WTB – 27.07.2015
Un estudio de la Asociación de Urología Americana muestra que los hombres que más eyaculan tienen menos riesgo de padecer cáncer de próstata. El número clave: 21 veces (o más) al mes.
Las cifras son contundentes: aproximadamente el 50% de hombres mayores de 50 años tienen problemas de próstata. La mayoría de casos se queda en una hipertrofia benigna, pero algunos casos evolucionan y se materializan en cáncer. Cuando esta enfermedad afecta a la próstata se considera de gravedad porque, aunque crece despacio, muchas veces requiere cirugía y ésta conlleva riesgos serios para el enfermo como impotencia, incontinencia o, en ocasiones, las 2.
Por
todo ello, una parte destacada de la medicina y de la ciencia concentra
sus esfuerzos en detectar formas de reducir las posibilidades del
hombre de tener cáncer de próstata. La Asociación de Urología
Americana ha descubierto y plasmado –por 1ª vez– en un estudio una
relación positiva entre la eyaculación frequente y un menor riesgo de
desarrollar la enfermedad.
Las cifras son contundentes: aproximadamente el 50% de hombres mayores de 50 años tienen problemas de próstata. La mayoría de casos se queda en una hipertrofia benigna, pero algunos casos evolucionan y se materializan en cáncer. Cuando esta enfermedad afecta a la próstata se considera de gravedad porque, aunque crece despacio, muchas veces requiere cirugía y ésta conlleva riesgos serios para el enfermo como impotencia, incontinencia o, en ocasiones, las 2.
En
otras palabras: cuanto más sexo hay, más se reducen las posibilidades
del cáncer de próstata. En el estudio de la Asociación de Urología
Americana han participado más de 32.000 hombres y se han barajado cifras como éstas: cuántas veces eyacularon a la semana durante el año anterior y cuántas veces estiman que lo hicieron cuando tenían 20, 30 y 40 años.
De esto se dedujo lo siguiente: los
hombres que habían eyaculado por lo menos 21 veces al mes, tenían un
riesgo menor de tener cáncer de próstata que los que lo habían hecho 6 o
7 veces (o menos) al mes. Dado el revuelo que ha producido este estudio, los científicos se han apresurado a precisar que esta correlación no implica causa.
A las claras: que no significa que el sexo frecuente sea la causa de la reducción del riesgo, y que hay más variables implícitas.
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