"No existe una naturaleza masculina perversa o dominadora", afirmaba la hoy alcaldesa. En el presente sostiene que la violencia está en el "ADN de la masculinidad"
"Hay un enfoque feminista que apoya determinados aspectos de la ley contra la violencia de género de los que nos sentimos absolutamente ajenas"
"El Código Penal adquiere una importancia desmesurada"
"La imagen de víctima nos hace un flaco favor a las mujeres", escribía la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena en una tribuna en la que reflexionaba sobre una deriva del movimiento feminista y su influencia en la Ley de Contra la Violencia de Género en la que criticaba postulados como "la idea del impulso masculino de dominio como único factor desencadenante de la violencia contra las mujeres".
Se trata de una tribuna coral del 18 de marzo de 2006 publicada en El País bajo el título: "Un feminismo que también existe". Además de por la entonces jueza, el texto fue firmado por mujeres vinculadas al movimiento feminista, al derecho y la política. Entre las rúbricas también está la de la actual presidenta de la comunidad foral de Navarra, Uxue Barcos.
El artículo critica algunos aspectos del feminismo y la Ley de Violencia de Género con los mismos argumentos que hoy abandera Vox.
Una lucha que la formación liderada por Santiago Abascal emprende en solitario con los 4 principales partidos políticos del arco parlamentario y el movimiento feminista en su contra. Una pelea contra lo que Vox denomina "la ideología de género", un término articulado en el libro Lexicon (2003) del Pontificio Consejo para la Familia del Vaticano, cuyo uso se ha popularizado en castellano gracias a las fuerzas conservadoras en México y Colombia.
El texto de Manuela Carmena alerta sobre "la preocupación que nos suscita el desarrollo de una excesiva tutela de las leyes sobre la vida de las mujeres, que puede redundar en una actitud proteccionista que nos vuelva a considerar incapaces de ejercer nuestra autonomía".
Una línea en la que reiteradamente se ha manifestado Rocío Monasterio, la líder de su partido en Madrid y candidata a la alcaldía.
El texto de Manuela Carmena alerta sobre "la preocupación que nos suscita el desarrollo de una excesiva tutela de las leyes sobre la vida de las mujeres, que puede redundar en una actitud proteccionista que nos vuelva a considerar incapaces de ejercer nuestra autonomía".
Una línea en la que reiteradamente se ha manifestado Rocío Monasterio, la líder de su partido en Madrid y candidata a la alcaldía.
"No necesitamos que el Estado nos trate como si fuéramos débiles. Debemos lograr las cosas por méritos propios. Por eso nos llaman machistas". Un argumento que Monasterio también aprovecha para reivindicar el posicionamiento actual de su formación. "Vox es el único partido que respeta a la mujer y porque precisamente no la colectiviza. Nos respeta por nuestros méritos y nuestro esfuerzo".
La opinión de Carmena tras la aprobación de esta ley por parte del gobierno de Zapatero es diametralmente opuesta a la que sostiene hoy en día desde su despacho en el Palacio de Cibeles y convertida en un icono en materia de igualdad.
La hoy alcaldesa considera que ante un crimen machista "se culpa a la persona concreta" que lo ha cometido pero que lo esencial para resolver la violencia es darse cuenta de que está "fundamentalmente incardinada en lo que es el ADN de la masculinidad". Unas declaraciones pronunciadas durante un taller de Empoderamiento de la Mujer y Sensibilización organizado dentro de un marco más amplio de iniciativas emprendidas por el gobierno municipal que incluyen la creación de espacios, charlas, talleres e incluso, cursos de "autodefensa feminista" como "hábito saludable y empoderante para las mujeres"
"Las opiniones que venimos criticando nos parecen poco matizadas y excesivamente simplificadoras. Tienden a presentar a los hombres y a las mujeres como 2 naturalezas blindadas y opuestas: las mujeres, víctimas, los hombres, dominadores. La imagen de víctima nos hace un flaco favor a las mujeres: no considera nuestra capacidad para resistir, para hacernos un hueco, para dotarnos de poder y no ayuda a generar autoestima y empuje solidario. Lo mismo se puede decir de la visión simplificadora de los hombres: no existe, en nuestra opinión, una naturaleza masculina perversa o dominadora, sino rasgos sociales y culturales que fomentan la conciencia de superioridad y que, exacerbados, pueden contribuir a convertir a algunos hombres en tiranos", sostenía la entonces jueza.
