Pocos padres piden durante el proceso de divorcio la custodia compartida, reconoce Enrique Robredo, presidente de la Federación Canaria de Custodia Compartida
, y no lo hacen, porque según él, hasta los propios abogados los
desalientan: "Te dicen que no te la van a dar". No obstante, aunque no
suponen la mayoría, cada vez hay más padres que se animan a solicitarla
porque desean una mayor participación en la vida de los hijos con las
mismas condiciones que la madre. Los roles van matizándose con el paso
de los años y que la madre deba concentrar todas las funciones y tareas
empieza a cuestionarse. La abogada especialista en derecho de familia
Yaiza Báez considera que el sistema clásico en el que la madre se
quedaba al cuidado de los hijos y el padre se limitaba a pasar una
pensión de manutención, comienza a estar "obsoleto".
Con la nueva ley desaparecería esta separación de tareas y se otorgaría
la custodia compartida desde que 1 de los 2 la solicite. Eso sí,
siempre que los progenitores estén capacitados para desempeñar sus
responsabilidades sin perjudicar al hijo y no haya una condena por
violencia de género. Además se recoge que el progenitor que se oponga
deberá argumentarlo por escrito. El Anteproyecto de Ley sobre el
ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad,
separación y divorcio, que se aprobó en Consejo de Ministros en 2013 y
que después pasó al olvido con la dimisión de Alberto Ruíz Gallardón, se
encuentra ahora mismo a la espera de que la Cámara baja emita los
papeles certificados con los que poder recoger las 500.000 firmas que
hacen falta, iniciativa que previsiblemente salga a la calle a partir de
diciembre.
La modificación de la ley contempla una división de "responsabilidades,
espacios y tiempos" a partes iguales y para ello, los 2 progenitores
deben presentar en el Juzgado un plan de organización en el que se
detallen qué días de la semana pueden pasar con sus hijos e intentar que
coincidan. En el caso de que no se ajusten, el juez establecerá un
reparto equitativo. Por ello, Salariego destaca que con la custodia
compartida los padres se verían obligados a dialogar "ya que no les
queda más remedio que entenderse".
Sin embargo, la legislación actual deja poco margen de maniobra para
jueces y fiscales, que en su gran mayoría terminan declinándose por
conceder la custodia solo a la madre. Yaiza Báez admite que en el caso
de que sea solicitada de muto acuerdo, los jueces y fiscales no se
suelen oponer ya "que es señal de que padre y madre no se encuentran
enfrentados". En la otra vertiente, hay una serie de factores que
influyen en su denegación como la mala relación de los padres, el
constante cambio de residencia de los hijos, horarios incompatibles
entre el padre y la madre, diferencias en la forma de educarlos, la edad
del menor o que uno de los padres no disponga de una vivienda en
condiciones.
Prevalece el interés del menor
Una de las jueces encargada de decidir la custodia compartida es Carmen
María Simón Rodríguez, titular del Juzgado de Primera Instancia nº
15 de Las Palmas de Gran Canaria. La magistrada detalla que el criterio
fundamental para aplicar este régimen es el interés del menor, tal y
como recogen las normas internacionales, la legislación interna y
la Jurisprudencia.
Para valorar el bienestar del menor el Tribunal Supremo (TS) analiza
cómo eran antes las relaciones de los progenitores con el hijo o cuál es
el deseo del menor -siempre que tenga una madurez suficiente-. Simón
destaca un requisito por encima de los demás: la relación entre los
padres. "Lo más normal en una pareja rota es que la relación no sea
precisamente buena. Ahora bien, una mala relación entre los progenitores
no es causa suficiente para no acordar una custodia compartida. Así lo
dijo ya el TS en una sentencia del año 2013 que reitera una del año
2011, y lo ha dicho también recientemente -febrero de 2015-". ????????
Aunque no es determinante, uno de los puntos que aumentan las
posibilidades para que un juez conceda la custodia compartida es que los
2 progenitores residan cerca. Es el caso de Rayco, que se mudó a una
vivienda próxima a donde reside su expareja con el hijo de ambos, de
9 años. Sin embargo, la oposición firme de la exmujer ha impedido
que la juez que llevó su caso le otorgase la custodia compartida. Los
momentos que Rayco pasa con su hijo están marcados por el régimen de
visitas y por el que ve al niño los martes y los fines de semana
alternos. Y añade que tuvo que entregarle la casa familiar que había
comprado en parte con una herencia, pagar su nuevo piso y pasar la
pensión de alimentos.
