http://www.diariojuridico.com/entrevistas/entrevista-con-cristina-almeida-socia-fundadora-de-aba-abogadas.html
Entrevista con Cristina Almeida, socia fundadora de Aba Abogadas
“Es fundamental recuperar el sentido social de la abogacía.”
28/10/10 , Redacción
“Siempre tuve claro a qué iba a dedicarme cuando decidí ser abogada: En aquel despacho con sillas rojas que creé en 1967 dejé marcado mi sello profesional; defender los derechos de los presos políticos y de los trabajadores”.
4 décadas después cuesta hacerse a la idea de que Cristina Almeida, socia fundadora de ABA ABOGADAS y personaje público de nuestra actualidad política, vaya a dejar el día a día de las togas y de los juzgados.
Nuestra entrevistada pone punto final a una trayectoria extensa en la abogacía especialmente en el derecho de familia y laboral.
Es evidente que analizar su carrera profesional es bucear en la propia evolución de una profesión, la de letrado que sigue sin enganchar con la sociedad.
Almeida constituyó en 1995 junto con otras socias, ABA ABOGADAS, una nueva forma de ver el derecho para defender los intereses de los ciudadanos.
Después de 15 años, el despacho se mantiene firme pese a la crisis y la sucesión de nuestra entrevistada está garantizada.
El despacho ABA Abogadas se ha consolidado como uno de los de mayor prestigio en el área de Derecho de Familia, logrando en el último ejercicio un incremento del 23% en su facturación.
El bufete, que fue creado por Cristina Almeida y Ana Clara Belío cuenta en la actualidad con 25 abogadas.
Con un desarrollo más alto en el Iº trimestre, las consecuencias de la crisis económica mundial también se han reflejado en el volumen de demanda de la 2ª parte del año, a pesar de lo cual, han superado, por primera vez, los 1,5 millones de euros de facturación.
ABA ha aprovechado la tendencia alzista del mercado en relación con años anteriores y aplicar su propia dinámica de crecimiento sostenido que, al tiempo, ha supuesto un incremento continuado en el número de socias.
En el período 2001-2009, el despacho de ABA Abogadas ha crecido de forma sostenida al ritmo del 20% anual, es decir, por encima de la media del mercado y de la mayoría de los despachos
En conjunto, dentro de la actividad profesional, ABA Abogados detecta que la tendencia en España es la de disminución relativa de las demandas de divorcio mientras que cobra más protagonismo las peticiones de custodia compartida .
Por ámbitos de actividad, el área de familia sigue creciendo con fuerza y es la que más arrastra del conjunto de la firma.
No obstante, el área laboral evoluciona muy favorablemente en los últimos ejercicios.
También las áreas de Penal, Civil y Contencioso, con menos trayectoria histórica en ABA Abogadas, crecen por encima de la media del despacho.
ABA Abogadas está formado exclusivamente por mujeres y desde su fundación, en 1998, mantiene como principal característica la independencia, lo que ha otorgado a sus socias un amplio reconocimiento profesional.
ABA ABOGADAS está especializado en ofrecer su asesoramiento jurídico a los propios ciudadanos, ¿qué fue lo más difícil a la hora de poner en marcha esta iniciativa?
Arrancamos con la idea sobre 1995, con muchas ilusiones y una financiación muy limitada.
No teníamos grandes capitales que fueran a avalar nuestra aventura empresarial.
Vivíamos del trabajo diario.
Tras unos años de trabajo vimos que había mercado y que podíamos afianzar nuestra idea de despacho jurídico.
Es evidente que nuestro sector es muy competitivo pero hemos sabido conectar con el ciudadano y sus necesidades legales de cara a defender sus derechos democráticos.
Entendimos que era el momento de apostar por esta forma de hacer abogacía, al ya existir otras muchas firmas que defienden la empresa.
Pese a la evolución experimentada en estos quince años transcurridos no hemos renunciado a nuestra filosofía empresarial.
¿Cómo podría definirnos la filosofía de su firma legal?
Sobre todo insistir en que somos un bufete de letradas volcado en la defensa de los derechos democráticos de los ciudadanos, como le comentaba antes.
