http://www.anasap.org/2009/10/20/la-igualdad-relacional-paterno-filial-o-custodia-compartida-como-regla-y-no-como-excepcion-es-una-vacuna-para-el-sap-de-los-ninos-del-divorcio/
La igualdad relacional paterno-filial, o custodia compartida como regla (y no como excepción), es una vacuna para el SAP de los niños del divorcio
España aprueba y ratifica el Protocolo nº 7 al Convenio para la protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, cuyo artículo 5 establece que “en caso de disolución del matrimonio los cónyuges gozarán de igualdad de derechos en sus relaciones con sus hijos”.
Es, por tanto, derecho vigente en España, el DERECHO HUMANO a la IGUALDAD RELACIONAL pos-divorcio entre el hijo común/padre y madre.
¿Qué esperan los Juzgados de Familia para aplicar este derecho humano en las sentencias y ejecuciones de sentencias de divorcio, si afecta a niños y es cuestión de orden público?
Como dice el Magistrado-Juez de Familia de Gijón, D. Ángel Luis Campo:
“Creo que ha llegado el momento de que entre todos arrimemos el hombro y que la Administración (local, autonómica y estatal) aporte los medios necesarios; para que realmente demos un giro radical y consigamos volver a vivir bajo el amparo de ese principio fundamental «el interés del menor»; para lo cual debemos restaurar el principio de igualdad y el principio de presunción de inocencia”.
http://www.diariodeleon.es/noticias/noticia.asp?pkid=482054
¿Familia? Hijos, padres, madres… maltrato
Tribuna.07/10/09
ÁNGEL LUIS CAMPO IZQUIERDO.MAGISTRADO JUEZ DE FAMILIA DE GIJÓN
Acabo de llegar del congreso internacional que se ha celebrado en León sobre el S.A.P. y he visto y oído el sufrimiento de una hija de unos 20 años y un padre que por causas ajenas a su voluntad se han visto obligados, respectivamente, a no poder estar y relacionarse con su padre o con sus hijos.
También he convivido con varios progenitores (padres y madres) que son también testimonio personal de ese sufrimiento; y con numerosos abogados, psicólogos y algunos (pocos) jueces que no están de acuerdo con esas situaciones y están poniendo de su parte no sólo su trabajo, sino también su tiempo libre, su ilusión y esfuerzo para que estas situaciones empiecen a disminuir, hasta que no exista ningún niño/a que no pueda ver y estar con su padre y con su madre; con independencia de que convivan, estén separados o divorciados.
Realmente han sido 2 días solo, pero me han dejado una profunda huella y me han llevado a intentar hacer estas breves reflexiones en voz alta.
Sentado ante mi ordenador, me doy cuenta que mire a un lado u a otro, escuche una cadena u otra de la televisión, lea un periódico cualquiera o hable con cualquier persona; lo cierto es que en la letra, la imagen o en la voz, sí está presente por desgracia la idea del maltrato.
Tengo 49 años de edad y realmente, no recuerdo que mi infancia ni la de otros niños de mi entorno, haya transcurrido en un ambiente de maltrato total, como parece reflejar y vivir la sociedad actual. ¿Qué hemos hecho? ¿Qué vamos a dejar a nuestros hijos?
La situación laboral y económica la tienen cruda, y realmente su arreglo depende de múltiples factores nacionales e internacionales, políticos, macroeconómicos-¦
Pero la situación personal y social que les podemos dejar, sólo depende de nosotros, las personas adultas con los que conviven y ven a diario.
Así nos comportamos nosotros, así se comportaran ellos.
Cuando hablo de maltrato, y sabiendo que soy juez, seguro que el que está leyendo este artículo, piensa que me estoy refiriendo a la violencia de género contra la mujer; pues no.
Ese maltrato al que me refiero tiene múltiples manifestaciones y por desgracia siempre afecta directa o indirectamente a nuestros hijos/as.
Estas manifestaciones de maltrato la tenemos en:
1.-agresiones físicas y psíquicas del esposo a la esposa o del hombre hacia la mujer;
2.-agresiones físicas y psíquicas de la esposa al esposo o del hombre a la mujer, porque «haberlas haylas»;
3.-del hombre al hombre o de la mujer a la mujer, parejas o matrimonios del mismo sexo;
4.-de los progenitores a los hijos y de los hijos a los progenitores;
5.-del alumnado al profesorado y del profesorado al alumnado;
6.-entre niños;
7.-con nuestros mayores, los abuelos, esa llamada tercera edad (que tanto nos ha dado y poco están recibiendo a cambio),
8.-entre los vecinos;
9.-de los jóvenes hacia los mendigos-¦.
Y me pregunto, ¿a qué se debe esta situación desquiciante?
Tal vez sea, porque entre los políticos, los legisladores y los progenitores nos hemos cargado tres principios fundamentales en nuestro ordenamiento jurídico y que son o deben ser pilares en una sociedad democrática, justa y equitativa.
Principios que son:
a.-«todos somos iguales»
b.-«presunción de inocencia»
c.-«actuar siempre en interés del menor».
