicación divorciarse.
Esta caprichosa y particular exigencia, que ni siquiera está en el texto de la Ley Española en los exagerados e ideales términos expuestos por la Sra Evangelio, (si bien es cierto que en nuestra Ley existen otras reglas aún más arbitrarias), nada tiene que ver con la regulación de la custodia compartida que se aplica con éxito en otros países democráticos occidentales, tales como Italia, Francia, Suecia, o Estados Unidos y Canadá, países en los que, a diferencia de España, sí que existe la custodia compartida porque sus leyes la promueven y la favorecen como un modelo que es bueno para el menor en la mayoría aplastante de los casos de separaciones (es decir: lo excepcional debe ser la custodia exclusiva, que excluye a un referente familiar de primer orden, y lo normal la custodia compartida, que enriquece al menor por cuanto le abre a una mayor pluralidad de referentes afectivos).
Es más, y la Sra. Evangelio probablemente lo sabe pero no lo dice, los estudios hechos en Francia, por ejemplo, demuestran que la custodia compartida disminuye la tensión y los conflictos entre los excónyuges, porque es un modelo que reconoce a las partes como iguales y por tanto impide el sometimiento del otro y el abuso de poder que normalmente trae consigo el hecho de que una parte tenga la sartén por el mango.
El problema en España, y esto es coherente con el discurso aparentemente bienintencionado de la Sra Evangelio, es que aquí se hace algo que no tiene parangón en ningún país democrático de nuestro entorno y es que en los procesos de divorcio hay una parte que es a la vez, porque el sistema la respalda, juez y parte. Hay una parte que decide e impone su ley.
Esto quiere decir que si la parte que tiene todas las de ganar no quiere que la otra participe en la crianza de los hijos comunes, lo tiene bien fácil: no tiene más que decir (o simular) que se lleva de perros con el otro para llevarse el gato al agua. Escenario que al final se convierte en real, pues es un ejemplo claro de profecía autocumplida.
¿Se entiende entonces por qué no existe la custodia compartida en España?
No es que los padres no quieran criar a sus hijos, que muchos sí que quieren y pueden hacerlo, pero no les dejan.
La razón es simple, son nuestros gobernantes, que hacen leyes desastrosas, los que no nos dejan criar a nuestros hijos, los que les privan de una relación completa y equilibrada con su padre, y esto, según se dice, por oscuras razones electorales (oscuras no por secretas, sino por abstrusas y turbias)
¿Qué ha sido de la custodia compartida, Sra. Evangelio?
Usted bien lo sabe, se la cargó el gobierno de Zapatero antes siquiera de que naciera.
MIQUEL-ÀNGEL GARCIA I FERRER
Presidente de APMS Custodia Compartida Ya
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