Carrasco: “Hay fiscalías que ordenan no actuar contra las mujeres que presentan denuncias falsas”.
La presidenta de la Asociación de Víctimas de la Ley de Violencia de Género relata a Actuall como muchas mujeres asesoradas por abogadas feministas realizan denuncias instrumentales para evitar la custodia compartida o quedarse con los bienes de su cónyuge.
La llamada “violencia de género” se ha convertido para unos pocos en un negocio que mueve 24.000 millones de euros de los fondos europeos. Actuall informa que son 4 asociaciones feministas vinculadas al PSOE las que acaparan todas las líneas de trabajo del Plan estratégico contra la violencia contra la mujer.
Y todo ello cuando más del 87% de las denuncias por violencia de género acaban en nada. Tan sólo el 12,3% de ellas que se presentaron entre 2004 y 2015 se han resuelto con una condena. Sin embargo, ni el Gobierno del PP ni por supuesto el anterior del PSOE han hecho nada para investigar este escándalo.
Esto es lo que denuncia la presidenta de la Asociación de Víctimas de la Ley de Violencia de Género (Genmad), Antonia Carrasco. En una entrevista para Actuall, recuerda las miles de denuncias instrumentales que se producen en este ámbito. “Funcionan muy bien por ejemplo para que la mujer consiga la custodia de los niños, quedarse con la casa mientras el señor está detenido, porque se detiene en el 99% de los casos haya riesgo o no”, afirma Carrasco. Además, añade que en el momento de la detención “la mujer actúa con el vaciado de las cuentas y se queda con las cosas de valor para dejar descapitalizado a su cónyuge”.
En su opinión, el altísimo porcentaje de denuncias falsas “es un claro síntoma de la que la ley no funciona”. Preguntada por qué no se investigan, la presidenta de esta asociación asegura: “Nosotros off the record tenemos constancia de que hay instrucciones en ciertas fiscalías territoriales donde dan órdenes de que no se actúe contra las mujeres que presentan denuncias falsas”.
Antonia Carrasco pone como ejemplo algunos casos que han llegado a su asociación: mujeres que acudieron a bufetes de abogadas feministas y que lo que era un mero conflicto en una situación de divorcio finalmente fueron convencidas por las letradas de que era una cuestión de violencia de género. Recomendadas por ellas presentaron una denuncia por violencia de género que después fue archivada por falta de pruebas.
Y es que aquí es donde la presidenta de Genmad hace otra crítica al sistema judicial. “Hay una cosa que se está haciendo mal en los juzgados y está en el demostrar que la violencia en una pareja es específica de género, de sometimiento”, afirma. Sobre el negocio que hay montado alrededor de la violencia de género, Carrasco habla del enorme “interés” que hay para distintos colectivos. Denuncia especialmente lo que ocurre en el sur de España. Allí, relata, “una mujer empieza a cobrar ayudas como la Renta Activa de Inserción simplemente porque le han dado un certificado de que es una mujer maltratada sin pasar previamente por el Juzgado”.
“Hay sobreseimientos que no tenían que haber acabado como tal y otros que tenían que haber terminado en deducción de testimonio a esa persona que ha puesto la denuncia falsa. Haber entrado como víctima y salir como imputada por utilizar la Justicia y los recursos de los españoles para beneficio propio, para poder conseguir la casa, los niños, la pensión…”, cuenta Carrasco.
Además, explica que estas denuncias falsas se producen sobre todo cuando un padre solicita la custodia compartida. La presidenta de Genmad indica que “muchas mujeres se aprovechan del artículo 92.7 del Código Civil que dice que si hay una denuncia de malos tratos no se procederá a la custodia compartida”.
Es decir, existen muchos casos que cuando un hombre pide la custodia compartida la mujer pone una denuncia por violencia de género y automáticamente ya no hay lugar legal para este tipo de custodia hasta que no se haya resuelto la demanda, lo que puede tardar años.
Sobre las feministas radicales y su oposición a la custodia compartida, Carrasco afirma que “han usurpado el nombre del feminismo y lo que están buscando es una situación de hembrismo puro y duro. Hembrismo es igual a machismo y estas mujeres quieren que el poder lo tengan las mujeres”.
