Trucos y claves para fotografiar platos de comida, tanto en casa como en un restaurante, y lograr unas imágenes tan apetitosas como las recetas
Por PEIO GARTZIA, 21 de febrero de 2017
Fotografiar los platos de los restaurantes y las recetas caseras está de moda. Ya sea porque el emplatado ha quedado bonito y el chef se siente orgulloso del resultado o porque se está comiendo en un sitio y la presentación ha sorprendido mucho... existe un impulso cada vez más extendido de coger la cámara o el teléfono y retratar el manjar en cuestión. ¿Qué se debe tener en cuenta al hacer fotos de comida con una cámara sencilla o con el móvil? ¿Qué hay que evitar? Los siguientes consejos ayudarán a conseguir que las instantáneas luzcan tan vistosas y apetitosas como el plato.
Foodies, móviles y porno foodLa tecnología, unida al interés por la gastronomía y las redes sociales, da como resultado una curiosa combinación en la que los platos más originales, llamativos y bien presentados merecen ser retratados para la inmortalidad. Si hay que destacar un elemento como principal artífice de esta revolución gastronómica-fotográfica es el teléfono móvil. En la actualidad, se viaja por todo el mundo y en todo momento con un dispositivo en el bolsillo que es capaz de realizar imágenes de una calidad muy alta, tanto por el tipo de objetivos que tienen ciertos smartphones, como por los programas de retoque fotográfico que vienen integrados. Así, con un poco de maña y una correcta elección del filtro fotográfico, es posible obtener unos resultados casi profesionales.
También se han puesto de moda los nombres que acompañan a este tipo de fotógrafos y a la pasión de retratar los platos que sirven los restaurantes o que se preparan en casa.
Los foodies son los más activos pues, además de la fotografía culinaria, les entusiasma todo lo que rodea al mundo gastronómico sin llegar a ser su profesión. Porno food es otra de las expresiones asociadas a esta moda en la que se le da más importancia al detalle de los platos que al "bodegón" que antiguamente componía la fotografía gastronómica: ese interés por los primeros planos de la receta es el origen de un nombre tan explícito.
Consejos para fotografiar recetas caseras
En general, en casa se usan sets de fotografía con máquinas automáticas o con cámara réflex -también con teléfonos móviles, por supuesto-. La gran ventaja de retratar las propias recetas es que la luz, la composición y los tiempos los marca uno mismo.
Planificar cómo será la composición de la imagen: qué se quiere destacar, en qué plato o recipiente se montará la receta, cuál será el fondo, ver si contrasta con el plato, qué elementos introducir de atrezo como servilletas, cubiertos, ingredientes crudos...
Sacar una instantánea de prueba al set antes de colocar la receta preparada. De esta manera, se tendrá la composición y solo quedaría poner con posterioridad el plato terminado en el lugar elegido.
La luz es fundamental. Si es posible hacer la foto con luz natural, mejor. Pero además, hay que fijarse en otros detalles, como los reflejos, que pueden ser incómodos y difíciles de quitar. Por tanto, antes de realizar la instantánea, se ensayarán diferentes enfoques y distintas opciones de luz: con flash, con luz directa y tamizada con un pañuelo para que no tenga tanta dureza, rebotes de luz con ayuda de un corcho o de pantallas y deflectores, etc.
Una vez que se tenga la receta terminada, habrá que utilizar platos pequeños y poca cantidad de comida. Esto luce mucho más que los platos a tope de comida en los que no se resalta ningún ingrediente, ya que todos tienen la misma cantidad.
De un mismo plato hay que hacer diferentes fotografías, moviéndose alrededor y con distintos enfoques. De esta manera se obtendrán matices e iluminaciones que igual no se habían pensado y que ayudarán a mejorar como fotógrafo.
Si la imagen del plato queda un poco sosa, se pueden agregar ingredientes de guarnición que den colorido y volumen como hojas de hierbas, trocitos de frutas, ingredientes que aporten algo a la receta, además de color.
Los colores claros funcionan muy bien, tanto como fondo de la receta como en la vajilla, porque dan sensación de limpieza y de sencillez. Y porque así también se destacan los colores de los ingredientes de la receta.
Enfocar lo importante del plato, un punto, el que tenga más interés. El resto de la receta perderá nitidez. De este modo, la mirada siempre se fijará en la parte importante del plato.
Muchos de los consejos para realizar instantáneas en casa se pueden aplicar al hacerlas en los restaurantes. Sin embargo, aquí hay varios hándicaps: no se tiene mucho tiempo para fotografiar, puesto que el ritmo lo marca el servicio del local hostelero; la luz por lo general es tenue, y no con la potencia necesaria para sacar una imagen de calidad; el flash del móvil aplana los platos; y la composición dependerá bastante de cómo esté decorado el restaurante. Teniendo en cuenta estos pequeños inconvenientes, los siguientes consejos ayudarán a que las fotos salgan dignas de compartir.
Los muy foodies pueden llevar una luz auxiliar que sacarán solo cuando quieran dar una iluminación extra al plato. Hay a la venta pequeñas linternas con luz neutra, aptas para esos menesteres.
