3 señoras de Ávila se fusionan para sortear la
crisis
La operación, tras la cual las 3 mujeres pasan a llamarse MARISA, tiene como principal aliciente la suma de las pensiones que las tres mujeres esperan recibir de sus respectivos maridos.
'Gracias a esa inyección de capital lograremos incrementar nuestro patrimonio neto y ser más competitivas en un mercado internacional cada vez más exigente', ha explicado MARISA.
Con un compromiso mutuo de ayuda en temas de solvencia y liquidez, las 3 mujeres prevén una reducción de costes de más del 60% y aspiran a captar inversores extranjeros gracias a la suma de esfuerzos.
'Iniciaremos una operación conjunta de búsqueda de inversores acudiendo a los mercados internacionales, concretamente a un hotel resort de 5 estrellas que hay en Playa Bávaro.
La idea es incrementar el valor de nuestros activos buscando socios en entornos más atractivos'.
Los antiguos socios de Maruja, Rita y Sagrario denuncian haber sido apartados del proceso de fusión y hasta el último momento han presionado para renegociar la deuda.
MARISA, por su parte, considera que 'no habríamos llegado a esta situación si ellos no hubieran decidido cortar las ayudas de forma unilateral. Cuando un matrimonio está en crisis, recortar las ayudas implica incentivar la quiebra'.
Las 3 mujeres se niegan a negociar con los antiguos socios alegando que 'han perdido todo el crédito' y les reprochan que no invirtieran en el negocio cuando aún había posibilidades de crecimiento.
La versión de los maridos es muy diferente: 'Ellas nos rechazaban siempre que nosotros proponíamos inyecciones de liquidez porque ya estaban pensando en nuevos inversores'.
MARISA defiende la fusión argumentando que 'era ahora o nunca'.
Las mujeres llevaban muchos años fuera del mercado y corrían el riesgo de empezar a tener pérdidas.
'Y, como todo el mundo sabe, cuando empiezas a tener pérdidas dejas de ser atractiva para los inversores'
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