viernes, 17 de junio de 2022

Cómo 'lidiar' con los hijos de mi pareja

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Cristina Galafate,15 junio 2022 
Salir con alguien que ya tiene descendencia con otra persona tiene numerosas implicaciones. Incluso, se trata de un impedimento para forjar algunas relaciones porque las prioridades cambian.
Los psicólogos animan a tener paciencia y no intentar hacer el papel del progenitor.
Conoces a una persona y todo cuadra. Hasta que te informa de que está divorciado y tiene 2 hijos. La situación no es fácil de manejar y todo el mundo te advierte de que debes ser consciente de dónde te metes. Mientras te visualizas como la madrastra de la Cenicienta, todo puede cambiar.
"Yo siempre he sido reacia a tener una pareja que ya tuviera descendencia. Nunca me ha gustado y hasta he rechazado a hombres solo cuando me lo contaban. Ni siquiera les daba la oportunidad", asevera Sara Ayllón, quien ahora tiene su 1ª pareja con una niña de 6 años. "Llevamos 2 juntos, y desde la 1ª vez que la conocí conectamos un montón. Ella tiene muy asumido que yo no soy su mamá y yo le dejo muy claro que la tiene que querer mucho a ella. Estamos los 3 genial a pesar de haber sido tan reticente a ello". No tiene quejas, sino alabanzas, de ahí que haya desterrado volver a decir 'de este agua no beberé'.
Laura Sánchez también ha decidido convivir con un chico que tiene 2 hijos, de 11 y 10 años. "Mi pareja, Juan, trabaja y cuando se ausenta me deja con ellos solos y me da total autoridad para decirles lo que pueden y no hacer. Hemos desarrollado tanta confianza que hay cosas que me cuentan a mí antes que a él".
No ha tenido mayor problema, pero sí reconoce que el tiempo se tiene que repartir. "Tiene la custodia compartida y, cuando los críos están aquí una semana, podemos hacer menos vida de pareja. Me tocó así y lo he aceptado porque quiero. Y espero que sea mi última pareja, la verdad".
SITUACIONES INCÓMODAS
Pero no todo es de color rosa. A Verónica Jaramillo la experiencia le parece muy negativa. Se casó con un hombre que tenía una niña con 2 años. "Siempre ha sido muy buena, hoy ya tiene 21. Con ella todo una maravilla, pero la relación con la madre ha sido un infierno, tanto en comunicación con mi marido como en sus ataques".
Esta mujer cuenta la peor parte de la historia, cuando se utiliza a los hijos como arma arrojadiza. "Desde llevársela a Cádiz y no poder verla hasta que mi marido tuviera que cargar el saldo del teléfono a la madre para poder hablar con ella. Una tras otra, amenazas constantes con no dejarle verla y cambios de vacaciones y rutina que a mi marido le impedían poder disfrutar de su hija con normalidad", relata.
Como en todas las relaciones humanas y los principios en cualquier comunidad, sobre todo si hay menores, debe imperar la sensatez, alerta Ángel Luis Guillén, director de Psicopartner. "La toma de contacto debe ser poco a poco y nunca como sustitutos de sus padres".
NORMALIDAD Y AFECTO
Aunque estés ante tu media naranja (o naranja completa, "para qué demonios querría alguien medio de nada", tomamos prestado a Jesús Terrés), el "milagro del amor" y "la pareja bien funcionante" que sale adelante no siempre es fácil y menos con hijos ajenos, indica Guillén.
Ante todo, si nos topamos con esta situación y decidimos seguir adelante, hay que respetar a los niños y "dar sensación de normalidad y afecto". "Podemos apoyar a nuestra pareja en la educación de sus hijos, siempre en la línea que él desea, nunca en otra dirección, y desde el respeto y la diplomacia".
YA TIENEN UNOS PADRES
Para ganarnos su confianza lo mejor es ser coherentes, propone el psicólogo. "Todo en exceso o por defecto puede ser contraproducente", apunta, por lo que no debemos ir de 'colegas' demasiado cercanos ni de padres, porque ya los tienen. "El consejo para que cualquier relación prospere, y este caso no es distinto, es la generosidad para aceptar al otro con sus distintas mochilas y el respeto por su espacio".
Tanto en las parejas con hijos ajenos como en las parejas con hijos comunes, se debe buscar un espacio "solo para adultos", defiende Ángel Luis Guillén. 
Si la separación es reciente, eso sí, aconseja "dejar pasar la crisis" 1º.