¿Puede una sociedad:
1.- Permitir que una persona, simplemente porque sea denunciada por otra, tenga que dormir 1, 2 ó 3 días en comisaría.
2.- Permitir que por una simple denuncia, un progenitor sea sacado de su casa y alejado por tiempo indefinido de sus hijos.
3.- Permitir que por una simple denuncia unos niños/as dejen de ver a uno de sus progenitores y al resto de la familia paterna o materna.
4.- Permitir, que cuando una pareja deja de convivir juntos, sus hijos tengan que elegir entre uno u otro progenitor.
5.- Permitir, que cuando hay una separación o un divorcio, los hijos que están conviviendo a diario con papá o mamá, de un hoy para mañana se tenga que conformar con ir de visita unos pocos días al mes a casa de papá o mamá.
6.- Permitir que nuestros hijos/as crezcan convencidos que se puede denunciar unos hechos falsos, pues no ocurre nada.
7.- Permitir que nuestros hijos/as crezcan creyendo que es más grave la bofetada que da un niño a una niña, que la que puede dar una niña a un niño.
8.- Permitir que en un procesos judicial, separación o divorcio, donde se esta discutiendo cómo va a ser la vida de los hijos/as hasta su mayoría de edad; nadie defienda y proteja realmente los derechos e intereses de estos menores.
9.- Permitir que en estos procesos de separación o divorcio, los hijos, que son personas como nosotros los adultos; no sean vistos como sujetos de derechos, sino más bien como una herramienta para conseguir algo: dinero, vivienda, tranquilidad, hacer daños-¦
10.- Permitir que sean los niños/as quienes mandan en casa y sean ellos quienes fijen qué se hace o cómo se hacen las cosas.
11.- Permitir que los niños fijen las reglas de conducta en los centros escolares. Los que decidan si quieren ir a clase o no. Los que tengan la autoridad en dichos centros.
12.- Permitir que los valores sociales como: esfuerzo, amistad, coherencia, respeto, convivencia, libertad-¦ tengan que ceder, por culpa de ciertos energúmenos o ineptos ante disvalores como: libertinaje, abuso, insolidaridad, la ley del más fuerte, no esfuerzo-¦?
Basta ya.
Creo que ha llegado el momento de que entre todos arrimemos el hombro y que la Administración (local, autonómica y estatal) aporte los medios necesarios; para que realmente demos un giro radical y consigamos volver a vivir bajo el amparo de ese principio fundamental «el interés del menor»; para lo cual demos restaurar el principio de igualdad y el principio de presunción de inocencia.
El maltrato, sea físico o psíquico, que realmente existe, debe ser castigado con la máxima dureza posible.
Pero ojo, sin mirar quien es el maltratador.
El castigo debe fijarse en función de la gravedad del maltrato.
Pero más importante que castigar ese maltrato es prevenir que el mismo ocurra; y para ello es inevitable que todos los profesionales que intervenimos en estos procesos, eduquemos a nuestros hijos/as en la libertad, respeto e igualdad absoluta; educación que demos hacer en casa, en los colegios, en la televisión y en el resto de los ambientes por donde se mueven estos pequeños monstruos a los que tanto queremos papá y mamá. Juntos podemos.
Instrumento de Ratificación del Protocolo nº 7 al Convenio para la protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, (Convenio nº 117 del Consejo de Europa),BOE de 15-10-2009 http://www.boe.es/boe/dias/2009/10/15/pdfs/BOE-A-2009-16399.pdf
1 comentario:
LOS HIJOS CON QUIEN MEJOR PUEDEN ESTAR ES CON SU MADRE Y LA MUJER DONDE DEBERÍA ESTAR ES EN SU CASA.
Estos dos pensamientos bárbaros, totalitarios y machistas, deberían haber sido erradicados de nuestra sociedad.
En mí opinión, la actual ley del divorcio, a la que llamo, LPCF (Ley de Perpetuación del Conflicto Familiar), parte de este pensamiento machista de quienes la redactaron, pues no existe mejor oportunidad de desarrollo integral para el menor que la continuación de las responsabilidades parentales de forma equilibrada, tal y como lo hacían los progenitores antes del conflicto que les llevó a la ruptura de la pareja. Entre otras cuestiones, porque la responsabilidad parental comienza con la planificación de la maternidad, continúa con el nacimiento del hijo/a, y perdura, cuanto menos hasta su emancipación.
Deberíamos ser conscientes de que, después de una ruptura de pareja, los hijos son los mismos que antes, sus necesidades no han variado y los sentimientos hacia sus padres son idénticos a los que tenían antes del divorcio.
El triunvirato formado por la actual ley del divorcio, el ministerio fiscal y el administrador de justicia, hace que el conflicto familiar se renueve y extienda más allá del día y lugar que debió servir como solución y, por supuesto, los menores se desarrollan observando en sus progenitores, unos roles diferenciados y que hoy día no encajan en una sociedad que pretende ser igualitaria. Nuestra sociedad reclama igualdad, pero todo es mera ilusión mientras no exista voluntad.
Pedro Cruz Montesdeoca Gran Canaria 31 de Octubre de 2009
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