Santiago Abascal considera que el feminismo "discrimina a la mitad de la población y fomenta y financia la guerra de sexos" con una ley que piensan que parte de la "presunción de culpabilidad del varón".
La opinión de Carmena tras la aprobación de esta ley por parte del gobierno de Zapatero es diametralmente opuesta a la que sostiene hoy en día desde su despacho en el Palacio de Cibeles y convertida en un icono en materia de igualdad.
La hoy alcaldesa considera que ante un crimen machista "se culpa a la persona concreta" que lo ha cometido pero que lo esencial para resolver la violencia es darse cuenta de que está "fundamentalmente incardinada en lo que es el ADN de la masculinidad". Unas declaraciones pronunciadas durante un taller de Empoderamiento de la Mujer y Sensibilización organizado dentro de un marco más amplio de iniciativas emprendidas por el gobierno municipal que incluyen la creación de espacios, charlas, talleres e incluso, cursos de "autodefensa feminista" como "hábito saludable y empoderante para las mujeres"
"Las opiniones que venimos criticando nos parecen poco matizadas y excesivamente simplificadoras. Tienden a presentar a los hombres y a las mujeres como 2 naturalezas blindadas y opuestas: las mujeres, víctimas, los hombres, dominadores. La imagen de víctima nos hace un flaco favor a las mujeres: no considera nuestra capacidad para resistir, para hacernos un hueco, para dotarnos de poder y no ayuda a generar autoestima y empuje solidario. Lo mismo se puede decir de la visión simplificadora de los hombres: no existe, en nuestra opinión, una naturaleza masculina perversa o dominadora, sino rasgos sociales y culturales que fomentan la conciencia de superioridad y que, exacerbados, pueden contribuir a convertir a algunos hombres en tiranos", sostenía la entonces jueza.
Santiago Abascal considera que el feminismo "discrimina a la mitad de la población y fomenta y financia la guerra de sexos" con una ley que piensan que parte de la "presunción de culpabilidad del varón".
"Se criminaliza a la mitad de la población por su sexo con las leyes totalitarias de ideología de género", añade.
"Hay un enfoque feminista que apoya determinados aspectos de la ley contra la violencia de género de los que nos sentimos absolutamente ajenas", recoge el artículo rubricado por Carmena.
"Hay un enfoque feminista que apoya determinados aspectos de la ley contra la violencia de género de los que nos sentimos absolutamente ajenas", recoge el artículo rubricado por Carmena.
"En nuestra opinión, es preciso contemplar otros factores, como la estructura familiar, núcleo de privacidad escasamente permeable que amortigua o genera todo tipo de tensiones; el papel de la educación religiosa y su mensaje de matrimonio-sacramento; el concepto del amor por el que todo se sacrifica; las escasas habilidades para la resolución de los conflictos; el alcoholismo; las toxicomanías... Todas estas cuestiones, tan importantes para una verdadera prevención del maltrato, quedan difuminadas si se insiste en el 'género' como única causa".
En este sentido, Vox no considera el género como causa, habla de "derogar" la Ley de Violencia de Género y propone una "ley de violencia intrafamiliar" para "proteger a todas las víctimas".
Tras su aprobación, Carmena consideraba que en la actual ley "el Código Penal adquiere una importancia desmesurada y se entienden como más eficaces aquellas leyes que contemplan penas más duras. Las situaciones de maltrato han de castigarse, pero la experiencia demuestra que más castigo no implica menos delito ni mayor protección para las víctimas".
La coincidencia entre ambos discursos también se en su posición sobre la custodia compartida. Una medida sobre la que la exjueza se pronunciaba en la siguiente línea: "La custodia exclusiva de hijos e hijas es la que dificulta que la mujer pueda rehacer su vida o mantener su actividad laboral, adquirir formación, encontrar trabajo, sin olvidar lo difícil que resulta enfrentarse en solitario a la responsabilidad de su cuidado y educación. Además, parece comprobado que hay un mayor compromiso paterno en el pago de las pensiones cuando la custodia es compartida".