Que no sientan la abogacía como un perjuicio más.
Que nos den su confianza porque nosotras solucionaremos sus problemas.
Habla de confianza, pero la sociedad sigue sin tener una imagen clara y sólida de la abogacía…
Desgraciadamente este comentario es fruto de que muchos bufetes anteponen la minuta al trabajo verdadero.
Eso no quiere decir que no tengamos que cobrar pero siempre de una forma razonable.
Esta situación se ha vivido siempre en nuestro país desde la década de los sesenta, cuando empecé a ejercer.
En aquellos tiempos a los presos políticos no les cobrábamos y de los trabajadores recibíamos nuestros honorarios en caso de ganar el pleito.
Trabajar de esta forma es darle un sentido social a la abogacía, sentido que debe recuperarse ahora, por los momentos de crisis que vivimos.
¿Dónde está la clave de la pervivencia de ABA ABOGADAS como firma puntera legal?
Creo que es sobre todo cuestión de nuestra forma de abordar el derecho y del trato personalizado que damos a nuestros clientes.
Siempre estamos muy pendientes de sus intereses; de generar la confianza necesaria para que podamos defender sus asuntos.
Pese al momento de crisis que vivimos no hemos notado disminución en los asuntos legales.
Creo que hemos conseguido que nuestros clientes se sientan protegidos, en definitiva.
Es verdad que quizá los divorcios estén algo más bajo que antes, pero también es cierto que desde la entrada de la Ley del Divorcio en 2005 se produjo una gran eclosión, por lo que los ratios que tenemos ahora podemos considerarlos razonables.
Sin embargo han surgido otro tipo de disputas relacionadas con el nuevo concepto de familia; parejas de hecho, parejas del mismo sexo y familias monoparentales también quieren defender sus intereses y por eso acuden a nosotras .
Es curioso son fenómenos legislados pero creo que les falta una conciencia de aceptación por parte de nuestra sociedad.
¿Cuál es el proceso de selección que realizan para captar sus mujeres letradas?
Buscamos las mejores profesionales gracias a los convenios que mantenemos con las diferentes universidades españolas con las que colaboramos en diferentes temas.
En muchos casos queremos dar la oportunidad de aprender a aquellas personas en las que vemos un potencial indudable como futuras letradas.
Queremos que aprendan nuestro estilo ejerciendo una profesión tan sacrificada como es la de la abogacía.
Un elemento que llama mucho la atención en ABA ABOGADAS es que no existen consignas ideológicas.
Respetamos la pluralidad de opiniones entre nuestras abogadas.
Lo único que les pedimos es que asuman nuestra forma de hacer abogacía desde el respeto a nuestro cliente.
De esa forma las promociones internas vienen avaladas porque vemos que son profesionales muy comprometidas con nuestra filosofía empresarial.
Se trata de ser rigurosas a nivel profesional y saber tratar a nuestros clientes.
De los cambios efectuados en la abogacía en estas 4 décadas, ¿qué es lo que más le llama la atención a Cristina Almeida?
La verdad es que los cambios han sido muy notables.
En aquel momento previo a la aprobación de nuestra Constitución se observaba la abogacía como una profesión que te permitía afrontar los cambios de determinadas leyes y hacerlas más justas. Como dato anecdótico, el día que se aprobó nuestra Carta Magna pedí un certificado de que había votado porque sabía que estábamos haciendo historia en nuestro país.
Nuestra labor de letrados ha cambiado y se ha sabido adaptar a los nuevos rumbos de nuestra sociedad.
Ahora se entienden que existen estos derechos democráticos y se ve nuestra actividad como una profesión liberal más.
Para nosotras es fundamental que la abogacía sirva como palanca de cambios sociales; tanto en temas de desigualdades como en la propia materia laboral o en posibles leyes injustas.
Hablamos esta conversación del entramado legislativo, ¿le sorprende que nuestro país sea uno de los más regulados de la Unión Europea en estos momentos?
La verdad que esta complejidad normativa afecta tanto al ciudadano como a nuestra profesión de abogados.