Todas las edades van asociadas a diferentes problemáticas. "Quizá aquí podemos aplicar el cliché de niño pequeño, problema pequeño. Los bebés y párvulos dan trabajo y son dependientes y eso puede ser un problema".
En la medida en la que crecen son más independientes pero cuestionan mucho más a sus progenitores. "Sus decisiones y su forma de vivir, aumentan las peleas... Los adolescentes son muy impertinentes y muy severos en sus juicios, como cualquiera que no ha vivido mucho ni se ha equivocado de manera manifiesta", advierte el psicólogo.
En caso de que la pareja nos hable mal del otro progenitor o exista una mala relación, como le ocurría al testimonio de este reportaje, el experto opina que lo fundamental es ser capaz de acompañarle, de resonar con él sin quedarse cortos ni pasarse. "Sin ser fríos y parecer excesivamente neutrales ni lo contrario, porque podemos ofender".
Y la conversación de tener hijos comunes debe producirse de forma clara, respetando la voluntad del otro. Para Belén Miralpeix supuso el punto y final de la relación, no en vano. "Él tenía clarísimo que con 2 era suficiente y yo que quería vivir la experiencia de ser madre. Ninguno estaba dispuesto a dar su brazo a torcer, así que para qué perder tiempo en la treintena", cuenta.
CONSEJOS PARA TRATAR CON LOS NIÑOS
La posibilidad de que tú quieras volver a tener hijos tendrá que hablarse. Ten paciencia. "Debes tener presente que los niños necesitan su tiempo para generar confianza. Además, se están adaptando a una situación que, al fin y al cabo, es difícil de encajar para ellos", explica Laura Bandera Pastor psicóloga general sanitaria, miembro del Gabinete de Psicología Javier Álvarez Cáceres, miembro de Top Doctors.
No fuerces la situación. Por más que queramos acercarnos a su hijo, este proceso requiere su tiempo y hemos de ir adaptándonos a su ritmo, indica la experta. "De hecho, forzar acercamientos o periodos largos con un niño que aún no tiene confianza con nosotros puede ser contraproducente".
Gánate la confianza del niño siendo tú mismo. "Los niños son naturales por naturaleza y una buena forma de acercarnos a ellos es respetándolos y mostrándonos tal y como somos".
Ve poco a poco compartiendo actividades. "Lo importante al principio es que se sientan a gusto a tu lado e ir ganándote su confianza, por lo que comenzar interesándote en actividades de que le gustan o en su vida puede ser un buen punto de partida", recomienda Bandera Pastor.
Dejar las decisiones en cuanto a disciplina en manos de sus padres. 
Ese es el rol de ellos. "Esto es algo que también se recomienda hablar con la pareja para que luego no haya malos entendidos o situaciones incómodas en presencia de los niños".
Es muy importante ser comprensivos con ellos. "Recuerda, son niños, y es muy común en este tipo de situaciones que se enfaden o que sientan que si se acercan a la nueva pareja de su padre/madre están siendo desleales a su progenitor".
No te tomes ciertos comentarios inapropiados o desafortunados a título personal. "Suelen ser fruto de no estar gestionando adecuadamente sus emociones".
Préstale atención. "Como pareja, sobre todo en el periodo inicial en que los niños se están habituando a la nueva situación, pasad tiempo con él haciendo algo de su agrado", aconseja la psicóloga.
La comprensión y empatía dentro de la pareja es fundamental. Debéis tener en cuenta que es una situación difícil para los 2, por lo que potenciar una adecuada comunicación entre ambos es lo ideal, aconseja Laura Bandera. "Hablad las cosas de una forma asertiva".
Seguid disfrutando de la relación. Pese a que resulte en ocasiones complicado, es importante no descuidar a la pareja y seguir compartiendo tiempo juntos. "Hay momentos para todo. A veces simplemente basta con sacar tiempo del día en el que disfrutar de la compañía del otro. Por ejemplo, disfrutando de una copa de vino y una buena conversación cuando los niños se acuestan".
*Los nombres de los testimonios se han modificado para respetar la privacidad de las personas implicadas.
Nota: Siempre en este tipo de reportajes falta la opinión de los padres.

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