"La conciliación de la vida laboral y familiar se facilita con una custodia compartida", defiende Vox en uno de sus comunicados. Una modalidad de crianza de los niños tras la separación que elogia "en todos los aspectos" respecto a la que su secretario de organización, Javier Ortega Smith, propone "una reforma legislativa que garantice en los procesos de ruptura familiar la custodia compartida como regla general".
"Partiendo de la mayor relación de las madres con los menores, parece aventurado afirmar que han de estar siempre mejor con la madre que con el padre. También nos parece abusivo atribuir a los hombres, con carácter general, intenciones espurias al solicitar la custodia y pensar que a las mujeres sólo las mueve el amor filial. Sabemos que se puede intentar utilizar la ley en provecho propio, pero ha de ser labor de la justicia proteger a las personas más indefensas", indicaba Carmena en su tribuna.
En su despedida, el artículo firmado por Carmena aseguraba lo siguiente: "Desde nuestro punto de vista, el objetivo del feminismo debe ser acabar con las conductas opresoras y discriminatorias; debe ser conseguir la igualdad entre los seres humanos, no aniquilar a quienes discriminan u oprimen. Nosotras no deseamos un feminismo revanchista y vengativo, deseamos simplemente relaciones en igualdad, respetuosas, saludables, felices, en la medida en que ello sea posible, relaciones de calidad entre mujeres y hombres".
Una opinión en la misma línea que hoy expresa Rocío Monasterio: "Hoy hay un cierto feminismo supremacista que impone el discurso de la ideología de género y pretende amordazarnos con su burka ideológico".
Puedes leer aquí la tribuna completa de Manuela Carmena.
En este sentido, Vox no considera el género como causa, habla de "derogar" la Ley de Violencia de Género y propone una "ley de violencia intrafamiliar" para "proteger a todas las víctimas".
Tras su aprobación, Carmena consideraba que en la actual ley "el Código Penal adquiere una importancia desmesurada y se entienden como más eficaces aquellas leyes que contemplan penas más duras. Las situaciones de maltrato han de castigarse, pero la experiencia demuestra que más castigo no implica menos delito ni mayor protección para las víctimas".
La coincidencia entre ambos discursos también se en su posición sobre la custodia compartida. Una medida sobre la que la exjueza se pronunciaba en la siguiente línea: "La custodia exclusiva de hijos e hijas es la que dificulta que la mujer pueda rehacer su vida o mantener su actividad laboral, adquirir formación, encontrar trabajo, sin olvidar lo difícil que resulta enfrentarse en solitario a la responsabilidad de su cuidado y educación. Además, parece comprobado que hay un mayor compromiso paterno en el pago de las pensiones cuando la custodia es compartida".
"La conciliación de la vida laboral y familiar se facilita con una custodia compartida", defiende Vox en uno de sus comunicados. Una modalidad de crianza de los niños tras la separación que elogia "en todos los aspectos" respecto a la que su secretario de organización, Javier Ortega Smith, propone "una reforma legislativa que garantice en los procesos de ruptura familiar la custodia compartida como regla general".
"Partiendo de la mayor relación de las madres con los menores, parece aventurado afirmar que han de estar siempre mejor con la madre que con el padre. También nos parece abusivo atribuir a los hombres, con carácter general, intenciones espurias al solicitar la custodia y pensar que a las mujeres sólo las mueve el amor filial. Sabemos que se puede intentar utilizar la ley en provecho propio, pero ha de ser labor de la justicia proteger a las personas más indefensas", indicaba Carmena en su tribuna.
En su despedida, el artículo firmado por Carmena aseguraba lo siguiente: "Desde nuestro punto de vista, el objetivo del feminismo debe ser acabar con las conductas opresoras y discriminatorias; debe ser conseguir la igualdad entre los seres humanos, no aniquilar a quienes discriminan u oprimen. Nosotras no deseamos un feminismo revanchista y vengativo, deseamos simplemente relaciones en igualdad, respetuosas, saludables, felices, en la medida en que ello sea posible, relaciones de calidad entre mujeres y hombres".
Una opinión en la misma línea que hoy expresa Rocío Monasterio: "Hoy hay un cierto feminismo supremacista que impone el discurso de la ideología de género y pretende amordazarnos con su burka ideológico".
Puedes leer aquí la tribuna completa de Manuela Carmena.
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