martes, 14 de marzo de 2023

¿Qué es el 'gaslighting' o luz de gas, cómo identificarlo y cómo enfrentarlo?

Esta peligrosa práctica de manipulación se extiende en múltiples ámbitos relacionales de nuestra sociedad.
IRENE G. DOMÍNGUEZ,12 marzo 2023
La sociedad española ha empezado a concienciarse realmente sobre la importancia de la salud mental desde la pandemia. 
Con la integración de ciertos términos de psicología al discurso político y la extensa divulgación en redes, los habitantes de nuestro país entienden por 1ª vez la gravedad de ciertos actos de maltrato y manipulación que antes se consentían o pasaban inadvertidos.

Una de las formas de manipulación psicológica más extendida es el gaslighting, luz de gas en español. 
Una palabra que proviene de la película clásica de la época dorada de Hollywood Gaslight dirigida por George Cukor en 1944 y protagonizada por el actor Charles Boyer y la icónica actriz Ingrid Bergman.

Durante la cinta, un hombre manipula a su mujer para que esta crea que está loca y así hacerse con su fortuna. Entre otras cosas, le esconde objetos haciéndole creer que es ella la responsable de que no estén o atenúa la luz, que era de gas porque no había electricidad, y mantiene que el fuego brilla con la misma intensidad que antes. En consecuencia, la protagonista duda de su cordura, llora, tiene ansiedad y cree estar volviéndose loca. 
El escenario perfecto para que el marido abusador perpetúe su plan.

¿En qué consiste el gaslighting?
Según la Real Academia Española (RAE), el término gaslighting se puede traducir como hacer luz de gas a alguien y lo define como “intentar que dude de su razón o juicio mediante una prolongada labor de descrédito de sus percepciones y recuerdos”.
Se trata de un patrón de abuso emocional en el que la víctima es manipulada para que llegue a dudar de su propia cordura, percepción, memoria o raciocinio. Generándole a la persona que lo sufre un estado de ansiedad, confusión o incluso depresión.

¿Qué efectos tiene sobre la víctima?
Los efectos psicológicos del gaslighting a medio y largo plazo conllevan que la víctima asuma erróneamente que carece de criterio propio para tomar decisiones sobre su vida. Estos son los principales:
Dudas de tu memoria: te planteas que quizás no te acuerdas bien de lo que ha ocurrido o de lo que has hecho o dicho, porque la otra persona insiste en que nada es como tú lo crees recordar.
Dudas de tu capacidad de razonar: te convencen de que no sabes interpretar bien lo que ves o lo que oyes, y que las conclusiones que sacas están equivocadas. Por lo que te fías a ciegas del criterio de la otra persona que sí está segura de lo que hace.
Dudas de tu salud mental: si el maltrato es reiterado, puedes llegar a dudar de tu cordura y asumir que tienes un trastorno psicológico real que explique tus “exageradas” o “inadecuadas” reacciones.
Desconfías de ti: tu criterio parece tan errado que ya no te fías de tus instintos o de tu razonamiento, solo de aquella persona que te maneja y te genera miedos e inseguridades para que nunca se rompa la dinámica de poder.
Pierdes tu autoestima: como consecuencia de lo anteriormente mencionado, tu autoestima disminuye hasta mínimos. Te sientes inútil, incapaz e inestable y pierdes toda perspectiva sobre tu valor como persona.

¿Cómo identificar el gaslighting?
Es difícil salir de esta dinámica, ya que del rol de sumisión que adopta la víctima de gaslighting se aprovecha el abusador que utiliza la asimetría de poder para mantener siempre enganchada a su víctima. 
Sin embargo, no es imposible, y los psicólogos insisten en que conocer y poner en práctica ciertas estrategias puede ayudar a enfrentar este tipo silencioso de manipulación.

Confía en tu intuición y tu instinto
Si sientes que se ha encendido una alarma dentro de ti porque algo no va bien, ponle atención y analiza qué es lo que no te cuadra. Tus vivencias deben contar para ti más que las del resto. 
Además, en la comunicación no solo tú debes esforzarte en comprender un mensaje, la responsabilidad se comparte.
No busques la aprobación de otro
No hace falta convencer a nadie para que te den su aprobación, se puede estar en desacuerdo con los demás y tener opiniones dispares. 
Tienes libertad para finalizar una conversación que no te aporta nada.
Tú mandas en tus pensamientos
Tus emociones, sentimientos y pensamientos no son buenos ni malos. Nadie puede decidir si algo que sientes es cierto salvo tú. 
Si sientes que te han dañado o te han humillado no hay debate posible ni está sujeto a discusión.
Ten presente los valores que tienes
Conocer tus principios básicos te ayudará a estar centrado, a no dudar de ti y a saber qué valoras de la gente que tu vida. Se podría decir que los valores se entienden como la columna vertebral del comportamiento de cada uno. Si nos presionan para ignorar estos valores, es que no están intentando manipular.
Pon límites personales y mantenlos firmes
Si alguien decide traspasarlos, comunícalo y plantea las consecuencias. Has de mantenerte firme para que no vuelva a ocurrir o alejarte si es algo definitivo que no tiene solución. Desde la asertividad se puede conseguir mantener unos límites sanos con los demás y evitar que te manipulen.
No te centres en solo una persona, busca un círculo de apoyo más amplio
La última estrategia para actuar frente al gaslighting es tener a varias personas en tu vida que te quieran y te apoyen, que valoren tus opiniones y respeten tus límites. Ellos te ayudarán a salir de dinámicas tóxicas y afianzarán tu seguridad. Conocer varias visiones de una misma realidad promueve no fiarse al 100% de una única persona.

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