A su juicio, las feministas no quieren la custodia compartida porque “ante todo lo que quieren es poder y prevalecer sobre el hombre” ya que se mueven por “venganza”, por una “ideología muy vengativa”.
Y todo ello cuando más del 87% de las denuncias por violencia de género acaban en nada. Tan sólo el 12,3% de ellas que se presentaron entre 2004 y 2015 se han resuelto con una condena. Sin embargo, ni el Gobierno del PP ni por supuesto el anterior del PSOE han hecho nada para investigar este escándalo.
Esto es lo que denuncia la presidenta de la Asociación de Víctimas de la Ley de Violencia de Género (Genmad), Antonia Carrasco. En una entrevista para Actuall, recuerda las miles de denuncias instrumentales que se producen en este ámbito. “Funcionan muy bien por ejemplo para que la mujer consiga la custodia de los niños, quedarse con la casa mientras el señor está detenido, porque se detiene en el 99% de los casos haya riesgo o no”, afirma Carrasco. Además, añade que en el momento de la detención “la mujer actúa con el vaciado de las cuentas y se queda con las cosas de valor para dejar descapitalizado a su cónyuge”.
En su opinión, el altísimo porcentaje de denuncias falsas “es un claro síntoma de la que la ley no funciona”. Preguntada por qué no se investigan, la presidenta de esta asociación asegura: “Nosotros off the record tenemos constancia de que hay instrucciones en ciertas fiscalías territoriales donde dan órdenes de que no se actúe contra las mujeres que presentan denuncias falsas”.
Antonia Carrasco pone como ejemplo algunos casos que han llegado a su asociación: mujeres que acudieron a bufetes de abogadas feministas y que lo que era un mero conflicto en una situación de divorcio finalmente fueron convencidas por las letradas de que era una cuestión de violencia de género. Recomendadas por ellas presentaron una denuncia por violencia de género que después fue archivada por falta de pruebas.
Y es que aquí es donde la presidenta de Genmad hace otra crítica al sistema judicial. “Hay una cosa que se está haciendo mal en los juzgados y está en el demostrar que la violencia en una pareja es específica de género, de sometimiento”, afirma. Sobre el negocio que hay montado alrededor de la violencia de género, Carrasco habla del enorme “interés” que hay para distintos colectivos. Denuncia especialmente lo que ocurre en el sur de España. Allí, relata, “una mujer empieza a cobrar ayudas como la Renta Activa de Inserción simplemente porque le han dado un certificado de que es una mujer maltratada sin pasar previamente por el Juzgado”.
“Hay sobreseimientos que no tenían que haber acabado como tal y otros que tenían que haber terminado en deducción de testimonio a esa persona que ha puesto la denuncia falsa. Haber entrado como víctima y salir como imputada por utilizar la Justicia y los recursos de los españoles para beneficio propio, para poder conseguir la casa, los niños, la pensión…”, cuenta Carrasco.
Además, explica que estas denuncias falsas se producen sobre todo cuando un padre solicita la custodia compartida. La presidenta de Genmad indica que “muchas mujeres se aprovechan del artículo 92.7 del Código Civil que dice que si hay una denuncia de malos tratos no se procederá a la custodia compartida”.
Es decir, existen muchos casos que cuando un hombre pide la custodia compartida la mujer pone una denuncia por violencia de género y automáticamente ya no hay lugar legal para este tipo de custodia hasta que no se haya resuelto la demanda, lo que puede tardar años.
Sobre las feministas radicales y su oposición a la custodia compartida, Carrasco afirma que “han usurpado el nombre del feminismo y lo que están buscando es una situación de hembrismo puro y duro. Hembrismo es igual a machismo y estas mujeres quieren que el poder lo tengan las mujeres”.
A su juicio, las feministas no quieren la custodia compartida porque “ante todo lo que quieren es poder y prevalecer sobre el hombre” ya que se mueven por “venganza”, por una “ideología muy vengativa”.
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