El número de divorcios en España, sumado al de las separaciones y nulidades matrimoniales ronda los 110.000 al año de media. (Más)
Una cifra elevadísima, que iba en aumento hasta antes del estallido de la crisis y que alcanzó según el INE la cifra de 145.919 en el año 2006.
El divorcio sale caro y por eso en estos años de crisis los casos han disminuido. No obstante el problema no radica sólo en el coste del proceso, que ahora con el divorcio exprés habiendo entendimiento sale relativamente barato, sino en las graves consecuencias económicas que puede haber para los cónyuges.
Por este motivo, no es de extrañar que me haya llegado una consulta de un lector, preocupado por proteger su patrimonio personal de un eventual divorcio. (...)
En toda unión o matrimonio, se presume la existencia de un amor, que a veces ciega la razón. Y cuando este desaparece la crudeza de la realidad puede devolvernos golpes muy duros de superar. La vida moderna que vivimos, la incorporación de la mujer al mundo laboral en igualdad, la independencia y las aspiraciones personales que cada individuo quieren desarrollar, hacen que el matrimonio y el concepto de la familia adquiera un complejidad que puede derivar en procesos de divorcio con importantes consecuencias económicas.
Veamos algunos ejemplos sobre cómo proteger el patrimonio personal de las consecuencias económicas del divorcio, así como alguna otra práctica habitual en procesos de separación para ocultación de patrimonio.
"Mi mujer y yo nos queremos mucho. Y así será hasta que nos dejemos de querer. De modo que lo mío es mío y lo de mis padres más. ¿Qué puedo hacer?" Con esa claridad y sencillez me expresaba un compañero su preocupación, ante el traspaso de un negocio y la inminente herencia que iba a recibir de su padre fallecido.
Aunque la separación de bienes es costumbre en algunas regiones como Cataluña o se suele recomendar en caso de que haya actividades empresariales en las partes, esto muchas veces no evita la pérdida de la vivienda por parte de uno de los cónyuges. Incluso siendo un bien privativo o recibido en herencia y a pesar de que se haya establecido en las capitulaciones matrimoniales separación de bienes, el usufructo de la vivienda puede quedar en manos del cónyuge que obtenga si los hay, la custodia de los hijos, en protección estos.
Normalmente suele ser el marido quien recibe las perores consecuencias del divorcio, dándose situaciones dramáticas, en las que una de las partes queda completamente arruinada y en la calle. Por ese motivo, algunas soluciones que se han planteado para proteger la vivienda familiar, si es un bien de carácter privativo, es ocupar en régimen de alquiler propiedades cruzadas entre familiares o inmuebles en multipropiedad o bajo titularidad de sociedades o comunidades de bienes. De este modo en caso de divorcio, se dificulta la permanencia de la expareja en la vivienda.
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Una cifra elevadísima, que iba en aumento hasta antes del estallido de la crisis y que alcanzó según el INE la cifra de 145.919 en el año 2006.
El divorcio sale caro y por eso en estos años de crisis los casos han disminuido. No obstante el problema no radica sólo en el coste del proceso, que ahora con el divorcio exprés habiendo entendimiento sale relativamente barato, sino en las graves consecuencias económicas que puede haber para los cónyuges.
Por este motivo, no es de extrañar que me haya llegado una consulta de un lector, preocupado por proteger su patrimonio personal de un eventual divorcio. (...)
En toda unión o matrimonio, se presume la existencia de un amor, que a veces ciega la razón. Y cuando este desaparece la crudeza de la realidad puede devolvernos golpes muy duros de superar. La vida moderna que vivimos, la incorporación de la mujer al mundo laboral en igualdad, la independencia y las aspiraciones personales que cada individuo quieren desarrollar, hacen que el matrimonio y el concepto de la familia adquiera un complejidad que puede derivar en procesos de divorcio con importantes consecuencias económicas.
Veamos algunos ejemplos sobre cómo proteger el patrimonio personal de las consecuencias económicas del divorcio, así como alguna otra práctica habitual en procesos de separación para ocultación de patrimonio.
"Mi mujer y yo nos queremos mucho. Y así será hasta que nos dejemos de querer. De modo que lo mío es mío y lo de mis padres más. ¿Qué puedo hacer?" Con esa claridad y sencillez me expresaba un compañero su preocupación, ante el traspaso de un negocio y la inminente herencia que iba a recibir de su padre fallecido.
Aunque la separación de bienes es costumbre en algunas regiones como Cataluña o se suele recomendar en caso de que haya actividades empresariales en las partes, esto muchas veces no evita la pérdida de la vivienda por parte de uno de los cónyuges. Incluso siendo un bien privativo o recibido en herencia y a pesar de que se haya establecido en las capitulaciones matrimoniales separación de bienes, el usufructo de la vivienda puede quedar en manos del cónyuge que obtenga si los hay, la custodia de los hijos, en protección estos.
Normalmente suele ser el marido quien recibe las perores consecuencias del divorcio, dándose situaciones dramáticas, en las que una de las partes queda completamente arruinada y en la calle. Por ese motivo, algunas soluciones que se han planteado para proteger la vivienda familiar, si es un bien de carácter privativo, es ocupar en régimen de alquiler propiedades cruzadas entre familiares o inmuebles en multipropiedad o bajo titularidad de sociedades o comunidades de bienes. De este modo en caso de divorcio, se dificulta la permanencia de la expareja en la vivienda.
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