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Castellón: 1 de cada 4 juicios por maltrato en 2010 acaba en condena y el 40% se eleva a otro juzgado.
Cada día se presenta una media de 5 denuncias por violencia machista en la provincia y sólo el 5% termina con una absolución.
15.11.10 - V. GIL.CASTELLÓN.
Las estadísticas judiciales, aunque siempre frías, hablan por sí solas.
Los datos que maneja el Consejo General del Poder Judicial para la provincia de Castellón revelan que en 2010, más de 1 de cada 4 procedimientos judiciales por violencia de género ha acabado en condena.
Este porcentaje está, sin embargo, muy lejos de significar que el 75% de casos restantes se resuelve de forma satisfactoria para el enjuiciado.
Los últimos datos del CGPJ, correspondientes al IIº trimestre del año, reflejan que más del 40% de los procesos en los juzgados de la provincia terminan por elevación a otro órgano judicial.
Esto es, la causa se mantiene abierta pero en una unidad de rango superior o de diferente jurisdicción.
Del 60% de casos cerrados durante este periodo, el 26% acabó en sentencia condenatoria y el 25% en sobreseimiento provisional, mientras que apenas un 1,78% termina por sobreseimiento libre y un 5,69%, en sentencia absolutoria.
La jefa de la Unidad de Violencia sobre la Mujer de la Subdelegación del Gobierno, Belén Soldevilla, considera que estas estadísticas vienen a ratificar en Castellón lo que ya apuntaba el Observatorio del Poder Judicial contra la Violencia de Doméstica y de Género en un informe que, a principios de año, revelaba que de 530 casos analizados en toda España -78 de ellos en la Comunitat Valenciana- sólo en uno había indicios de que pudiera tratarse de una denuncia falsa. «No tiene ningún sentido», señala Soldevilla al respecto. «Muchas mujeres no se atreven a denunciar habiendo motivos reales, porque dar el paso produce también cierta violencia. Si fuera tan fácil, denunciarían todas», indica la jefa de la unidad provincial.
«Denunciar por malos tratos no genera ninguna ventaja para la mujer, ni siquiera en casos de separaciones para la custodia de los hijos, como se comenta», concluyó Soldevilla.
Ni siquiera la sentencia absolutoria o el sobreseimiento, puntualiza la responsable de la unidad, supone que la mujer haya mentido en la interposición de la denuncia o que ésta sea falsa.
En muchas ocasiones, y así lo revela también la estadística judicial, el sobreseimiento se produce por que no ha logrado probarse la agresión.
Otro de los datos que abundan en la incidencia que la violencia de género tiene en la sociedad castellonense es el hecho de que el 78% de todos los enjuiciados en el IIº semestre de 2010 han resultado condenados. En el Iº semestre, el porcentaje fue incluso superior, con un 88% de todos los encausados.
Incrementar la impresión de seguridad para animar a que las mujeres víctimas de violencia de género venzan el miedo e interpongan denuncia contra sus supuestos agresores es sin duda una de las asignaturas pendientes de las instituciones y la sociedad en general.
Y aunque el camino por recorrer es todavía largo, se ha avanzado un buen trecho.
En el IIº trimestre de 2010, se han interpuesto 477 denuncias por malos tratos en los juzgados de Castellón. En los 3 meses anteriores, la cifra era algo inferior, con 422 denuncias.
Esto supone que, en la 1ª mitad del año, una media de 5 personas, la inmensa mayoría mujeres, han denunciado en Castellón haber sido víctimas de violencia de género.
Sin embargo, no todas las denuncias han acabado ante el juzgado.
En medio centenar de casos en toda la 1º mitad del año, la denunciante ha renunciado antes incluso de iniciar el procedimiento judicial.
«A veces pasa que a la víctima le entra el miedo y un sentimiento de cupabilidad y, después de denunciar su situación, decide retira las acusaciones», reconoce Soldevilla, quien admite también que en muchos de estos casos la justicia no puede tampoco actuar de oficio.
Además del millar de denuncias presentadas, durante la 1ª mitad del año se ha iniciado casi un centenar de procesos por delito y se han dictado 223 órdenes de protección.
Respecto al quebrantamiento de estas medidas de protección, la jefa de la Unidad de Violencia sobre la Mujer de la Subdelegación explica que pese al elevado índice de quebrantamientos de las órdenes, cuando un supuesto agresor rompe las medidas dictadas por un juev «sabe que está cometiendo otro delito». «Muchas veces las 1ª condenas no son muy altas y un quebrantamiento de las medidas de protección les puede suponer ingresar en la cárcel», explica la jefa provincial.
El uso de las pulseras para maltratadores, que pretenden, precisamente, garantizar el cumplimiento de las órdenes de alejamiento, no está tan extendido como a los implicados en la lucha contra la violencia machista les gustaría.
«Son los jueces los que deciden cuándo se utiliza el dispositivo de la pulsera si entiende que puede haber riesgo de quebrantamiento de la orden», explica Soldevilla, quien añade que «a pesar de los problemas que se han detectado en su utilización -como el hecho de que se disparen las alarmas sin motivo- son más las ventajas que los inconvenientes que tienen».
Aunque se trata de un dato cambiante, en Castellón apenas un par de personas llevan el dispositivo.
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