De hecho, la vivienda suele convertirse en uno de los aspectos más
conflictivos en un proceso de divorcio y más aún cuando se trata de
casas sujetas a una hipoteca. “Para un porcentaje importante de parejas,
el inmueble destinado a vivienda familiar está gravado con una hipoteca
pendiente de amortizar, de modo que el que se va del domicilio, se ve
obligado a continuar abonando la mitad de la hipoteca, a procurarse un
nuevo inmueble en que alojarse, asumiendo una carga económica que antes
no tenía”, apunta Simón.
Desde el punto de vista psicológico, que un padre o madre pueda
desarrollar la faceta de cuidado de los hijos siempre será positivo, de
modo que la custodia compartida vendría a satisfacer esta dimensión,
asegura Yaiza Báez. Se evita, además, el sentimiento de pérdida que
supone abandonar el hogar donde reside el hijo y donde lo ha visto cada
día. Y agrega los efectos que esta fórmula provocaría en los aspectos
económico y profesional de los miembros de la pareja: "Ello permite que
el reparto de gastos pueda resultar mucho más equitativo al igual que
otro tipo de cargas. Además de que se equipara el tiempo libre de ambos
progenitores para dedicarlo a su vida profesional y personal".
"Estamos aplicando divorcios desde el punto de vista del adulto y no
desde el enfoque del niño". Salariego defiende que la nueva ley tendría
en cuenta el bienestar del niño ya que se basa en la visión que tiene el
menor, atendiendo a lo que siente y a lo que piensa. La dimensión
espacio temporal de un niño no se asemeja a la de un adulto y cuando un
pequeño pasa una semana sin ver a su madre o padre, desde su percepción
ha pasado un mes. En un contexto en el que los padres del niño lo usan
como arma arrojadiza y lo convierten en el centro de las disputas, el
primer perjudicado es el menor, a quien están condenando a pasar por un
"conflicto de lealtades". "Desde los 0 a los 8 años, los niños
sienten que son un trozo de la madre y un trozo del padre, y desde el
momento que hablas mal de uno de ellos o criticas algo de ellos, el niño
siente que también lo estás haciendo con él". El letrado puntualiza que
en los últimos años se ha notado un incremento de niños en terapia
psicológica a la que acuden porque "odian" a su padre o su madre. Esta
desviación, también estará reflejada en la nueva ley. Desde el 1º
momento que se detecte que 1 de los 2 progenitores vierte al hijo
comentarios negativos sobre la otra parte, la Justicia puede intervenir
anulando la custodia compartida.???????????
El riesgo de que el niño se convierta en una "pelota de pimpón" es una
de los argumentos de algunos colectivos feministas para oponerse a la
custodia compartida. La presidenta de la Federación de Asociaciones Feministas
, Ana María Pérez del Campo, rechaza tajantemente este régimen porque
entiende que los niños no son objetos sino sujetos que deben tener un
referente permanente y una rutina. "La denominación de la custodia
compartida es un engaño, en todo caso se tendrá custodia repartida",
matiza. Añade que en los casos más extremos, hay progenitores que usan a
los hijos "como instrumentos de venganza", poniéndolos en el centro de
las disputas si la mujer opta por romper el matrimonio. "Antes
amenazaban a la esposa con quitarle a los hijos y ahora con pedir la
custodia compartida". Una postura parecida la comparte la presidenta de
la Asociación Mercedes Machado, Ana Hernández, ya que considera que la
fórmula del reparto equitativo es una fuente de conflictos. Además,
entran en juego las pensiones de manutención y la entrega de la vivienda
familiar, obligaciones a las que algunos padres no quieren hacer
frente: "Hay muchos casos en los que se desea compartir los cuidados por
criterios económicos, no por la crianza". En los casos en los que se
aplica la custodia compartida, Hernández asegura que una de las partes
deja de percibir aportación económica lo que conlleva a su
empobrecimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario