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Tribunales
Condena a costas a una mujer por abusar de la ley contra el maltrato.
El juez tiene claro que la mujer busca una condena para su ex marido a toda costa aprovechándose de la Ley contra la Violencia de Género.
En su sentencia pide al fiscal que investigue la actuación de la denunciante.
PABLO MARISCAL.
La denuncia presentada por C.J.G. contra su ex marido por amenazas y quebrantamiento de la orden de alejamiento ha colmado la paciencia del juez de lo Penal 1, Manuel Píñar.
El magistrado ha absuelto al acusado E.S.F. y de paso ha condenado a la denunciante a pagar las costas del proceso.
Todo porque el titular del juzgado considera que esta mujer, divorciada de su pareja, "aprovecha la grave preocupación de todas las instituciones ante el fenómeno de la violencia de género para dar rienda suelta" a sus sentimientos de "odio y venganza" contra el que durante años fue su compañero, según afirma el juez en su sentencia dictada el pasado 17 de febrero.
La "insidia persecutoria" de C.J.G. contra su ex marido responde, según el fallo judicial, a la necesidad de satisfacer "la ansia vengativa mostrada hacia el acusado".
El magistrado recuerda que el hombre ha sido "detenido, acusado y sometido a juicio en cuatro ocasiones", las mismas en que ha sido absuelto.
Por eso entiende el titular del juzgado que ese "abusivo uso de la normativa de violencia de género" es lo suficientemente relevante "como para que ya se hubiese actuado contra la señora C.J.G.".
Y como nadie lo ha hecho hasta ahora, el juez ha decidido tomar cartas en el asunto.
En la sentencia ordena que, una vez sea declarado firme el fallo, se deduzca testimonio a la Fiscalía provincial "por si la acusada hubiese incurrido en algún hecho delictivo".
El juez lo tiene claro.
Además de absolver al ex marido, ha condenado a la denunciante a pagar las costas del proceso penal "con expresa declaración de temeridad en su denuncia".Al fiscal general.
La sentencia del Juzgado de lo Penal contiene una crítica contundente a la "pusilanimidad de quien debe perseguir y no lo hace tan abusivo uso de una normativa como es la de violencia de género" una ley que, según el juez, está "prevista para los casos verdaderamente serios y graves que ocurren".
El juez Píñar ha notificado al fiscal la conducta "temeraria" de la denunciante pero también ha puesto su crítica en conocimiento de la Fiscalía General del Estado "para que se tome conciencia del mal uso que se suele hacer de la normativa de violencia de género".
La propuesta del magistrado granadino, dirigida directamente a Cándido Conde-Pumpido, persigue que el Ministerio Público "imparta instrucciones para perseguir conductas como la presente que se vienen observando en determinados casos".
Esto es, que los fiscales intervengan de oficio cuando detecten que una persona usa la Ley contra la Violencia de Género para conseguir un fin distinto al que impera en el texto legal.
Un caso de "mala fe".
La mujer denunció esta última ocasión a su ex pareja por un delito de amenazas y otro de quebrantamiento de la orden de alejamiento.
La sentencia considera que "no se ha probado" que E.S.F. hiciese un gesto con la mano en el cuello en presencia de su ex pareja y tampoco que dijese que la iba a matar.
El juez entiende que el mero testimonio de la denunciante no es motivo para condenar al acusado, principalmente porque su relato no tiene credibilidad ni verosimilitud, según el fallo.Más bien al contrario.
El magistrado califica la actuación de esta mujer durante los 6 folios de la sentencia como "maquinación diabólica", "ansia vengativa hacia el acusado", "instinto de odio y venganza", "insidia persecutoria", "mala fe" y "actuación caprichosa y malintencionada".
Insiste en las 3 ocasiones en las que este hombre fue denunciado, detenido, juzgado y absuelto por hechos similares y concluye que el deseo de C.J.G es el de "crear un clima de nerviosismo en el acusado con clara provocación por parte de la víctima".
En este sentido recuerda que la mujer se llegó a instalar con su hija en una caravana "en un terreno contiguo a la casa del acusado" y que llegó a hacer una nave "ilegal" a escasos metros de la vivienda para culminar su "plan de acoso" e intentar colmar la paciencia del hombre "por si consigue a cualquier precio una condena".
El juez incluso reprocha que la denunciante no destinara ese dinero de la nave y la caravana a buscar una vivienda adecuada para su hija, que convive con ella, ya que en la actualidad "carecen de servicios esenciales".
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