Es habitual ahora que al aprobarse una Ley veas como en su interior también hay cambios normativos importantes en otros aspectos que no se habían advertido al principio.
En este contexto el ciudadano necesita de un traductor oficial que somos los abogados.
De cómo traduzcas esa realidad podrás o no abrir determinadas puertas.
Lo cierto que este contexto legal del que hablamos nos hace a los letrados estar muy al día y prepararnos de forma muy concienzuda.
En un momento como el actual falta el diálogo de la transición democrática.
Son posiciones muy extremas donde no se advierte ningún consenso.
Asi pasa entre hombres y mujeres o entre empresarios y trabajadores, por desgracia.
Nosotras, como abogadas responsables evitamos las fricciones y buscamos el acuerdo prejudicial.
¿Cuál es el momento de las relaciones profesionales entre jueces y abogados?
Hemos pasado de una justicia reverencial, propia del franquismo, donde el juez casi era un iluminado, con poderes absolutos a unos magistrados más ecuánimes que aplican las leyes con el rigor de su tiempo.
Sin embargo, en el momento actual observo un cierto retroceso, una politización y partidización del aparato judicial.
Es peligroso que el juez se sienta el amo del juzgado y no aplique la justicia que emana del pueblo. Eso no quita para alabar el trabajo de la gran mayoría de jueces que trabajan sin medios al igual que el resto de los funcionarios de Justicia.
Es fundamental que en esta situación se aplique el sentido común a la hora de aplicar justicia. Que la propia audiencia previa, pensada para solventar el posible litigio sirva realmente para ello.
¿Es usted partidaria de regular esta convivencia entre letrados y magistrados a través de un Código Deontológico común, como señalan otros expertos?
La verdad es que hay que evitar situaciones donde se maltrate a los abogados.
Da la sensación que la propia justicia a veces poco tiene que ver con el abogado y es más del juez o del propio secretario judicial.
Los propios Colegios de Abogados deben ser los encargados de apoyar al letrado en sus reivindicaciones en estos temas.
No podemos olvidar que el abogado es clave para garantizar el derecho a la defensa.
A la vez otra de las tareas de estas entidades es responsabilizar a los propios letrados de aquellas injusticias que realicen.
En esta situación crear un Código Deontológico que regulase esta relación profesional puede ser una salida, como adecuar los códigos de comportamiento de ambos colectivos a una misma forma de actuación.
Es época de cambios y de una nueva Oficina Judicial que pretende reorganizar el estado de nuestra justicia…
Hablar de mejorar la justicia o de esta nueva Oficina Judicial es como si lo hiciéramos de un mito. Es fundamental que se acometan las reformas previstas sin que se pierda el contenido democrático en ellas.
Que las tecnologías lleguen a la Justicia, como lo han hecho a nuestra vida diaria, donde en muchos momentos han desaparecido el papel en concretas situaciones.
Es como si hubiera un muro invisible que no se puede superar.
A este respecto es fundamental también tramitar en los próximos meses la descentralización de la justicia de una forma responsable a través de las competencias transferidas en todas las comunidades autónomas.
Que tengan su responsabilidad política y no dependan tanto del Estado.
Además una justicia más próxima es más ágil y útil para el ciudadano.
Habrá que ir viendo cuáles son las particularidades de cada Comunidad Autónoma para que exista una verdadera equidad.
¿Le sorprende que el propio Ministro de Justicia hable del arbitraje como uno de los métodos para agilizar nuestra justicia?
Es evidente que las ventajas del arbitraje son indudables.
Pero creo que hay que replantearlo de otra forma.
Ahora es una fórmula que emplea más la gran empresa que el propio ciudadano. Desgraciadamente el uso escaso del arbitraje hace que en determinadas situaciones acudamos a la justicia, sobre todo en lo referido a la ejecución de laudos. A un arbitraje hay que ir con ganas de llegar a un acuerdo con lo cual no me parecería descabellado que en el futuro pudiera ser obligatorio.
Esta es una fórmula que fomenta el diálogo entre las partes y en un momento como el que vivimos, no está de más desde luego.
