En esta temporada de fiestas, es probable que muchos estadounidenses necesiten un diagrama para saber el parentesco entre todos los miembros de la familia. ¿Por ejemplo, cómo se llama el hijo de 11 años de la novia conviviente del hijo de tu madrastra?
A medida que las estructuras familiares se vuelven más complicadas, nuevas investigaciones intentan cuantificar la tendencia. La proliferación de hijastros, medios hermanos y otras extensiones de las relaciones tiene implicaciones importantes para el funcionamiento de las familias estadounidenses.
Casi 1/3 de los hogares de Estados Unidos encabezados por adultos menores de 55 años tienen al menos un padrastro o madrastra, según un análisis reciente de los datos de la encuesta realizada por la profesora Emily Wiemers, de la Universidad de Massachusetts en Boston, y otros. De manera similar, el estudio determinó que, entre las parejas mayores de 55 años que tienen hijos adultos, el 33% tiene un hijastro.
Estas nuevas relaciones pueden extender tanto el tamaño como la definición de la familia, pues los investigadores incluyeron parejas convivientes tanto casadas como no casadas en el análisis.
Para los estadounidenses con hijos adultos, contabilizar los hijastros aumenta el nº total de hijos adultos en un 66%, según el estudio.
El aumento de los divorcios y las segundas nupcias está impulsando este crecimiento en el tamaño de la familia. En las últimas 2 décadas, la tasa de divorcios se ha duplicado entre los estadounidenses mayores.
Casi un 30% de las personas mayores de 50 años se han casado más de 1 vez, según un estudio reciente de académicos de la Universidad Estatal de Bowling Green. Alrededor del 40% de los estadounidenses mayores con niños pertenecen a familias reconstituidas, según los datos de la encuesta.
"Las personas en las familias reconstituidas a menudo no están seguras de cuáles son sus obligaciones para con sus padrastros, madrastras e hijastros", dijo la profesora de sociología de Bowling Green, Karen Benjamin Guzzo. "No es raro que las personas sientan que tienen que elegir cómo distribuir los recursos entre sus parientes biológicos y políticos".
Estas preguntas surgen cuando se planifican las vacaciones, se paga la universidad y, especialmente, cuando los padres y padrastros envejecen. Las parejas pueden pelear sobre cuánto dinero o tiempo le deben a los hijos de sus relaciones anteriores frente a los hijos de su relación actual.
A medida que las familias complejas envejecen y los padrastros y madrastras “baby boomers” pasan de la edad madura a la edad avanzada, surgen aún más preguntas. Por ejemplo, cuando su padrastro o madrastra anciana necesita ir al consultorio médico, ¿debería ud sentir la misma obligación que con un progenitor biológico?
Los hijastros pueden terminar con más padres ancianos a quienes atender, y los padres mayores podrían tener más hijos en quienes apoyarse.
En la práctica, sin embargo, las familias reconstituidas pueden sentirse menos conectadas entre sí. El estudio de Weimers analizó los datos de la encuesta para comparar la frecuencia con la que las familias reconstituidas y las familias más tradicionales pasan tiempo juntas.
Las parejas con hijastros adultos tienen 11 puntos porcentuales menos de probabilidades de dedicarle tiempo a sus hijos, y 13 puntos menos de probabilidades de recibir tiempo de los niños.
"La mayor disponibilidad de parientes no compensa por completo los lazos más débiles entre los miembros en las familias reconstituidas", concluye el documento.
Por supuesto, muchas familias reconstituidas tienen relaciones muy cercanas, y hay muchas familias tradicionales que no se llevan bien. Pero las familias reconstituidas a menudo necesitan más esfuerzo para reunir a sus extensas familias.
El aumento de los divorcios y las segundas nupcias está impulsando este crecimiento en el tamaño de la familia. En las últimas 2 décadas, la tasa de divorcios se ha duplicado entre los estadounidenses mayores.
Casi un 30% de las personas mayores de 50 años se han casado más de 1 vez, según un estudio reciente de académicos de la Universidad Estatal de Bowling Green. Alrededor del 40% de los estadounidenses mayores con niños pertenecen a familias reconstituidas, según los datos de la encuesta.
"Las personas en las familias reconstituidas a menudo no están seguras de cuáles son sus obligaciones para con sus padrastros, madrastras e hijastros", dijo la profesora de sociología de Bowling Green, Karen Benjamin Guzzo. "No es raro que las personas sientan que tienen que elegir cómo distribuir los recursos entre sus parientes biológicos y políticos".
Estas preguntas surgen cuando se planifican las vacaciones, se paga la universidad y, especialmente, cuando los padres y padrastros envejecen. Las parejas pueden pelear sobre cuánto dinero o tiempo le deben a los hijos de sus relaciones anteriores frente a los hijos de su relación actual.
A medida que las familias complejas envejecen y los padrastros y madrastras “baby boomers” pasan de la edad madura a la edad avanzada, surgen aún más preguntas. Por ejemplo, cuando su padrastro o madrastra anciana necesita ir al consultorio médico, ¿debería ud sentir la misma obligación que con un progenitor biológico?
Los hijastros pueden terminar con más padres ancianos a quienes atender, y los padres mayores podrían tener más hijos en quienes apoyarse.
En la práctica, sin embargo, las familias reconstituidas pueden sentirse menos conectadas entre sí. El estudio de Weimers analizó los datos de la encuesta para comparar la frecuencia con la que las familias reconstituidas y las familias más tradicionales pasan tiempo juntas.
Las parejas con hijastros adultos tienen 11 puntos porcentuales menos de probabilidades de dedicarle tiempo a sus hijos, y 13 puntos menos de probabilidades de recibir tiempo de los niños.
"La mayor disponibilidad de parientes no compensa por completo los lazos más débiles entre los miembros en las familias reconstituidas", concluye el documento.
Por supuesto, muchas familias reconstituidas tienen relaciones muy cercanas, y hay muchas familias tradicionales que no se llevan bien. Pero las familias reconstituidas a menudo necesitan más esfuerzo para reunir a sus extensas familias.
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