La instantánea debe realizarse desde el ángulo del fotógrafo, desde donde esté sentado. Si se ve que puede aportar algo más una imagen cenital, se puede intentar, aunque este tipo de fotos se utiliza para dar una imagen un poco plana y con composiciones más abiertas de foco que las que permite un restaurante.
Si al plato le agregarán un caldo o una salsa, se puede aprovechar ese momento de acción para incorporar el movimiento a la foto. Queda muy dinámico e impactante.
Hay que intentar sacar la instantánea según colocan el plato en la mesa, ya que en ese momento los brillos y colores de la comida recién elaborada aportarán intensidad y matices que con el reposo se van perdiendo.
Enfocar con el dedo en la pantalla del móvil para dar importancia al trocito de plato que se quiere que quede más enfocado. De esta manera, los elementos más alejados pierden nitidez y la imagen gana sensación de profundidad.
Por último, casi siempre que se fotografía con un teléfono luego se tiene la posibilidad de retocar con un par de pasos sencillos, dando un toque a la luminosidad, saturación, enfoque y contraste, hasta conseguir ese aspecto que caracteriza de una forma personalizada el estilo fotográfico.
Consejos para fotografiar recetas caseras
En general, en casa se usan sets de fotografía con máquinas automáticas o con cámara réflex -también con teléfonos móviles, por supuesto-. La gran ventaja de retratar las propias recetas es que la luz, la composición y los tiempos los marca uno mismo.
Planificar cómo será la composición de la imagen: qué se quiere destacar, en qué plato o recipiente se montará la receta, cuál será el fondo, ver si contrasta con el plato, qué elementos introducir de atrezo como servilletas, cubiertos, ingredientes crudos...
Sacar una instantánea de prueba al set antes de colocar la receta preparada. De esta manera, se tendrá la composición y solo quedaría poner con posterioridad el plato terminado en el lugar elegido.
La luz es fundamental. Si es posible hacer la foto con luz natural, mejor. Pero además, hay que fijarse en otros detalles, como los reflejos, que pueden ser incómodos y difíciles de quitar. Por tanto, antes de realizar la instantánea, se ensayarán diferentes enfoques y distintas opciones de luz: con flash, con luz directa y tamizada con un pañuelo para que no tenga tanta dureza, rebotes de luz con ayuda de un corcho o de pantallas y deflectores, etc.
Una vez que se tenga la receta terminada, habrá que utilizar platos pequeños y poca cantidad de comida. Esto luce mucho más que los platos a tope de comida en los que no se resalta ningún ingrediente, ya que todos tienen la misma cantidad.
De un mismo plato hay que hacer diferentes fotografías, moviéndose alrededor y con distintos enfoques. De esta manera se obtendrán matices e iluminaciones que igual no se habían pensado y que ayudarán a mejorar como fotógrafo.
Si la imagen del plato queda un poco sosa, se pueden agregar ingredientes de guarnición que den colorido y volumen como hojas de hierbas, trocitos de frutas, ingredientes que aporten algo a la receta, además de color.
Los colores claros funcionan muy bien, tanto como fondo de la receta como en la vajilla, porque dan sensación de limpieza y de sencillez. Y porque así también se destacan los colores de los ingredientes de la receta.
Enfocar lo importante del plato, un punto, el que tenga más interés. El resto de la receta perderá nitidez. De este modo, la mirada siempre se fijará en la parte importante del plato.
Muchos de los consejos para realizar instantáneas en casa se pueden aplicar al hacerlas en los restaurantes. Sin embargo, aquí hay varios hándicaps: no se tiene mucho tiempo para fotografiar, puesto que el ritmo lo marca el servicio del local hostelero; la luz por lo general es tenue, y no con la potencia necesaria para sacar una imagen de calidad; el flash del móvil aplana los platos; y la composición dependerá bastante de cómo esté decorado el restaurante. Teniendo en cuenta estos pequeños inconvenientes, los siguientes consejos ayudarán a que las fotos salgan dignas de compartir.
Los muy foodies pueden llevar una luz auxiliar que sacarán solo cuando quieran dar una iluminación extra al plato. Hay a la venta pequeñas linternas con luz neutra, aptas para esos menesteres.
La instantánea debe realizarse desde el ángulo del fotógrafo, desde donde esté sentado. Si se ve que puede aportar algo más una imagen cenital, se puede intentar, aunque este tipo de fotos se utiliza para dar una imagen un poco plana y con composiciones más abiertas de foco que las que permite un restaurante.
Si al plato le agregarán un caldo o una salsa, se puede aprovechar ese momento de acción para incorporar el movimiento a la foto. Queda muy dinámico e impactante.
Hay que intentar sacar la instantánea según colocan el plato en la mesa, ya que en ese momento los brillos y colores de la comida recién elaborada aportarán intensidad y matices que con el reposo se van perdiendo.
Enfocar con el dedo en la pantalla del móvil para dar importancia al trocito de plato que se quiere que quede más enfocado. De esta manera, los elementos más alejados pierden nitidez y la imagen gana sensación de profundidad.
Por último, casi siempre que se fotografía con un teléfono luego se tiene la posibilidad de retocar con un par de pasos sencillos, dando un toque a la luminosidad, saturación, enfoque y contraste, hasta conseguir ese aspecto que caracteriza de una forma personalizada el estilo fotográfico.
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