Vivimos ahora en una sociedad muy regulada normativamente y con muy poco diálogo.
Si le parece ahora podemos abordar nuestra actualidad legislativa, ¿cómo cree que va evolucionar la nueva Reforma Laboral, aprobada en el Parlamento hace unas semanas?
En una situación como la que vivimos, si se pide un sacrificio a la comunidad es lógico que lo afrontemos todos, según nuestras posibilidades.
La verdad es que echamos muy en falta en estos momentos el espíritu de la transición política. Los Pactos de la Moncloa ayudaron a salir al país de la situación económica que vivíamos.
Sin embargo, la reforma laboral del Gobierno recorta drásticamente los derechos de los trabajadores. No se pueden recortar los derechos de una sola parte, no es justo.
Hay que pedir sacrificios a los que nos han llevado a esta crisis.
Tenemos la esperanza que al estar pendiente el diálogo social, el nuevo Ministro pueda interceder entre las partes y activar de otra forma la citada Reforma Laboral.
Ojala el Reglamento que la desarrolla vaya por otros derroteros.
Respecto a la Violencia Machista, ya superamos los datos necrológicos del año pasado. ¿Qué solución hay a esta lacra social?
Este es un fenómeno preocupante. La verdad que los países escandinavos aún tienen datos peores que los nuestros.
Pero en nuestro país se recrudecen las muertes de mujeres por violencia de género sobre todo en procesos de separación.
Todavía no hemos podido romper la mentalidad de posesión de la mujer respeto al hombre.
E incluso siempre hay un sentimiento de complicidad hacia el imputado, como si pensásemos que no es capaz de cometer esos crímenes.
Este tipo de mentalidades se cambia desde la posesión.
Ahora que voy a tener más tiempo libre, al alejarme del dia a dia del despacho, espero aportar mi granito de arena en la formación e impartición de charlas sobre igualdad.
Se trata, sobre todo de querer en igualdad sin ningún tipo de sumisiones que puedan derivar en violencia.
¿Cómo analiza el fenómeno de las denuncias falsas, entonces?
No creo que existan denuncias falsas.
Lo que si faltan en muchas ocasiones son medios de prueba para probar ese maltrato.
Hay que hacer muchas veces un gran esfuerzo para probar este posible delito.
Confundir esa absolución por la falta de pruebas con la denuncia falsa es absurdo e ilógico.
Si fuera así deberían de haber cientos de denuncias falsas porque hablamos de un delito tipificado.
De todas formas quien se sienta maltratado, sea hombre y mujer debe denunciarlo, desde luego.
Por último, si tuviera que quedarse con diferentes momentos de su carrera profesional, ¿cuáles de ellos destacaría?
Creo que he tenido una vida profesional muy intensa.
Por eso es complicado destacar momentos claves en mi carrera como letrada.
La verdad es que mi profesión ha estado muy vinculada a las circunstancias políticas del país. Viví muy de cerca el asesinato de mis compañeros laboralistas de Atocha en 1977.
Fue muy duro tenerme que enfrentar a sus asesinos, personas sin valores éticos ni generosidad. Pese a ello siempre quise ser abogada, tenga en cuenta que en aquellos años 60 y 70 las mujeres no podían acceder a la judicatura.
A lo largo de estos años hemos ido conquistando derechos y trabajando más en igualdad.
Otro momento que nunca olvidaré fue cuando se aprobó la Constitución de 1978 y mi posterior incorporación a diferentes cargos políticos.
El poder de la abogacía es que puede transforma la vida y nuestra sociedad desde su vertiente social como comentábamos al principio de esta conversación.
Quiero ahora dedicarme tiempo para mi, cuidar mi carrera sin plazos.
Me retiro del día a dia de la justicia pero no de la injusticia.
Uno de los temas que quiero potenciar en los próximos meses es intensificar las charlas sobre igualdad en diferentes colectivos.
Me voy tranquila porque mis socias que ahora gestionan el despacho sabrán afrontar el reto y mantener la filosofía de nuestra firma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario